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La veteranía se rinde ante la aflicción.


Israel Mendoza.




Por: Gustavo Núñez Valero



Faltando 25 horas para que le practicaran al radiodifusor tunjano Israel Mendoza Medina(q.e.p.d.) el procedimiento de eutanasia, le fué realizada una entrevista en RCN radio, a nivel nacional. Esta la condujo el periodista Tunjano Juan Manuel Ruiz Machado, figura muy destacada del periodismo radial colombiano. Inicialmente advirtió Ruiz Machado a los oyentes de RCN, que deseaba compartirles una situación relacionaba, de alguna manera, con esa casa radial, pues tenía que ver directamente con el caso de Israel Mendoza, conocido afectuosamente como ‘El Gato’, quien trabajó durante muchísimos años con RCN Radio en Tunja, siendo él toda una institución radial en Boyacá.


Era un hombre de una idoneidad a toda prueba explicó, un gran ser humano, colaborador, y sabio, quien manejaba los equipos y la consola de una manera extraordinaria. Con el paso del tiempo Israel empezó a verse afectado por la esclerosis lateral amiotrófica, -ELA - y en sus últimos días, el propio Israel dió a conocer a sus familiares, amigos y compañeros, su decisión de solicitar la eutanasia a sus 68 años, para acabar con su sufrimiento.


Comenzó Juan Manuel Ruiz la entrevista, hablando con Mario Mendoza, el hijo mayor de Israel, preguntándole,


¿Cómo reaccionaron ustedes sus hijos y familia cercana, cuando Israel les dio a conocer su decisión*?


Pues fue impactante de primera mano respondió, porque si tú hablas con mi papá, él es una persona que tiene los cinco sentidos, es racional, es risueño, es sentimental, y que te diga que va a tomar una decisión tan radical sobre su vida, sabiendo que con ésta va a afectar otras vidas, es difícil, pero nosotros como hijos, simplemente lo que hicimos fué aceptar que era una decisión valiente, y respetar su deseo. Entonces, no hicimos sino estar con él, acompañarlo, y decirle que lo querríamos todos los días de nuestras vidas”.

Cuando le preguntó si podía pasarle a su padre, le respondió que gustoso y de inmediato se lo comunicó.


“Israel, buenos días”, fué lo primero que le dijo Juan Manuel. “Hola Juanito, me complace mucho escucharlo”, le contestó con una sutil y débil sonrisa Israel Mendoza (q.e.p.d.).

“Lo mismo, para ti", prosiguió Juan Manuel Ruiz. Creo que ésta es la entrevista más difícil que he hecho en mi vida, Israel. Me siento bastante confundido, pues son más de 35 años haciendo entrevistas, y esta es una muy extraña para mí”, le repuso el periodista. Al fondo se oyó la risa de Israel y una pregunta: “De verdad?”.


¿Juan Manuel le preguntó cómo había llegado a la decisión de solicitar la eutanasia?


Le respondió Israel que al ver la evolución de la enfermedad y al constatar que ésta era acelerada e irreversible, ya desde hacía seis meses había comenzado a considerar tal posibilidad. Teniendo en cuenta que la ley ya permite la eutanasia, decidí tomar la decisión y comunicársela a mis hijos explicó Israel», quien no tuvo necesidad de formular ninguna petición judicial, sino cursar una solicitud a la EPS.


¿Israel, sabe qué es lo que más duele de lo que está ocurriendo? que lo oigo como hace 35 años que lo conozco, y mañana a medio día usted ya no va a estar con nosotros” le dijo Juan Manuel Ruiz, y le preguntó cómo estaba pasando sus últimas horas y otros detalles del procedimiento, incluyendo las instrucciones que había impartido para sus exequias.


A pesar de ser tan inusual el tema, todo transcurría normal. No obstante, luego de 15 minutos de conversación, Juan Manuel, con el mismo tono de voz que estaba utilizando le dijo: “Israel... no sé qué más decirle, excepto que lo quiero mucho Israel”. La respuesta no se hizo esperar: “Juanito, gracias”, y el entrevistado Israel Mendoza agregó: “La vida me permitió conocerlo un día, y la vida me ha dado la oportunidad de despedirme. Gracias, mil gracias, Juan Manuel”.


Sobre las sensaciones y reacción que tuvo Juan Manuel Ruiz al conducir esta entrevista, conversé con él cuatro meses después de lo ocurrido.


¿Para usted quién fue Israel Mendoza Medina?


Esencialmente fue un gran compañero, a quien admiré por la razón elemental de que Israel comenzó en la radio mucho antes de que yo lo hiciera, ya que en realidad hace muchos años, cuando yo apenas arrancaba en Tunja mi labor periodística, él ya era un hombre conocido y respetado, y cuando sentí la radio como la pasión de mi vida, él ya era un referente. Luego, cuando ingresé a RCN, y tuvimos la oportunidad de compartir transmisiones y asistir conjuntamente a muchos eventos, tuvimos mayores vínculos, y fortalecimos el compañerismo y la amistad. Israel Mendoza fué una persona a quien siempre respeté porque era como uno de los viejos sabios de la radio, ya que poseía un gran instinto y un criterio especial, en materia de la técnica del sonido y la estética de la radio.


¿Experimentó algún dilema al momento de preparar la entrevista?


Claro, pues Incluso creí que no iba a ser capaz de hacerla, porque era algo insólito para mí. Me parecía increíble, que yo con tantos años en éste cuento del periodismo, de repente fuera a entrevistar a un colega y amigo 24 horas antes de su muerte, y aparte de eso a un ser humano tan cercano, y próximo a una muerte por eutanasia, muerte consciente, decidida, pensada y analizada seriamente, y el dilema para mí era cómo hacer ésta entrevista sin caer en el amarillismo, sin irrespetar ni a la familia, ni a él o a la audiencia inteligente que nos escuchaba. Sin embargo, hice las averiguaciones del caso, y una vez que tuve la certeza de que Israel quería plena y conscientemente concederme dicha entrevista, procedí a hacerla con la mayor prudencia, aunque con el mayor temor, e incluso con el corazón en la mano, lo cual es absolutamente cierto, te lo confieso Gustavo.


¿Qué sensaciones tuvo a lo largo de la entrevista*?


Fué algo muy difícil para mí, porque no comparto la tendencia de algunos periodistas del mundo entero, de intentar hacer del drama personal del entrevistado, un show, o exponerme a la posibilidad de quebrarme emocionalmente ante un entrevistado, pero en la medida en que fuí avanzando en la entrevista, yo sentía como nunca me había ocurrido, que me podía descomponer, y eso me generó un terrible drama personal y emocional, porque aunque yo procuro mantener el control en mis reportajes, creo que hasta ése día, pocas veces había perdido el control de una charla tan impactante para mí. Después de algunas entrevistas es posible que en mi caso personal resulte enojado o triste, pero en esa ocasión con mi amigo y paisano Israel Mendoza Medina, era una entrevista en vivo y en directo, y al escucharlo no podía creer que ese querido paisano y amigo, estuviera en ese estado de lucidez, de absoluta convicción, y de total tranquilidad y decisión frente a lo que estaba haciendo, y eso se me fue convirtiendo en algo inmanejable. Con mucha dificultad pude avanzar la charla hasta determinado punto, y después me fué imposible continuar, pues no pude más, y tuve que frenar e ir al baño a respirar, y a analizar qué había ocurrido, y cómo había podido efectuar esa entrevista sin hacer, como decía el maestro Álvaro Gómez, "miserabilismo", pero, créame que por dentro me encontraba muy angustiado, temeroso y lleno de pánico, porque estaba oyendo y hablando ante todo el país, con un compañero, un amigo, que estaba tomando ésa decisión tan dramática y trascendental en su vida.


¿Entonces sintió que se quebró?


Sí, claro, y mis compañeros fueron muy solidarios. Ellos estaban ahí escuchando, e incluso respetuosamente ninguno quiso intervenir en esa charla con quien 24 horas después estaría en la eternidad. Estaban Vlado, Jesús, Kelly quien es también oriundo de Tunja, todos sabían que era un diálogo dramático entre dos amigos, y se quedaron en silencio. Es más, creo que alguno se puso de pie como diciendo, «esta es una cosa extraña, pues lo que está ocurriendo, es un diálogo en el cual no podemos intervenir, o no queremos intervenir", y hubo un momento en que me quebré y no supe qué más decir y qué más hacer y me levanté y me fuí. Nunca, en treinta y pico de años de radio había hecho eso.


“Israel, lo quiero mucho”, fue mi última frase en la entrevista.


¿Qué significaba en ese momento esta expresión*?


Yo tenía unas palabras para decir, pues no podía creer que eso fuera a ocurrir, y aún hoy, cuando tú me lo preguntas, me vuelvo a estremecer, pues me parecía increíble lo que estaba viviendo, y no tenía nada más qué decir. Como periodista me rendí ante ese tema, y ante una situación de alguien a quien yo consideraba como un ser querido, pues es que fueron muchos los años compartidos en la misma empresa, y por eso uno termina siendo familia de todos los compañeros, y yo a Israel Mendoza, mi amigo y mi compañero del alma, no tenía nada más que decirle.


Después recibí unas notas que me enviaron algunos oyentes, unas solidarias, otras reflexivas, algunas dramáticas e impactantes, e incluso una muy agresiva de alguien que me decía,” cobarde, usted no demostró la existencia de Dios, pues no fué capaz de decirle que Dios le estaba dando una oportunidad”. Bueno, cosas absurdas me ocurrieron con esa entrevista, pero realmente fué lo único que le pude decir a Israel con todo el corazón, pero créame, la hice con el corazón y sin ninguna intención de disuadirlo de nada, pues ¿quién era yo para intentar siquiera hacerlo? pero mentalmente pensaba que intentaba era decirle, "carajo, qué duro es esto que va a ocurrir, y qué duro es expresarlo".


¿En ese momento rodaron lágrimas por sus mejillas?


No porque creo que nadie me ha visto llorando, pero sí se me encharcaron los ojos y me fuí al baño a contenerlas, porque, seguramente, si no las contenía, no podía subir a continuar el programa. Me han pasado cosas en muchos momentos de cubrimientos radiales, pero siempre procuro mantener el control, aunque está comprobado que las lágrimas ayudan mucho, ya que son un gran bálsamo para el alma. Sin embargo, yo procuro mantener el control, pero evidentemente, por dentro en esa charla con el amigo que se iba a la eternidad por su propia voluntad 24 horas después, y quién me hablaba con total tranquilidad y sensatez, sí lloré a mares con la situación que vivía, si es que cabe la expresión.


Durante el diálogo, Juan Manuel Ruiz le preguntó finalmente a Israel Mendoza


¿Cómo quiere que lo recordemos*?


Con voz suave respondió Israel. “Pues yo hablaba recientemente con nuestro común amigo y paisano Indalecio Castellanos, y le decía sinceramente, que deseaba me recordara "jovial, como fuí siempre, e Indalecio me respondió, "ah no, regañón, entonces?", y yo le repuse "recuérdeme como quiera, pero me gustaría lo hiciera como persona, con las cualidades que yo tenía, o mis defectos, pero recuérdeme como soy, porque yo fuí y seré hasta mi último instante de vida, el mismo Israel Mendoza, pues debo tener autenticidad, apreciado Juan Manuel”.




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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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