Remembranza a Hernán Caro (Q.E.P.D.)
- German Posada
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Updated: 3 days ago

Hernán Caro. Foto Archivo Juan Caro Angel.
Medellín, la ciudad en donde falleció el famoso y recordado artista de tango Carlos Gardel, vivió una época inigualable en toda Colombia, por el furor y el gusto que este género musical generó en la provincia.
El tango se arraigó y sus intérpretes como los discos, viajaban entre Buenos Aires y Medellín, ensanchando más y más el poder de este frenético ritmo musical que describía en sus letras la vida, la muerte, el amor, el desamor, la poesía, la soledad y el desengaño.
Y mientras el tango sonaba con ímpetu en los diferentes bares de la ciudad de Medellín, Hernán Caro, un humilde hombre que, hasta antes de ser reconocido como uno de los pioneros y difusores más importantes en Colombia en este género musical, sus días los pasaba laborando el noble oficio de la zapatería.
Una Hora en Buenos Aires fue su obra maestra en la radio. Sin imaginárselo, Hernán Caro, se hizo locutor y como erudito del tango creó sus propios programas. Una Hora en Buenos Aires, lo hizo por espacio de 50 años todos los domingos.
Su hijo, Juan Caro Ángel, locutor reconocido en el ámbito de la radio juvenil, nos cuenta de manera detallada algunas anécdotas y vivencias de su papá, que poco a poco fueron calando en su cotidianidad para forjarlo como hombre de radio y experto conocedor de historias y artistas tangueros.
"Me atrevería a decir que mi papá fue de los poquitos que impulsó el tango en Colombia y en especial en Medellín. El tango fue un género musical que predominó por muchos años en esta ciudad.", recuerda con afecto, Juan.
Por: Germán Posada
¿Desde qué edad tiene conciencia de qué su papá era locutor?
Desde la edad de los cinco años recuerdo que mi papá trabajaba en una emisora de Envigado que se llamaba La Voz Katía. Recuerdo que mi mamá, María Resfa Ángel de Caro, desde que mis hermanos y yo estábamos pequeñitos colocaba los programas que mi papá hacía para que nosotros los escucháramos en la radio.
Después de La Voz Katía, mi papá pasó a hacer el programa de tangos a La Voz de la Independencia. Mi papá fue cogiendo mucha fuerza con sus programas. En aquella época los únicos programas de tangos que se hacían en la radio eran los de mi papá.
¿Lo acompañaba a las emisoras?
Mucho. De hecho, el amor que yo le cogí a la radio fue por mi papá. Cuando yo no tenía que estudiar, mi papá me llevaba a las distintas emisoras y mientras que él hacía los programas yo me fascinaba viéndolo en la cabina de radio.
Recuerdo que mi papá entraba a la cabina y al pie del operador de audio sacaba los discos y los iba organizando para luego darle indicaciones en que orden ponía a sonar las canciones. Cuando comenzaba su programa siempre saludaba a sus amigos de los bares que le patrocinaban sus programas.
Todo lo que decía mi papá era sin texto. El no leía. Todo lo que decía era de pura memoria e improvisaba.
¿Recuerda qué hacía, cómo se preparaba antes de ir a las emisoras?
Primero que todo él fue un excelente papá. Recuerdo que se levantaba los domingos muy temprano para ir a Todelar a hacer un programa que se llamaba Entre tangos y Deportes que lo hacía con Jorge Eliecer Campuzano y Javier Hernández Bonet.
Preparaba un maletín con los discos que seleccionaba para colocarlos en el programa. El maletín lo llevaba recargado porque además clasificaba música para hacer ese mismo día en La Voz de la Independencia el programa Una Hora en Buenos Aires. Todos los días de tres a cuatro de la tarde en esta misma emisora hacía un programa que se llamaba Belgrano 6011.
¿Y se enteró cómo entró su papá a la radio?
Mi abuelita Carlina Caro tuvo dos hijos. Leticia y mi papá. Ellos fueron hijos naturales. Mi abuela nunca se casó. Para ella poderlos educar, le trabajaba a la gente adinerada de Envigado lavando ropa en la quebrada Ayurá y también la aplanchaba.
En la medida en la que mi papá iba creciendo acompañaba a mi abuela que trabajando escuchaba y cantaba tangos y fue así como él le fue cogiendo gusto por los tangos.
En Envigado mi papá aprendió el arte de la zapatería y hacía zapatos para niños. En sus ratos libres se iba para un bar de tangos en el parque de Envigado a lavar copas y a barrer y así fue adquiriendo más conocimiento con este género musical. Él nos decía que en aquel tiempo prácticamente no escuchaba en las emisoras programas de tangos.
Al ver que mi papá había adquirido conocimiento con los tangos, mi tía Leticia lo animaba para que fuera a las emisoras y propusiera hacer un programa con todo lo que sabía, pero mi papá no le hacía caso. Fue tanta la insistencia de mi tía que mi papá terminó escuchándola y fue así como se animó a ir a la radio.
Mi tía Leticia fue una de las mujeres más lindas de Envigado y tenía gran facilidad para hacer amigos. Ella conocía gente de la radio y fue a través de ella que mi papá comenzó a trabajar en La Voz Katía de Envigado. Allí le dieron la oportunidad de colocar unos discos y al administrador de la emisora le gustó su selección de música. Cuando la gente escuchaba lo que hacía mi papá, tanto a él como al dueño de la emisora, comenzaron a elogiarlos en las calles. Los saludaban y los felicitaban y también los animaban para que siguieran realizando los programas.
¿Y cuál era la relación de su papá con las casas disqueras?
En la época de los 70, mi papá pasó de La Voz Katía a La Voz de la Independencia en donde sus programas comenzaron a tomar fuerza. Recuerdo que mi papá leía la información que venía impresa en la parte trasera de las portadas de los discos y compraba libros instruyéndose sobre cantantes y agrupaciones de tango.
Alcanzó a tener una buena colección de libros y se ilustró tanto en este género musical al punto que la gente de la disquera Sonolux se dio cuenta de la capacidad y el conocimiento que mi papá tenía.
Mi papá y el director de Sonolux, Hernán Restrepo Duque, reconocido locutor y coleccionador de música antigua, se conocieron y generaron una excelente amistad. Don Hernán le propuso a mi papá para que trabajara con ellos tiempo completo, pero él se negó por la responsabilidad que tenía con sus programas de tangos, pero aceptó trabajar por espacios de medio tiempo.
Mi papá también conoció los dueños de Codiscos quienes le propusieron que si podía programarles los artistas de tangos y él aceptó. De esta manera resultó programando al mismo tiempo la música de tres casas disqueras: Sonolux, Codiscos y RCA Víctor.
Tiempo después hizo lo mismo para Odeón, otra casa disquera argentina que, si no estoy mal, la representada en Colombia la CBS que operaba en Bogotá y donde mi papá viajaba una vez por año a trabajar con ellos.
La música que recibía Sonolux, mi papá la imprimía acá y todo lo que salía de artistas como Juan d'Arienzo o Agustín Magaldi mi papá los programaba siendo éxito total.
También viajo tres veces a Argentina. La primera fue por parte de Codiscos para traer música. Lo acompañaron dos grandes amigos José Chepe Rúa, gran conocedor de tangos en Medellín y Aníbal Moncada dueño del bar El Patio del Tango. Las otras dos fue por intermedio de la CBS.
¿Supongo que su papá conoció al argentino Leonardo Nieto fundador de la Casa Gardeliana en Medellín?
Si. Leonardo Nieto fue un argentino muy reconocido en Medellín por su implicación con el tango, escuchaba los programas que mi papá hacía y así se hicieron buenos amigos. Mi papá iba seguido al popular restaurante Salón Versalles, cuyo propietario era don Leonardo Nieto y allí conoció grandes futbolistas que también frecuentaban el lugar. Uno de ellos era Osvaldo Zubeldía, técnico del Atlético Nacional en aquella época y al que le gustaba mucho la hípica y los bolos.
Cuando Leonardo Nieto fundó la Casa Gardeliana invitaba a mi papá para que diera charlas de tangos. Ambos impulsaban los festivales de tangos siendo mi papá la persona que oficiaba como el maestro de ceremonias de estos eventos convirtiéndose en el presentador oficial de los festivales de tangos en la década de los 70 en Medellín.
En aquel entonces la Plaza de Toros La Macarena se llenaba de grandes iluminarias del tango.
¿Tiene conocimiento a qué artistas presentó su papá?
Mi papá hizo muy buena amistad con Armando Moreno. De hecho, fue su anfitrión en la primera visita de mi papá a Argentina acompañado de sus amigos.
También fue buen amigo de Juan d'Arienzo, Oscar Larroca y Alberto Podestá. A todos ellos los presentó en sus presentaciones en Medellín.
¿A quién admiraba como artistas de tangos?
El mencionaba mucho a Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche.
"Mi papá siempre cuido mucho su colección de discos. Hay gente interesada en comprarla, pero no hemos querido venderla."

Colección de discos de Hernán Caro. Foto Archivo Juan Caro Angel.
¿Hablaba de Carlos Gardel?
Cuando Carlos Gardel murió mi papá era todavía un niño, pero una vez se hizo reconocido en este género musical lo llamaban para que ofreciera charlas a la gente mediante visitas guiadas al cementerio San Pedro en donde esta la tumba de Carlos Gardel.
Recuerdo que fue en aquellas charlas cuando aprendí que el Aeropuerto Olaya Herrera antes se llamaba Las Playas que fue en dónde falleció el cantante argentino.
¿Su papá dejó su trabajo como zapatero?
Cuando el comenzó a trabajar en La Voz Katía aún trabajaba la zapatería, pero una vez pasó a La Voz de la Independencia dejó de hacerlo.
Me imagino que a su casa iba mucha gente a escuchar tangos con su papá.
En realidad, no. Mi papá invitaba a algunos de sus principales amigos como Javier Ocampo, José Chepe Rúa y Aníbal Moncada. Con ellos intercambiaba ideas y opiniones sobre música. Alguna vez trajo al cantante Pepe Aguirre a mostrarle su discoteca.
¿Cuántos discos agrupa esa biblioteca?
Yo diría que más de 1000. Son discos casi nuevos. Mi papá siempre los cuido mucho. Hay gente interesada en comprarla, pero no hemos querido venderla.
Le cuento que hace un mes los propietarios de un restaurante bar llamado La Leña empezaron a hacerle una especie de homenaje a mi papá todos los jueves de fin de mes y precisamente lo llamaron Una Hora en Buenos Aires. Invitan gente a bailar y a cantar tangos.
¿De los programas qué hacía su papá, cuál cree que a él le gustaba más?
Mi papá disfrutó mucho el tango y disfrutó programar las disqueras para las cuales trabajó. En la parte de radio yo creo que el programa que a él lo identificó y el que más quiso fue Una Hora en Buenos Aires. Ese programa duro mucho. Si no me equivocó fueron unos 50 años haciéndolo todos los domingos.
En Radio Calidad de RCN, hoy Antena 2, también tuvo un programa que se llamaba Calidad en el Tango. Después lo hizo en Radio Paisa y lo retransmitían en el municipio de Santa Bárbara en la emisora Radio Santa Bárbara.
A mi papá lo llamaban empresarios para hacer presentaciones de tango en varias ciudades del país.
¿Me imagino que llegó a recibir reconocimientos por su labor y difusión del tango?
Mi papá fue muy admirado y respetado por su trabajo en la radio.
El 23 de marzo de 1990, día clásico del locutor en Colombia, la mesa directiva de la Asamblea Departamental de Antioquia le hizo un homenaje de reconocimiento por sus 25 años como destacado pionero de la radiodifusión en Colombia.
¿Y qué tan bohemio era su papá?
En realidad, era esporádica la vez que mi papá tomaba licor. Yo recuerdo muy bien cuando el hacía sus presentaciones en El Viejo Almacén que le ofrecían y él aceptaba, pero muy poco. Siempre lo veía sobrio.
Mi papá tenía muchos amigos de bares y aún así no era un tipo bebedor.
¿Quién en su casa heredó el gusto por la locución?
Fuimos tres hermanos. Beatriz, Jairo y yo. El único que le heredó a mi papá el amor por la radio fui yo.
Pero contrario a su papá, usted siguió fue la línea de la música juvenil y en inglés. ¿Verdad?
Así es. Le cuento que mi papá cuando trabajaba en Sonolux me traía ocasionalmente música de este género. Algunos de los discos fueron de Led Zepelin, Abba, Rod Stewar y Silver Convention.
¿Su papá lo llegó a ver a usted cómo locutor? ¿Le daba sugerencias?
¡Si! Él se admiraba porque no se explicaba cómo era que yo podía hablar en la radio en inglés y me preguntaba si yo era capaz de entender las canciones. Algo gracioso era que en las calles lo molestaban cuando le decían que su hijo le había salido completamente distinto en la radio porque animaba programas de música en inglés.
Esta pregunta me recuerda algo muy bonito y es que en 1985 cuando yo estaba trabajando en Veracruz Estéreo, en alguna ocasión estando en mi casa descansando me llamó Donnie Miranda para decirme que Hernán Vélez, uno de los propietarios de la emisora, necesitaba hablar conmigo. Lo primero que yo pensé era que me iba a despedir.
Inmediatamente me organicé y me fui para la emisora y me le presenté en la oficina a Hernán Vélez. El me saludo muy amablemente y me preguntó que si por el apellido yo era familiar de Hernán Caro. Yo le respondí que era mi papá.
Don Hernán se sorprendió y hasta se paró de la silla todo exaltado. Me contó que él era abogado y que había sido director de la cárcel La Ladera hoy en día Bellavista y que allí, el escuchaba a mi papá haciendo Una Hora en Buenos Aires y que era su admirador. También me dijo que era coleccionista de tangos y que había viajado varias ocasiones a Argentina.
Me pidió el favor de presentárselo y un día los reuní en las instalaciones de Veracruz Tevecable. Allí estuvieron hablando de tangos por un espacio de una hora y media.
¿Y quién de la familia siguió la línea de su papá por la pasión al tango?
Mi papá siempre quiso y adoró a mi tía Leticia Caro y fue muy amigo de su esposo Mario Zuluaga. Sus sobrinos William, Doris, Gloria, Adriana y Jhon, fueron su adoración.
Mario su cuñado fue propietario por mucho tiempo de un bar de tangos muy popular en el municipio de Bello llamado El Torrente. Después de su muerte lo siguió administrando mi primo William. Y Jhon Mario es propietario de un bar de salsa que se llama Borinquen.
¿De qué se enfermó su papá?
Le dio cáncer en la sangre. Empezó a sentirse mal y estuvo internado unos 10 días en la Clínica Las Vegas. Murió el 26 de diciembre de 2015. La iglesia de San Marcos en Envigado en donde lo cantaron estaba a reventar. La verdad es que mi papá estuvo muy acompañado.
Recuerdo que cuando la misa se terminó un señor ya mayor se me acercó y me preguntó si yo era hijo de Hernán Caro. Se me presentó y me dijo que él era un decano de la Universidad de Antioquia, que había tenido la oportunidad de hablar con mi papá muy pocas veces y que lo consideraba un genio en el conocimiento del tango.
Me contó que, en alguna ocasión, le había preguntado a mi papá si tenía conocimiento acerca del lunfardo y que mi papá le había respondido que no mucho pero que de todos modos le preguntara. Me dijo que en total le había hecho 10 preguntas relacionadas al lunfardo y que todas se las había contestado acertadamente.
¿Cómo fueron sus últimos días?
Mucho antes de morir solía frecuentar un restaurante en donde siempre lo atendieron muy bien llamado Bartolos. Allá se encontraba con un amigo que él quería mucho y que le decían el Negro Jaramillo.
En su enfermedad se sentaba en una silla afuera de la casa y recibía a sus amigos que lo visitaban y se ponían a escuchar tangos. Mi papá todavía era capaz de tararear las canciones y se acordaba de los artistas y de los títulos de las canciones. Siempre tuvo muy buena memoria.
¿Para usted cual fue el legado que dejó su papá?
Me atrevería a decir que mi papá fue de los poquitos que impulsó el tango en Colombia y en especial en Medellín. El tango fue un género musical que predominó por muchos años en esta ciudad.
Muchas gracias.
Estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por la radio en Colombia, Por tus entrevistas a personajes de la radio. Quedo muy agradecido porque tuviste muy en cuenta a mi papá después de muerto. Esto lo tomo como un homenaje póstumo. Sos la única persona que ha tenido en cuenta a mi familia. A la gente que les gusta los medios va a tener la oportunidad de conocer un poco más de la vida de mi papá que no lo sabían. Un Dios te pague.
Quiero aprovechar esta charla para nombrar a estas personas que se portaron muy bien con mi papá en vida y que los recordamos diariamente en familia. A los esposos Carlota Gómez de Cardona y Carlos Cardona Valencia propietarios de La Voz de la Independencia junto a Enrique Hincapié y quienes le dieron la oportunidad a mi papá de hacer su programa en esta emisora. A Guillermo Díez Ramírez, gerente de Codiscos que quiso mucho a mi papá. Hernán Restrepo Duque, director de Sonolux. El doctor Mario Ceballos gerente de RCN quién fue la persona que más impulsó a mi papá para que hiciera el programa Una Hora en Buenos Aires en Radio Paisa.
"Cuando la gente escuchaba lo que hacía mi papá, tanto a él como al dueño de la emisora, comenzaron a elogiarlos en las calles. Los saludaban y los felicitaban y también los animaban para que siguieran realizando los programas."

De izq. a der: Hernán Caro(padre de Juan Caro), José Luis Idarraga y Jorge Eliecer Campuzano.