Fabio Becerra Ruiz y su nieto Lucas.
Por: Fabio Becerra Ruiz
Quizá quien más ha impactado mi existencia en el último año, ha sido mi nieto Brody, que, en su muy joven existencia, es quien me acompañó en mis recientes caminatas en San Diego CA, donde visité a mi hija mayor Karen, pues de Brody me enternecieron sus miradas, me contagió la alegría que me expresó con sus ojos, y me encantaba su silencio y tranquilidad, que acompañaban mi quehacer diario.
Brody es noble, sencillo y amoroso, y siempre dispuesto a salir con su abuelo, ya que es muy juicioso, aunque algo exigente en su alimentación, pues es muy buena muela como yo, en lo cual coincidimos, pues mis actividades principales también son darle duro y parejo a todo lo que se me presente de comer, y disfrutar la vida dejándome consentir de mis cuatro hijas, que son la razón de mi existencia junto con mi esposa, que me soporta hace 45 años, y a quien pese a que mi nieto Brody no es nieto suyo, le encantó que fuera mi mejor compañía en Estados Unidos, y que me alegrara el corazón, en la actividad de ser abuelo.
Fabio Becerra Ruiz con Amelia y Lucas
Aunque son circunstancias largas de explicar, Brody llegó a mi vida hace muy poco proveniente de México donde fué abandonado, y seguramente tuvo un hogar pobre, y no se sabe si tuvo cariño o desprecios, pero Brody es ahora americano legalmente, y disfruta con mi yerno Rob, mi hija Karen, y mi nieta Amelia, de un hogar en San Diego CA, donde tiene los cuidados y cariño de los que posiblemente careció en México su país de origen, y recibe el cariño de una familia que lo acogió con amor, para hacer su vida más feliz, lo que siempre expresa con su mirada tierna, dulce y consentida.
Olvidaba decir que Brody, tiene apenas siete meses, y es de una excelente familia, pues parece ser de raza entre gozque, callejero, y chandoso, pero es un perrito tierno y cariñoso, motivos suficientes para acogerlo con amor, pues fue rescatado de un desierto en México, donde se le pegó a una pareja de jóvenes americanos, que no tuvieron corazón para dejarlo abandonado, y lo trajeron a USA, donde conquistó el corazón de mi hija mayor, que lo recibió como regalo de navidad, y yo acepté adoptarlo como mi único nieto perruno, de lo cual estoy muy contento, pues completa el cuarteto de nietos que tengo y que alegran mi vida, y que son mi querido nieto Lucas que reside en Medellín y llegó a sus 7 añitos, mi linda nieta Amelia de 12 años residente en USA, mi nieto perruno Brody de siete meses, y mi nieto mayor Tony, un osito de peluche que me acompaña hace largos años, y que me regaló mi hija mayor..
Ojalá todos los abuelos del mundo disfruten experiencias similares a las mías, que me reconcilian con la vida, y me hacen reflexionar si no mejor sería que uno tuviera primero los nietos, y después los hijos...
Fabio Becerra Ruiz con Brody y Tony.
(Esta columna es de estricta responsabilidad del autor y no representa la opinión de este portal)
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