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John Camacho: "No señor, la radio no se está acabando."

John Camacho.



El ingeniero Camacho ha desarrollado su carrera tras bambalinas. Sin estridencias. Sin protagonismos. Sin estrellatos de icopor o ínfulas de balso. Él, para que no lo olviden los oyentes, ha sido uno de los grandes motores de esta cadena durante cuatro décadas.

 

Camacho lo ha sido todo aquí en Caracol radio. Ingeniero, director regional, director administrativo, director de producción, gerente de producción, director de cadena, director de producciones. Una colección de cargos desde los que durante estos años solo ha hecho una misma cosa. Amar a Caracol por sobre todas las radios. Camacho entra a gozar de un merecido retiro y no quiero dejar pasar este momento por ser el perfecto guardián de los valores de esta cadena.

 

Si quienes le debemos apoyo, respaldo, consejo, en esta familia informativa nos pusiéramos en fila, le daríamos varias veces la vuelta a esta cuadra de la 67 con séptima de Bogotá y seguramente de todas nuestras sedes en el país entero.

 

Y si Caracol Radio fuera una fruta, uno la mordería y sabría a John Camacho. Porque Camacho sabe lo que es Caracol Radio. Sabe lo que es la radio. Sabe lo que es la responsabilidad. Sabe lo que es la dedicación. Sabe lo que es el sacrificio. Sabe lo que es el profesionalismo. Sabe de todo, para que nos ahorremos palabrería.

 

Su retiro nos deja el recuerdo feliz de haber trabajado con él y servido bajo sus órdenes. Pero también un vacío enorme. Creo que es el gran galán de esta cadena porque pocos han amado, cortejado, defendido y protegido a Caracol Radio como lo ha hecho John Camacho. Todo con la discreción, con el tacto, con la mesura que acompaña a los profesionales serios.

 

La inmensa mayoría de los oyentes no le conocen ni siquiera la voz. Y si usted lo busca en Google o redes, pocas fotos o datos sobre su trayectoria o su vida se encuentran. Acompañó a esta cadena durante cuatro décadas sin hacer alardes, sin hacer ruido al caminar, pero guiándonos con sus pasos. Muchas veces me he planteado como sería Caracol Radio sin John Camacho. Bueno, estoy a punto de descubrirlo. Una cosa sí sé. Todos en esta compañía desde nuestro presidente hasta el conductor de una móvil con mayúscula sostenida lo queremos y lo vamos a echar en falta.

 

Todos llevamos algo de él muy dentro. Solo me resta decir: gracias, John Camacho. No lo despido porque usted siempre estará.

 

(Discurso de despedida realizado por el periodista Gustavo Gómez el pasado 27 de junio)

 

 

 

Por: Germán Posada

 

 

Empiezo felicitándolo porque su equipo Santa Fe quedó campeón.

 

Muchas gracias, muy amable. Siempre lo de Santa Fe es bastante sufrido y emocionante. Nosotros los hinchas ya estamos acostumbrados. Fue muy interesante y emocionante lo de ayer gracias a Dios. 

 

 

¿Cuántos años dedicados a la radio?

 

35 años y medio.

 

 

¿Qué sentimiento lo atrapa el saber que ya no va a madrugar para ir a trabajar a Caracol Radio?

 

No sé qué voy a sentir mañana. Lo único que sé es que el viernes fue mi último día y creo que fue una muy buena decisión, que se entregó hasta el último esfuerzo y queda la satisfacción del deber cumplido. 

 

 

Empezó en Caracol a finales de los 80. ¿Antes había hecho radio?

 

Empecé en septiembre del 89. Antes tuve un par de coqueteos muy fugaces siendo estudiante de universidad. Recuerdo una corta época en la que Todelar quedaba cerca de la universidad donde yo estudié. Mi hermano trabajaba allí y me contrataron un par de meses para ayudarles a organizar los electro componentes del laboratorio. Ahí observaba lo que hacían los ingenieros.

 

La otra, fue una oportunidad en vacaciones cuando vino el Papa Juan Pablo II a Colombia que hizo un recorrido grande por territorio nacional. Tuve la fortuna de ser contratado para trabajar como 'remotistaapoyando el cubrimiento en Chiquinquirá y fue un trabajo de un día para otro.

 

 

Una expresión que usted utilizó y que me ha causado gran curiosidad es 'Conocer la radio desde sus tripas'. ¿Cómo entendemos esto?

 

Lo que pasa es que los oyentes lo que perciben es por así decirlo, el producto terminado. Es lo que reciben a través de sus oídos de la culminación de un proceso. Pero para que ese sonido llegue a los oídos de las personas hay un proceso que reúne personas, máquinas, situaciones y hechos que intervienen que hacen que esto sea posible. Yo tuve la fortuna de conocer todos estos procesos, lugares y personas, que, uniéndose de manera adecuada, producen lo que la gente llama radio.  

 

 

Usted ha manifestado que tuvo la oportunidad de entrar a la radio en una época en la que componentes como la bohemia y el romanticismo estaban presentes. ¿Qué significa esto?

 

Yo creo que esto si tuviera que traerlo a tiempo presente es lo que llamaríamos hoy la pasión por la radio. En virtud de este tipo de situaciones uno no dimensiona horarios ni jornadas de trabajo. Desarrollamos unas funciones por otra serie de motivos o de móviles que van mucho más allá del simple hecho de cumplir un horario de trabajo y recibir un sueldo.

 

En aquella época digamos que esas actividades complementaban nuestro trabajo y hacían que uno se mantuviera enamorado de lo que hacíamos. Era tal ese nivel de entrega que uno desarrolló, que esto era parte de la vida. Era una actividad diaria propia de nuestra vida y no un trabajo. Era una cosa de cumplimiento y por tal creo que esto era lo que generaba en aquella época ese tipo de cosas.

 

La bohemia es porque había mucha diversión entre amigos y disfrutábamos las cosas y compartíamos todos los momentos. Debo aclarar que seguramente hoy esa pasión no se ha perdido. Las nuevas generaciones son también muy entregadas. Creo que es algo que se tiene cuando se lleva inherente la radio al trabajar en ella.    

 

 

Antes de entrar de lleno a la radio tengo entendido que trabajaba para una compañía en la que tenía un excelente salario. ¿Qué fue lo que lo motivó a hacer el cambio en la radio quizá ganando menos?

 

Justamente lo que le dije al comienzo. Esos pasos muy fugaces por la radio me permitieron deducir que era un medio muy interesante, entretenido y diferente. Era algo en lo que uno podía hacer algo más allá de realizar una función o un trabajo.

 

Estas breves experiencias me dejaron una picazón como la de un zancudo por así decirlo y obviamente tengo un hermano que trabajaba para la radio y yo observaba todo lo que él representaba y hacía y eso me gustaba. Creo que fue una decisión relativamente sencilla de tomar a pesar de que estaba en un lugar donde me trataban y me atendían muy bien, pero de pronto en lo personal no era tan apasionante.     

 

 

Escuché que su entrevista para entrar a la radio fue algo divertida, incluso con licor de por medio. Digamos que aquella manera de proceder cambió. Ahora a lo mejor se hace una entrevista más exhaustiva y de manera sobria. ¿Esto de alguna manera incide para decir que la gestión de la radio actual es mejor que la de antes, pero en la que muchos coinciden, fue mejor que la de ahora?

 

No. Yo lo que creo es que la radio se tecnificó, se profesionalizó, me parece que más que ser un medio de comunicación, se volvió cada vez más, casi que un sector de la economía con todo lo muy bueno que trae esto, ya que es generar empleo, y esto lleva de la mano a tener procesos más afinados, de trabajar el talento desde otro tipo de características y competencias.

 

Entonces, creo que es el sabio, el obvio y agradecido desarrollo de un medio de comunicación muy importante en Colombia, para volverse casi que un sector de la economía, ya que genera muchísimo empleo y esto es bueno para un país.

 

En cuanto a decir si era mejor o peor antes no creo que esa sea la mirada o forma de verlo. Creo sí, que ha habido temporadas donde los actores de aquellas épocas disfrutaron y produjeron una serie de contenidos que impactaban de una u otra manera, pero es porque las circunstancias económicas y sociales del país así lo permitían y le doy un ejemplo sencillo.

 

Al comienzo de la radio no había otro medio de comunicación, de manera que era un medio de un enorme impacto en la comunidad porque era la única manera que tenían las personas para informarse y entretenerse. Hoy, cien años después, cuando tenemos una infinidad de opciones para informarnos y comunicarnos, las experiencias son totalmente diferentes y por ende el trabajo es muchísimo más retador y competitivo.

 

Con todo respeto no puedo permitirme decir que lo que nosotros hacíamos antes o lo que se hace ahora es mejor, porque no son condiciones iguales ni son comparables. Yo pienso que hoy todas las personas que trabajan en los medios se levantan diariamente a hacer su mejor esfuerzo y entregar su mayor capacidad. De manera que no es una comparación que sea prudente hacer.     

 

 

¿Hablando de ese romanticismo de aquella magia de la radio que se escuchaba pero que no se veía como ahora a través del video, considera qué ese encanto se perdió?

 

Yo no creo. Pienso que mientras el ser humano tenga el sentido del oído va a existir la posibilidad de estimular al ser humano a través de los sonidos. Es así de simple para mí. También entiendo que en esta nueva época en la que una serie de tecnologías permiten que las personas reciban mayor cantidad de información desde otro tipo de formatos, me parece que va en beneficio de las personas.

 

Creo que muchas veces las personas se confunden cuando hablan de comparar la radio de antes con la de ahora. Lo único que ha pasado es que ya existen mayores canales técnicos de distribución para enviar el mensaje de audio a las personas. Si investigamos cual es el origen de la palabra radio nos damos cuenta de que la radio sigue existiendo.

 

Me parece que la gente la sigue asociando a un canal de distribución que existía varias décadas atrás que es un radio receptor. Estamos en medio de un mundo en el que hay demasiadas alternativas para que las personas se entretengan y se informen y el audio es una de ellas.         

 

 

En algún momento, el simple cambio de un fusible para restablecer la señal de Caracol Radio en una gran parte de Colombia estuvo en sus manos y en las de un colega de trabajo. ¿Nos recuerda este episodio tan particular?  

 

A comienzo de los 90, no existía el satélite, no existía internet; la única manera que tenían las empresas de radio y televisión para enviar sus señales a todo el país era mediante estaciones en diferentes cerros del país, que recibían la señal, y la retransmitían a otro cerro y así sucesivamente hasta llegar a los estudios de cada ciudad. Eso se llamaba la red de FM y yo era el encargado de su mantenimiento junto a un equipo de apoyo técnico.

 

La falla ocurrió un viernes a media mañana, nos reportaron que no había sonido de Caracol radio y de radio deportes desde Armenia hacia abajo, es decir, que, desde el Quindío hasta Nariño, no había señal. Logramos diagnosticar en cual cerro era el problema, era en Campanario, una estación que queda en el alto de la línea. 

 

Salimos para allá y llegamos sobre las 7 de la noche en medio de un clima muy complicado por el frío y la lluvia. Una rápida revisión nos dejó ver que uno de los racks de equipos estaba sin energía, revisamos y era que el fusible de protección se había dañado. Se trataba de un elemento de muy poco valor; en aquella época podría costar unos 200 pesos. 

 

Lo primero que me impactó era ver cómo un elemento tan barato podía generar una falla tan grande. Esa anécdota me marcó porque me sirvió para entender que, en una organización, uno es tan importante y decisivo como quiera, sin importar cargo, salario, reconocimiento; todo es cuestión de convicción y de hacer bien las cosas por uno mismo.

 

 

Tengo entendido que ese poder usted lo transformó y lo dirigió hacia su compañero, que ejercía como conductor y auxiliar técnico, de una manera didáctica, de aprendizaje. ¿Por qué?    

 

Cuando Guillermo quiso solucionar de inmediato fue que lo llevé a reflexionar. Lo primero que le dije fue que, si él creía que, en ese momento, los directivos, los grandes talentos, estarían preguntándose cómo nos estaría yendo, si habíamos llegado bien, etc. Le dije que, para ellos, nosotros no existíamos en ese momento, pero que en nuestras manos estaba la solución para que el lunes ellos pudieran ser oídos en todo el país; ahí fue cuando le dije que, en ese momento, nosotros éramos las dos personas más importantes, porque de nosotros, solo de nosotros, dependía que medio país pudiera tener sonido de caracol y de radio deportes.

 

La razón exacta no la sé. Lo que sí creo profundamente es que uno es el autor de su propio destino. Uno es el dueño de lo que hace y por ende uno es el dueño del significado de lo que queremos. Gracias a Dios siempre he tenido esa manera de pensar. Creo que eso es lo que ayuda a las personas a sentirse valiosas y valoradas en entornos que son muy complejos y tan competitivos como la radio.

 

Ese siempre ha sido mi gran motivador. Yo siempre hago las cosas pensando en que esto tiene una función, un efecto y cumple una labor y por ende da un resultado. Es muy importante que todos los seres humanos sin importar la profesión, lo veamos de esa manera, porque si uno mismo no se quiere quién nos va a querer.

 

 

Me gustó esta otra frase suya: 'La peor táctica que uno tiene para crecer es la victimización'. ¿Nos desglosa esa frase? ¿Cómo aplicó esto a su trabajo en Caracol Radio?

 

Yo creo que si uno piensa que el camino para crecer es que otras personas sean las que nos ayuden o reconozcan nuestras cosas o que nos jalonen. Si uno está de buenas, puede que sí. Pero todos están tratando de hacer sus cosas.

 

Me parece que el camino más seguro para tratar de sobresalir es que nos demos cuenta de que todo depende de uno mismo. Si no estudio no voy a aprender. Si no me esfuerzo no voy a tener mejores resultados. Si no soy crítico con mi trabajo no podré corregirlo y mejorar. Creo que, aunque suene algo irónico es más fácil así para poder tener un mejor desempeño en la vida.

 

Respetuosamente sé que hay otros caminos como esperar a que a uno le reconozcan, pero para mí esa es una labor como desde la derrota, como si estuviera sentado en una silla esperando a que alguien me vea o se fije en mí.

Considero que esa es una posición de víctima porque el guerrero lo tiene uno por dentro, y repito, esto respetando mucho el pensamiento o manera de actuar de los otros. Así de sencillo.        

 

 

Ocupó un sinnúmero de posiciones en Caracol Radio. Sin conocer de administración asumió el reto y respondió con creces. El día que le hicieron la entrevista le preguntaron si era tan berraco en comparación a su hermano, también reconocido en esta empresa. ¿Terminó usted siendo un berraco en Caracol?  

 

No. Le voy a contar una anécdota muy bonita. Hace muchos años entre muchas cosas que nos tocó hacer fue realizar un trabajo para visibilizar historias de personas en ciertas zonas del país, que venían siendo transformadas y que impactaban positivamente en sus comunidades. Todo esto, con el patrocinio de empresas petroleras

 

En esas, me encontré en una vereda del departamento de Sucre, con un campesino entrado en años y sin mayores estudios pero que se había convertido en un líder comunitario muy importante para su comunidad. Él era la persona que trabajaba para que su comunidad se beneficiara de servicios públicos. Yo hablé con el señor y justamente lo describí como un berraco, pero él me decía que antiguamente berraco era aquel que podía cumplir con ciertas actividades de orden físico como por ejemplo marcar más ganado, pero que él se había enfocado más en ayudar a su gente.

 

Yo lo que siempre trato de especificar cuando se menciona este tema de lo que es ser berraco, es tratar de retar a la persona por sí misma. ¿Está seguro qué está dando su mejor esfuerzo? ¿Está creyendo que hoy es el más teso? Y a partir de ahí, comenzar a construir cualquier discurso.

 

Entonces en mi trabajo aquello de lo de berraco no es tal. Evidentemente hubo muchos aciertos, pero también muchísimos errores, derrotas, fracasos, frustraciones, porque es difícil, es un sector altísimamente competido en donde existe una calidad enorme, porque el entorno es bastante complejo, porque la economía presenta innumerables variables. Lo único es que toda mi vida me levanté a tratar de dar mi mejor esfuerzo. Eso es.

 

"Si usted me pregunta hoy cual es el secreto dónde creo yo que se puede garantizar nuestra permanencia como personas de radio, está en dos cosas. El respeto y trabajar en la marca y en la curaduría y excelencia de los contenidos."      

John Camacho en compañía de Diego Rueda, director del Vbar Caracol, de Caracol Deportes domingo y comentarista titular del fenómeno de futbol. 

 


¿La clave del éxito en la radio más que la voz son los contenidos?

 

Creo que nosotros estamos en un proceso de transformación desde lo tecnológico, pero en esencia lo que siempre hacemos es producir unos contenidos de la mejor y mayor calidad que se pueda para que las personas los puedan consumir.

 

Dentro de ese punto de vista, para mí el contenido es una sola cosa, que es el producto de una mezcla de sonidos que van desde las voces de los talentos, pero también de las ideas que estos pueden generar como darle continuidad a un programa, el soporte que proveen los productores, la música que es un mundo enorme e imperecedero, los mensajes publicitarios, todo esto hace parte del contenido.

 

Si usted me pregunta hoy cual es el secreto dónde creo yo que se puede garantizar nuestra permanencia como personas de radio, está en dos cosas. El respeto y trabajar en la marca y en la curaduría y excelencia de los contenidos.       

 

 

Sobre este tema, la excelencia en la realización de los contenidos deportivos es para usted esencial en el crecimiento de una empresa de medios como Caracol Radio. ¿En este aspecto me gustaría nos compartiera a quienes en esta área admira fuertemente?

 

Esto puede que resulte como una respuesta tibia pero lo cierto es que en deportes o en otras facetas de la radio es indudable que hay unas personas con más notoriedad que otras. Hay unas que conectan mejor con los públicos. Pero justamente mi trabajo que durante años fue mirar y presenciar como cada uno de esos profesionales desarrollaban su trabajo todos los días, fue entender que eso es muy difícil. El asunto es ponerse detrás de un micrófono dos horas para relatar un partido. Yo admiro profundamente la labor de las personas que tienen ese valor todos los días para tratar de contarle algo al país.

 

En el tema de los deportes admiro mucho más es desde el nivel de emoción y pasión que desarrollan estos señores hacia las audiencias. Esto es una cosa impresionante. Obviamente como ser humano gustándome más unos estilos que otros, no sería justo ni coherente de mi parte dar un ranking o clasificar unas personas y menos aún, ahora desde mi posición.

 

Mi admiración es global para todos ellos y no se trata de que es que no me quiero comprometer. Considero que tuve una carrera productiva y una de las razones por las que creo que me pudo haber ido bien, es que independientemente de muchas cosas, yo siempre traté de tener la misma relación con un gran talento que con un talento que se estaba formando. Eso traté de ponerlo en práctica y creo que me dio buen resultado.       

 

 

Me sugirieron hablar con usted de este tema que tanto me gusta y es aquel formato de la lectura de noticias que fue tan importante en otros momentos en la radio colombiana. ¿Qué tanta incidencia tuvo la entrada del Grupo Prisa a Caracol Radio para que este estilo de locución se acabara?

 

Yo creo que ese es un tema bien interesante porque como usted lo plantea es una manera de verlo y con todo respeto se ve desde el efecto. Me parece que la razón de esto fue un poquito más elaborada. No fue un tema de llegar y acabar con una profesión o rol muy importante y que de hecho no se ha acabado.

 

Se trata es de entender el proceso que nosotros como radio teniendo una alta incidencia en la información, podamos observar para poder seguir ganando como dirían hoy, autoridad dentro de un medio tan competido. Y en eso la conclusión a la que se llegó, era que había un elemento diferenciador de nuestro formato y era la oportunidad de que quien contara los hechos, la información, fuera la persona, en este caso, el periodista que había desarrollado la investigación.

 

Nadie cuenta mejor un hecho que la misma persona a la que le ha pasado. Esto permitía poder contar detalles y transmitir sensaciones que de pronto un locutor por muy profesional y experimentado que fuera, no lo podía hacer. Y la sencilla razón es que estaba metido en una cabina aislado de todo su entorno. Ese fue el proceso.

 

No fue como tal acabar una profesión. De hecho, lo que pasó es que algunas de estas personas pasaron a hacer más el papel de presentadores. En Caracol Radio tenemos locutores como Álvaro Gómez Zafra que es un tremendo locutor que actúa como una especie de host (presentador).

 

Muy respetuosamente me parece que es tomar muy a la ligera el hecho que acabamos con el rol del lector de noticias ya que lo que hicimos fue pasar a presentar la noticia con las personas que la estaban investigando. Obviamente en aquellas figuras de la locución de noticias esto pegó durísimo. Antiguamente teníamos un staff de locutores maravillosos con voces impresionantes que ejercían este rol y posiblemente si pudo haberse tomado como el hecho de que habíamos acabado con esta especialidad, pero ha sido más bien el proceso de entender nuestro papel como comunicadores.             

 

 

¿Justamente cuando usted menciona la palabra 'elaborar', me pregunto si de pronto Caracol Radio en ese momento, tal vez, no elaboró un mejor plan para aquellas figuras de la lectura de noticias que se quedaron como decimos coloquialmente en Colombia: 'mirando pa'l páramo'?

 

Ese comentario suyo es difícil de complementar, pero volviendo al comienzo de nuestra conversación voy a sugerir algo en la respuesta.

 

En una Organización siempre se trata de hacer lo mejor para la marca y tratar de que la empresa sea más robusta o exitosa. No creo que en un equipo directivo de una Organización sea cual sea, uno se levante a decir: 'hoy vamos a hacer las cosas mal' u 'hoy vamos a cometer errores'. Estos procesos de toma de decisiones en los cambios de un producto son procedimientos largos, difíciles y retadores, porque, por ejemplo, en el caso de nosotros en Caracol Radio, una marca que tiene tanto arraigo y sentido de pertenencia en la audiencia es complejo porque nos puede castigar o premiar muy fácilmente.

 

Yo solo le puedo hablar de lo que ocurrió. No le puedo decir:  "nos equivocamos" 

o "no nos equivocamos". A mí me parece que Caracol Radio sigue siendo una marca con una gran importancia dentro del país como en el exterior.

 

Me gustaría que usted qué está haciendo ese comentario haga una reflexión sobre los mismos profesionales, qué pasó con ellos y hacia donde decidieron evolucionar ellos mismos. Y lo digo respetuosamente. Responsabilizar el ciento por ciento de los hechos que rodean una historia, el futuro de una persona, desde un solo lado de la historia no es muy adecuado.

 

En esta clase de decisiones de una empresa no todas las veces los resultados son tan alegres y positivos para todos.      

 

 

¿Cree que se debería volver a utilizar este formato de leer noticias cómo antes?

 

Bueno. En realidad, no es un formato. Es un rol dentro de un formato. Y esto es bueno aclararlo porque ahí se pueden generar confusiones.

 

Yo no percibo que leer noticias sea un formato como tal. Seguramente si lo fue hace muchísimos años cuando se dio la oportunidad en un momento de altísimo nivel de analfabetismo en Colombia, para que una persona les leyera a los oyentes las noticias del periódico. Posiblemente en aquella época se pudo haber dicho que se estaba matando a los periódicos, pero no fue así.

 

Yo pienso que dependiendo de los formatos que se puedan acuñar en una marca, en este caso hablando de la radio y específicamente Caracol Radio, uno los tiene que armar con los roles que son. Y cada marca toma sus decisiones. Sin duda alguna yo quisiera quedarme más con el rol de presentador que el de locutor porque me parece que el locutor le da la sensación un poco más fría, más ascética, mientras que el presentador puede tener más conexión emocional con la audiencia.            

 

 

¿Ya sé que no le gustan las clasificaciones, pero insisto, puede nombrarme excelentes lectores de noticias que gocen de su admiración?

 

Son todos prácticamente. Primero, eran diferentes tonos de voz, diferentes intensiones y fortalezas.

 

Don Eliodoro Otero, por ejemplo, era un hombre con una pronunciación y manejo del idioma de un nivel superlativo. Se expresaba tal que parecía académico de la lengua y poseía una tonalidad y ritmo pausados que cautivaban. Juan Harvey Caycedo era extraordinario. Juan Manuel Rodríguez que tenía un tono de voz demasiado cálido y pareciera que estuviera hablándole a uno al oído. Judith Sarmiento que transmitía autoridad y seriedad en las noticias. Eran unos profesionales con diferentes matices que más allá del color de su voz, transmitían y conectaban de diferentes maneras. Era una maravilla oírlos.

 

Don Bernardo Hoyos que, aunque no era un locutor, en el desarrollo de sus funciones se notaba su pronunciamiento impecable y con un efecto tal que, al dirigirse a las personas, ellas mismas se sentían importantes.

 

Hoy podemos tener voces que no tienen esa calidad técnica por así decirlo, pero son mucho más naturales. No son impostadas. Esto también cumple otra función de conexión con las audiencias porque yo entiendo que es alguien parecido a mí que me está hablando.

 

Son diferentes periodos y épocas. Hace muchos años la jerarquía era que la radio estaba arriba y las audiencias abajo. Nosotros pontificábamos. Ahora con esta proliferación de fuentes de información, las audiencias tienen variadas opciones y esa brecha se ha ido bajando y somos más iguales.

 

Cuando uno habla con un amigo lo hace de una manera, pero con otra persona, así sea un absurdo, incluyendo el rango, va a ser distinto. En este momento el secreto es entender a las audiencias como un igual y por lo tanto el lenguaje, el tono, la voz, se manejaba de otra manera.        

 

 

Esto no es con el ánimo de criticar. ¿Qué opina de gente de radio cuando dicen que ya la radio se acabó o que lo que le falta para que se acabe es nada? ¿Usted cómo visiona el futuro de la radio?

 

Es simple. Mientras tengamos oído siempre va a haber un sonido que escuchar. Siempre va a existir algo que contar. Lo que ha cambiado es la cantidad de canales de distribución para que ese sonido llegue a las personas en todo el mundo. ¿Cuál es el error? Algunas personas, con todo respeto, se aferran a que el único canal de distribución de la radio sea un aparatico eléctrico o de pilas que cada vez es más difícil de conseguir en el mercado.

 

El gran error es pensar que la radio se va a morir porque los radio receptores tradicionales de toda la vida cada vez son más difíciles de conseguir. Otra cosa es esa victimización de la cual le hablaba al comienzo. Si yo pienso en eso, estoy liquidado. Así, mejor no sigo trabajando. Lo que hay es una transformación y un reto a nivel tecnológico a nivel impresionante.

 

Esto se volvió más interesante. Una de las cosas en las que yo me estaba concentrando mucho este año es en las audiencias de Caracol Radio que a punta de sonido tenemos en el resto del mundo. Si lo que nosotros hacemos aquí se puede oír en cualquier lugar del mundo es como si a mí me dijeran la audiencia de Caracol radio en Colombia ya no es 15 o 18 millones. Son 200 millones de oyentes en potencia en el mundo. Ahí, si nos tenemos que creer ese cuento de que somos sensacionales.

 

No señor, la radio no se está acabando. Se transformó y el reto es mayor porque vamos a pasar de hablarnos a nosotros mismos en un área comprendida por un país que es Colombia para hablarle al mundo. Lo que tenemos es trabajo y la gente que se quedó en la oficina el día de mi retiro, se tendrán que levantar a trabajar con un reto enorme porque ya estamos hablando a una audiencia de cientos de millones que tenemos que cautivar.

 

Como dirían las personas que trabajan en temas energéticos, yo siempre he decretado que la radio nunca se va a acabar, simplemente porque los seres humanos tenemos oído.  

 

 

Andrés López lo describió como el gran generador de talentos en Caracol Radio. ¿A quién descubrió cómo talento?

 

Bueno. Esas fueron palabras demasiado generosas de parte de Andrés López, pero se lo digo con sinceridad. Fue a todo el mundo. A veces, mismo en escenarios de trabajo, les decía a los muchachos que en algún momento Hernán Peláez tuvo un primer día y seguramente le fue mal. Lo que pasa es que ya hoy nadie se acuerda de eso, pero seguramente que él si lo recuerda y por eso es tan profesional.

 

Le puedo nombrar a Juan Gossain, Yamid Amat, Darío Arismendi, Néstor Morales, el que usted quiera, todos tuvieron un primer día. Lo fácil hoy es uno sentarse a hablar con talentos consolidados, pero el trabajo es poder interactuar con gente desde su primer día y hacerles ver que tienen fortalezas, mostrarles en lo que tienen que mejorar, no es formar talentos sino guiarles el camino.

A estas alturas sería un poco como ofensivo corregirle cosas a Gustavo Gómez o a Andrés López, porque es gente demasiado madura.

 

Fueron 25 años realizando esta labor en la que hablé con muchas personas a las que pude brindarles un apoyo, una orientación.        

 

 

Dos de las canciones que le gustan son: 'Soy sensacional' de la Orquesta Harlow y 'El incomprendido' de Ismael Rivera. Dos canciones de alguna manera como el agua y aceite. ¿Por qué le gustan?

 

Fíjese German que esa es una manera de verlas porque en esencia es la misma cosa. Ambas hablan de la individualidad. Mejor dicho. Es uno con uno. No uno con los demás.

 

Soy Sensacional le permite a las personas que la oyen de mirarse al espejo y ver esos momentos en los que uno está acabado, en el piso, fregado y de cambiar por completo para decir tengo algo por hacer y lo hago con el alma y el corazón. Es una persona dándose ánimo a sí misma.

 

El Incomprendido es otra conversación de una persona con ella misma quizás con una mirada más crítica, de lo que uno deja de hacer, y es que muchas veces por más que haya la mejor intención uno puede afectar personas negativamente y puede causar dolor, pero también por más que uno haga no recibe el valor de las personas del entorno.

 

Una es desde la necesidad de levantarse y otra posiblemente es la necesidad de ser consciente de lo que uno es y lo que puede generar alrededor. Ambas son para mí, canciones maravillosas, que denotan la dimensión humana de cualquier persona.     

 

 

¿Qué es la radio para John Camacho?

 

Es un sistema de contenido que utiliza el sonido para transmitir un mensaje a las personas. 

 

 

¿Qué representa la empresa Caracol Radio en la vida de John Camacho?

 

Mi vida.

 

 

¿Quién considera fue John Camacho en la historia de Caracol Radio?

 

Un trabajador que se levantó todos los días a dar lo mejor que pudo. 

 

 

¿Retiro del todo o al estilo de Eucario Bermúdez el 'talento no se retira'?

 

No tengo la menor idea Germán. A mí me da risa porque durante este proceso hoy me levantaba pensando en que iba a hacer una actividad y mañana pasaba a una actividad B.

 

Lo único que sé, es que no me puedo quedar quieto, porque creo que es una máxima de las personas que están jubiladas de manera exitosa y es que el mejor camino para tener una culminación de vida sana y plena es mantenerse activo intelectual y físicamente. Seguramente que yo voy por la misma línea.

 

No sé si siga haciendo algo asociado al sector. Seguramente llegaran momentos de tristeza, de análisis, pero me queda el resto de la vida para ver que hago. Lo único que puedo decir es que no me voy a aburrir.  

 

 

Muchas gracias.

 

Con todo gusto. Muy amable.

 

 

"Con todo respeto no puedo permitirme decir que lo que nosotros hacíamos antes o lo que se hace ahora es mejor, porque no son condiciones iguales ni son comparables." 

John Camacho acompañado del equipo de transmisión del fenómeno de futbol de 2024 para estas Eliminaotrias; de pie Diego rueda, cesar augusto Londoño y juan felipe cadavid; sentados John Camacho, gustavo el Tato Sanint y JJ Florez (Jhon Jairo Florez)

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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