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Gabriel Posada Gálvis: “Uno termina volviéndose local”

Updated: Nov 1, 2022

A Gabriel Posada Gálvis lo he entrevistado en otras ocasiones. Hemos charlado sobre Hip Hop, reggaetón y Rap y me ha contado de algunos de sus proyectos radiales como “En la Casa” y “Mañanas X”

Este caballero y yo no nos conocemos personalmente, pero desde hace una larga década por alguna razón nos hemos mantenido en contacto por las maravillas de la era digital. Desde aquella época en la que nos conocimos tres aspectos particulares siguen muy latentes en mi memoria. La falsa alarma de su fallecimiento que despertó el interés en Julio Sánchez Cristo para entrevistarlo. Su nombramiento como Director de la Plataforma de Contenidos Musicales para Yahoo en América Latina y las exclusivas corresponsalías que me brindaba desde Miami para mi programa en Montreal.

Y aunque he conocido a través de estos años algunos aspectos en la carrera personal y profesional de Gabriel, no se me había ocurrido profundizar un poco más sobre sus inicios en la radio que ya suman tres décadas de grandes experiencias y por las que el Concejo de la ciudad de Medellín estará otorgándole el próximo 18 de octubre la Orden al Mérito Don Juan del Corral.

Sea entonces esta una oportunidad para conocer algunos apartes más en la exitosa carrera en los medios de Gabriel Posada Gálvis y en la que la radio muy especialmente lo cautivó siendo un niño.


Gabriel Posada Gálvis.


Por: Germán Posada



G.P.: ¿Cómo recuerda comenzó su gusto por la locución?

G.P.G.: Escuchando, como todo el que lo permea la radio. Recuerdo una anécdota de Johnny Cash, que contaba que a los cuatro años decidió que iba a ser cantante después de ver girar ese maravilloso vinilo del que salía música en una victrola. Yo decidí que iba a ser locutor cuando era niño, escuchando noticias. Me despertaba en el campo a escuchar noticias a primera hora desde un transistor con mis abuelos. La radio es el eje de todas las funciones allá y para todos los gustos. Éramos consumidores de noticias, radio novelas, consejos, dramas, opinión, humor, política y deportes.


G.P.: ¿Qué era lo que más le gustaba escuchar en la radio?

G.P.G.: Escaparme en las posibilidades de la imaginación de la narrativa. Muchas veces cerré los ojos para involucrarme en la amena dramaturgia de “Las Aventuras de Kalimán” visualizaba los personajes por la textura de sus voces particulares, me imaginaba las brutales escenas de “La Ley Contra el Hampa” y aprendí a reír con el serio humor de Ever Castro, Lucho Navarro y El Manicomio de Vargasvil. Yo creo que lo que más me gustaba era el humor, un elemento frecuente en horarios diversos y desarrollé una afinidad con el género que me puso mucho tiempo después a hacer mi propuesta antes y después de “La Tele” junto a algunos amigos en las emisoras por donde he pasado. Pero el ingrediente detonante siempre fue la música. Yo escuchaba radio musical con la abuela y los dramatizados con las mujeres de la casa y con los hombres, y noticias. Luego, por mi cuenta, humor y emisoras extranjeras en onda corta. El dial era mi Internet Explorer.



G.P.: ¿Alguna voz en particular que lo haya marcado incluso inspirado a seguir sus pasos?

G.P.G.: Desde luego, un locutor de noticias de Todelar me enamoró el oído mientras crecía, Manolo Villareal, un barranquillero con una voz profunda con perfecta vocalización y dicción me ponía a volar la imaginación. Después vinieron los musicales, me encanta el timbre de voz de Tito López sintonizaba emisoras en FM en Manizales para escapar a la geografía y fui un gran oyente del “American Top 40” en la etapa de Shadoe Stevens. Lo que pasa es que yo no tengo esa tremenda voz.

Otto Greiffenstein demostraba cada vez con su voz aterciopelada que una entonación natural, un ritmo firme con cadencia y la amabilidad se pueden transmitir con buen gusto. Lo amaba, y siempre disfrutaba su participación en TV, sus comerciales y sus locuciones. Cuando lleno mis pulmones para hablar en un micrófono pienso en los elementos del mensaje considerando en el fondo que la voz es un instrumento que manejan mejor que yo algunos personajes que la han trabajado: Julio Sánchez, Tuto Castro, Andrés Nieto, Gustavo Niño Mendoza (de laaa-aaasociación colombiana de locutores) y Rodrigo Correa Palacio con su hermoso acento paisa.


G.P.: ¿Por qué se encaminó en la locución en formato de radio juvenil?

G.P.G.: Porque cuando tenía 18 años llegué a la conclusión de que se podían juntar dos pasiones de mi vida, la locución y la música. Se trataba de la radio musical (lo juvenil es un remoquete que pusieron los veteranos de los años 60 que pensaron que los Rolling Stones eran muy adolescentes). Con el tiempo descubrí a Kurt Loder, el que daba las noticias en MTV News y pensé que yo podría ser la versión local de ese personaje y de otros DJs ágiles que escuchaba en cassettes que me traían amigos del extranjero. Después entendí la extensión natural hacia el periodismo de cultura y entretenimiento. En conclusión, entré a la “radio juvenil” porque naturalmente uno es joven a los 18; después se llama radio musical y somos una infinidad en el mundo contemporáneo.


G.P.: ¿A quién le da los agradecimientos por haberle dado la primera oportunidad de estar frente a un micrófono?

G.P.G.: Joaquín Pérez me dejó hacer por fin un turno un viernes en la noche de julio de 1990 después de aprobar mis demos y ejercicios en estudio cuando entré a Veracruz Estéreo, pero quien me abrió la puerta para subir las escalas entapetadas a la radio en los antiguos estudios de Todelar en el centro de Manizales y me enseñó a poner vinilos y manejar una consola fue Ricardo Andrés Holguín; don Antonio Estrada también tenía un espacio en Ondas del Nevado y me dejó hacer un análisis de las canciones contenidas en el clásico “Swing The Mood” de Jive Bunny and The Mix Masters en 1989, duró 10 eternos minutos.



G.P.: ¿Qué recuerda de ese momento especial cuando despegó como locutor?

G.P.G.: Pánico. Por un momento fue un instante de mucho susto pero para el cual estuve listo toda mi vida. Mi logo es un cassette porque con una grabación con dos amigos del colegio INEM (Edward Escobar y Alejandro Espinosa en grado 7°) hicimos un “Morning Show” y con un demo en un cassette hice mi primer programa de radio en AM. Ese día al aire en Veracruz anhelé un hechizo que me convirtiera en Tito López o en Donnie Miranda pero me tocaba ser yo mismo e inventarme. Así que no dejé escapar la oportunidad como dice Eminem en su canción “Lost myself in the music, the moment, you own it, you’re never gonna let it go…” La diferencia es que a Eminem lo escuchó Dr. Dre y lo mandó a buscar inmediatamente, por mí fue Tito López hasta donde estaba, aún en el colegio y al aire en Veracruz.


G.P.: ¿Antes de viajar a USA nos hace un resumen de lo que fue su experiencia en radio en Colombia?

G.P.G.: Yo comencé en Veracruz Estéreo Manizales. Después fui programador en la competencia y de ahí fui a Pereira a dirigir en reemplazo de Eduardo Perdomo. Ya había viajado numerosas veces a diferentes eventos y de vacaciones, me tocó la primera edición del premio Billboard a la música Latina, los primeros Latin Grammy, los Grammy de verdad (no el de consolación), numerosas entrevistas con traducción simultánea y trasmisiones maravillosas vía satélite “Panamsat”; pasé por cinco ciudades de Colombia incluyendo Cali y Bogotá y en todas ellas quedó algo bueno, cuando no fue una emisora en el primer lugar, fueron buenas personas formadas con mística y garra durante 13 años en Caracol Radio, era como la avanzada de la colonización y desde las ciudades me llevaban frecuentemente a reemplazar a las estrellas de Bogotá cuando estaban de vacaciones o en eventos, así que en términos radiales fue “caminar en hombros de gigantes”, luego llegué a las malas Medellín y en poco tiempo nos apropiamos del género rock, lo vestimos de humor y vanguardia y el resto es la historia de Radioactiva como una verdadera marca posicionada con la iniciativa de Santiago Ríos, que hace poco me reconoció la consolidación de esa obra durante mi dirección. Aquí tuve la oportunidad de estudiar, afilar las habilidades en producción y como DJ, formar más talentos y relacionarme con una industria que admiraba desde la distancia de las otras ciudades. En 2004 el Grupo Prisa rebajó los sueldos y mandó a despedir los directivos costosos y me mandaron una tierna carta de “despedida sin causa justa”, así que estuve un rato por fuera del medio y me vinculé con Cámara FM, otra radio a la que volví en este nuevo ciclo y al año siguiente dirigí La Mega, una emisora que nunca había podido hacer nada notable en el formato “Cross-Over” y en un solo año revolcamos la música con los artistas y canciones lanzados, a la emisora le fue muy bien y a mí muy mal; me terminé enredando la vida haciendo transacciones para mis amigos y tuve que renunciar. Hasta ahí llegaron mis relaciones con RCN y me fui del país en 2006.


“Yo quiero ser de aquí.”

Gabriel Posada Gálvis.



G.P.: ¿Cómo se dio aquello de hacerle competencia a la gran Veracruz Estéreo?

G.P.G.: Veracruz fue al inicio de los 90 el gran quebradero de cabeza de la competencia en Medellín. Todos los que vinieron a competirle salieron quemados, yo me moría del pánico, nunca estuve interesado. Alejandro Nieto me sacó a su llegada a la dirección nacional de la dirección de Cali porque no me conocía (me confesó con admiración tiempo después), así que no me quería en su equipo y para hacerme renunciar me mandó a Medellín en 1996, calculaba que me iría y ofertas no faltaron. Yo llegué a vivir a casa de mi mejor amigo, Alejandro espinosa en Bulerías (sí, el mismo del cassette) y pensaba que me iba a morir cualquier día en la era de las bombas, pero resultó ser la ciudad más auténtica y amada por su gente y con una cultura muy cercana a mi carácter; mis abuelos eran paisas, mi papá arriero y todos esos valores florecieron en poco tiempo. Por el otro lado, el rock estaba en su mejor momento en la industria musical, MTV era el gran megáfono y las bandas y artistas a los que les venía haciendo seguimiento estaban definitivamente de moda. Todo esto sumado a la cultura de bares, el crecimiento de grupos locales y la oferta de un formato especializado frente el desgaste de la música, los DJs y la imagen de Veracruz se convirtió en una oportunidad de mercado de nicho y ahí nos establecimos. Aprendimos mucho de los artistas locales, de los DJs de bares y de la verdadera música alternativa para terminar legitimándola. Con eso, Green Day Alanis, Soda, Kraken, Estados Alterados, Ekhymosis, “Supositorios Humorísticos” y buen humor creamos una fórmula única que le compitió de frente a Veracruz “la oficial de todo/todo” lo que sucediera en la ciudad, perdimos el miedo y la acabamos; en 1999 éramos N° 5 entre todas las emisoras tropicales de la ciudad. El último clavo fue llevarse mi equipo de “El Gallo” [el morning show] y los Zape Pelele terminaron sacando del aire a las estrellas y adoptando el mismo formato, que les duró hasta que (otra vez) llegó el Grupo Prisa con una chequera y acabó definitivamente Veracruz para poner… cualquier cosa en un dial histórico.


G.P.: ¿Cuál es su opinión de lo que representó Veracruz Estéreo en algún momento?

G.P.G.: Veracruz Estéreo fue la mejor emisora musical de Colombia sin lugar a dudas, yo hubiera querido hacer mi carrera al lado de los monstruos de radio que la integraban en 1990, pero tanta seguridad genera soberbia y descuidaron lo más importante después del producto al aire, la programación, sin hablar de la calidad de los DJs que ponían al aire después de irse Tito. Pretendían adueñarse de cada género nuevo y llegó un momento en la diversidad de los 90 en que no dieron abasto y se desvirtuaron mucho más cuando por conveniencia agregaron sonidos innecesarios como el Trance. Mientras que los demás nichos se enfocaban en géneros para el mercado, Veracruz perdió su norte. La despedazaron.

La recuerdo como una gran emisora de radio, solo es cuestión de leer la entrevista a Carlos Alberto Ríos aquí para entender la nostalgia que le produce ese momento brillante en el pedestal. Siempre será mi primera emisora y una referencia entre Madonna, Michael Jackson, Medellín y los maravillosos años 80.


G.P.: ¿Cuál es su balance de su paso en USA?

G.P.G.: Es muy sencillo. Yo llegué a EEUU a perseguir mi sueño de radio, estuve un buen rato fuera de ella escuchando, pero afinando el corazón y el oído. Sin querer, me encontré otra cosa, aprendí a hacer algo distinto digital y ahora vivo de eso. Tardé dos años en conectarme con lo que realmente buscaba y durante ese tiempo conocí gente maravillosa, hice amigos como Memo Arias, Wilfredo y Alejo en la calle/calle con los que compartí una vida y mil necesidades, así como un almuerzo barato. Entendí que no todos los de la lista del teléfono no son amigos sino contactos, que una oportunidad te la puede dar quien menos te imaginas [o tú mismo] y que en medio de las circunstancias despiertan habilidades que ni sospechabas que estaban allí. Hoy, más que DJ soy: lavaplatos, mesero, todero, valet parking, reclutador de personal, bilingüe, redactor/copy, blogger, podcaster, editor, periodista y ante todo buena gente. En otras palabras, la vida te da, no lo que le pides, sino lo que necesitas.


G.P.: ¿Va viento en popa su programa “Mañanas X”?

G.P.G.: “Mañanas X” es ese programa que rescata el universo de donde venimos. Hablamos de música, entretenimiento y ciudad con buen humor. Siento que le devolví a Joaquín Pérez lo que él alguna vez me brindó al inicio y que cada que encendemos el micrófono en La X 103.9 FM hablamos por todos aquellos que ya no están (al aire) y estamos en el Top 10 local. No está fácil de comercializar la radio musical en tiempos digitales, pero viniendo del mundo web, la plata tampoco está en lo digital en Colombia. Estamos pasando un desagradable ciclo en el que la radio se está cansando de haber sido maltratada durante 25 años por las mismas gerencias hasta convertirla en un medio de segunda mano manejado por operarios. Pero estoy seguro que después de la sacudida, los que la soporten sobrevivirán como medios tradicionales líderes. En Colombia la radio tiene una penetración del 85% en USA del 90%, la pregunta entonces es ¿Quién no está oyendo radio? Muchos, pero les tenemos algo bueno para escuchar en Medellín hace dos años y medio. Estamos haciendo el programa que nos gustaría escuchar.



G.P.: ¿Qué sentimiento le produce el reconocimiento que le hará el Consejo de Medellín?

G.P.G.: Gratitud. Llegué hace 23 años a una ciudad que no solo me acogió con confianza, sino que me puso a representarla y lo he hecho con todo mi amor. En USA toma cinco años hacerse ciudadano, en Antioquia toma un suspiro. Así que esta tierra que me ha dado hijos, amigos, trabajo y familia es mía desde el primer día que escuché el himno antioqueño de Epifanio Mejía en el estadio cantado por toda la absoluta asistencia; desde ahí me pregunté ¿Qué es esto, por Dios? yo quiero ser de aquí. Me he ido como 10 veces y no soporto estar lejos, ya me quedé. En las recientes conferencias internacionales ruedo un video sobre Medellín de Discovery Channel y se dibuja una sonrisa cuando digo de dónde vengo. En la administración pasada contribuí a ganar un premio de sostenibilidad de la WWF y el alcalde ni sabía mi nombre, pero toda la prensa lo sabía. Con el tiempo he construido mi marca personal y hasta gané un premio a “Mejor Locutor”.

Solo pensar que mi nombre significa algo en la casa de Federico Gutiérrez, El JKE, Carlos Mario Aguirre, El Parcero del 8, Vargasvil, Tola & Maruja y Juanes me produce un serio sentimiento de amor y de profundo respeto a esta tierra que amo.


G.P.: ¿Ya goza de reconocimiento en Antioquia, estaría dispuesto a hacer carrera en Bogotá?

G.P.G.: Cuando alguien me cante de memoria y con los ojos cerrados el himno a Bogotá, hablamos. Por ahora sigo pensando que uno es, no de donde nace, sino de donde se hace persona. Yo nací en Salamina, Caldas. Otra ciudad que me acogió muy bien es Miami, y ni hablar de Atlanta y uno termina volviéndose local.


G.P.: ¿Listo para la responsabilidad de ser papá?

G.P.G.: Uno nunca está listo del todo para una responsabilidad tan grande, comenzando porque mientras Juan José crecía, yo estaba tratando de sacar mi carrera adelante en otro lugar. Y en mis años mozos la radio era mi única devoción. Violeta es un regalo de la vida para el que me he preparado un poco mejor, pero el primer día que me dejaron con ella con horas de nacida, iba entrando en pánico. Yo siento que todo en la vida es un aprendizaje y que para toda nueva etapa te sirven todas las experiencias anteriores y de eso ya tengo un poco más.



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“Uno termina volviéndose local”

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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