
Esteban Jaramillo.
Son muchos las protagonistas de los medios de comunicación en Colombia que guardan un recuerdo muy especial en nuestras memorias porque a través de su imagen y su voz, pudimos observar y escuchar a través del tiempo la actualidad analizada bajo su minucioso y laborioso trabajo.
En el caso de la información deportiva, el periodista, Esteban Jaramillo, es sin duda alguna, una de aquellas grandes estrellas, un peso pesado del análisis meticuloso y detallado del deporte en general pero más especialmente de todo lo acontecido en el mundo del fútbol nacional e internacional.
En momentos en los que su carrera profesional estaba en el pináculo del éxito y la notoriedad, Esteban Jaramillo fue obligado a hacer un alto en sus actividades. Fue un 'Breakdown' inesperado que cambió completamente su vida y la de su familia. Pero pese a las vicisitudes de la vida, esta misma se ha encargado de sanear y más aún demostrar que la honestidad y la rectitud priman sobre la deslealtad y la perfidia.
Felizmente tiempo después, Esteban Jaramillo regresó a la libertad y a sus quehaceres y hoy después de un cuarto de siglo de haber sucedido aquel súbito episodio, he tenido la oportunidad de conversar, primero, con aquel ser humano que trata en lo posible de ser mejor persona, pese a su franqueza, aquella que a veces incomoda, pero también con el gran profesional que a través del tiempo más se añeja en sapiencia y sabiduría.
"Yo soy un hombre feliz. Yo creo en Dios. Le ruego al todopoderoso que me enseñé a morir porque yo ya viví y soy un hombre feliz viviendo. Ya no tengo rencores, envidias, broncas con nadie. Amo el fútbol, amo el deporte, lo disfruto al máximo y totalmente. Hoy estoy dedicado exclusivamente a eso.", apostilla.
Por: German Posada
¿Cómo comenzó su carrera en los medios?
Yo no atraje el periodismo. A mí el periodismo me atrajo. Empecé a hacer periodismo porque yo jugaba fútbol y creo que me iba bien. Javier Giraldo Neira, un periodista muy famoso de Manizales, me invitó diciéndome que si quería jugar en el equipo de personas de los medios que él tenía y yo acepté. Ese equipo era famoso porque nunca ganaba.
Empecé desde niño a incursionar con ellos y me fue muy bien. Así me vinculé al equipo y con el tiempo comencé a practicar en el periódico La Patria en momentos en los que no era de mi interés porque yo quería ser cafetero, maderero o transportador, porque mi abuelo era cafetero, maderero, ganadero y transportador. Pero al final el fútbol me sedujo, entre a La Patria a practicar y me picó el gusanillo, ahí me quedé y todavía sigo haciendo periodismo.
Otros personajes de los medios también han jugado fútbol, uno de ellos era Hernán Peláez. ¿Y cuál era su posición jugando fútbol?
Yo para hablar de Peláez, diría que él jugaba bien y se destacaba. Hubo otros que también jugaron bien. Yo jugué siempre de 10 armador. Siempre fui creativo y me enorgullezco al decirle que yo fui el capitán de todos los equipos en los que estuve.
¿Me imagino que se armaban interesantes y amenas tertulias en casa hablando de fútbol?
En realidad, no había. Nunca entendí porque la fiebre por el fútbol de mis hermanos y la mía, no de todos, porque somos 13 hermanos. Algunos muy afiebrados por el fútbol. Mi papá no fue futbolero, no jugó fútbol, nunca fue al estadio, si acaso, fue una vez. Mi madre por estar ocupada criando 13 hijos y un hogar muy humilde, no tenía tiempo de nada. Mi mamá lavaba ropas. Las de la familia de ella y ropas de estudiantes para ayudarle a mi papá para poder sobrevivir.
Mi papá era un obrero empírico como electricista, pero era el 'perifoneador'
del barrio. Mi padre era el que anunciaba por los altavoces de la iglesia todas las proclamas del padre italiano Gerardo Botaccin, que también era arquitecto.
Tertulias de fútbol no había en mi casa. Había en las esquinas del barrio donde nos encontrábamos mis hermanos y amigos, y nos quedábamos hasta la una o dos de la mañana hablando de fútbol. En esa época no había televisión, era solamente lo que escuchábamos por radio y ocasionalmente leíamos en la prensa, La Patria, el periódico de Manizales. No teníamos con que comprar el televisor, pero nos divertíamos hablando de fútbol.
Hace poco El Pecoso Castro un técnico famoso de fútbol en Colombia, concedió una entrevista en donde le pidieron que diera un concepto mío y dijo que le gustaba mucho cuando terminábamos los partidos de futbol aficionado porque se sentaban a tertuliar sobre lo ocurrido durante el juego y consideraba que al que mejor veía era a mí. Eso me gusta y me enorgullece mucho. Él es un hombre con un amplio recorrido en el fútbol.
¿A quién considera su mentor en estas lides del periodismo deportivo, a Javier Giraldo Neira o Jorge Eliecer Campuzano?
A Javier Giraldo Neira. Lo que pasa es que Jorge Eliecer Campuzano fue el primero que me entregó micrófono. Yo estaba acompañándolo en una transmisión que hacía Todelar y yo ya estaba jugando en el equipo de fútbol de esa organización, pero todavía no participaba en transmisiones.
Recuerdo que era una transmisión de motociclismo, que, por cierto, a mí también me gusta mucho. De repente Jorge Eliecer Campuzano dijo: "Ahora les voy a presentar un muchacho que va a ser figura del periodismo deportivo de Colombia, se llama Esteban Jaramillo", y me pasó el micrófono. Yo ya había escuchado los slogans y me los había aprendido. En ese momento empecé a transmitir motociclismo. Luego después de un largo tiempo me tocó cubrir el Mundial de Italia con él e hicimos un recorrido de un mes y 19 días para arriba y para abajo. Tenemos una muy buena relación. Es un gran compañero, amigo y extraordinario locutor.
Mi mentor es Javier Giraldo Neira y hay un segundo mentor que fue José Fernando Corredor, un periodista más escrito, que radial o televisivo.
Luego con el tiempo mi Dios me dio el privilegio de compartir con gente maravillosa, por ejemplo, con Oscar Restrepo, Mario Alonso Escobar, grandes locutores como Paché Andrade, Rafael Araujo Gámez y El Mundialista Sergio Ramírez.
En noticieros estuve con los que han sido los últimos grandes maestros del periodismo en Colombia. Con Juan Gossain trabajé 18 años y con Yamid Amat 12.
¿Cuánto tiempo ejerció su profesión como administrador de empresas?
Yo tuve hasta la pandemia transportes. Antes tuve busetas y después buses interdepartamentales. En la pandemia me di cuenta de que el negocio ya no era muy rentable. Tuve la fortuna y mi Dios me bendijo y pude vender lo que tenía y evité pérdidas mayores. Ahora estoy dedicado estrictamente al periodismo que me gusta.
Sigo estudiando. Estoy estudiando Camba, y todo lo que es redes y lo que tiene que ver con un Community Manager. Me gusta estudiar, aunque yo no voy a vivir de eso. Estoy continuamente ensamblando videos y muy dedicado a esto ya que puedo hacerlo desde donde esté.
Hay momentos difíciles y complicados en la vida, pero en los que también hay gente que ayuda y respalda. ¿Qué palabras tienen para todos aquellos que lo apoyaron en aquellos momentos difíciles?
Solo gratitud para todos.
¿Hoy en libertad y disfrutando de ella cómo observa la vida?
Este incidente ya pasó hace 25 años. Hace poco acepté una entrevista. Yo le huía y me resistía a aceptar ese tipo de entrevistas porque es muy difícil que la gente le crea a uno cuando se entrega la versión de lo que realmente pasó.
En el programa Se Dice de Mí, de Caracol, me hicieron una entrevista de ocho horas y luego extractaron en una hora los aspectos más importantes de la misma. A mí me llamaron de la Presidencia de la República para ver si yo aceptaba que ellos me hicieran la contracara de esa entrevista y además editada ya que gustó mucho, pero yo no quise.
Después de que tuve esos incidentes empecé a dictar conferencias y lloraba mucho. A mi esposa y a mis hijos les contaron y ellos se negaron a que yo lo siguiera haciendo, entonces hice un libro. Juan Gossain, quién escribe el prorrogo, le dijo a mi señora que no me dejara publicarlo porque tenía asuntos muy tenebrosos y que seguramente me mataban. De manera que yo lo tengo a buen recaudo. Muy guardado. Estrictamente oculto y algún día lo publicaré o será póstumo cuando yo me muera.
Luego hice otro libro, pero, aunque yo escribo mucho no tengo la convicción de que lo que yo hago tenga una total aceptación y entro en dudas. Ahora estoy trabajando otro muy bueno, inspirado por algunos amigos que me insisten en que publique compendios de columnas, perfiles, análisis que he hecho.
Este año se está celebrando el centenario de la Federación de Fútbol. A mí la Federación me llamó para que hiciera el libro de su centenario, pero discrepamos porque ellos querían un libro estadístico y yo no soy estadígrafo. Yo quería hacer perfiles desde los mejores momentos de fútbol profesional colombiano a lo largo de la historia y no llegamos a un acuerdo.
Después de que hice el programa con Caracol Televisión que fue muy exitoso me he sentido muy bien porque yo ahí conté la verdad de lo que me ocurrió, y nadie me ha corregido. Nadie me ha rectificado. Nadie me ha dicho que yo estoy mintiendo. Y hubo muchos testimonios de gente muy importante que habló en ese programa y que reafirmaron lo que yo dije.
¿Qué significa Manizales para Esteban Jaramillo?
Manizales es en mi vida La Colina Iluminada. Es como una vereda tropical donde se le rinde culto al diálogo. Acá, como base fundamental de la existencia colectiva, está la tertulia. Con un ambiente familiar indiscutible. Con una cercanía a los amigos. Aquí están mis verdaderos amigos. Aquí encuentro sosiego y paz. Todavía no he podido residenciarme definitivamente en este lugar paradisiaco, bucólico, extraordinario, pero yo creo que con la ayuda de Dios pronto lo voy a hacer.
¿Por qué le decían 'volador'?
Porque yo iba al colegio y el rector era muy hermético y no dejaba salir a nadie. Pero yo enamoré a la secretaria que era una señora ya mayor y yo muy sardino y ella me dejaba volarme. Yo me volaba a hacer cosas que tenía por hacer en el centro de Manizales y al rector cada rato me lo encontraba. Y cuando hacían una especie de relación o reunía a todos los alumnos siempre decía: "Este sinvergüenza 'volador' de Esteban Jaramillo se me desaparece de acá y no sé por dónde se va". Pero yo si sabía por dónde me iba. Por una puerta falsa y la que me sacaba, claro, primero había un besito, era la secretaria, pero yo le caía bien.
¿De manera que usted ha sido un 'Don Juan' desde muy pequeñito?
Don Juan era mi papá. Él se llamaba Juan Tenorio Esteban Jaramillo.
¿Juan Tenorio? Un nombre que hace alarde al enamorador. ¿Así era su papá?
No para nada. Mi papá no era enamorado. Mi papá, pobrecito, no pasaba el tiempo sino trabajando. Haciendo sindicato. Mi papá era un hombre muy dedicado a la lectura. Fue empírico en todo. Mucho le aprendí a él. Sobre todo, en valores y en principios en el hogar.
Esperó cuatro horas para entrevistar a Diego Armando Maradona, pero finalmente lo logró. ¿Qué significa esta entrevista en su vida?
Inicialmente una gran felicidad y una frustración posteriormente. Esa entrevista me la consiguió Carlos Bilardo diciéndome: "si usted entrevista a Maradona, él le da tres respuestas, pero si lo logra enganchar, se queda con usted un buen rato", y Maradona se quedó una hora y media conmigo.
Yo le supe entrar a Maradona. Igual me pasó con César Luis Menotti, Ronaldo Nazario y Roberto Carlos, me pasó con muchos personajes del fútbol. Siempre me advertían que me daban tres respuestas, pero siempre se quedaban conmigo. Por aquel entonces ya había aparecido la tendencia aquella de cobrar por las entrevistas.
La frustración por la entrevista a Maradona ocurrió al día siguiente cuando fueron a proyectarla. El camarógrafo que lo enfocaba a él no lo cogió. Aparecía en primer plano todo lo mío, pero Maradona en segundo plano. Hoy lo lamento porque todo eso se puede mejorar. En esa época no se podía mejorar el sonido y la entrevista se perdió.
En el eterno debate para elegir el mejor jugador del mundo suenan nombres como los de Pelé, Maradona, Messi, Cristiano Ronaldo. ¿Para usted quién sería el Rey?
Para mí, Pelé primero. Maradona, segundo. Messi, tercero. Alfredo Di Stefano, aunque no lo vi mucho, cuarto. Johan Cruyff, quinto. Cristiano Ronaldo, sexto. Frank Beckenbauer, séptimo. Y de ahí en adelante, como decía mi mamá, que entre el diablo y que escoja.
Para mí, esos son los mejores y creo que no escuchaste el nombre de un portero. Hay porteros fabulosos, por ejemplo, yo no vi mucho a Lev Yashin, pero si vi a Gordon Banks y después a Peter Schmeichel.
Yo recuerdo que El Tino estaba en el Parma y me dijo un día, que venía un pelado de 16 años que iba a ser una estrella en el mundial como portero y era Gianluigi Buffon. Otros porteros enormes son Casillas, Curtois. El belga Michel Preud’homme.
Hubo muchos muy buenos jugadores y extraordinarios. De hecho, hoy los hay. Por ejemplo, Mbape a mí me descresta. Como también me deja descrestado Neymar. Ahora estoy contento por su posible participación en estas fechas de la eliminatoria así llegue con su fútbol a cuentagotas porque ahí se está marcando una inocultable decadencia.
James es una expectativa de Colombia. Messi es una expectativa de Argentina. Neymar es una expectativa de Brasil.
Cuando usted arma una Selección incluye nombres como Cafú y Carlos Alberto, ambos laterales de Brasil, a un Daniel Pasarela en una época como uno de los mejores zagueros del mundo. Encuentra mediocampistas como Pirlo, por ejemplo. También a Kevin De Bruyne, en el Manchester City. Ellos son jugadores fuera de lo normal que marcan una tendencia distinta. Yo creo que no hay goleador como Haaland, un jugador de gran talla y mucha categoría. Ese fútbol de alto nivel competitivo a mí siempre me ha gustado.
Yo me autocalifiqué desde muy niño como lo dijo alguna vez el famoso escritor Eduardo Galeano: "Soy un mendigo de gambeta". Yo también lo soy.
En cuanto a los técnicos, yo soy seguidor de Guardiola más que del Manchester City. Me gustan los técnicos como Klopp, Tuchel. También el trabajo de Murinho y Anceloti. Me gustan muchos técnicos modernos porque me enseñan, innovan, transforman. Como lo hacen Bielsa y Scaloni.
Yo peregrino por las canchas profesionales vaya o no a transmitir, pero especialmente por las canchas aficionadas.
¿Y el mejor futbolista de Colombia? Al parecer James Rodríguez por estadísticas parece que los supera a todos. En lo personal considero que no deberían estar ausentes nombres como los de Willington Ortiz y Carlos El Pibe Valderrama. ¿Qué opina usted?
Yo tengo un rankig muy claro hace mucho tiempo. Para mí no es importante solo la estadística. Para mí es muy importante lo que hace el jugador. Te pongo un ejemplo. El jugador más laureado del mundo y el que más títulos ha conseguido es Messi. Pero al lado de Messi está Dani Alves y hay una diferencia entre Messi y Alves, así hayan ganado lo mismo. Por el impacto que han tenido frente al público, por su presencia, por el rendimiento futbolístico, por las calidades técnicas que los pelaos quieren imitar, por la conducta personal.
Por eso fácil es decir que el mejor jugador de Colombia es Falcao García, porque reúne todos esos aspectos. Pero yo hago un discernimiento entre lo que es ser un goleador y un jugador.
Sin duda James Rodríguez impacta mucho porque él tiene el beneficio de la era digital que lo promueve demasiado. Hubo otros jugadores iguales o mejores que James que en el pasado no tuvieron el mismo brillo a través de los medios. Por ejemplo, su propio papá. Yo lo vi jugar y era un talentosísimo jugador, pero se malogro por sus borracheras.
Ahora, en mi ranking de jugadores de Colombia están para mí, en primer lugar, El Tino Asprilla. Sitúo a Freddy Rincón en segundo lugar, por la influencia que él tuvo, la calidad de su fútbol, los equipos en los que actuó, en Napoles, Real Madrid, fue campeón mundial de clubes con el Corinthians en el 2000 y él fue el que levantó el trofeo. Fredy es el único jugador colombiano que yo recuerdo en la historia que han querido nacionalizar en Brasil por lo influyente que era y en la mejor época de Brasil. Recuerde que por 2002, Brasil tenía un súper equipazo que quedó Campeón Mundial con Rivaldo, Ronaldhino, Roberto Carlos, Cafú, Ronaldo, eran muchos excelentes jugadores.
En tercer lugar, colocó a Falcao García, ídolo de los colombianos, el hombre a imitar, un hombre impecable en su conducta y no descarto a James Rodríguez.
Y lo sorprendo si le digo que El Pibe Valderrama y Willington Ortiz por igual. Esos son los jugadores predilectos por mí.
"Yo soy un hombre feliz. Yo creo en Dios. Le ruego al todopoderoso que me enseñé a morir porque yo ya viví y soy un hombre feliz viviendo. Ya no tengo rencores, envidias, broncas con nadie. Amo el fútbol, amo el deporte, lo disfruto al máximo y totalmente. Hoy estoy dedicado exclusivamente a eso."

Esteban Jaramillo y Javier Hernández Bonett.
De todas las entrevistas que le hicieron cuando salió en libertad usted dice que la mejor fue la que le hizo Jorge Alfredo Vargas. ¿Por qué?
Porque él fue muy humano. Muy cálido. Porque no me puso contra la pared y especialmente porque me respetó. Él fue muy querido y tenemos una extraordinaria amistad.
Le cuento que recientemente estuvimos en un restaurante muy famoso en Bogotá, y estábamos invitados Jorge Alfredo Vargas, María Lucía Fernández su compañera de presentación del noticiero en Caracol, Javier Fernández Bonett mi mejor amigo dentro del periodismo deportivo, uno de mis hijos y Ricardo Alarcón, expresidente de Caracol Radio. Yo sufro de tensión alta y la comida era cochinillo y estaba muy salado. Pero estaba tan emocionado con aquella invitación que me sobrepasé y creo que no me morí de milagro.
Yo toda la vida fui buen entrevistador o por lo menos eso se ha dicho. Y yo nunca tuve una enemistad con un entrevistado al aire. Siempre fui respetuoso con todos y ninguno se fue bravo conmigo. Yo creo que uno en una entrevista no puede poner contra el paredón al personaje al que invitó.
¿Quién es Javier Hernández Bonett en su vida?
Él y yo somos coincidentes o simultáneos en el desarrollo de la carrera de cada uno. Yo soy mayor que él. Alguna vez él fue subalterno mío y viceversa. Hay mutuo respeto, Es un hombre muy humanitario y a mí me gusta mucho eso porque mi papá lo fue. Yo tengo dos hermanos sacerdotes y ellos trabajan para la comunidad porque son misioneros. A Javier no le falta sino la sotana. Es un hombre muy respetuoso.
En la comunidad deportiva en la que nos movemos yo siempre dije que yo he sido periodista de deportistas y no periodista de dirigentes y él me dice lo mismo. Somos muy críticos frente al periodismo actual, pero resaltando muchos valores que han ido surgiendo en el país.
Javier es un extraordinario líder. Exitoso en sintonía, marcas topes por lo alto siempre. Arma muy buenos grupos y los hace competitivos. Tiene trabajo de equipo. Javier Hernández Bonett es un hombre que conoce muy bien los entresijos del fútbol y del deporte en general. Es un compañero y amigo intachable, Es de una gran calidad personal. El y toda su familia.
En los próximos días saldrá un libro de él, creo que lo presenta el 24 y yo estoy invitado. En el libro hay un capítulo que narra lo que yo viví. El magistrado que tomo la última decisión conmigo es amigo de Javier y le dijo que a él le había dolido en el alma haber tomado esa decisión, pero que estaba muy presionado y Javier lo comenta permanentemente cuando habla de mí.
Al principio yo me escondía y me ponía a llorar porque me daba mucha tristeza, pero lo que yo hago es valorar lo que Javier ha hecho en ese caso por mí. Javier es muy especial conmigo. Me llama y me invita para transmitir por el streaming de Caracol y lo hago con mucho gusto. Me interesa estar activo y sentirme vivo que eso es muy importante.
El año pasado, por ejemplo, yo debía transmitir el partido Colombia y Brasil. De pronto me llamó Javier Hernández Bonett y me dijo que iba era a transmitir Colombia Argentina y yo me puse feliz. Porque yo le sigo mucho la trayectoria a los dos técnicos. A Marcelo Bielsa y a Scaloni. Luego me dijo de no transmitir Colombia Paraguay sino Brasil Argentina. Eso para mí fue extraordinario. Un verdadero banquete de fútbol.
¿Y qué palabras le dedica a Freddy Rincón?
Fredy fue el mejor amigo mío como futbolista. Le cuento que él alcanzó a dormir en mi casa. Compartimos mucho. Me hice amigo de él desde que llegó a Santa Fe. Luego le seguí su carrera deportiva y creo que influí cuando alguna vez le recomendé a algún directivo del fútbol colombiano que lo llevara y así lo hizo.
Muchas veces me preguntó sobre decisiones que iba a tomar. Él era un poquito volcánico y peleaba bastante con los técnicos y con los compañeros. Yo lo calmaba. Me hizo muy buenos regalos cuando estuvo en el Real Madrid y en el Nápoles. Me traía camisetas y chaquetas que me quedaban como carpas de circo porque yo soy muy enano y él era muy grande.
Así parecido me pasó con el Tino con quién he tenido una amistad extraordinaria. Del Parma me traía relojes, camisetas, pantalonetas, chaquetas, siempre fui muy cercano a ellos. Era otra época. Yo ya no quiero ni viajar con la Selección Colombia. Me dicen que, si perdí el brío y el ánimo y, a decir verdad, nunca los he perdido, sino que yo ya no quiero ser un méndigo de entrevista, ya no quiero seguir a un jugador ególatra que lo mira a uno como una porquería, como una mierda y no da la entrevista y no se acerca, que es distante, lejano o finge una llamada por teléfono para no acercarse a uno. Yo creo que me he superado en la vida y tengo estabilidad en varios aspectos como para pensar que le tengo que rendir pleitesía a un futbolista de la actualidad.
Fredy fue mi amigo. Hice apologías de su vida y sobre su muerte. Hice videos muy buenos que yo presento en conferencias sobre su vida y pienso incorporar parte de este material en un libro que estoy haciendo con videos a través del código QR.
A propósito, tuve un incidente muy feo porque en una de las tantas apologías que he hecho sobre Fredy Rincón, la titulé para un video: "Freddy Rincón el negro feliz". Luego me llamó un amigo hablándome de una publicación en México y que la persona que lo había hecho tenía sus seguidores allá.
Ese texto publicado era el mío el cual yo lo había publicado 15 días antes. La persona cambió mi nombre por el de él y le hicieron cálidos y numerosos comentarios y él muy orgulloso le agradecía a sus seguidores. De hecho, le proponían escribir un libro por su talento para escribir. Yo lo llamé y le dije que no le iba a iniciar una acción legal a través de Facebook por haber usurpado mi nombre de manera abusiva, además le dije que no lo hacía por la consideración que me producía como ex jugador de fútbol sino porque no quería líos. Ese personaje se llama Frankie Oviedo, ex jugador de los clubes mexicanos como el Pachuca y el América y también del América de Cali y me parece del Pereira. Hasta ese día ese señor existió en mi recuerdo por ser un abusivo.
Luego descubrí con los abogados que eso a mí me lo hacen mucho. Yo comparto muchos videos con mis amigos sin costo alguno. Tengo un acuerdo con un canal. Yo creo videos y ellos tienen la libertad para hacer lo que quieran con esos videos y entre ambas partes los distribuimos. Me han contado que en algunos casos quitan mi audio y lo reemplazan por otro y se roban lo que yo hago con otra autoría y eso yo no puedo controlarlo.
Hay un hecho y no sólo en Colombia, veo que es global y es el de contratar deportistas retirados para que oficien de comentaristas. ¿Cómo ve este fenómeno?
En particular, a mí no me molesta. De hecho, le voy a comentar. Yo fui el primero que incorporó a un arquero en la transmisión de la final de Copa Libertadores de América en el 96 entre el América y River Plate de Argentina, en la que perdió América. Ese día lo recuerdo muy bien porque a mí me hicieron una entrevista unos periodistas muy destacados de Cali antes del partido y les dije que yo veía ese vestuario muy triste. Ellos se molestaron en extremo diciéndome que yo era un predicador de malos momentos. Y luego perdieron. No había alegría en el vestuario. Era un vestuario de antemano perdedor.
Yo incorporé a Farid Mondragón. Luego él tuvo otras conductas conmigo, igual tenemos amistad, pero más distante.
Fui el primero que incorporó en la transmisión de unos juegos olímpicos a un nadador destacadísimo que hubo en Colombia, llamado Pablo Restrepo. A mí también me encanta la natación.
Yo no le tengo miedo a transmitir un campeonato artístico o un campeonato de gimnasia rítmica. Busco un especialista y soy muy capaz de manejar a las personas que están ahí. Referente al tema le cuento una anécdota:
En 2002 a mí me llamaron en septiembre del Club El Nogal de Bogotá, porque hicieron un campeonato internacional de squash, parte de la causa por la que yo perdí las rodillas fue por jugar este deporte. Ayudé a montar toda la transmisión a través de Inravisión, que, a propósito, hasta el sol de hoy, nunca me pagaron.
Yo llevé un muchacho que también jugaba squash que además era locutor y pedí a un especialista. Me ofrecieron a Miguel Ángel Rodríguez quien ha sido el mejor representante de Colombia en este deporte en toda su historia. Él no podía porque estaba en el Comité de Juzgamiento. Con el otro muchacho hicimos un trabajo maravilloso y transmitimos hasta las 4:30 de la tarde. En febrero de 2003 fue la explosión de la bomba El Nogal, y descubrimos que el muchacho que había estado ayudándonos en la transmisión fue el que metió la bomba. De manera que ese es un episodio doloroso, pero a la vez muy bueno en lo personal porque eso me demuestra de que yo soy capaz de transmitir cualquier tipo de evento.
Yo veo que los grandes programas de fútbol que se hacen en Inglaterra tienen la participación de exfutbolistas que enriquecen mucho las transmisiones. Son polémicos y frenteros y además confrontan con los ídolos.
En Colombia, no. Acá el micrófono ha ido a una cantidad de gente que no se educó, que maltrató a los periodistas, que están llenos de códigos y manejan aquella mentira del vestuario, que no se emocionan por un gol de chilena porque los vieron montones de veces mientras jugaron, en cambio nosotros los vemos y todavía nos emocionamos. No son ricos en la palabra, utilizan mal los términos, son a veces ordinarios, muchos de ellos fueron pregoneros de la envidia dentro del fútbol, fueron muy parranderos y ahora exigen disciplina y la exigen ahora cuando ya no tienen plata. Entonces los medios los convirtieron en un refugio para tratar de hacerse más virales y explotar la imagen que antes tuvieron. Hay algunos que son buenos y sobre todo en el mundo hay unos extraordinarios.
¿Cómo analiza el estado actual de la Selección Colombia rumbo al próximo mundial?
Es muy bueno, pero es que el torneo rumbo al mundial es de trámite. Un torneo no puede ser altamente competitivo cuando de diez equipos hay prácticamente siete que clasifican. Eso ofrece una garantía de participación en un mundial y acá todavía no se ha tomado conciencia de que lo importante no es competir bien en la eliminatoria o en el clasificatorio al mundial sino ir a hacer una buena tarea en el Mundial. Los sueños de los colombianos pasan por ir al Mundial y no por destacarse allá. Cuando algún día nosotros trabajemos con seriedad una Selección Colombia con apetitos de triunfo desde el partido mental nosotros podemos aspirar a ganar un título.
Nosotros no tenemos grandeza. Por eso fue que recientemente perdimos la Copa América, pero quedamos muy contentos porque le ganamos a Argentina después en Barranquilla. Eso no ha servido. Eso da igual, porque Colombia está clasificada. Teníamos que ganar la Copa, pero no pudimos porque fuimos inferiores.
Antes del último partido entre Colombia y Argentina en Barranquilla, yo le hice una entrevista a un escritor argentino que se llama Bernardo Stamateas. Resulta que yo le pregunté que cual era la diferencia entre Colombia y Argentina en materia de fútbol y así me respondió: "A veces los argentinos no somos y nos la creemos, muchas veces somos y la creemos. Ustedes son y no se la creen".
La Selección está muy buena y a mí me gusta. Tiene muy buenos jugadores, me parece que el técnico tiene algo. Aquellos que son más estrategas que entrenadores, no hay que pedirles diseños tácticos profundos porque no tienen forma de trabajar. Aquí en Colombia todo mundo habla de táctica. Yo le dictaba clases a una muchacha que vive en Ecuador porque ella quería ser periodista futbolera y yo la preparé. Ya participó en una transmisión de una final de Champions. Ella me hablaba de táctica y un día le pregunté qué era táctica y no me supo explicar. Aquí todos los periodistas hablan de táctica y no saben su significado. Los técnicos hablan de táctica y tampoco lo saben. La táctica es la parte fundamental del juego y la Selección no lo es.
Eso es lo que demuestra Scaloni con Argentina, que son motivadores de camerino, limpian el vestuario, aplacan los egos, tienen sentido común, convocan de acuerdo con las necesidades y no con las preferencias y por eso les va tan bien.
¿Qué es el Once Caldas para Esteba Jaramilo?
Al Once Caldas yo lo sigo muy de cerca y mantengo muy buena información. Recientemente licenciaron o despidieron a su presidente que por fin después de siete años estaba haciendo una buena campaña. Espero que eso no afecte el desempeño del equipo y que se llene rápido el vacío de tener otro presidente en propiedad.
Recientemente publiqué en La Patria, una página entera sobre el Once Caldas y comenzó un sinnúmero de especulaciones, aquí también se roban la noticia.
Que lo hagan los aficionados en redes no importa, pero no los propios periodistas sin dar crédito, eso no me gusta y me decepciona mucho del periodismo. Yo estoy suscrito a varios periódicos y algunas revistas de todo el mundo como Panenka, New York Times, El Rey de España, Clarín, Paris Match, en todos ellos leo información con rigor informativo por respecto a los lectores, interés en los temas, profundidad en investigación, noticias reconfirmadas, todo esto me gusta mucho. Soy un periodista a la antigua. También estoy suscrito a El tiempo.
Hace un año yo dicté acá en Manizales una conferencia y me fue muy bien gracias a Dios. Me alargué porque fueron tres horas y media y nadie del auditorio se fue. La tenía muy bien ambientada con imágenes. Allí estaba un gran jugador que tuvo el Once Caldas, ya me habían aplaudido y él volvió a aplaudirme. Yo al Once Caldas lo llevo adentro. No he encontrado una respuesta a una pregunta que me planteo siempre y es por qué yo soy hincha del Once Caldas y no del Real Madrid, del River Plate o de Barcelona.
Tengo entendido de la felicidad que le provocó ver su primer artículo publicado en sus comienzos en La Patria. ¿Nos cuenta por favor?
No fue mi mejor momento en ese aspecto, pero si me sentí muy contento porque el sólo hecho de ver mi nombre en la prensa era muy importante. Al ver mi escrito en La Patria sentí una gran emoción. Hace poquito fui y la rescaté para un libro. He estado buscando archivos de todo esto y encuentro cosas muy chéveres que hacía desde hace por lo menos 50 años.
Mi mejor momento en ese aspecto fue un día que yo le escribí desde mi Manizales del alma, una carta, en ese entonces no existía internet, a un periodista muy famoso que hoy estaría cumpliendo un poco más de 100 años, llamado Osvaldo Ardizzone, escritor de la famosísima revista El Gráfico que era la mejor del mundo. Yo le pedí que, si un día me daba la oportunidad, porque era mi sueño, de verlo escribir sus artículos y en especial en un partido entre Boca y River.
Ese día llegó y en plena competición de Copa Libertadores, por invitación suya, me fui un domingo a ver Boca y River. Nunca hizo un apunte, siempre tomó tinto y fumó cigarrillo. Luego me llevó al Grafico, no me dejó mirar por detrás mientras escribía, pero si me dejo ver la impresión del artículo, me entregó la revista y yo compré 20 ejemplares para traerle a los amigos, pero yo me di cuenta de que a ellos no les interesaba lo que yo estaba viviendo. Esa revista se me perdió, pero fue algo extraordinario para mí como periodista deportivo.
¿Y todavía juega fútbol?
A mí me hicieron la última operación de rodilla de cuatro que me han practicado y me hicieron un relevo de rodillas, eso es dolorosísimo. Voy constantemente al consultorio de mi médico porque soy un paciente muy disciplinado y él iba a mi casa y departíamos muy amigablemente. Me hablaba 5 minutos de mis rodillas y 55 del Santa Fé. Un día me preguntó que cuando creía yo que iba volver a jugar fútbol y yo le respondí que, en un año, a lo que él me replicó: "Le quiero decir mi señor Esteban que usted no puede volver a jugar fútbol nunca en la vida". Yo muy valiente le dije que no tenía problemas para aceptarlo. Fue como el día que me prohibieron la Coca-Cola y tuve el carácter para no volverla a tomar.
Ese día que el doctor me dijo aquello, se despidió y cuando salió de la portería, yo me puse a llorar en la sala. Pero mi refugio siempre son las teclas del computador y me fui a escribir una columna que titulé El Fútbol Me Dejó y la conservo para un libro. Es muy buena porque hablo con claridad de por qué el fútbol me dejó, cual fue la razón. Si fue por falta de condiciones, por falta de amor o pasión que hoy no tienen los futbolistas porque están todos rentados. O fue porque las rodillas ya no me daban. Me quedó espectacular mi columna.
Una de sus magníficas columnas la tituló 'Un brindis'. ¿Por quién brinda en este momento Esteban Jaramillo?
Por mis dos viejos. Por mi padre y mi madre que nos criaron en infinidad de decencia y condiciones porque todos mis hermanos a parte de los dos curitas, somos profesionales en áreas distintas. Uno de ellos es penalista, profesor universitario, yo soy administrador.
Yo no me siento muy orgullosos de ser periodista. El periodista está de capa caída. Recuerdo cuando mi hijo quiso estudiar periodismo y yo me opuse rotundamente. Finalmente lo mande a estudiar a New York y luego a Los Ángeles a estudiar producción de radio y televisión. A su regreso su guía fue Javier Hernández Bonnet. A mi juicio, mi hijo es muy buen periodista y yo no lo formé. Brindo por él. Brindo por mi otro hijo. Brindo por mi esposa que ha sido mi compañera de toda la vida. Brindo por mis grandes amigos que son muchos. Yo no tengo selección respecto a los amigos. Amigo es el que me saluda en la calle sin que yo lo haya conocido. Amigo es el que se sienta conmigo a tomarse un tinto y al calor de ese tinto hace grandes y largas tertulias. Yo siempre creí que la felicidad venía del interior, del corazón de cada uno, pero cuando nacieron mis dos nietos que todavía están pequeñitos, me di cuenta de que la felicidad también viene del exterior.
Muchas gracias.
Muchas gracias a usted.
"Siempre fui resistente a las mediciones. No me gustaba el 'raiting'. Me desentendía de él y eso molestó mucho a los ejecutivos de las últimas generaciones que lo quieren gobernar a uno a través de eso y no detrás de las calidades que como periodista uno pueda dar."

Esteban Jaramillo.
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