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Reflexiones de vida.

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Fabio Becerra Ruiz acompañado de sus 4 hijas. De izq a der: Diana Mariela, Karen, Sheila Tatiana y Carolina. Enero, 2025. Bogotá.




 

 

Dos matrimonios,  cuatro hijas que se pelean por consentirme, dos en cada matrimonio, y ya mi vida en ruta a los 82 abriles, son hechos que me permiten afirmar que tengo la suficiente experiencia de vida, para aconsejar a los padres jóvenes de hoy día, así no hagan caso a mis recomendaciones, para que ojalá no cometan los mismos errores que hemos cometido muchos padres, por un exceso de amor hacia nuestros hijos,  que en muchas  ocasiones conlleva a situaciones, que les dificultan su evolución y  su desarrollo como seres humanos, ya  que  requieren desde pequeños,  es ser  formados con cierta independencia, para afrontar su propia vida.

 

Nos ocurrió, junto con mi esposa, como padres de Diana Mariela, la tercera de mis cuatro hijas, y la primera de mi segundo matrimonio, quien a mi entender, fue demasiado consentida por un exceso de amor nuestro, ya que  creció siempre sobreprotegida por nosotros sus padres, llegando a la Universidad Javeriana a iniciar  una carrera profesional de la cual no estaba segura, y que al no tener certeza de ser la adecuada, pero no decidirse por ninguna otra,  colapsó física y emocionalmente, debiendo retirarse, para atender su salud, afectada con el estrés que ésta difícil situación le presentaba, con miras a su futuro profesional.

 

Reconozco que  el mayor dolor que he sufrido en mi existencia, fue  como padre, tener que hospitalizarla   hace unos 25  años, aunque por pocos días, y mientras evolucionaba favorablemente su salud, pero a la vez, la mayor alegría que en contraste también he tenido en mí ya algo larga existencia, ha sido ver a nuestra hija luchar con decisión, con  fortaleza, y  con valor, hasta recuperarse de ésos delicados problemas  de salud que  la afectaron,  incluso aumentados  con  imprevistos accidentes, dificultades de las cuales se recuperó, y así  pudo iniciar sus estudios en la conocida Universidad EAFIT, en la cual se graduó  como profesional en Lenguas Modernas, hablando hoy  fluidamente además de  su idioma natal español, también el inglés, el italiano, el Francés, y concretando su aspiración de vivir en el exterior, al residir  desde hace varios años en Londres, donde se  acompañan con nuestra hija menor Sheila Tatiana, ciudadana Colombo- Británica, con lo cual,  ambas nos dan   la satisfacción como padres, de saber que pese a la distancia, viven en un país más civilizado, con mayor calidad de vida, y con mayores prerrogativas, lo cual nos tranquiliza, y nos alegra, al  visitarlas anualmente, y compartir   vivencias y experiencias inolvidables, lo cual  hago yo igualmente con mis otras dos hijas mayores, Karen, la odontóloga residente en San Diego California, y madre de mi linda nieta Amelia, y en Medellín con mi segunda hija Carolina publicista, madre de mi adorable y querido nieto Lucas Guevara Becerra.

 

Es mi hija  Diana Mariela, una mujer valiente, que la admiro como hija, como mujer profesional,  y como ser humano, pues  he sido también su alumno, y ella  mi profesora de Francés,  en el  Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-,  donde se desempeñó  varios años, y donde pude comprobar su excelente calidad como docente, que le fue reconocida  incluso por los directivos del -SENA- entre ellos  el Dr. Anthony Triana, experimentado docente y  ejecutivo de dicha empresa estatal,  además de haber sido objeto de distinción con un "Honoris Causa" otorgado por  la "Fundación Educativa Tomas Moro", siendo  postulada a dicho reconocimiento, por  el famoso y  reconocido escultor,  pintor, y Embajador Cultural de Tuluá (Valle). Maestro Ángel Eduardo Bernal Esquivel, su profesor de pintura, campo en el cual Diana Mariela, también se luce con su propio estilo pictórico.

 

Ha sido nuestra hija Diana Mariela, una valiente y tenaz luchadora de la vida, amable en su trato con sus amistades, cariñosa con sus padres y hermanas, especialmente con su hermana menor Sheila Tatiana, que la ha apoyado abierta y permanentemente.

 

Es Diana Mariela, una esforzada mujer  que ha afrontado numerosas dificultades, entre ellas  un  serio accidente  que le ocasionó un irresponsable motociclista que la atropelló y le causó lesiones,  y también una caída  en bicicleta, que le causó fractura del brazo, y le  aumentó   desequilibrio que desconocíamos padecía,  por  falta de irrigación sanguínea cerebral, que  le fue diagnosticado por el Dr. Fernando Hakim, y le fue tratado con cirugía,  por el eminente científico colombiano Remberto Burgos, quien  le implantó  la conocida válvula de Hakim, y a pesar de todos sus contratiempos, hoy  nuestra hija, sigue adelante  en Londres con sus planes y proyectos, como lo que ha sido, una  valiente y tenaz mujer, que ha salido adelante mirando con desafío   el futuro, con orgullo  y  decisión la vida, y  superando las adversidades que incluyeron también un fracasado matrimonio,  todo lo cual ha superado, permitiéndonos a sus padres y hermanas, admirarla   como   la mujer guerrera, valiente, tierna, dedicada,  y solidaria que es, además de ser la luz de nuestras vidas, lo cual nos lleva a  afirmar orgullosamente en nuestro caso como padres, que "ésa es la hija, de la cual nosotros sus padres, nos sentimos orgullosos  por su valor, su decisión, y su manera de ser, echada p'alante, pues "para atrás, ni   para tomar impulso", como dice el viejo refrán popular."

 

Que el hacedor del universo le conceda la salud, el bienestar, y la concreción de sus planes y proyectos, que se merece, a ese ser de tan excelente calidad humana, como lo es nuestra querida hija, Diana Mariela Becerra Díaz, de quien podemos tomar su vida y sus luchas, como ejemplo, pues nos enseñan sus experiencias, que todos debemos actuar como si pese a dificultades y tropiezos, todos hoy tuviéramos excelente salud, fuerza, empuje, iniciativa, y lucidez, que no debemos desperdiciar, cualidades, y  que muchas personas, darían su vida por tenerlas, pero algunas veces  no nos valoramos a nosotros   mismos, aprovechando  y viviendo como debiéramos hacerlo, con el propósito  de  usar las adversidades  para crear fuerza, como lo ha hecho nuestra hija, que siempre se levantaba en sus momentos de dolor,  aunque sufriera por dentro, lo que le creó la coraza  de resiliencia, que hoy  tiene, para salir adelante, como  se lo propuso y lo ha logrado, dándonos alegría y satisfacción a quienes la conocemos, la amamos, y la admiramos.

 

Pero vuelvo a mi reflexión inicial de padre de familia y octogenario, para aconsejarle a  los  jóvenes padres  de hoy, que no cometan los mismos errores nuestros,  de sobre proteger a sus hijos, a quienes hay que educar y formar, inculcándoles  su independencia, tanto física como emocional, pues en poco tiempo deberán enfrentar con valor  su vida de adultos, con los retos que les deparará la existencia, para ocupar  su lugar en la sociedad, como ciudadanos del mañana, y arquitectos de su propio futuro.

 

 

(Esta columna es de estricta responsabilidad del autor y no representa la opinión de este portal)    

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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