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Javier Rodríguez: "Yo vivo de la música."

Updated: Apr 8


Javier Rodríguez.


"Desde que estaba muy chiquito mi compañía era la radio. Tenía unas tías y una mamá muy musicales y ese virus de la música se me pegó." Con estas dos líneas comienza la charla que sostuve con Javier Rodríguez, director de la emisora Cámara FM de la Cámara de Comercio de Medellín.

Estas palabras podrían resumir a la perfección lo que es la vida de Javier Rodríguez, un apasionado de la música y de la radio y creador de la recordada y exclusiva emisora Mundo Diners. Su destino pudo haber sido otro. A lo mejor un reconocido profesor de Taekwondo, deporte en el que se destacó con creces, pero al que superó su amor y frenesí incondicional por la música.

Toda historia tiene sus líneas y las de Cámara FM las conoce muy bien Javier, porque con su presencia, las memorias de esta legendaria emisora tienen un antes y un después, y las casi tres décadas de estar al frente como su director, le dan la autoridad suficiente para contarla.

En Cámara FM están de fiesta porque cumplieron recientemente 40 años de servicio, por eso celebran y han diseñado una programación especial para festejar, y como es obvio, Javier no es ajeno a esta celebración -que dicho de paso- comienza a diseñar el camino que próximamente le otorgará el merecido reconocimiento a su fructífera labor como su director.

Javier Rodríguez ya está planeando lo que será su futuro retiro de sus actividades profesionales dentro de esta Institución, más no su aislamiento total de las comunicaciones y de la música, que, dicho de otra manera: son su vida.

"Yo no me veo quieto ni yéndome a tomar café en sudadera a un parque con otras perdonas de mi edad. Todavía tengo muchas cosas en la cabeza. Todavía tengo mucha fuerza y vitalidad como para retirarme completamente.", manifiesta con entereza Javier.

     

 

  

Por: Germán Posada

 

 

¿Por qué su gusto tan especial por la música?

Desde que estaba muy chiquito mi compañía era la radio. Tenía unas tías y una mamá muy musicales y ese virus de la música se me pegó. Para mi permanentemente la radio era una compañía que se me fue volviendo como una perspectiva del futuro, como algo que yo iba a hacer el resto de mi vida.

La carrera comenzó coleccionando música desde muy temprana edad. Primero fui muy rockero y no me desvié por ningún otro lado. A los 15 o 16 años toda la plata me la gastaba en discos y empecé a desarrollar un cierto gusto por sonidos digamos no muy habituales o normales para alguien de mi edad en una ciudad como Medellín.

Empecé entonces a coleccionar música electrónica alemana y a interesarme por el rock sinfónico que se estaba haciendo a finales de los 60s y principios de los 70s, y compraba todos los discos de Emerson, Lake and Palmer, Genesis, Yes, King Crimson, Moody Blues, etc.

 

 

¿Cómo se dio su entrada a la radio?

En 1977 yo era taekwondista y le daba clase a un operario de audio de la emisora de la Universidad de Antioquia y este me invitó para que hiciera un programa musical. Si no estoy mal era el primer programa de música electrónica en la ciudad de Medellín y quizás en todo Colombia y lo llamé 'Meditación Electrónica'. Cada semana durante media hora pasábamos un disco, yo escribía los textos y aunque tenía información, eran también basados en ciertas especulaciones porque no existían datos muy precisos al respecto.

En aquel entonces a Benjamín Castro Salazar, uno de mis más queridos y respetados locutores que ha habido en Medellín durante mucho tiempo, se lo llevaron como locutor principal de la Emisora de la Cámara de Comercio. Benjamín me invito para que me fuera con él ya que tenía la garantía de que allí me pagaran, lo que no ocurría en la U. de A. Yo acepté la invitación de Benjamín y en 1984 me fui a hacer 'Meditación Electrónica' pero le cambié el nombre por el de ‘Sinfonía Electrónica'.

 


¿Y qué pasó con su carrera en Taekwondo?

Yo hice Taekwondo cerca de 20 años y fui cinturón negro cuarto Dan. Quedé campeón nacional cuatro veces y campeón panamericano. También fui cuarto en un mundial. En realidad, tuve una carrera enorme en esta disciplina deportiva, pero hubo un momento en el que me tenía que decidir entre seguir en el Taekwondo o asumir otras responsabilidades distintas de vida.

En 1984 cuando empecé a estudiar Comunicación en la Universidad Pontificia Bolivariana ya tenía ciertas herramientas y conocimientos para que mis libretos y mi desempeño fuera muchísimo mejor.

Pero aclaro que yo nunca fui locutor. Siempre escribí libretos para que otros los leyeran. La verdad es que la lectura que yo hago a mis textos es una actividad muy reciente porque siempre he tenido un particular respecto por los locutores y yo no tengo ni la voz ni la actitud y otras cosas que son necesarias para esta profesión. Desde esta perspectiva siempre he manejado un perfil muy bajo y nunca he reclamado un protagonismo.

De hecho, en la emisora de la Universidad de Antioquia era Benjamín Castro Salazar quién leía los programas que yo escribía. A propósito, fue todo un honor que a mi edad en aquella época mis escritos sonaran enormes en la voz de este fenomenal locutor. Todo esto fue un estímulo a mi carrera y para enamorarme mucho más de la radio.                   

 


Le cuento que Benjamín Castro Salazar fue mi profesor de lecturas en mis estudios de locución en el I.M.E. ¿Cómo describiría al Maestro Benjamín Castro Salazar?

Benjamín era un fenómeno, algo nunca visto en todos estos años haciendo radio. Él era capaz de enfrentar cualquier texto sin haberlo leído con anticipación y tenía algo que yo tampoco se lo he visto absolutamente nunca a nadie. El tipo por muy mal que alguien le escribiera hacía que las cosas le sonaran bien.

Tenía la habilidad de corregir sobre el camino lo que iba leyendo que estuviera muy mal escrito. Hacía las pausas, correcciones y las puntuaciones gramaticales sobre la marcha.

Un magnífico maestro de ceremonias y fue presentador de noticias en Teleantioquia. Era un profesional con formación. Muy leído y culto. Muy difícilmente se podía corchar a Benjamín porque era alguien muy bien enterado. Sabía un poquito de todo. No era el mar de conocimientos y centímetros de profundidad, pero sabía en que se metía. Además, era un excelente entrevistador que estaba pendiente de hacer lucir el entrevistado y no lucirse él. Tenía una multitud de virtudes que lo hacían un locutor único que difícilmente se vuelve a ver. Definitivamente único en su género que difícilmente se repite. 

 


¿Qué recuerda de su impresión al conocer por primera vez Cámara FM?

Realmente cuando yo entré a Cámara FM en 1984 fue como productor y a medida que fue pasando el tiempo y avanzando mi carrera me fui afianzando y aprendiendo más cosas para enfrentarme al medio. En esa época conté con la complicidad del apoyo de la directora de aquella época, Rocío Monsalve.

Ella me dio carta blanca con los dos programas que inicialmente hice y en la medida en la que pasaba el tiempo le seguía haciendo propuestas de más programas. Para los días festivos diseñamos una programación aparte de lo que era lo convencional.

Cuando concluí mi carrera en Comunicación en 1987, como era obvio, Cámara FM fue el lugar que busqué para mis prácticas y allí me quedé. En aquel entonces su nombre era HJCM Cultural FM.           

En 1990 con muchas responsabilidades me comencé a sentir algo incomodo no solamente por el pago sino por la carga laboral. Pero justamente en junio de ese mismo año, recibí la llamada de Alberto Vásquez quién me dijo que Carlos Alberto Acosta le había sugerido mi nombre para un proyecto nuevo de radio que él quería arrancar. Alberto Vásquez, era el dueño de Veracruz Estéreo que había sido vendida en ese año.

Alberto estaba asociado con Alberto Robayo, propietario de Pollos Kokoriko y quién tenía la emisora 89.9 FM que, si no me falla la memoria, se llamaba Estéreo Azul. Ellos querían darle un vuelco a esta emisora.

Me reuní una primera vez con Alberto quién me dio toda su confianza para que yo diseñara a mi gusto los cambios de la emisora. Luego de algunos meses nos reunimos de nuevo y esta vez su oferta salarial fue mucho más generosa. El 1 de octubre del 90 arrancamos con Mundo Diners en 89.9 FM.

 


Creador de Mundo Diners. ¿Nos recuerda por qué se eligió este nombre?

En esa época Alberto Robayo no solo era el dueño de Kokoriko sino de la franquicia de la tarjeta Diners en Colombia. Desde esa perspectiva optamos que lo mejor era que la emisora tuviera una asociación con esta firma. Nosotros buscamos que fuera una emisora de cierta categoría, que estuviera dirigida a cierto segmento de público y que fuera una emisora de nicho.

Su música debía marcar una pauta diferencial con las demás emisoras y busqué gente joven de la Universidad Pontificia Bolivariana que así no tuvieran mucha experiencia en radio si tuvieran buenas voces. Los elegidos fueron Luis Fernando Matta y Angélica Estrada.

También seleccioné del periódico El Mundo a Carlos Patiño, quién nunca había trabajado en radio, pero si un extraordinario escritor y conocedor de rock superior. De hecho, había ganado premio nacional de poesía de la Universidad de Antioquia, y ya había escrito algunos libros. Así comenzamos a diseñar la estética de la emisora y la verdad es que fue muy sencillo porque rompimos con esa forma tradicional y repetitiva de hacer radio. Empezamos a emitir música que no había sonado antes en ninguna otra emisora, las personas que hablaban sabían inglés y con voces muy características. Trazamos el esquema de cómo y qué íbamos a escribir y cómo iban a ser las intervenciones de los locutores. Nos dedicamos a informar con detalles sobre la música que sonábamos.

En Mundo Diners me dieron la oportunidad de poner en escena todo lo que a mí me gustaba. Todo lo que había coleccionado. En un principio la mayoría de la música que emitíamos era mía.

Cuando llegamos, la emisora prácticamente estaba destruida, dotada de equipos viejos que salían del aire muy a menudo, pero en poco tiempo fuimos mejorando todo. La verdad era que teníamos un músculo financiero muy importante y eso nos facilitó muchísimo más el camino. Duramos desde 1990 hasta 1997.

 


¿Y qué pasó con Luis Fernando Matta, Angélica Estrada y Carlos Patiño? ¿Siguieron trabajando en radio?

Luis Fernando Matta vive en USA, y trabaja en Carolina del Norte. Aun trabaja en radio, para Cámara FM.

Angélica Estrada sigue haciendo locuciones, da cursos de expresión oral y es la mamá de mis dos hijas.

Carlos Patiño es profesor universitario en Cali. Sigue escribiendo y editando libros.

 


¿Qué representó Mundo Diners para la radio local y a nivel nacional?

Mundo Diners creó una estética nueva. Puso en escena un montón de músicas, de artistas y de géneros que nunca habían tenido la oportunidad en radio porque no eran muy comerciales o no se adaptaban a los esquemas o porque no estaban en las listas de éxitos. Nosotros nos fuimos por el camino muchísimo más largo.

También creamos Mundo Diners en Bogotá, concretamente en Zipaquirá, pero por las limitaciones que ocasionaron el hecho de estar muy alejada no tuvo la suerte que pudo haber tenido. El sonido que mejor se producía era en Chía.                 

 


Un creativo de programas de vanguardia. ¿Cómo se siente al respecto?

En estos días Donnie Miranda escribió en inglés -you did it your way- para felicitarme por un reconocimiento que me hizo el Club de la Prensa. Y eso nunca lo había pensado y me parece que Donnie apuntó a lo que de alguna forma he hecho en mi carrera.

Él se refería a que todo lo que he hecho en mi carrera de radio lo he hecho a mi manera. Esa frase de Donnie básicamente reúne lo que yo he hecho.

He sido muy afortunado porque en donde he trabajado no solamente en el Mundo Dinners, sino también en Cámara FM, siempre me dejaron hacer lo que yo quería. Siempre confiaron en mi intuición, en mi conocimiento, en las propuestas que hice.

Alberto Vásquez durante los siete años que trabajé con él nunca me dijo de cambiar algo en el programa. Jamás se involucró en nada de las decisiones que se tomaron en ese entonces. Y lo mismo me pasó en mis dos etapas de Cámara FM, del 84 al 90 y de 2002 a hoy. En todo este tiempo siempre han confiado en mí. Siempre lo he hecho a mi manera.

Pese a todo esto, siempre he estado entre bambalinas, no soy una figura. No soy una estrella de la radio, alguien muy notorio o alguien que haya reclamado protagonismo. Siempre he querido que la gente que está a mi alrededor que es la que suena y está al aire, que se destaque, que realmente lo haga.             

          


¿Recibió propuestas para hacer radio en Bogotá?

Nunca me llamaron de otro lado. Lo que yo he hecho toda la vida no ha sido muy comercial. Ahora, lo que nosotros hicimos en Diners a los 15 días estaba dando plata y los siete años que duró el programa fue completamente rentable.

Yo creo que nosotros en Mundo Diners hacíamos algo que no hacía absolutamente nadie y era que dentro de nuestras conversaciones con nuestros clientes les decíamos a quien no le servía pautar con nosotros. Nos pasábamos más tiempo rechazando clientes que recibiéndolos.

Muchos de ellos nos llegaban con cuñas terribles y eso nos ayudó a desarrollar otra habilidad que fue crear un departamento creativo en donde elaborábamos cuñas que sonaban distinto con una estética muy diferente y que solamente se escuchaban en nuestra emisora. La estética y el sonido que teníamos eran geniales. En 1990, posiblemente fuimos los primeros en Medellín en utilizar un Optimod, un aparato procesador de audio, lo que nos ayudó a tener una identidad diferente a las otras emisoras. Ecualizábamos el sonido que salía al aire.          

 


Como preámbulo a lo que serán los 40 años de Cámara FM y su despedida como director de la emisora, han programado especiales de jazz y entrega de galardones, entre otras actividades. ¿Nos cuenta más al respecto?

Creamos un montón de programas con los que queremos celebrar los cuarenta años y muchos de ellos son retrospectivas. Por ejemplo, tenemos uno que se llama Jazz Improbable que se lo dedicamos a el jazz más importante que se ha hecho en Colombia. Hemos conseguido grabaciones históricas ya que tenemos un productor extraordinario, Cristian Salgado quién está al frente del Club de Jazz en Medellín, todo un investigador, mejor dicho, un ratón de biblioteca.

Otro de los proyectos se llama 40 años, 40 discos, en el que cogemos cuarenta álbumes de los últimos 40 años, 1 por año, que han sido fundamentales o que tienen un significado muy particular para nosotros. A cada álbum le hacemos una disección completa.

Otro se llama We speak spanish, en el que presentamos las canciones más importantes del rock que se ha hecho en España y en Hispanoamérica en los últimos 40 años.

A todo esto, está pegado un concurso de Jazz que tiene la Cámara de Comercio que se llama Jazz a lo colombiano que también va a ser parte de las celebraciones. Durante la entrega del premio a los ganadores vamos a hacer una fiesta no solamente con jazz sino con otras músicas. Todo esto lo haremos a mediados de año en nuestra sede El Poblado.

Tenemos un micro programa que estamos emitiendo a diario y que cambiamos semanalmente. Se llama 14610 días de radio, que son los días que suman 40 años. Cada semana relatamos una historia diferente alrededor de la constitución, creación y evolución de nuestra emisora.

También hay un mural que se va a fijar en la sede del centro de la ciudad. Las directivas de la Cámara de Comercio apoyadas por los empresarios de nuestra ciudad han sido muy generosas y abiertas. La emisora ha sido como un canal muy importante para que la Cámara cuente lo que hace y para que apoye a los empresarios.

Esto que voy a decirte es muy significativo. Cuando arrancó la pandemia dejamos de vender cuñas y empezamos a regalarle las cuñas gratis a los empresarios de nuestra ciudad. A cada empresario que nos lo solicite bajo unos ciertos requisitos, les regalamos doscientas cuñas con una duración de hasta 20 días y así vamos rotando el grupo de empresarios.

 

 

 "Yo todo el tiempo tengo una canción en la cabeza. Todo lo que a mí me pasa lo asocio con una canción."  

Javier Rodríguez.

 

 

 ¿Justamente cómo ha resultado esa alianza de promover conjuntamente el negocio con la cultura?

La emisora de la Cámara trabaja en tres frentes. El musical que está claramente muy bien definido, el cultural que da salida a todo lo que está pasando en la Cámara con sus salas de exposiciones en casi todas sus sedes. Tiene concursos de novela y cuento nacional. Convocatorias permanentes de artes para nuevos talentos. También películas semanalmente.

El tercer frente es el empresarial en donde la emisora cuenta con un espacio solamente para emitir este tipo de cuñas gratuitas para los empresarios que hacen parte de la Cámara con programas que narran las experiencias de otros empresarios de la forma como crearon empresa, sus triunfos y fracasos. Esto les da las herramientas para que aparte de gestionar su legalidad, generen empresa. Somos amigos del empresario y estamos convencidos de que a un país también lo hacen las empresas que generan empleo y que pagan impuestos.               

 


Dos hombres de radio a quién yo personalmente admiro son Oscar Tito López y Gabriel Posada Gálvis, ambos animan escenarios en Cámara FM. ¿Qué otras personalidades han visitado Cámara FM?

Con nosotros ha trabajado mucha gente importante. Por ejemplo, Juan José Becerra, hasta su muerte, fue uno de nuestros locutores más importantes durante más de 10 años. Oscar Tito López está haciendo actualmente su programa Rockstorias. Gabriel Posada Gálvis, fue muy importante. Hizo una serie de espacios extraordinarios con nosotros, pero ya no está. También Santiago Ríos.

No solamente hemos traído una serie de productores nuevos, sino que también hemos echado mano de ciertas figuras legendarias que tienen un recorrido importantísimo y que han sido fundamentales en el establecimiento de la radio no solamente en Medellín si no en el resto de Colombia.      

 


¿Cómo era Cámara FM antes de su llegada?

Cuando yo trabajé en la década del 80, Cámara FM era la emisora cultural tradicional en Colombia que centraba sus contenidos casi que única y exclusivamente en música clásica y así continúo la emisora hasta el año 2000 porque en 2001 hablé con Nora Ángel, encargada de la División Cultural de la Cámara. En ese entonces yo no estaba trabajando en radio. Estaba más dedicado a escribir y tuve un periódico que se llamaba El Ocio, creamos la Revista del Tesoro, hicimos algunos periódicos sectoriales y prestábamos servicios editoriales a muchas entidades.

Por cuestiones laborales, a finales de 2001, Nora Ángel fue a las oficinas de El Ocio, y ese día nos conocimos. En nuestra conversación me preguntó mi apreciación sobre la emisora de la Cámara y muy asustada se quedó con mi opinión. Me pidió reunirnos de nuevo porque quería que yo me hiciera cargo de la dirección de la emisora.

Finalmente, en marzo de 2002 concretamos mi llegada con la condición de que iba a reestructurarla completamente. Le propuse salirnos del esquema de lo que venían haciendo -muy bien- pero desde hacía más de medio siglo, las emisoras de la Universidad de Antioquia y Radio Bolivariana. Le propuse un cambio ya que Medellín a mi criterio, no soportaba tres emisoras culturales iguales.

La idea era aprovechar lo que habíamos construido en Mundo Diners y ajustarlo con programas de literatura, tecnología y el mundo empresarial. En la Cámara les gustó la idea, como es normal también causó cierto descontento entre oyentes muy tradicionales, pero tuvimos el apoyo incondicional de las directivas. La transición duró unos tres años hasta que finalmente pudimos concebir la emisora que tenemos actualmente.

Creo que no se han arrepentido nunca de que la emisora de la Cámara se haya ido para otro lado que es el que reúne lo mejor de la radio cultural y lo mejor de la radio comercial. Hemos creado una emisora que está apartada completamente de todas las que se escuchan en el país. Nosotros tranquilamente lo decimos al aire: "Cámara FM no se parece a ninguna otra en la ciudad o el país."        

 

           

¿Cuál ha sido aporte de Javier Rodríguez a Cámara FM durante estos 28 años de servicio?

Yo creo que siempre he hecho quedar bien la Cámara. La emisora siempre ha sido rigurosa y muy profesional. Digamos que nunca ha caído en esas trampas de la radio comercial. Nosotros nunca hemos rifado nada ni le hemos pagado los servicios a nadie. Hemos hecho una radio que da elementos, contexto y que enseña. En estos casi treinta años de servicio no hemos parado de innovar y de evolucionar la emisora. Nunca hemos estado conformes y el apoyo de la Cámara de Comercio y de su Junta Directiva ha sido fundamental para el éxito de nuestra radio. Nosotros operamos sólo con tecnología de punta. Creo que le hemos dado a la ciudad una emisora diferente que ha trabajado bajo los parámetros más altos y que siempre se ha rodeado de los mejores.         

 


¿Qué es la música para Javier Rodríguez?

Todo. Yo todo el tiempo tengo una canción en la cabeza. Todo lo que a mí me pasa lo asocio con una canción. Estoy rodeado de música. En mi casa tengo un radio que está prendido 24 horas al día y a veces me despierto a las 2 o 3 de la mañana y me pasa que la emisora está fuera del aire por alguna circunstancia especial. Yo vivo de la música. Yo vivo de la radio y de todo lo que me produce la música y mi trabajo. Nunca he visto mi trabajo como un trabajo, siempre lo he visto como un hoobie remunerado.

 


¿Una canción o una agrupación que sean para usted un éxtasis musical?

Una canción que a mí me mueve todo se llama Plainsong de The Cure. Yo escucho esa canción y a mí se me quiere salir una lágrima todavía después de haberla escuchado 200 o 300 veces.

Un grupo oceánico que se llama The Go Betweens a mí me encanta y de hecho tengo todos sus discos. 

 


¿Una banda musical de alguna película que le guste? 

Una de mis películas favoritas es Blade Runner en donde se escucha la música de Vangelis.       

 


¿Y qué significa la radio?

Ha sido mi hoobie, mi vida, el motor, mi modo de subsistencia. Mi todo. Yo he sido un tipo de radio toda la vida. La radio es la sangre que me corre por las venas. Soy auditivo. Tengo que estar todo el tiempo escuchando lo que estamos haciendo y esa escucha permanente me lleva a hacer revisión casi todos los días, de cuestionar y tratar de mejorar lo que estamos haciendo. La radio son mis 24 horas del día.

 


En mis entrevistas a menudo menciono la actitud positiva de Tito López frente al futuro de la radio, que, para muchos, es incierto y pesimista. ¿Usted qué opina?

Yo comparto el optimismo de Tito. Yo creo que a la radio le está pasando como les ha pasado a todos los medios. Me parece que son épocas de transiciones. La televisión no acabó con el cine. Internet no acabó con la prensa. Lo que hacen las nuevas tecnologías es ajustar y depurar al darle una cara nueva a los medios. La radio va a seguir siendo importante por la penetración y porque no en todas partes hay conexiones a internet.

Si la radio sabe evolucionar y adaptarse a estos nuevos tiempos no va a desaparecer. El podcast que es esa otra nueva forma, o no, de hacer radio, se pueden complementar perfectamente. La radio siempre va a ser esa gran compañía en nuestras vidas.

Lo que si veo complicado son las nuevas generaciones que no tienen en su radar la radio. Es como si para ellos la radio no significa absolutamente nada. Yo creo que el reto está en empezar a conquistar esas nuevas generaciones a través de la radio, pero de otra forma.               

   


¿Luego de su retiro de la vida activa con la radio qué va a ser de Javier Rodríguez? ¿Anonimato total?

No. Para nada. Ahora estoy planeando y juntándome con la gente correcta para crear una empresa que siga alimentando ciertos medios de contenido. Estamos explorando lo del podcast. Estamos viendo como desde afuera empezar a aportarle no solamente a la radio misma sino a otros medios, a otras empresas.

Hay una experiencia grandísima que creo que se tiene que capitalizar como lo han sido unas excelentes relaciones que se han establecido a través de todos estos años. Una cierta credibilidad que he logado en muchos lugares y empresas.

Yo no me veo quieto ni yéndome a tomar café en sudadera a un parque con otras personas de mi edad. Todavía tengo muchas cosas en la cabeza. Todavía tengo mucha fuerza y vitalidad como para retirarme completamente.       

 


Muchas gracias.

Muchas gracias a vos. Muy generoso. No me creo merecedor de esta entrevista, pero muchas gracias.

 

 

"La radio es la sangre que me corre por las venas."

Javier Rodríguez. Foto: Centropolis.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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