Jesús María Giraldo Restrepo.
Coinciden los más conocedores y estudiosos de la historia de la locución colombiana, en que, sin ser Antioquia, el lugar en donde se gestó la crónica inicial de esta aventura radial, cercana a completar su siglo de vida, es sin duda alguna, el Departamento en donde la radio se forjó como empresa y de donde emergieron Caracol y RCN, por excelencia, las dos principales cadenas radiales en nuestro país.
Siendo entonces, Medellín, cuna de excelentes y notables locutores, la lista en el catálogo de voces es rica y abundante. Seguramente algunos nombres gozaran de más notoriedad que otros, pero no necesariamente, los que más resuenen sean los mejores o los que pasan desapercibidos, no es por que no gocen de talento, profesionalismo y credibilidad.
Jesús María Giraldo Restrepo, es, por ejemplo, una leyenda viviente de la locución antioqueña. Dotado de un magnífico tono de voz, este hijo pereirano, se dejó seducir por el encanto paisa en donde se asentó y edificó con arrojo y determinación, una loable misión en el universo de las ondas hertzianas.
Apacible en su ser, pero inquieto en su proceder, la voz y creatividad de Jesús María Restrepo Giraldo dejó huella en donde fue solicitada. Pereira, Bogotá y Medellín, dan testimonio del excelente trabajo realizado por este locutor que ya retirado y haciendo un sumario de su carrera en la radio, concluye que la locución en él fue una vocación desde muy niño.
En esta amena charla, Jesús María Giraldo Restrepo, nos comparte un breve resumen de su trajinar en las emisoras en las que su voz trascendió, algunas de ellas, Radio Sutatenza, Radio Súper y Todelar.
Por: Germán Posada
¿Cómo describiría el camino que lo condujo a ser locutor?
Desde niño era un poco díscolo en materia de estudio y me concentraba muy poco. En mi época, era lo que hoy llaman, hiperactivo. Por recomendación de mi mamá, me interné en el Seminario de Misiones de Yarumal, en donde estuve por tres años, pero me salí. No sabía qué hacer. Tenía unos 16 años y mi mamá era una mujer muy tierna, pero a la vez bastante severa y no le gustó el hecho de que yo hubiera abandonado el Seminario.
Comencé a trabajar haciendo domicilios en un supermercado en Pereira, también trabajé en un Café. Luego en una fábrica de vestidos llamada Vestidos Gales, allí entré a planchar a vapor los vestidos. Mientras trabajaba, era muy alegre, cantaba y animaba, así me empezaron a llevar a las reuniones y fiestas del sindicato. En Vestidos Gales, me pusieron a estudiar en una escuela de comercio llamada Escoper. Yo iba a las clases,pero no estudiaba. Alguna vez le dije al administrador Luis Eduardo Baena que no quería seguir trabajando allí y que me iba para Bogotá porque quería sacar mi licencia de locutor.
Así lo hice y me fui a Bogotá al edificio Murillo Toro en donde presenté un examen de 44 preguntas de cultura general, de las que respondí 42. Fue un examen oral. Mis estudios en la escuela comercial como los de Humanidades en el Seminario me ayudaron de soporte para obtener mi licencia y me devolví para Pereira.
El 1 de marzo de 1962 me presenté a una emisora popular llamada La Voz del Pueblo. Su gerente, Juan Mejía Duque, y hermano del gran político, Camilo Mejía Duque me invitó a hacer algunas pruebas con mi voz, pero las grabaciones no funcionaron, entonces con el locutor de turno que estaba en ese momento, me puso a anunciar una cuña al aire y me dijo de volver al día siguiente. Así comencé anunciando música y escribiendo libretos. Mi primer compañero fue Evaristo Bugallo Julias, hijo de españoles y gran lector de noticias.
De manera que usted se suma a la lista de algunos reconocidos locutores que han sido seminaristas pero que han renunciado. Ejemplo, Eucario Bermúdez, William Vinasco Ch y Guillermo Díaz Salamanca. ¿Qué pasó con usted?
Era muy hiperactivo en el Seminario y prácticamente, Miguel Ángel Restrepo, rector del Seminario, me dijo en unas vacaciones de irme para mi casa y no volver más.
Del Seminario, recuerdo con nostalgia que yo recitaba a mis 14 años, un soneto de Rafael Pombo que se llama De Noche. Ahora a mi edad, casi 80, me doy cuenta de que es el poema que me sirve para resumir mi vida y darme cuenta de que Rafael Pombo a los 60 años, lo escribió con cierto pesimismo, pero con mucho idealismo.
¿Y luego de su debut como locutor en La Voz del Pueblo, qué más hizo en locución en Pereira?
También trabajé en La Voz del Café de Caracol del año 65 al 68. Tuve un paso transitorio de casi un año en los Estados Unidos. Luego regresé a Pereira y estuve trabajando en La Voz Amiga. En Pereira trabajé en total unos 12 años. Pero durante este tiempo, en periodos intermitentes también estuve en Bogotá en Radio Sutatenza, allí libreteaba programas y leía el Noticiero Panorama en La Voz de Bogotá, una emisora de Todelar.
En Sutatenza, el gerente Daniel Macías, me encargó la realización de un programa agropecuario, yo me guiaba con los periódicos, resumía información y hacía los libretos.
Luego pasé a leer el noticiero Radio Noticias, lo leía con un gran personaje de la radio, llamado Ernesto Rojas Ochoa. Radio Noticias se escuchaba en Europa en onda corta.
Después el Noticiero Panorama se acabó y aburrido me quería volver para Pereira porque el sueldo era poco y tenía que trabajar en Radio Cordillera anunciando discos.
¿Y estando en Bogotá tuvo más opciones de trabajo?
En realidad, no. Yo había hablado con Eucario Bermúdez en su oficina y le manifesté mi interés de quedarme trabajando en Bogotá pero que por las condiciones prefería devolverme a Pereira.
En ese momento él estaba muy ocupado y me pidió grabarle un 'piccolo', lo que es hoy en día, un demo. Se hacía en un carrete pequeño de cinta. Lo grabé en Radio Sutatenza, y se lo dejé a Eucario Bermúdez, director en ese entonces de Nuevo Mundo de Caracol, en Bogotá. Lamentablemente el portero se demoró mucho para entregárselo.
Yo ya estaba en Pereira en La Voz Amiga cuando Eucario me llamó diciéndome que le había gustado mi prueba y me invitó a inaugurar un programa de 10 de la noche a 2 de la mañana, patrocinado por Camperos LADA. Su nombre era Una Voz en el Camino, pero yo le dije que no, porque ya estaba de nuevo instalado en Pereira.
Luego este programa lo hizo y popularizó Antonio Ibáñez. Un gran hombre de radio. Era una época en donde la publicidad en Colombia era de un nivel muy elevado y había mucha creatividad. De hecho, la IAS (International Advertising Serivice) tenía oficina en Colombia.
Guardo gratos recuerdos de Eucario Bermúdez, no solo como un gran hombre de radio, sino como un gran hombre.
¿Y cuando decidió probar suerte en Medellín?
Instalado en Pereira en La Voz Amiga, un vendedor de la emisora Herney Henao Ospina, hacía un programa de compraventa llamado Servitodo, pero el gerente, Fabio Palau, pidió que me dieran el programa a mí. Yo acepté y empecé a hacerlo muy dinámico, le ponía mucha chispa. El gerente de Almacenes Ley, un señor de apellido Ochoa, invirtió mucha publicidad al punto que se convirtió en el patrocinador. Lo hice por espacio de 2 o 3 años.
Siendo director de La Voz Amiga y dirigiendo el Noticiero Todelar de Risaralda, estaba muy hastiado a raíz de un problema sentimental y necesitando otro aire para mi vida, renuncié y en el mes de diciembre del año 75 me fui a Medellín para donde una hermana.
Antes del mes de estar viviendo en Medellín, me resultó trabajo en la Emisora Claridad. Yo ya había tenido conversaciones con el gerente de Radio Súper, Henry Pava Camelo, y un día antes de comenzar en Emisora Claridad, estando en casa de mi hermana, me dijo que Henry Pava Camelo me había llamado y que necesitaba hablar conmigo. Efectivamente hablé con él y me dijo que me fuera para Radio Súper en donde iba a hacer un programa de tangos los sábados y domingos. Cada emisión duraba cuatro horas. El programa se llamaba Callejón de Buenos Aires. Yo no sabía mucho de tangos, pero me informaba en las carátulas de los discos que traían información escrita por Hernán Restrepo Duque y el periodista Carlos Cuartas. A los coleccionistas les encantaba mucho el estilo como yo animaba el programa.
También tuve un programa de boleros y canciones románticas llamado Serenata Galante el cual amenizaba con versos.
En Radio Súper tenían un noticiero llamado La Hora en donde me ofrecieron leer noticias acompañando al lector titular, el locutor, Leonidas Vásquez. Luego por solicitud del director del noticiero, Juan B. Cataño Villa, pasé a Súper Noticias de Antioquia, y Leonidas Vásquez, pasó al noticiero La Hora.
A Radio Súper llegó Jairo Restrepo un nuevo gerente nombrado por la familia Pava Camelo. Restrepo llegó con una política radical de despidos y sacó a muchos colegas y yo no fui la excepción. En ese entonces yo tenía un buen sueldo y Jairo Restrepo me lo aumentó y cuando ya había cumplido dos meses para tener derecho a una liquidación con ese nuevo sueldo, prescindieron de mis servicios. En este primer periodo en Radio Súper trabajé 2 años.
"La locución me ayudó mucho a cultivarme porque no soy una persona muy erudita, pero tengo mi biblioteca y me gusta investigar."
Jesús María Giraldo Restrepo.
¿Pensó en devolverse para Pereira?
No. Seguí mi vida en Medellín. Me fui a anunciar discos en Radio Junín, que actualmente es La Voz de Colombia.
Mientras estaba allí, entre Juan B. Cataño y Jaime Tobón de la Roche organizaron y montaron el noticiero La Hora en Radio Junín y así me pude ocupar de ambas cosas. Leyendo noticias y anunciando discos. Con Juan B. Cataño estuvimos como nómadas en diferentes emisoras haciendo este noticiero.
Cuando Jairo Restrepo salió de Radio Súper, Henry Pava Camelo, le propuso a Juan B. Cataño volver a hacer el Noticiero Super Noticias de Antioquia y este le puso como condición de llevarme a mi para leerlo. De esta forma, regresamos nuevamente a Radio Súper. En Radio Súper tenían una ley que cuando un trabajador iba a cumplir 10 años de servicio, no se le podía despedir. Además, la indemnización era muy alta. Me llamaron para proponerme algo, que, para mí, fue muy infame.
Me dijeron que si quería seguir trabajando con ellos tenía que firmar un nuevo contrato, yo les dije que sí, que me dieran la indemnización y firmábamos el nuevo contrato. Pero lo que ellos querían era que renunciara a la indemnización y aparte comenzar con un sueldo inferior al que tenía. Yo no acepté. Entonces me indemnizaron y ya tenían mi sustituto con Álvaro Ortiz Niño.
En Radio Súper trabajé hasta 1992 y después de pasar por otras emisoras en espacios de tiempos intermitentes, entre ellas La Voz de la Raza, El sistema Radial BT, Colmundo Radio, entre otras, me pensioné en 2003.
Yo fui la voz institucional que identificó la Cadena Súper por espacio de cinco años a nivel nacional. En total trabajé por espacio de 12 años.
¿Ya con su experiencia en Medellín, llegó a recibir alguna propuesta para volver a Bogotá?
Claro que sí. Estando en Radio Súper, Henry Pava Camelo le pidió consentimiento a Juan B. Cataño para hablar conmigo porque me necesitaban en Bogotá para leer las noticias en Súper Noticias de Colombia, pero esta vez, Juan B. Cataño eludió la propuesta ya que en ese momento el noticiero en Medellín manejaba muy buena publicidad y para él, yo era el hombre clave en la lectura de noticias. De manera que esta oportunidad de volver a trabajar a la capital se escapó también.
En su época de locutor, las radionovelas tenían mucha importancia. ¿Participó en ellas?
Las radionovelas comenzaron a decaer cuando, por ejemplo, Caracol que era la reina de estos dramatizados, comenzó a cambiar su formato por una radio noticiosa, informativa y más global. Todelar quedó con esa saga, pero no tenía tanta fuerza como Caracol. También es importante anotar que comenzó el auge de las telenovelas y esto mermó importancia a las radionovelas. Los actores de radio, muchos de ellos, pasaron a la televisión
Gaspar Ospina que era el director de la popular, Kalimán, me dio cabida y participé en unos capítulos interpretando al Inspector Closter. También hice algunos personajes en otras radionovelas en Todelar.
Recuerdo a formidables actores de radio, como Eduardo Madrid, Mario Muñoz, Selma Cortázar, Colombia Arias, Erika Krum, Gilberto Fuentes, Manuel Pachón y otros, que me acogieron muy bien.
Los controles y grabadores de aquella época en donde no existía la tecnología de hoy eran unos verdaderos genios y muy creativos para idearse los efectos especiales y sonidos.
¿Y qué nos dice de la lectura de noticias, género en lo que usted precisamente se destacó y que otrora gozaba de tanto valor en la locución colombiana?
Todavía los hay. Las emisoras locales e independientestienen sus noticieros con locutor de noticias. Tal vez el material no sea en papel como antes sino en pantalla, pero quieren conservar este nicho de las noticias leídas y sigue existiendo.
De hecho, las cadenas grandes conservan la lectura de noticias en los boletines en horarios fijos. Las cadenas radiales quisieron integrar todo esto y como el Ministerio ya no exige licencia como antes cuando un periodista no podía leer noticias, labor que era encomendada al locutor que tenía su respectiva licencia.
También está la figura del concesionario que opera hace años. Por ejemplo, llega un periodista y le propone a una emisora que le arriende un espacio para hacer un noticiero. La persona que arrienda el espacio debe pagar los honorarios a la emisora, incluyendo, si tiene, su equipo de trabajo. De manera que sale más rentable para la emisora alquilar un espacio para que otros hagan el noticiero y así se ahorran gastos de nómina.
En Medellín, en Múnera Eastman Radio, por ejemplo, Oswaldo 'Speedy' González, es concesionario de su propio noticiero. El es su locutor y quién lo dirige. El periodista Carlos Alberto Cardona, en La Voz de Antioquia, con un estilo muy animado, dirige su propio noticiero y él mismo lo lee. Es un profesional, inteligente, integral y bien informado.
¿Qué lo ha marcado significativamente en su profesión?
Definitivamente, haber leído noticias en Radio Sutatenza.
Hay un hecho que tal vez no tenga gran relevancia pero que, a mí, en lo personal, me impactó demasiado. Le cuento que hace muchos años en Medellín, me contrataron par ser Maestro de Ceremonias en el Club Campestre para un evento de una Organización llamada ASINFAR (Asociación de Industrias Farmacéuticas). En la ceremonia, había varias personalidades importantes como invitados. Para la ocasión me vestí muy elegante y estaba muy bien preparado. Al término de la ceremonia unos profesionales de la medicina me invitaron a su mesa y me preguntaron si yo pertenecía a ASINFAR porque les había parecido muy elocuente y convincente mi presentación. Con la propiedad con la cual yo hablé de la Organización, quedaron convencidos de que yo era miembro de esta. Yo les expliqué, que ese era mi trabajo, y que lo hacía lo más profesional posible. Fueron muy amables conmigo y hasta se ofrecieron con conducirme hasta mi casa. Esa anécdota me pareció muy especial y la recuerdo con afecto y cariño.
Supongo hay locutores que lo han inspirado. ¿Quiénes son?
La lista es muy larga. Las extraordinarias voces que ha tenido Colombia son muchas. Le puedo mencionar algunos como: Alfredo Materón Miller. Francisco José Restrepo (Mr. Buenas Noches), Hernán Castrillón Restrepo, Milton Marino Mejía Mejía, Gonzalo Ayala Naranjo, Otto Greiffestein, Julio Nieto Bernal, Eliodoro Otero, Edgar Caicedo, con quien trabajé en mis inicios. Del exterior me gustaban mucho, los hermanos mexicanos, Ricardo y Carlos Montalbán. Siempre fui gran admirador de los locutores mexicanos.
¿Qué comparación haría de aquella radio en la que usted aprendió y se hizo locutor, a la que están haciendo las nuevas generaciones?
En lo personal, la de hoy no es mejor que la de antes. No solo por los aparatos que manejaba sino por el alcance que tenía. Por onda corta escuchábamos infinidad de emisoras de todo el mundo. La de ahora con toda su tecnología es más resumida.
Debo añadir que los personajes de la radio de antes eran tan grandes como los de hoy. Tampoco me gusta desmeritar el trabajo de las nuevas generaciones. En todas las épocas ha habido gente buena y mala.
Usted fue inspiración para su hermano José Alberto Giraldo. ¿Qué dice de su hermano?
José Alberto, era un comunicador innato. En sus cuadernos de estudio recortaba las páginas de deportes con jugadores y las pegaba. Yo hablé para que le dieran una oportunidad en La Voz Amiga en Pereira y don Álvaro Escobar Mejía lo puso en el turno de la noche, poco a poco se pulió, obtuvo su licencia de locutor y evolucionó. Es un autodidacta. Gran lector y muy bien documentado. Como yo, creo que su carrera pudo haber llegado más lejos, si hubiera aceptado otras oportunidades.
¿Cuál es su compendio de Radio?
La radio es un fenómeno que viene de siglos. Se dice que, si el Apóstol Pablo viviera en esta época, tendría una emisora. Hubo grandes comunicadores, Pio XII fue uno de ellos. La radio es un hecho muy antiguo. El arcángel San Gabriel es el patrono de los locutores, fue él, quién anunció el nacimiento de Jesús. Al hombre siempre le ha gustado anunciarse. El Sermón de la Montaña significó la radio sin micrófono. Parte de la comunicación se dio en un monte a través de las parábolas de Cristo.
La radio no se ha terminado de inventar porque sigue siendo inspiración de los seres humanos, mujeres y hombres. Como anécdota le cuento que el gran Julio Nieto Bernal tenía unos programas llamados 'Después de la Horas' y 'Una Cándida Conversación', y luego me di cuenta de que estos títulos los había traducido y copiado de una revista Playboy. De manera que hablar de originalidad en la radio son palabras mayores, se mejoran copias y la gente se va inspirando.
Por la tecnología que existe hoy en día, no es que se está inventando la radio. La radio nació grande hace muchos años y con grandes comunicadores.
¿Qué ha significado la radio en la vida de Jesús Restrepo Giraldo?
La locución en mí fue una vocación desde muy niño. Mi estabilidad emocional me perjudicó un poco porque me nombraban director, pero yo no quería saber nada de esto, lo único que quería era cumplir mi horario como locutor. Nunca me ha gustado dar órdenes. Si ejercí como director, pero nunca me gustó.
La locución me ayudó mucho a cultivarme porque no soy una persona muy erudita, pero tengo mi biblioteca y me gusta investigar.
En alguna ocasión tuve la oportunidad de reemplazar a Eduardo Aponte Rodríguez, un señor locutor, eso fue muy significante para mí. Creo que me faltó más 'lagartería' y más ganas de quedarme en Bogotá, quizás hubiera llegado más lejos en este oficio, pero siempre fui muy inestable en este sentido. No puedo echarle la culpa a nadie más que a mí mismo.
"Por la tecnología que existe hoy en día, no es que se está inventando la radio. La radio nació grande hace muchos años y con grandes comunicadores."
Jesús María Giraldo Restrepo.
Comments