Contrario a una gran mayoría de las personalidades de nuestra radio que desde muy temprana edad el embrujo de las ondas hertzianas los sedujo, en esta ocasión, la radio no estaba dentro de las prioridades de Pastor Vesga Ramírez. En su momento su gusto por la radio era más escucharla que producirla.
Sin embargo un día la vida le mostró que la radio sería su destino al convertirse prácticamente en su estilo de vida. Es tal la dedicación de este orgulloso santandereano que con más de medio siglo de labor profesional radiofónica se ha dedicado con tesón y entrega a una comunidad de oyentes que fielmente lo han escuchado y respaldado.
Este abnegado hombre de radio tiene infinidad de historias para contar. Entre ellas figuran su corto pero exitoso paso en la ciudad de Bogotá en donde experimentó los sinsabores de llegar como un locutor de provincia a conquistar la radio capitalina. Se propuso batir records de horas al aire que logró con éxito y como si fuera poco fue víctima de un grupo guerrillero que lo mantuvo privado de su libertad.
Pastor Vesga Ramírez es un férreo defensor de la locución clásica pero también consciente de que la nueva tecnología le ha dado un nuevo aire a la radio de hoy, pese a esto, considera que es imprescindible volver a recuperar aquellos valores que hicieron grande la radio de ayer para seguir promoviendo con eficiencia el servicio hacia la comunidad.
Pastor Vesga Ramírez. Foto: Archivo Personal.
Por: Germán Posada
G.P.: En alguna época de su vida usted como el recordado Edgar Perea, trajinó en el área de la mecánica industrial y se graduó como tornero. ¿Cómo le fue en esta área?
P.V.: Me gradué como técnico mecánico del Instituto Técnico Central en Bogotá y pude darme cuenta que realmente lo de la mecánica no era lo mío. En una práctica un señor de unos 70 años me hizo el examen práctico y mientras él hizo un tornillo en 12 minutos yo gasté una hora y 45 minutos. Lo mío definitivamente no era engrasarme. Así me fui al Colegio Superior de Telecomunicaciones. Fue una preparación que me permitió luego iniciar en 1969 esta actividad de las comunicaciones.
G.P.: ¿Y cómo se dieron las circunstancias para iniciarse en el mundo mágico de la locución?
P.V.: En Bucaramanga, Álvaro Fonseca Cornejo, director de la página deportiva ‘Vanguardia’, corresponsal de El Espectador y director del noticiero ‘Actualidades RCN’, había comprado la estación Radio Palo Negro. Con deseos de trabajar me le presenté una tarde pero las condiciones económicas por las que atravesaba la emisora no eran las mejores y me dijo que no había posibilidades. Frustrado me devolví a casa y cuando llegué mi papá me dijo que me habían llamado de la radio. Resulta que mientras yo salía habían llegado unos funcionarios del Ministerio de Comunicaciones exigiendo la licencia para los locutores que trabajan allí y yo tenía la mía. Por este motivo fui llamado para ingresar a trabajar con ellos. Tenía que estar en la emisora a las cuatro de la madrugada y recuerdo que mi papá me llevó en su camioneta Ford 52. Así comenzó mi experiencia en la radio un 1 de abril de 1969 fecha además en la que estaba de aniversario el señor Álvaro Fonseca Cornejo.
G.P.: Usted ha dicho que a la radio llegó por casualidad. ¿En realidad no lo atraía la radio? No recuerda haber escuchado a alguien y decir ‘quiero hablar como esa persona’?
P.V.: Yo creo que la casualidad fue la que marcó la constante del caso mío. Aunque de alguna manera estábamos muy atentos al desarrollo de las vueltas a Colombia con las narraciones que en radio hacía Pastor Londoño Pasos, Carlos Arturo Rueda, Armando Moncada Campuzano y Alberto Piedrahita Pacheco, todos esos monstruos de la radio que de alguna manera tanto nos marcaron la ilusión desde el punto de vista comunicacional en deportes en ese entonces. Yo hice mi primaria en Bucaramanga, posteriormente se me dio la oportunidad de viajar a Zipaquirá, allá hice 4 años en mecánica industrial y de ahí salí para Bogotá, allí luego validé con intensidad horaria lo que me faltaba en la técnica para el bachillerato clásico. En Bucaramanga era casi que imposible dada la demanda y además por ser de clase media ingresar a estudiar medicina que era lo que me gustaba a mí. Así volví a Bogotá en busca de oportunidades y vi un aviso en el periódico El Tiempo que decía ‘Curso para Locutores’ y resulté matriculándome en el Colegio de Telecomunicaciones. No sabía nada de radio, en conocimientos generales me fue muy bien y en el de lectura también. Me dieron la licencia sin conocer físicamente ninguna estación de radio en Bogotá.
G.P.: Un 1 de abril de 1969 comenzó su carrera en la radio en la emisora Radio Palonegro. ¿Qué hizo en esta emisora?
P.V.: Ese día de acuerdo a la manera como orientaba los destinos de la comunicación el Ministerio de Comunicaciones regía que única y exclusivamente los portadores de la licencia clase D como la mía, solamente teníamos derecho a dar el título de la canción y la hora. Lo demás estaba grabado. Así fue mi rutina durante los dos primeros meses de mi debut en la radio.
G.P.: ¿Si tuviera a alguien en mente para agradecerle por haberle brindado la oportunidad de iniciarse en radio a quién mencionaría?
P.V.: A Álvaro Fonseca Cornejo. El fue mi mentor, tutor, patrocinador, papá, manager. Me ganaba 420 pesos que era el sueldo mínimo de ese entonces. A los dos meses pedí aumento que no fue posible. Por esos días en el Circuito Todelar de Bucaramanga que eran: Radio Atalaya, Radio Bucarica y Radio Pipatón, me ofrecieron 1000 pesos de sueldo, además trabajando horas nocturnas con recargos, transporte y demás. Le comenté a Don Álvaro de la oferta a lo que me respondió no perder la oportunidad y recomendado por él me fui para Todelar.
G.P.: Su creatividad en la radio no tiene límites. Sólo por mencionar algunos de sus personajes son ‘El Comisario Caracol’ y ‘El Inspector Todelar’ ¿De qué se trataban?
P.V.: Comenzando el 70 tuve la oportunidad de ingresar al Circuito Todelar y ellos tenían una sección que era el ‘Inspector Todelar’ que era a nivel nacional y a mí me comisionaron esa tarea que era coordinar el comportamiento de la comunidad frente al orden público y un tema en donde se impartía justicia. Logré hacerle una modificación. Luego de alguna denuncia que uno hacía la empataba con un corte musical y esto pegó.
Trabajando en Todelar, don Álvaro Fonseca vendió la emisora a RCN, y me dijo de irnos para allá y me nombró Director de RCN que la conformaban Radio Santander y Radio Palo Negro. Allí me di a la tarea de hacer el primer informativo en Radio Palonegro. A don Álvaro le ofrecieron la oportunidad de tomar la gerencia de las emisoras de Caracol en Bucaramanga que eran Radio Reloj, Radio Visión y Radio del Comercio y me llevó como su Director. Para aquella época estaban de moda las comisarías que eran las que regulaban el comportamiento de la comunidad. Estando allí me inventé ‘El Comisario Caracol’ y procedía de igual manera a la elaboración de los textos y el remate correspondiente como lo hacía en Todelar con ‘El Inspector Todelar’.
G.P.: ¿Qué es ‘El Currinche’?
P.V.: Aquí hay una historia previa. Después de ingresar a Caracol que era la competencia de RCN y de haber forjado parte de lo que era el éxito en sintonía de RCN, querían en Caracol derribar ese poderío de RCN y nos tocó esa lucha impresionante de posicionarnos en el primer lugar y yo me di a la lucha. Fui el primer hombre en tribunas que luchaba por el Bucaramanga y armaba desde las 8 de la mañana los más espectaculares ‘rumbones’ con relación a la expectativa que había con el espectáculo deportivo en la tarde y así trabajé hasta que llegué a los 9 años y diez meses. Inexplicablemente, no sé por qué los directivos pensaron que de alguna manera yo estaba próximo a la pensión-sanción.
Ya habían tocado a dos de mis compañeros, a Mario Mantilla y Jaime Flórez a quienes en condición de locutores trabajaban junto a la recepcionista para contabilizar el número de personas que ingresaban a Caracol y me dije que esta situación no iba a ser la mía. Sin pensarlo mucho pedí mi liquidación y me fui a Radio Bucaramanga por espacio de un año. Lamentablemente la emisora a la que llegué era de un formato más de clase y mi estilo muy popular. Me dieron entonces la oportunidad como director en Radio Primavera en AM en frecuencia preferencial.
Allí me di a la tarea de investigar sobre algo que impactara y leyendo en un diccionario de periodismo encontré la palabra ‘Currinche’ que es la persona que recién empieza en comunicaciones y se le mide a todo. Así le planteé la posibilidad al gerente propietario que era José Luis Mendoza Cárdenas (qepd) y le dije que estaba en condiciones de hacer un noticiero con el nombre de EL CURRINCHE. Poco convencido el señor Mendoza me ofreció 10 minutos para iniciar el proyecto. El tenía otro noticiero de bastante éxito pero comenzó a tener dificultades.
A raíz de esto me sugirió para mi espacio de 10 minutos un suplemento de 10 minutos más con música que se convirtieron en una hora y 10 minutos de noticias. A los 3 meses me ofreció más oportunidades con canjes y de una hora diez minutos, pasé a ocho horas. El horario pasó a ser de cuatro a ocho de la mañana, de once de la mañana a una de la tarde y de cinco de la tarde a siete de la noche. Hasta la fecha es uno de los espacios de radio con el máximo tope de sintonía en el país.
G.P.: Hace dos años en ‘El Currinche’ usted anunció buenas nuevas de hacer radio con imagen en internet. ¿Cuál es su percepción de la radio actual la que se está haciendo a través de la imagen visual diferente a aquella en donde la voz era el eje central de atracción?
P.V.: Contando con el auspicio de los avances tecnológicos se nos brinda esa facilidad, ese modernismo. Ya no tenemos que hacer una entrevista llevándonos una grabadora de aquella que pesaba más de dos arrobas sino que simplemente tomamos un aparatico de estos y automáticamente con imagen y audio estamos saliendo para el mundo. He estado muy vinculado con la Academia de Nivel Superior que mientras yo he durado 51 años tratando de aprender, ellos en tan solo días ya lo conocen todo y están muy metidos en esto.
A mí la tecnología me fascina y me apasiona. Lo reconozco, no soy experto pero sé que en torno a mi hay muchas personas que me lo facilitan y de alguna manera la propuesta es con la tecnología al ciento por ciento.
G.P.: ¿Qué es la comunidad ‘COCOCOCO’?
P.V.: Básicamente de alguna manera yo pienso otra vez volver a las raíces de una comunidad que está siendo desplazada, que no se le administra justicia social, que hay desconocimiento en el mantenimiento de todo aquello en el suministro de servicios básicos y atención de salud, escolaridad y demás.
Pienso con esta reingeniería que la comunicación en este tiempo de pandemia da para hacer algo totalmente novedoso, de impacto, de acercamiento, de identidad con la comunidad. Estoy trabajando en un proyecto que se llamará la ‘COCOCOCO’ que significa Comunidad Comunera Comunicando Comunitariamente. Estoy dedicado íntegramente a todo lo que son las informaciones que tengan directa vinculación con la comunidad en general.
G.P.: En la celebración de sus 40 años de carrera periodística usted se dirigió al público como digno representante de los santandereanos ciudadanos del mundo.
¿Qué representa para usted ser un digno santandereano?
P.V.: El ser santandereano y justamente de la capital de este departamento tan aguerrido, sufrido y golpeado, me da mucha capacidad para pensar que nosotros tenemos que portar los estandartes del avance, del desarrollo, de la prosperidad, y por eso es que he venido trabajando siempre pensando en los últimos días en la conformación del batallón de amigos de la comunicación.
G.P.: Ese día dijo: ‘Yo soy tan viejo como el viento, pero aún sigo soplando’. ¿Sigue soplando?
P.V.: (Jajaja) Y más que antes señor Posada. Yo fui un extraordinario hijo con una entrega total para papá y mamá. Tuve la dicha de estar con ellos hasta sus últimos días y les brindé lo mejor que pude. Con la nostalgia de su ausencia fue que resolví trabajar con el adulto mayor y llevo 17 años muy compenetrados con ellos. En Florida Blanca manejamos muchas actividades para ellos lo que me llena de entera satisfacción.
“Las nuevas generaciones son las que nos van a marcar el destino, el norte”
Foto cortesía: Pastor Vesga Ramírez.
G.P.: ¿Cómo se sintió ese día en el Templo del Perpetuo Socorro en su homenaje a sus 40 años de carrera?
P.V.: Esa iglesia -yo diría que lamentablemente en Piedecuesta- fue noticia ya que ahí se sacrificó la vida de un sacerdote a raíz de desavenencias y problemas que se originaron. Esa iglesia quedó en desuso y salió la nueva Catedral y ese escenario quedó para todos los eventos artísticos.
Ese día se me permitió integrarme con una de las comunidades que fue para mí fundamental porque en el momento mismo que tomé la dirección de Radio Primavera, nuestra señal cubría Piedecuesta y su comunidad respondió muy bien en sintonía al punto tal que después de Caracol haberme puesto de ‘patitas’ en la calle me ha ofrecido de nuevo el cargo en varias oportunidades.
Es importante resaltar que Eduardo Correa y Carlos Arturo Gallego, fueron gerentes, en su orden, de Caracol Bucaramanga. Aquí hicieron carrera y fueron ascendidos a vicepresidencias en Bogotá. Mientras esto se gestó yo permanecía en Radio PRIMAVERA. Luego de haber renunciado a Caracol ya que me querían marginar con el cuento de -Pensión Sanción-, me fui para esa Emisora y allí con ‘El Currinche’ alcancé el primer lugar en sintonía. Por eso me llamaron de nuevo en Caracol.
Yo sólo arreglé contrato cuando llegó Carlos Arturo Gallego y me fue muy bien. Por eso cuando lo trasladaron para Bogotá, meses después me llevó para que me encargara de la dirección de Radio Reloj y Alerta Bogotá que era el Noticiero que presentaba el médico, Américo Cristóbal Rivera (qepd), contratado por la Cadena Súper.
Estando allí fue cuando me di cuenta de lo bien que Pedro González hacía una tonalidad muy parecida al médico, lo propuse como lector y superamos la ausencia del Dr. Américo.
De manera que Piedecuesta es una comunidad que ha sido muy especial conmigo y en la celebración de mis 40 años de ejercicio profesional encontrarme allí con ellos en el Perpetuo Socorro fue muy lindo.
G.P.: ¿Y cómo fue ese gran reto de reemplazar a un personaje tan popular en la radio colombiana como fue Américo Cristóbal Rivera?
P.V.: Cuando llegué a reemplazar al doctor Américo Rivera de alguna manera creo que ante la circunstancia de ser un hombre que venía de provincia me privaron de varios servicios con los que el médico contaba para su noticiero y me dejaron prácticamente desmantelado.
En algún momento una tarde llegué a trabajar algo frustrado y al escuchar la voz del doctor Américo le pregunté a Esperanza, la programadora, qué para qué seguían pasando la voz de él cuando ya no formaba parte del equipo. Ella me respondió que no era don Américo y que lo estaba imitando Pedro González, un locutor de la mañana. De inmediato me fui a hablar con Pedro González y luego le expliqué a mi jefe que un locutor de nuestra nómina era excelente imitador y que valdría la pena hacerle un lanzamiento como ‘Peter González’ y así comenzó un proyecto de tanto éxito que el médico nos inició un proceso por plagio porque se estaba imitando su estilo. Pero nosotros demostramos que no era así.
Más adelante Pedro González me solicitó dejarle hacer los sábados un programa divertido que incluía coplas a lo que le respondí que SI. Cuando escuché la presentación, esta decía: ‘Don Jediondo, sus trovas, coplas y poesías’ y en efecto arrancó con su programa.
Al lunes me llamó el presidente de Caracol, Eduardo Correa, y me regañó diciéndome que si pensaba que Bogotá era un ‘cagadero’ como lo era Bucaramanga y me trató de irresponsable e irrespetuoso por haber permitido el programa de ‘Don Jediondo’. Yo traté de explicarle que ese era un término que hacía parte de nuestra idiosincrasia pero estuvo a punto de despedirme. Con el tiempo, Pedro González, alcanzó un gran reconocimiento como humorista. En su momento Pedro González gracias a su talento fue tabla de salvación para mí.
En cuanto al Dr. Carlos Arturo Gallego, por su excelente desempeño ejecutivo en Caracol, creo yo, se le encargó de toda la estructuración de BLU RADIO, con tan buenos resultados que hoy es el Presidente de esa naciente Cadena que según los sondeos es primer lugar.
G.P.: ¿Y por cuánto tiempo estuvo haciendo este reemplazo?
P.V.: Fueron 4 años. Yo empecé en el 89. Logré en la franja de 6: am - 9:00 am, quedar en el sexto lugar en una época en donde había 54 emisoras.
G.P.: ¿Qué piensa de su paso en la radio capitalina?
P.V.: Me dio la oportunidad para empezar a plantear la posibilidad de que uno tiene que entregarse al máximo y buscar la forma de capacitarse. Estar muy atento a lo que están haciendo en ciudades como Medellín, Cali y Bogotá. De estar muy atento a esas evoluciones
También de entender que la radio de Bogotá que uno siempre se ha imaginado es algo monstruoso o del otro mundo no es tan poco la panacea. Es una capital que tiene 9 millones y yo vivía en Teusaquillo y desde allí bajaba por la 19 y llegaba a la zona industrial y ese era el terreno que siempre conocía. Los otros seis millones no me interesaban. Así mismo pasa aquí en Bucaramanga.
Pude darme cuenta de que lo que se hace en Bogotá con la magnitud tan grande es muy similar a lo que se hace aquí por la proporción. Creo que lo que hay que hacer es que lo que ellos aplican en tecnología y avances nosotros debemos tratar de aplicarlo y ponerlo en marcha aquí también.
Mi arribo a Bogotá fue un poquito avanzado, ya contaba con más de 40 años. De alguna manera me le enfrenté a un reto que logré superar. Yo llegué de provincia con muy buen sueldo porque era director de noticias en la emisora en Bucaramanga. Si mis aspiraciones eran de subir peldaños profesionalmente tenía que pasar a la básica de Caracol como un redactor ganando tres veces menos de lo que yo me ganaba y no era interesante. En ese entonces el doctor Mendoza me dio de nuevo la oportunidad de regresar a Bucaramanga para hacerme cargo nuevamente de ‘El Currinche’ que había fracasado. Hablamos del sueldo y con él iba a ganar mucho más de lo que estaba ganando en Bogotá y arranqué de nuevo para mí Bucaramanga.
G.P.: En entrevista realizada al Maestro Milciades Longas Zapata me dijo: ‘No es en las grandes capitales en donde se aprende a hacer radio sino en las capitales más pequeñas como Bucaramanga, que fue en donde yo más aprendí a trabajar en radio.’ Tal vez equivocadamente uno pensaría que es en Bogotá la capital en donde se aprende más. ¿Qué opina de este concepto?
P.V.: En alguna época los paisas se posesionaron de lo que fue la institucionalización de la radiodifusión en Colombia. Recuerdo a Jairo Garcés López, excelente narrador de fútbol, Don Milciades Longas Zapata ‘El Hombre del Millón’ y un excelente libretista de apellido Posada de quién olvido su nombre. Don Milciades era una persona con una visión de comunicación y periodismo que no era de este mundo. En ese entonces él fundó la primera empresa de publicidad vendiendo cuñas en la década de los sesenta y fue muy impactante. Era polifacético, locutor, director, encargado de las noticias. Era la voz cantante de Bucaramanga. También avezado en música. Lo conocimos como pianista y entre sus canciones compuso ‘Serenata Materna’ que es el himno para la conmemoración del día de las madres en la ciudad de Bucaramanga. Creo que nadie sabe en este momento que el compositor y la voz que más impacto le dio a esta canción fue Milciades Longas Zapata, para mí el precursor de las comunicaciones en el oriente colombiano. Es un hombre fuera de serie. Lo máximo que en el punto de vista radiofónico le ha podido pasar a Santander. Como también Rubén Darío Arcila la máxima voz del ciclismo, otro paisa que se hizo en la ciudad de Bucaramanga. En ese entonces la radio de Bucaramanga era de etiqueta, de calidad. Existían Radio del Comercio matriz de Caracol y Radio Santander de RCN en donde la exigencia era al máximo. Estos señores con su experiencia aportaron demasiado a la radio.
G.P.: En los medios muchos comunicadores han preferido mantenerse alejados del tema político y dedicarse exclusivamente a su profesión, pero a otros les ha interesado y hasta han resultado ejerciendo cargos como políticos. A usted lo veo muy activo en esta área. ¿Cómo ha sabido mantener ese equilibrio neutral del comunicador frente a un tema tan álgido como es el de la política?
P.V.: He tenido la oportunidad de adentrarme en lo que ha sido el desempeño excelente de la labor política del doctor José Luis Mendoza Cárdenas, conocí muy de cerca todo lo que es la actividad política y también he visto como a través de los mismos se nota el incumplimiento, la falsedad, el oportunismo y la utilización y yo no comulgo con esto. A mí me gusta la política social pero no la política partidista. Yo quiero de alguna manera dentro de lo que tengo, con mi batallón del millón de amigos, los adultos mayores, la COCOCOCO y políticos comprometidos, la oportunidad de reconformar un gran contingente de hombres con experiencia con los cuales podamos prestar servicios que realmente ayuden a la comunidad.
G.P.: Las antiguas cabinas de radio del Estadio Alfonso López ya no existen y usted fue protagonista con varios colegas de incontables transmisiones futbolísticas en este lugar. ¿Qué recuerdos le trae su paso como profesional de la radio en este antiguo estadio?
P.V.: La radio en ese entonces era muy pasiva y las transmisiones de partidos de fútbol empezaban a las 3:25 sabiendo que los árbitros pitaban a las 3:30 el comienzo.
Alvaro Fonseca y José Antonio Churio ‘El Negro’ eran los narradores de RCN y yo el Director de Emisoras. A Fonseca lo nombraron Gerente de Caracol y él me llevó con igual cargo. La tarea era de acaparar la sintonía en el estadio y para esto me inventé un programa que se llamaba ‘Tránsito al Estadio’ en donde entrevistaba a los jugadores y les daba la oportunidad de que mencionaran temas musicales y matizábamos sus expresiones y logramos captar una muy buena sintonía, pero Churio nos aventajaba, porque él era narrador nacional y aunque realizábamos muy buena labor periodística antes del partido, lamentablemente cuando empezaba el evento ‘El Negro’ Churio captaba el 70 por ciento de la sintonía y a Caracol le correspondía lo restante. Nosotros ante semejante monstruo de la narración sólo mirábamos.
G.P.: En 2011 cuando fue designado como Director del Noticiero de Santander su presentación fue descrita de ‘corajudo y experimentado comunicador’. ¿Es ese coraje lo que le ha ayudado a mantenerse más de un siglo de actividad radial?
P.V.: Si. La perseverancia, la dedicación, el juntarme con la gente, el comprender sus necesidades, el estar en contacto con los líderes, el buscar de alguna manera y el sentir de ser útil midiéndomele a todo tipo de circunstancias adversas. El mundo de la política es muy difícil y existen pugnas continuamente por denunciar lo malo. Por tratar de evitar tanto atropello. Creo que de ahí salió ese adjetivo de coraje.
G.P.: Hace bastantes años usted dirigía en Radio Primavera el Concurso de ‘Carrancios’ una tradición de décadas en Bucaramanga. ¿De qué se trataba?
P.V.: Los muñecos de año viejo. Llamados también ‘Matachos de Año Viejo’. Son los tradicionales desde hace algunas décadas. Es una expresión que designa a la personas mayores. En paralelo con el Diario Vanguardia Liberal y Mario Chaparro Director de la página de espectáculos logramos excelentes actividades paralizando diferentes sectores de la ciudad dado el interés que este evento despertaba en cada comunidad.
G.P.: Usted es un defensor de las radio novelas y quiere volver a hacerlas. ¿Cómo va ese proyecto?
P.V.: Ya hicimos algo muy en especial y fue que antes de ir a Bogotá a tomar las riendas de Radio Reloj. Hicimos ‘La escuelita de Doña Tita’, con un grupo de locutores nuestros volvimos otra vez a recordar aquellas épocas y nos fue muy bien en sintonía. También recordé un instante muy especial mientras estuve en Todelar que fue ‘La ley contra el Hampa” y nosotros hicimos aquí ‘Crimen y Castigo’ y con el mismo elenco de compañeros queremos reactivar lo que será el renacimiento, el resurgir, la reingeniería en las estaciones de radio en AM porque si nosotros no trabajamos por libretear la producción de la radio en AM infortunadamente se nos va a desaparecer porque hoy en día tiene muchas dificultades a raíz de los avances tecnológicos.
El FM impacta pero ahora estas estaciones contratan locutor-control a través de una cooperativa y así no hay calidad, simplemente se dedican a anunciar y a gritar sin contenido. No existe actualmente la materia prima como la elaboración de libretos y el aporte intelectual. Ojalá la orientación universitaria nos permita regresar a esas etapas en donde la radio fue tan extraordinariamente famosa con tantos y tantos programas en donde Caracol, Todelar y RCN se disputaban justamente la sintonía con base en las radionovelas. Creo que ha llegado el momento de reeditar aquellas etapas y empezar a libretear para que volvamos a escuchar las estaciones de AM.
G.P.: ¿Qué les dice a las futuras generaciones que quieren explorar en el mundo de la radio?
P.V.: Las nuevas generaciones son las que nos van a marcar el destino, el norte. La juventud domina a la perfección esto de los sistemas de una manera extraordinaria. Nuestra experiencia en radio fue forjada con muchas dificultades manejando acetatos de 78 rpm y grabadoras de más de dos arrobas de peso. En nuestra época nos parecía la gran cosa una transmisión por línea telefónica, pero hacíamos radio y se hicieron libretos.
Por eso es muy importante que ahora con el modernismo y la inmediatez las universidades den el respaldo necesario y volvamos en Colombia a recuperar una vez más las licencias de los radio actores y de los locutores.
“Lo mío era hacer radio”
Foto Cortesía: Pastor Vesga Ramirez.
G.P.: ¿Qué ha sido de su vida profesional durante esta Pandemia?
P.V.: Me ha servido para repensar, para buscarle con ingenio el hecho de borrón y cuenta nueva. Lo de antes atrás quedó. Necesitamos a partir de esta pandemia y el encierro reorganizar nuestra producción. Si nosotros no le entregamos a la producción en radio el aporte de los libretos, de la producción, que se escriban las noticias y no llegue todo el mundo a improvisar no lograremos que esta etapa de superación no solamente del virus, por los efectos de la contaminación, nos mantenga enclaustrados si no que también en comunicaciones seguiremos estancados.
La radio debe recuperar esas etapas gloriosas de hace 40 o 50 años cuando prácticamente a la par casi que con la televisión en el gobierno del General Rojas Pinilla dimos comienzo a esto de la comunicación.
G.P.: Parece que hay una celebración aplazada por sus cincuenta años de vida profesional. ¿Tiene idea de cuándo se realizará?
P.V.: Esperemos que no solamente sea la celebración de mis 51 años de servicio a la comunidad si no que también los encargados de administrar y dirigir, se involucren dando paso a tantas actividades para el bien y el desarrollo de la comunidad. Necesitamos que por lo menos algo quede desde el punto de vista celebración, conmemoración y bienestar para la comunidad sobretodo la más necesitada.
G.P.: ¿Qué significa este medio siglo de actividad radial ininterrumpida en su vida?
P.V.: Para mí es el máximo de realización. En mis inicios no era un propósito pero con el paso del tiempo si da pie para pensar que uno puede cumplir con una función y resultarle útil al semejante. Con esta entrega es poder de alguna manera encontrar reivindicaciones más que todo en el campo social en donde son tantas las diferencias y falencias que a través de un micrófono o una cámara podamos promover para que la solidaridad se de cómo una constante.
G.P.: Usted aspira llegar al centenario. ¿Quiere llegar a los 100 años haciendo radio?
P.V.: No es realmente mi aspiración con la radio pero cuando a mi alguien me pegunta cuantos años tengo mi respuesta es que me faltan 29 y la gente se sorprende cuando graciosamente les digo que pretendo llegar a los 100. Simplemente espero superar esta etapa de fribomialgia pero por lo demás afortunadamente me siento muy bien y Dios quiera me dé la oportunidad de seguir porque yo quiero aportar en este momento, no quiero amasar capitales, ni poseer bienes materiales, quiero ser sólo útil a la comunidad y de alguna manera tener la oportunidad a través del millón de amigos de la comunicación, tener como activar a los distintos grupos que hagan parte de estos colectivos en los campos, cívico, social, cultural y deportivo para que trabajemos desde los colegios en el arte de hacer política con sentido social.
G.P.: ¿Qué le produce tantos años de batalla en la radio?
P.V.: He sido un hombre atrevido en radio. En su momento vi que de alguna manera había que hacer algo distinto y me le medí a un primer record de locución en los setenta y duramos 88 horas hablando sin parar. Esto fue después del record que protagonizaron el ‘Chupo’ Plata y Willian Vinazco, en Tequendama. Más adelante, unos siete años después, lo superamos con 101 horas que creo es el record nacional de locución sin parar en la radiodifusión colombiana.
En 1971 me le medí a un primer festival vallenato cachaco en Bucaramanga y ahí justamente participó Ramiro Colmenares de los Embajadores Vallenatos.
Además hice unos ‘bailatones’ extraordinarios, el primero fue un record de 62 horas con 400 parejas que empezaron a bailar en el hangar del antiguo aeropuerto Gómez Niño, convertido en Polideportivo de la Ciudadela Real de Minas. Luego hice cuatro más y estamos proyectando uno en el área metropolitana que pueda reunir una 1000 parejas que supere todos los records.
José Ordoñez nació aquí en un espectáculo que yo hice de cuenta chistes promovido por Caracol donde el premio era viáticos, 300 mil peos y presentación en Sábados Felices en Bogotá.
Por esto del ‘Comisario Caracol’ fui secuestrado hace 40 años por el M-19. Me tuvieron en Bolívar, una población santandereana durante 15 días con Manuel Hernández Torres corresponsal de El Espectador. De alguna manera mis discursos para bien de la comunidad eran revoltosos y hasta llegaron a señalarme como uno de los comandantes del área urbana. Habían seguido la manera de cómo hacía mis reclamos en justicia social y hasta me ofrecieron instruirme con su metodología para liderar comunicacionalmente sus proyectos pero obviamente yo les dije que NO. Lo mío era hacer radio.
G.P.: Muy amable por su tiempo.
P.V.: A usted por su bondad, generosidad y corazón que ya hace parte de mi integridad. Mi Dios se lo pague porque en tan solo 60 minutos me hizo sentir como si me conociera hace siglos. Gracias por existir.
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