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Carlos Alberto Lenis: "La radio es mi todo, mi mundo, mi familia."

Updated: 23 hours ago

Carlos Alberto Lenis. Transmitiendo desde el estudio de Radio Diez de Marzo.



'El pelado Lenis', por ser el más joven, así le decían sus colegas a Carlos Alberto Lenis en sus inicios en la radio, en Todelar. Lenis es un amante del ciclismo, el fútbol y excelente tenista, como el mismo se describe.  

 

Prácticamente entró a la radio por sí sólo. Su curiosidad por el mundo mágico de las ondas hertzianas lo llevaron a indagar que tenía que hacer para ser locutor y fue así como se vio en una cabina de radio. Lo demás, es historia.

 

Con el tiempo se formó y se graduó como abogado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Cali. Ser escritor, poeta, periodista, locutor y comentarista, no le ha quedado grande y su funde en elogios para la letra de su canción favorita, 'Inolvidable', de Tito Rodríguez.

 

En la radio fue un gran afortunado, de hecho, pocos cuentan de la manera como él entró. En el camino tuvo grandes profesores. Maestros de aquella radio clásica. Su tenacidad, talento y entrega, lo premiaron abriéndole las puertas al mundo y en este viajó y peregrinó narrando las fabulosas hazañas que los escarabajos colombianos escribían con sus bicicletas.

 

La radio es su todo, su mundo y su vida. Por eso Carlos Alberto Lenis, ahora pensionado, pero no retirado, se llena de júbilo y asiente con beneplácito, la siguiente frase:      

 

"Somos como los radios viejos. Nos ponen las pilas, nos encienden y volvemos a hablar, así somos quienes jamás nos podemos ir de esta prestigiosa profesión. Qué maravilla es la Radio, nunca nos podemos ir de ella, ella menos irse de nosotros."

 

 


Por: Germán Posada

  

 

 

Todo en la vida tiene un inicio. ¿En la suya por ejemplo cómo se fue dando su gusto por la locución?

 

En mi casa siempre hubo un radio encendido. Siempre había expectativa por el deporte, en especial el fútbol y el ciclismo. Otto Burckhardt, un familiar de mi padre fue pionero en la radiodifusión. Yo siempre vi la radio como algo muy bonito y trascendental y se me fue metiendo en mi vida.

 

A propósito de mi interés por los medios, tengo un recuerdo muy especial que es toda una casualidad en mi vida. Resulta que el periódico Diario Occidente lo tiraban debajo de la puerta de mi casa, y justamente en noviembre 22 del 63 cuando asesinaron a John F. Kennedy, yo tenía casi 3 añitos, y ese día muy temprano yo lo recogí. Recuerdo que las imágenes que vi me impresionaron mucho y con el tiempo supe que aquello que yo había visto había sido aquel famoso acontecimiento. Esto fue algo que me quedó grabado para siempre.  

 

También escuchar los partidos del América era algo que no podía faltar en casa ya que mi papá era muy cercano a esta entidad deportiva.  

 

 

Por experiencia en entrevistas anteriores es increíble de la manera como a veces las personas tenían la oportunidad de hacer radio prácticamente sin ser conocidos y digamos que el caso suyo no fue una excepción. Eso ahora prácticamente no se da. ¿Verdad?

 

Así es. Mi ingreso a la radio se resume así. Gracias a unos contactos, mi mamá me sugería que me fuera a estudiar a México la carrera de Ingeniería Industrial, para aquel entonces en Colombia todavía no existía, pero finalmente yo no me quise ir.

 

Recuerdo muy bien que para yo poder estudiar tenía que cumplir 18 años y yo apenas tenía 16 cuando terminé mi bachillerato. Mientras pasaba el tiempo, me metí a un curso de locución con profesores como José Pardo LLada y Joaquín Marino López, y me gustaba, yo quería ser locutor.

 

Un día mi mamá me dijo de ir al ferrocarril Chipichape en donde se encontraba Sergio Ruiz Ramos, el secretario general, quién me ayudaría para trabajar lavando tornillos. El Radio Centro Todelar estaba recién inaugurado en la Avenida Sexta en Cali, y quedaba muy cerca al ferrocarril. En vez de entrar a la estación, me fui para las instalaciones de Todelar y le pregunté a un vigilante que con quién hablaba porque quería ser locutor. El vigilante me dio las indicaciones correspondientes y así hablé con José Zapata y Zapata, director de Radio Eco.

 

Este me mando a entrar y me llevó a la oficina de Paco Luna y Guillermina Lucas, directores de operación de Todelar. Paco Luna comenzó a interrogarme y me sugirió que para ser locutor tenía que abrir más la boca para hablar bien.

 

Luego me llevaron a un estudio de grabación para hacer un ensayo y a los cinco días me llamaron para que fuera a hacer un remplazo de un locutor que en La Voz de Cali hacía el programa original Los Habitantes de la Noche, que terminó haciendo Alonso Arcila Monsalve hace ya más de medio siglo. El gerente de Todelar Fabio Palau Rojas estaba muy a gusto con mi desempeño y me felicitó. De esta manera me fui metiendo y posteriormente don Bernardo Tobón Martínez me puso a trabajar con el Trabuco Deportivo y seguí escalando.

 

Le cuento que, ya haciendo turnos en Todelar, mi papá desconocía de esto, pero alguien que reconoció mi voz en la radio le contó. Él no quería que yo fuera locutor y una vez que se enteró me preguntó al respecto, pero en realidad esto no pasó a mayores y de ahí en adelante terminó apoyándome hasta el día de su muerte.

 

Finalmente yo estudié Ciencias Políticas pero mi profesión fue ser locutor. Lo que yo tenía como un pasatiempo se convirtió no solamente en mi profesión sino en mi vida.

 

   

Algo bien curioso en su carrera profesional es que el señor Paco Luna sin conocerlo le dio el aval para que fuera locutor, en cambio a Sergio Ramírez El Mundialista que ya hacía turnos de bombillo en Radio Ya, prácticamente lo echó y le dijo que no servía para locutor, y ya usted sabrá, en lo que terminó siendo Sergio Ramírez en la narración deportiva. ¿Qué opina de este caso en particular? 

 

Esto es muy especial. Además, yo conocí ese caso con Sergio Ramírez.

 

La explicación parece ser porque Paco Luna no estaba acostumbrado a escuchar los locutores costeños que hablaban demasiado rápido y se tragaban las palabras. Paco Luna venía de una radio distinta, a pesar de ser peruano se había radicado en España en donde había sido novillero y luego trabajado en la radio en donde conoció y luego se casó con Guillermina Lucas, que ya era un personaje de la radio en España, pero le cuento que a mí también me pasó algo parecido.

 

Después de que yo hice ese remplazo que le comenté, a mí me quisieron meter de locutor musical y Paco Luna quería que yo trabajara en las tardes anunciado discos. Una tarde después de anunciar dos discos, Henry Gómez, actualmente director de las emisoras de la Fundación Carvajal, y que en ese momento era el director de la emisora, me dijo que me saliera de la cabina porque yo no era locutor, que no se explicaba porque yo estaba ahí y que me dedicara a estudiar otra cosa porque no tenía sangre para la locución. Ese día yo me fui llorando para mi casa. Y eso muy seguramente también le pasó al Mundialista Sergio Ramírez.

 

 

¿Cómo superó ese momento álgido con el señor Henry Gómez?

 

Jorge González (Q.E.P.D.) era el conductor del vehículo de don Bernardo Tobón de la Roche y supo a través de mi papá, que yo estaba en mi casa.

 

Un día don Jorge fue a visitarme en aquel carro, por cierto, era un Dodge Dart grande de color café. Muy solidario y comprensivo, don Jorge me animó y me dijo que no podía seguir sin ir a Todelar. Efectivamente después de esas palabras, al día siguiente, me llené de ánimo y me fui para Todelar. Jamás me olvidaré de don Jorge González.

 

              

¿Qué representa la familia Todelar en su carrera radial?

 

Absolutamente todo. Comenzando por don Bernardo Tobón de la Roche. A su oficina no entraban sino las estrellas de la radio. Marta Cuellar, era la encargada de su oficina y no podía pasar nadie si no era un personaje reconocido y mandado a llamar por el propio Bernardo Tobón de la Roche. Un día por la tarde me mandó a llamar porque quería decirme algunas cosas y me aconsejaba que nunca desistiera y me proponía seguir adelante en la radio.

 

Su hijo, Bernardo Tobón Martínez, antes de irse para Medellín, siempre asistía a unas tertulias que se hacían cerca de la emisora. Yo también participaba de ellas siendo el más joven de todos, al punto que me decían el pelado Lenis. Don Bernardo (junior) siempre me ponía como ejemplo. De manera que esta familia ha sido un factor importante de lo que alcancé a ser en la radio. Y no solo yo, muchos de nosotros les debemos a esta gran familia del Circuito Todelar de Colombia, nuestras carreras en la locución de Colombia.

 

 

¿Cuál fue su periplo en la gerencia de la industria radiofónica?

 

Para el año 91 el ciclismo colombiano estaba viviendo una época difícil porque Café de Colombia no iba a seguir patrocinando y los resultados no eran buenos. Esto dio como consecuencia la reducción a dos personas en las transmisiones en Caracol y RCN. De manera que al resto del personal le quedaba tiempo de ocuparse en otras cosas.

 

En aquel entonces yo había regresado de Portugal en donde se estaba cumpliendo la Vuelta a Portugal con participando del equipo de Bavaria. Yo ya estaba oficiando como director de operaciones y grabaciones en Cali y se presentó una vacante de gerente de Caracol en Popayán y fui enviado a ejecutarla. Esta labor me llevó a ser gerente de la zona centro de Caracol en Ibagué, luego gerente regional con sede en Cali para el suroccidente colombiano que fue mi último cargo, hasta el año dos mil, cuando el Grupo Prisa entró a Caracol y yo fui indemnizado como muchos de mis colegas

 

Luego me fui a ejercer como gerente de Todelar ante el llamado de don Bernardo Tobón de la Roche, quién a través de Constaín Guevara, gerente nacional de Todelar, le comentó de mi salida de Caracol. En esta labor estuve por un espacio corto de unos tres meses, me retiré y posteriormente comencé una etapa distinta en la dirigencia deportiva con cargo público como gerente de Indeportes Valle. Después fui director territorial del suroccidente del DANE, luego me fui a Bogotá a trabajar con la Federación Colombiana de Ciclismo, luego en el 2009 pasé a gerenciar RCN en Popayán y allí me quedé hasta hace poco siendo gerente de la emisora Radio Súper, y desde el año 2016, me ocupo de la gerencia de la empresa de Comunicaciones Diez de Marzo que también tiene su emisora llamada Radio Diez de Marzo.         

 

 

¿Cómo analiza su experiencia en la parte de gerencia?

         

Haber sido parte de un grupo de ejecutivos como gerente de la radio en empresas como Caracol, RCN, Todelar y Radio Súper, ha sido muy grande para mí porque me dio la oportunidad de demostrar mis capacidades y conocimientos de un hombre de radio.

 

Aprender a organizar programas más especiales en producción y operación, adquirir experiencia en el tema de las relaciones públicas y el mercadeo, fueron fundamentales porque a lo largo de mi trayectoria, me sirvieron para crecer profesionalmente y ser uno de los pocos hombres de radio que ha llegado a ocupar todos estos cargos desde lo operativo hasta lo administrativo. Todo esto ha sido fundamental para mi vida profesional. Ha sido algo extraordinario.    

 

 

'La Radio que Vivo', es uno de sus libros. ¿De qué se trata?

 

Precisamente de lo que estamos resumiendo en esta conversación. De lo que ha sido mi vida en la radio. De lo que tengo como anecdotario y para que las nuevas generaciones que hoy han sido tan criticadas por la forma como están manejando la radio, vean que la radio que antes hacíamos nosotros, no era diferente. Simplemente la hacíamos con preparación, con profesionalismo y leyendo mucho.

 

Figúrese que después de tantos años en la radio yo todavía escribo antes de tomar un micrófono. No es que haga un libreto, sino que marco ciertas pautas para llevar un orden y recordar lo que voy a decir. Por eso escribí este libro.

 

También escribí un libro de poemas llamado Cabalgando en mis Poemas que se lo dediqué a mi segunda esposa. Además, comencé a escribir una novela que no he terminado porque para seguir adelante con ella, debo tener un poquito de tranquilidad, ya que con tantos andares que tenemos en Colombia, no me ha quedado fácil darle continuidad.          

 

 

¿Aquel triunfo histórico de Lucho Herrera en Alpe d'Huez ha sido la victoria más épica hecha por un ciclista colombiano?

 

Todo tiene una época. La euforia y los sentimientos ya no se dan de la misma forma de otras épocas. Quienes tuvieron la oportunidad de transmitir en vivo y en directo el triunfo de Nairo Quintana en España y en Italia o el de Egan Bernal en Francia, no tuvieron la misma emotividad, la misma atmosfera, ni el mismo paisaje que tuvimos nosotros.

 

A ellos les tocó sentarse como me ha tocado a mí, en los últimos años a donde he ido a transmitir, que es pararnos en el sitio de meta a mirar en un televisor ubicado en la zona en donde están los alimentadores, los mecánicos y entrenadores, esperando los últimos kilómetros de la etapa.

 

Nosotros teníamos el organigrama de 2 hombres en el sitio de meta, en carretera había una persona que transmitía fuera en carro o en moto, nos jugábamos la vida utilizando todos los medios habidos y por haber para poder salir al aire. Cogíamos teléfonos públicos en carretera y transmitíamos entre nosotros para que nos escucharan en vivo y en directo tanto en RCN como en Caracol. Fuimos nosotros los que hicimos ese trabajo duro.

 

El triunfo de Herrera en el Alpe d'Huez en el 89 fue inolvidable. Al año siguiente Herrera ganó la etapa a Bernard Hinault en Avoriaz. Herrera quería ganar la etapa e Hinaul que venía de haber perdido las esperanzas del Tour anterior y quería ser el tercer ciclista en el mundo en ganar 5 Tours de Francia. En esa escapada Hinault que ha sido un tipo avariento le hizo señas a Herrera que él quería ganar la etapa y Herrera le hizo pistola con sus dedos y arrancó a ganarla. Yo fui testigo de esto. Venía en la moto con Alfredo Castro y transmitíamos esa llegada. Cuando yo me baje de la moto bese la tierra francesa dándole gracias a Dios. Eso era tan grande porque yo sabía que, en Colombia a esa hora, millones de colombianos estaban pendientes de este triunfo de Herrera.

 

En 2002 ser testigo de la medalla de oro de Santiago Botero como campeón mundial en la prueba contra reloj en Zolder, Bélgica. Lo de María Luisa Calle en 2004, ganando medalla de bronce en los Olímpicos de Atenas. En 2006, en Bordeaux, Francia, verla, levantarla y animarla con el técnico José Julián Velásquez para que ganara la medalla de oro en la prueba de scratch, siendo la primera mujer colombiana y primera latinoamericana en ganar.  

 

Son muchos episodios en el deporte colombiano que cada vez que las recuerdo me devuelvo a eso con gran emoción. Solo por mencionarle, como dirigente deportivo y siendo delegado, convencer a Fabio Duarte en pleno Mundial de Ciclismo en Ruta para que corriera en Varese, Italia y no se me fuera a encrespar porque no quería correr, y luego conseguir la medalla de oro siendo el único latinoamericano hasta ahora en ganar una medalla de oro en una prueba juvenil de ruta en un mundial, es algo único y extraordinario.   

 

                

¿A quién considera el ciclista más grande que ha tenido Colombia?

 

Para mí el mejor ciclista de todos los tiempos es Nairo Quintana. Es el ciclista más ganador de todos los ciclistas colombianos.

 

Martin Emilio Cochise fue campeón del mundo, batió récord de la hora y fue el ciclista del siglo pasado. Egan Bernal ganó el Tour de Francia. Lucho Herrera ganó etapas importantes, fue campeón en España, Italia, Francia. Fabio Parra estuvo aportas de ganar el Tour de Francia, de hecho, en esto nos faltó experiencia y haber movido la chequera y sino Parra hubiera sido el primer colombiano en ganar un Tour de Francia.

 

Pero el ciclista más ganador de todos es sin duda alguna Nairo Quintana.

 

 

¿Qué diferencia establecería entre narrar ciclismo y fútbol?

 

¡Uy! Hay una diferencia grandísima. Primero por el ambiente. Usted metido en una cabina de cristal, en donde sólo se ve a la gente gritando a su alrededor y como digo yo, postales o bultos.

 

Yo lo primero que hice fue narrar fútbol. Estaba muy joven, tenía 20 años. Normalmente uno comienza a mirar la pelota, pero no se da cuenta cual es la ubicación del jugador. Son muy pocos en la historia de las narraciones no solamente de Colombia, sino en el mundo, que te ubican dentro de la cancha. La realidad es que nunca se preparan para utilizar unos términos descriptivos que indiquen en dónde está el balón y los jugadores.

 

En el ciclismo un narrador como Rubencho es único en su estilo. Por eso, es por lo que es grandioso, porque se prepara todos los días. Rubén Darío Arcila, lee y escribe para incluir dentro de su narración argumentos sólidos que le permitan una descripción de lo que está transmitiendo.

 

En ciclismo estamos al aire libre recibiendo de todo por el clima, y podemos jugar con nuestras voces cuando realmente sabemos jugar con ellas. Somos más emotivos porque el mismo deporte nos lo permite. El ambiente que se vive en el ciclismo es nuestro mejor aliado, mientras que en el fútbol es una cabina de cristal, gente alrededor moviéndose y 22 jugadores detrás de un balón, que es lo que finalmente resultamos mirando.  

 

 

"Mi madre fue prácticamente la que me alcahueteó para que fuera locutor."

Carlos Alberto Lenis en el estudio de La Voz de Cali, septiembre de 1977. 

 


¿Cómo le parece el trabajo de Georgina Ruiz Sandoval?

 

Goga es la mejor del mundo. Que no nos gusta por el timbre de voz, que por esto y por lo otro. No. Ella es la mejor del mundo. Ella conoce a los ciclistas a larga distancia y va narrando y comentando. Está preparada y habla diferentes idiomas y conoce muy bien del circuito. Definitivamente, es la mejor del mundo por encima de todos nosotros.    

 

 

¿Cómo observa el relevo generacional en la narración del ciclismo en Colombia?

 

Yo no veo relevo generacional, tanto así que, en la actualidad, por lo menos en los últimos años 20 años, no ha salido un narrador de ciclismo que sobresalga. Personas como Rubén Darío, Alfredo Castro o Rodrigo Vásquez Valencia, son únicos. Da pena decirlo, pero no sé si fue que nosotros dejamos demasiado arriba la tarea de narrar y comentar ciclismo. De manera que no veo en Colombia quién pueda continuar la tarea.    

 

 

Después de la última Copa América en donde fuimos subcampeones y sobresalimos por un juego espectacular, estamos a dos partidos para finalizar las eliminatorias y penando sin saber si vamos o no al próximo mundial. ¿La Selección de Colombia, sólo destellos?

 

Me parece que sí. Somos flor de un día. ¿Y sabe por qué? Porque hemos caído en la mano de los empresarios y cuando hablo de ello, son los dueños de los equipos que actúan de otras maneras. Yo soy muy testigo de lo que era la pasión del fútbol anteriormente. Los técnicos colombianos hacen parte de ese gran negociado de los hombres que se encargan de representantes, directivos y mercaderistas del fútbol.

 

 

Hay mucho jugador y siempre están llamando a los mismos. Usted mira la Selección de Brasil que tiene una base de 7 u 8 jugadores, pero para cada convocatoria llaman a 4 o 5. En Argentina pasa lo mismo. Ellos quedaron campeones del mundo y en la primera convocatoria que tuvieron para ir a la Copa América metieron 4 cabezas nuevas. En cambio, nosotros no.

 

Con toda la cantidad de futbolistas nuestros que hay en el exterior con lujo de detalles que son figuras en las ligas donde están, ni siquiera han sido convocados para que hagan parte de la Selección. James Rodríguez nos dio mucho y tiene mucho para rato, eso lo reconocemos, pero a James a quién le han puesto atrás. Trajeron a Yaser Asprilla y lo pusieron a jugar 20 minutos en dos partidos. Y así, más ejemplos.

 

 

Eso en la dirigencia. ¿Y en el aspecto personal? Yo veía en los últimos días a Jhon Arias llorando porque no pudo clasificar para ir a la final del Mundial de Clubes con su equipo Fluminense. ¿Esas son las lágrimas que nos falta derramar por nuestra Selección?      

 

Los colombianos tenemos en ese aspecto, el cual usted está relacionado, un complejo. Siempre nos ponemos la camiseta y somos superiores en el terreno de juego ante cualquier rival. Pero mentalmente nos sentimos siempre inferiores.

 

Lo de Jhon Arias es un ejemplo palpable. Se destacó como uno de los cinco mejores jugadores del Mundial de Clubes, lloró porque eliminaron a Fluminense y Colombia lleva 4 o 5 partidos sin ganar y él ha sido participe de todas esas malas tardes que ha tenido Colombia en estas eliminatorias, pero nunca lo hemos visto salir a decir algo. ¿Por qué? Porque allí se siente conforme.

 

Allí te contagian y te meten en el calor de la pujanza. Aquí hablamos de que nosotros los colombianos somos pujantes, pero esa pujanza solo se nota para hacer cosas que no vale la pena comentarlas. Pero para el deporte todavía nos sentimos inferiores. Por eso le ponía el ejemplo de Lucho Herrera con Bernard Hinault. Él le demostró que era capaz y le ganó.

 

En ese aspecto todavía no hemos saltado la valla por más que ya tengamos la experiencia de haber participado en diferentes mundiales.

 

 

¿Mario Posso Posso y Julio Arrastía Brica sus maestros?

 

Indudablemente. Cuando yo llegué a redacción deportiva de Caracol compartíamos una maquinita de escribir de marca Deka, Mario Posso Posso, Rodrigo Cuco Roldan y Adolfo Pérez.

 

Mario Posso Posso era el encargado de redactar las noticias y él cogía el diccionario y letra por letra, palabra por palabra, las revisaba para luego escribirlas y fua sí como nos enseñó a nosotros a aprender sinónimos y nuevas palabras que la Real Academia de la Lengua Española aceptaba. Recuerdo los sobrecitos amarillos que le llegaban a él directamente desde España con todo el acontecer del idioma español, como los que le llegaban desde la FIFA con reglamentaciones nuevas. Nos enseñaba que cuando fuéramos al micrófono teníamos que hablar como sentíamos las palabras. Nos decía que las expresiones tenían que ser directas y convincentes sin dejar puntos suspensivos en donde había que dejar puntos.

 

Nos enseñó que para uno poder ser un buen periodista deportivo tenía que conocer muy bien reglamentos, figuras e historia. Hoy, por ejemplo, y a mí me aterra escuchar a las nuevas generaciones que hacen programas deportivos, y les hablan de un Johan Cruyff o un Francesco Bosser, de cualquier deportista del pasado, y no tienen idea de quienes fueron estas personalidades. Y la respuesta es que somos muy jóvenes. Ellos creen que nosotros no pasábamos por la misma, pero en nuestra época teníamos un Mario Posso Posso que se convertía en una especie de justiciero y nos obligaba a hacer la investigación correspondiente.

 

Julio Arrastía Brica Todos los que narramos y comentamos de ciclismo en este país, se lo debemos a él. Él le dio la oportunidad a muchas personas en RCN y cuando fue a Caracol hizo lo mismo con muchas personas que como yo, pudimos llegar a transmitir ciclismo. Indudablemente ellos son los dos grandes maestros que yo he tenido.                

 

 

¿Por qué su canción preferida es 'Inolvidable'?

 

Porque es una letra llena de metáforas que dice todo, no solamente en el amor sino en lo que realmente es la vida.

 

 

¿Cómo locutor, abogado, escritor y poeta cual es la descripción que hace de Colombia?

 

Como abogado: Injusta. Como locutor: Espectacular. Como poeta: la añorada y esperada para siempre Colombia. Como escritor: Colombia es un sinnúmero de oportunidades en donde cuando se abren las puertas, muchos las cierran para que otros no sigan, aprovechándose para dejar la filosofía de la rata: como no me puedo comer el pan, tengo que dejarlo dañado.      

 

 

¿Qué es la radio en la vida de Carlos Alberto Lenis?

 

Es mi todo. Mi mundo. Mi familia. 

 

 

Termino esta entrevista con esta frase de su señora madre: "Hijo usted todo lo que se proponga hacer lo hace, siga adelante que todas las metas que tiene en mente, llegará el día a cumplirlas, crea en usted mismo y verá". ¿Cumplió sus metas en la radio?

 

Claro que sí y cada que puedo doy enseñanzas a mis hijos, a mis nietos, esposa, hermanas, amigos, a quien pueda. Esas palabras que mi mamá me dijo fueron grandes y sabias.

 

 

Muchas gracias.

 

Le agradezco mucho. Esta ha sido una bonita oportunidad para hablar de tantas cosas tan grandes que tenemos dentro de nosotros y que hemos podido vivirlas tanto en nuestra vida familiar, personal, profesional e indudablemente en el mundo de la radio.     

 

 

"Finalmente yo estudié Ciencias Políticas pero mi profesión fue ser locutor. Lo que yo tenía como un pasatiempo se convirtió no solamente en mi profesión sino en mi vida."

Carlos Alberto Lenis en el Museo de Pelé, en Santos, Brasil.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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