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Carlos Cataño Martínez: "La radio ya no tiene mayor futuro."

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Carlos Cataño Martínez. Cortesía: Camilo Cataño.



Carlos Cataño Martínez comenzó a saborear la magia de la radio desde muy joven, de hecho, siendo apenas un niño, ya conocía importantes figuras de la radiodifusión colombiana. Esto, gracias a su padre, Orlando Cataño Céspedes, radiodifusor por excelencia y su principal mentor.           

 

"Dame un punto de apoyo y me moveré en el mundo." La famosa frase atribuida a Arquímedes, pareciera que se aplica perfectamente en la vida de Carlos Cataño Martínez. No sólo su talento y educación lo llevaron a escalar peldaños importantes en su carrera, además por fortuna, encontró en el camino a Jairo Tobón de la Roche, una pieza clave para su gran éxito en esta industria.

 

La Luciérnaga, programa insigne en la historia de la radio colombiana, no fue ajeno a la presencia de Carlos Cataño Martínez, quién sin imaginárselo, se le encomendó dirigir el timonel de tan importante embarcación en momentos en los que el capitán estaba ausente.

 

Sus capacidades como talento al aire, así como sus tareas ejecutivas, hicieron de él un profesional íntegro dentro de esta industria mientras estuvo activo. Su voz, dotada con un registro extremadamente sonoro y comercial, continúa identificando la marca ESPN en español.

 

Aunque hablar de radio era preponderante en nuestra conversación, también nos sumergimos un poco en sus gustos musicales y en su manera de ver la política y la religión, dos temas que, sin esquivarlos, prefirió ser más diligente en sus apreciaciones.  

 

Fiel a la radio clásica en la que aprendió y en donde cultivó un nombre, Cataño no ahorra halagos a la hora de hacer remembranza sobre ella, pero contrario a la radio que se hace en la actualidad, su análisis, si se quiere mordaz, resulta para unos coherente y realista, mientras que, para otros, refleja el apocalipsis o hecatombe de la industria radiofónica.     

 

Fiel a su ideología de la manera como observa la radio actual, así terminó esta charla el experimentado hombre de radio y abogado, Carlos Cataño Martínez: "La radio tuvo un momento importantísimo y fue muy buena pero ya es una bonita historia y hay que tenerla ahí para el recuerdo. La radio, repito, está en sus estertores finales, pero para mí yo ya la considero muerta." 

 

 

 

Por: Germán Posada

 

 

¿Cuántos años vinculado a los medios?

 

Yo empecé en el negocio de la radio a los 16 años porque mi papá, Orlando Cataño Céspedes, en Pereira, Risaralda, era un tipo profundamente importante. Ese señor si era importante. Yo soy un pelotudo al lado de ese señor. Mi padre, fue uno de los artífices junto con los políticos de la época en ponerle la bomba atómica al departamento de Caldas y partirlo en tres. Caldas, Risaralda y Pereira. Mi papá encabezó la campaña a nivel de medios de la secesión de Risaralda de Caldas.

 

Él era el director de un noticiero muy escuchado llamado Reportaje a la Ciudad, en La Voz del Café de Caracol, que al medio día paralizaba Pereira. Yo era todavía un estudiante de Colegio en el Salesiano de Pereira, y a mí me fue pareciendo muy interesante aquello y comencé a preguntarle a mi padre sobre cosas de la radio y él me fue metiendo.

 

La historia es que yo iba de 'pato' a la emisora y un día le manifesté a mi papá mis deseos de ser locutor y él lo que me dijo fue que, si lo iba a hacer, tenía que hacerlo bien y que lo primero que tenía que hacer era seguir estudiando porque de lo contrario no volvería a oler un micrófono en La Voz del Café ni en ninguna otra emisora.

 

Cuando terminé a mis 16 años el bachillerato, mi papá ya se había ido de Caracol, entonces comencé a hacer mis pinitos en el noticiero que ya habían trasladado de Caracol para otra emisora, hasta que un día mi papa me dijo que me comunicara con el gerente de Caracol en aquella época, ya que estaban necesitando un locutor. De esta manera terminé haciendo turnos cortos en Radio Reloj de Pereira 1360 AM pasando baladas. Mientras trabajaba allí, estudiaba Derecho, una carrera que me ha ayudado enormemente en la radio.          

 

 

¿Qué le aprendió a su papá en el ejercicio del periodismo?

 

Yo creo que en mi vida hay dos señores a los cuales yo les debo lo que yo soy en la radio. Obvio, primero, a mi padre. Con él aprendí viéndolo de cerca como se trabajaba la radio en aquellos tiempos con libreto y bien escrita. No quiero decir que todo tiempo pasado fue mejor porque lo que siempre pregono es que todo tiempo pasado fue anterior.

 

Lo que más aprendí con mi papá fue el tener respeto por el oyente. Algo que se ha perdido en los medios de comunicación porque ahora se piensa que las figuras somos nosotros. Contrario, yo siempre he dicho que los que nos oyen, ven y nos leen, son los más importantes. Le aprendí también que había que estar con mucha fundamentación antes de enfrentarse a un micrófono, con la preparación debida para no salir a improvisar. Mi papá también me orientó para educar mejor mi voz.

 

El otro señor que fue fundamental en mi vida fue quién me sacó de Pereira y me puso a vivir en otras partes del país y me envió para los Estados Unidos. Fue don Jairo Tobón de la Roche que en mi opinión es uno de los grandes creadores y productores de radio en Colombia. Yo creo que con ellos dos aprendí muchísimo y lo más importante, que la radio hay que hacerla bien hecha, producida, con educación y respeto para los oyentes,  

 

 

Tengo entendido de que usted ya está retirado de la radio, pero sigue activo en ESPN. ¿Qué hace en ESPN?

 

Yo trabajé en la radio hasta el año 2016 y eso tiene una explicación muy divertida. Cuando yo trabajaba en Colombia en RCN, Jairo Tobón de la Roche me mandó para Estados Unidos en el año 1998 para manejar una estación que se llamaba WKAT RCN Miami 1360, que duró muy poco porque la verdad sea dicha, no estaban cumpliendo con la tarea de hacer radio como se debía. Yo fui uno de los que descubrió estas anomalías y por orden directa de Carlos Ardila Lule, la estación se cerró. Tiempo después pasé a Caracol.

 

Cuando llegué a los Estados Unidos yo ya no hacía radio de micrófono. Era más ejecutivo de la radio, porque estando en Caracol, mi jefa que era la gerente regional de Caracol en Cali, María del Socorro Valencia la nombró Ricardo Alarcón, entonces presidente de Caracol, vicepresidenta de producción. Como ambos habíamos trabajado en Cali y habíamos logrado una excelente empatía profesional, ella me llevo para Bogotá como su segundo y mi trabajo como talento al aire quedó en pausa. Ya en Estados Unidos, luego de lo de RCN, volví de nuevo a las cabinas con Caracol Miami y allí hice radio hasta el año 2016 hasta cuando infortunadamente entraron los señores de Prisa con quienes fue muy difícil trabajar porque traían una mirada muy distinta a la radio que se hacía en Colombia y me retiré.

 

Mientras trabajaba con Caracol, ya venía trabajando como freelance con ESPN desde el 2000 grabando las voces de ESPN en español para América Latina.

En 2016 ESPN me hizo una excelente oferta y fue cuando tome la determinación de terminar mi ciclo con Caracol.

 

Con ESPN tengo un contrato exclusivo haciendo las promociones de los canales en español. Actualmente no hago tantas promociones si no que estoy adscrito más a la parte comercial y hago las voces de todos los patrocinios, narraciones de programas especiales y algunas cosas para Disney, ya que esta empresa es la dueña de ESPN.

 

Para mi han sido muy gratificantes estos años en ESPN. Todo mi trabajo lo hago a nivel remoto, desde mi casa.            

 

      

¿Cómo le aportó su profesión de abogado en la radio?

 

Quiero decirle algo y es que ojalá y todos lo que se quieran dedicar a este negocio de los medios lo escuchen con atención. Esto quizás suene polémico y hasta me gane algunas críticas.

 

A mí me parece preocupante que en Colombia salgan tantos comunicadores sociales, muchos de garajes o periodistas de tantas facultades con poco reconocimiento y que al final no van a encontrar trabajo porque no tienen la fundamentación para poder entender el mundo, para que les quepa el mundo y puedan dar una opinión certera, y le soy un poco más específico. A mí la profesión de abogado me sirvió para entender cómo funciona la política y la economía y como ambas se interconectan y cómo la política nos determina la vida a todos en general.

 

Si usted no tiene un mínimo conocimiento de cómo funcionan las cosas a su alrededor no va a poder entender nada y al final cuando se atreva a dar una nota periodística lo que va a salir es una cosa sin fundamentación alguna. Sin profundidad.

 

Hoy en día, uno debería preocuparse más por estudiar una carrera distinta a Comunicación Social porque con el tema de la Inteligencia Artificial, esas personas que se fueron a estudiar Comunicación Social donde los pensum son muy leves y poco profundos, fácilmente la IA los va a remplazar.

 

Le pongo un ejemplo. El doctor Hernán Peláez Restrepo será recordado por todos nosotros como un grande de la radio, porque tiene a su haber su formación de Ingeniero Químico, lo que le ha permitido tener una metodología en su cabeza para entender el mundo bajo otras condiciones de manera mucho más profunda. Por eso Peláez es Peláez. Y por eso los otros son señores que hablan bonito y dicen cosas, pero que al final sabemos que no están capacitados para eso.    

 

Indudablemente si yo no hubiera sido abogado no me hubiera atrevido nunca en mi vida a hacer programas como los que hice en Miami como De Regreso a Casa o haber sido reemplazante de Hernán Peláez durante muchos años en La Luciérnaga. Y creo que sin ser abogado tampoco hubiera llegado a ocupar importantes funciones administrativas como Director Nacional de Operaciones y Director de la Cadena Básica de Caracol.   

 

      

A propósito del programa La Luciérnaga y Hernán Peláez. ¿Usted llegó a ser nombrado oficialmente en Caracol cómo el sustituto de Hernán Peláez para conducir La Luciérnaga?              

No. Cuando digo remplazar a Hernán Peláez Restrepo no quiere decir eso y le explico. Un día estábamos en la oficina de la vicepresidencia de Caracol en época cuando La Luciérnaga era el programa número uno en Colombia. Le hablo de la época cuando aún no estaba Gustavo Álvarez Gardeazabal. Me refiero a la época de Edgar Artunduaga, Guillermo Díaz Salamanca, mejor dicho, el elenco inicial de La Luciérnaga. También estaban Los Marinillos con Saulo García y otros. Ese día Hernán Peláez, llego a la oficina fumándose su pipa, María del Socorro Valencia y yo, estábamos allí y desde la puerta fue avisando que ese día se iba de vacaciones y que volvía en una semana. Ella y yo nos miramos y le preguntamos que quien lo iba a remplazar. La Luciérnaga era prácticamente la facturación de Caracol. Peláez, volteó mirándome y dijo: "Ahí está, Cataño lo puede hacer, él está capacitado para eso". Salió y se fue y nos dejó ese chicharrón.

 

Por supuesto que María del Socorro fue a consultarle al respecto al doctor Alarcón y este lo que respondió fue que si Hernán Peláez me estaba dando la confianza a mí, que lo intentara. Así terminé sentándome varias veces en La Luciérnaga para dirigirla. Yo nunca fui nombrado en ese tema ni aspiré a que me nombraran y menos me autodenominé director. Yo simplemente me sentaba ahí a hacer exactamente lo que Hernán Peláez hacía. Ni más ni menos.

 

Eso se volvió tan de costumbre, que como Peláez se mantenía fuera del país por sus responsabilidades y compromisos deportivos, cuando se ausentaba, la productora, Maura Achury, me llamaba para decirme simplemente que Hernán no estaba y a las cinco en punto tenía que estar ahí con el equipo de La Luciérnaga. Fue así como me divertí mucho haciendo eso unos dos o tres años, pero nunca he presumido ni de director ni remplazante de Peláez. Sencillamente fui su llanta de repuesto cuando lo necesitaron.             

 

 

Como muchos, yo también admiré a Juan Harvey Caycedo quién además fue parte de La luciérnaga en sus inicios. ¿Usted por qué lo admiraba tanto?

 

Mire Germán, esto es otra cosa que mucha gente no la sabe. Cuando yo era un muchacho normal y corriente en Pereira (Risaralda) y Cali, mis ídolos eran Juan Harvey Caicedo y Otto Greiffenstein.

 

A Juan Harvey Caicedo yo lo he considerado el mejor locutor que Colombia ha dado en su vida y no solamente porque era una muy bella voz sino porque era extremadamente culto y capaz de hablar de cualquier tema y lo hacía con una propiedad impresionante. Un excelente ser humano y como decimos en Colombia 'mamador de gallo' insigne, alegre y muy agradable. Otto Greiffenstein era la voz estelar de Caracol Estéreo 95.5 FM.      

 

Esos señores yo los admiraba cuando estaba pequeño y después joven y nunca en la vida imaginé que me los iba a encontrar. Y luego la vida me premió cuando terminé de alguna manera siendo jefe de ellos y manejándoles sus turnos.

 

No hay nada más maravilloso que uno haber conocido y alternado con estas personas, de haber tenido la fortuna de hacer promociones al lado de Otto Greiffenstein y alternado con Juan Harvey no solo en La Luciérnaga sino en Pase la Tarde con Caracol, cuando entre él y Alberto Piedrahita Pacheco lo dirigían. Eso para mí no tiene precio y es de las cosas que yo le he agradecido a la vida profundamente.

 

          

Muy triste de la manera como terminó su vida Juan Harvey Caicedo. ¿Verdad?

 

Yo de esos temas mejor no hablo porque eso es muy triste y yo prefiero más bien recordar al gran Juan Harvey Caicedo con el que alterné tantas tardes y tantas noches. Con el que tuve una relación muy agradable. Un tipo que nunca me dijo no. Yo le pedía el favor de grabarme promociones urgentes de último minuto y pese a que él ya había terminado su turno, 'Juanito' muy amablemente subía al quinto piso de Caracol y grababa sin ningún problema. No puedo decir lo mismo de otros personajes locutores de Caracol muy insignes, que les pedía uno el mismo favor, y se pegaban una adornada impresionante.

 

Prefiero entonces recordar a ese Juan Harvey y no de la manera triste como perdió su vida, que quienes conocemos los detalles, lo sentimos y nos dolió mucho cuando murió.      

 

En mis inicios de vida en Montreal llegué a escuchar apartes del exitoso programa “De regreso a casa”, que usted dirigía en Miami. Por cierto, me gustaba mucho. ¿Qué sentimiento lo atrapa el recordarlo?

 

De regreso a Casa no lo creé yo. Ese programa existía en Caracol y hay que hacerle el honor a quién honor lo merece. El creador de ese programa en Caracol Miami fue un señor que se llama William Restrepo. Él fue inteligente porque descubrió que había una necesidad de hacer un programa para que la gente en la tarde y presos en el tráfico en una ciudad como Miami, se entretuvieran en el carro.

 

William Se consiguió a Eduardo y Gabriel, unos trovadores fantásticos y muy creativos y así empezó este programa. Luego William se dedicó más a la información noticiosa y por un tiempo entregó el programa, cundiéndolo Alfonso Quintero. Un buen día estando yo en Miami en la WAKT, William Restrepo me llamó para que hiciera el programa. Esto me tomó por sorpresa, pero acepté.

 

El programa que hacía Alfonso Quintero era más diferente, quizás un poco más costumbrista si se quiere. Yo lo llevé a otro nivel, más al estilo de La Luciérnaga.

 

De hecho, cuando me preguntaban desde Colombia cómo era el programa que yo hacía en Miami, les respondía que era La Luciérnaga pero más popular. Yo entendí que De regreso a la Casa no era bueno tenerlo enfocado solo para un nicho de colombianos sino abrirlo para una comunidad más amplia de inmigrantes latinos en esta ciudad y poderlos representar. Yo creo que fue ahí donde le pegamos, donde tuvimos éxito. El programa se disparó en sintonía, conservamos a Eduardo y a Gabriel, los trovadores, e incluimos a Saulo García y a Marisol Correa y creamos personajes relacionados con los otros grupos étnicos existentes en la ciudad.

 

Le cuento que aún voy a Miami de visita y la gente recuerda con mucho cariño este programa siendo esto muy gratificante.          

 

 

¿Por qué en su momento usted dice que Julio Sánchez Cristo no le aportó nada a su carrera en la radio en Miami?

 

No me aportaba nada cuando yo lo escuchaba en Miami. Para la época cuando yo decía que no me aportaba en nada, era cuando lo escuchaba en Miami, porque poner La W en Miami en la mañana era un absurdo, porque en mi opinión la radio es local y esto en Estados Unidos aplica muy bien. El programa de Julio era algo que no le decía nada a nadie.

 

No lejos de la actualidad, era algo postizo que no cuadraba y que no funcionaba porque es un programa para Colombia. Aunque en aquella época tenían acceso a la información internacional para Colombia, ahora el internet les ayuda mucho más porque la gente ya está enterada de lo que él les va a contar una hora después. En Estados Unidos sonaba provinciano, pareciera que él no conectaba en la ciudad, Por eso siempre dije que en Miami no me decía nada y no me lo sigue diciendo.

 

Con Julio Sánchez Cristo tengo una relación de hace muchos años. Es un tipo muy inteligente, pero es difícil porque es una persona complicada.

 

Con él, tuve bastante quehacer. Cuando él renunció la primera vez en Caracol y se fue para RCN contratado por Jairo Tobón de la Roche, se creó en RCN La FM. Yo estaba en RCN Cali y don Jairo me llamó para decirme que nadie sabía cómo funcionaba lo que Sánchez Cristo pretendía con La FM, y que me necesitaba en Bogotá por un tiempo para que le ayudara con el montaje del programa.

 

Julio comenzó con Yamid Amat en 6AM. Cuando Yamit se retiró de Caracol, Julio le propuso a la Compañía hacer un programa informativo en Caracol Estéreo. Ahí nació “Viva FM”. Ahí conocí a Julio porque a mí me tocó el proceso de construirle un nuevo estudio para su aventura radial. Por eso, creo, fue que don Jairo me llamo a Bogotá para el proceso de inicio de “La FM” que terminó llamándose así, porque Caracol cuando se dio cuenta que Julio se iba, registro la marca “Viva FM”.

 

Para finalizar con el tema de La W, era y sigue siendo un programa para Colombia y solo para colombianos.  El 75% por ciento de su contenido, en el mejor de los casos, está basado en la política colombiana, sus campañas sociales ocurren en Colombia. Julio no conoce el Condado de Miami Dade, donde hay 32 ciudades. No sabe quiénes son los políticos allá, ni cómo funciona el gobierno local. Julio es un turista más en Miami, y lo peor, nunca entendió que Miami es multicultural, diversa y con comunidades de muchos países. Haber eliminado el 6 AM local con Eucario Bermúdez, Yoli Cuello, Enrique Córdoba y otro grupo de profesionales para poner La W fue uno de los primeros errores de Prisa cuando asumieron el control de Caracol Miami 1260.

 

 

¿Qué líneas le dedica en esta entrevista al recordado Eucario Bermúdez?

 

Como yo vengo de la radio antigua, de la época de mi papá, a 'Don Eu' yo lo conocí prácticamente cuando estaba muy pequeñito. El me conoció cuando yo tenía unos 9 años.

 

Caracol tenía un gran locutor que se llamaba Julián Ospina Mercado, quién era el locutor estrella de Ultima Hora Caracol, y quién infortunadamente perdió la vida en un accidente aéreo. Caracol estaba necesitando un locutor que remplazara esta icónica voz. Don Fernando Londoño Henao, accionista mayoritario de Caracol en aquel tiempo, comenzó a hacer la búsqueda y se llegó a la conclusión de dos candidatos. Uno era mi papá, la figura de La Voz del Café y don Eucario Bermúdez, figura de la Transmisora Caldas. Los citaron a ambos, pero mi padre nunca se quiso ir de Pereira, al final Eucario Bermúdez fue el elegido.

 

Luego de los años me lo encontré en Bogotá y en Miami y en ambas era como yo ver a mi papá. Yo le tenía mucho respeto a don Eucario, pero él me trataba como a un hijo. Un tipo muy querido, amable y divertido. Gran voz. Yo siempre dije que él tenía una particularidad muy difícil de encontrar en la radio. Un hombre que si usted no lo conocía pensaría por su voz que era alguien con 20 años. Una bella voz fresca y juvenil y un hombre muy bien capacitado para hacer radio. Con don Eucario era más bien una cosa como de complicidad familiar que otra cosa.              

 

 

¿Y para Jairo Tobón de la Roche?

 

Cuando yo lo conocí él era vicepresidente de producción de Caracol. Un día me escuchó haciendo una transmisión de fútbol desde Pereira, recuerdo que jugaba la Selección Colombia y yo era el locutor comercial del Combo Deportivo de Caracol Pereira con Luis Alfredo Céspedes y como narrador Dagoberto Puello.

 

Por alguna razón extraña, a pesar de ser un partido de la Selección, no viajó el Combo Deportivo de Caracol Bogotá y decidieron que iban a trasmitirlo en Pereira. La transmisión salió a nivel nacional. Cuando se terminó el partido yo me fui para mi casa y como a eso de la media noche recibí una llamada de Luis Alfredo Céspedes diciéndome que estuviera atento al teléfono porque desde Bogotá una figura de Caracol me iba a llamar.

 

A los dos minutos volvió a sonar el teléfono y era don Jairo Tobón de la Roche diciéndome que me fuera al día siguiente para Cali y que me pusiera a las órdenes del gerente porque allí me necesitaban para que hiciera lo mismo que en Pereira, más otras funciones. Así comenzó mi historia con don Jairo. Luego me llevó a RCN y al final me envió para Miami para que sustituyera a don Francisco Restrepo Arroyabe, otrora figura de la radio colombiana.

 

Inicialmente se trataba de quedarme seis meses y ya hace más de 30 años que estoy viviendo en este país gracias a don Jairo Tobón de la Roche.               

 

 

"Los dueños de la radio que usualmente son los ejecutivos que nunca en su vida han hecho radio o que jamás se han sentado frente a un micrófono o una consola, toman las decisiones para destruir lo que otros que si conocían, construyeron durante muchos años." 
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Carlos Cataño Martínez. Estadio Cotton Bowl en Dallas, TX, durante el Mundial de Fútbol USA 94.

 

 

¿Jaime Garzón llegó a ser tan bueno como Humberto Martínez Salcedo a quien usted tanto admira?

 

Son dos mundos distintos. Estando muy chiquito yo escuchaba un programa que Humberto Martínez Salcedo (el Maestro Salustiano), dirigía en Todelar que se llamaba El Corcho y lo escuchaba sentado con mi abuelita que se divertía muchísimo. Luego pase a escuchar La Tapa porque El Corcho fue vetado y con este último pasó lo mismo.

 

Digo que son dos mundos distintos porque a Martínez Salcedo le tocó enfrentarse con la dictadura de Rojas Pinilla y era muy complicado. Que él se hubiera atrevido a desafiar a la dictadura cundo le cerraron sus programas demostraba que era un tipo que las tenía muy bien puestas.

 

A Jaime Garzón, digamos que no le tocó menos complicado. Él se enfrentó a un mundo de políticos corruptos y de narcos. Lo cierto es que son dos elementos muy importantes y significativos porque ambos protagonizaron una radio bien hecha, que es aquella que dice las cosas como son, que sienta su posición y critica con argumentos. Lamentablemente sabemos el final de Jaime Garzón y con Humberto Salcedo conocemos el hecho de que tuvo un hijo fiscal que resultó completamente contrario a las ideologías y pensamientos de su papá.

 

Ambos son personajes históricos de la radio en el tema de la crítica humorística y con sarcasmo, que yo creo se ha perdido mucho en Colombia.         

 

 

¿Siendo abogado, carrera que le ayudó a entender la política, cómo analiza el hecho de que estemos escogiendo, no sólo ahora, desde hace tiempo, políticos llenos de enredos y vainas cómo presidentes? Hablemos de Colombia y Estados Unidos.

 

Número uno. Yo de Colombia no opino porque uno tiene que ser respetuoso de las cosas y como yo no vivo allá, entonces lo que conozco de Colombia es lo que leo en el periódico, veo en la televisión y escucho en una que otra radio de Colombia. De manera que todo es de oídas. Además, no pregunto mucho a las personas que viven Colombia porque si en Estados Unidos estamos polarizados en Colombia están ultra polarizados.

Dependiendo de quien hables tienes una mirada y dependiendo del otro lado tienes otra historia. Para resumir, hace muchos años decidí no volver a opinar ni a participar en la política de Colombia.    

 

Y en la política de Estados Unidos hoy día, en últimas es mejor guardar silencio y simplemente lamentar que haya tantos millones de personas que le creen más a las redes sociales y a un tipo que les habla en un podcast, que tiene una agenda oculta, lava el cerebro y echa cuentos.

 

Yo creo que el problema del por qué estamos eligiendo a tan malos políticos para que asuman puestos presidenciales es por clásica ignorancia. Porque la gente hoy en día ya no se toma el trabajo de leer ni una estampilla. Porque la gente se queda con el titular del periódico o con el titular del noticiero de televisión, que usualmente son hechos por tipos que no saben hacer más nada por la misma razón que le comenté. Porque no tienen una profesión que les permita escribir ideas con profundidad.

 

Sumado a la ignorancia, las redes sociales se han encargado de potenciar las emociones en lugar de las razones. Así, pensamos más con el corazón, con sentimientos de rabia, e ira y menos con la razón. Creemos que el que más grita, dice más estupideces o habla más boberías, es quien realmente lo sabe todo y que nos va a ayudar a salvar el mundo, cuando ahí lo único que hay es teatro, cartón y mentiras.               

 

 

¿Cómo melómano y hombre que trabajó en discos CBS, Los Beatles, lo mejor que le ha pasado a la historia de la música?

 

Recientemente hablaba con mi esposa de este tema. Ella es una fanática de toda la música que venga del sur del continente. A ella le encanta Mercedes Sosa y dice que eso la conecta con la tierra de América y yo jocosamente le respondo que mi conexión raizal es con Liverpool porque allí nacieron aquellos cuatro muchachos que, para mí, cambiaron la historia del mundo y que son como el himno nacional porque esa es la música que a mí me gusta.

 

Yo conocí los Beatles cuando estaba muy pequeñito y la primera vez que escuché una de sus canciones fue en una emisora de AM que se llamaba Radio Fantasía que yo escuchaba por las noches en un transistor en Pereira.

Álvaro 'El Loco' Monroy quién era el que manejaba la emisora y viajaba mucho traía música en acetato y ponía Los Beatles y fue así como me enamoré de este grupo. Para mí el Pop inglés en general, pero artistas como los Beatles o Elton John, son fenomenales y han marcado mi vida.        

 

 

¿Y del reguetón qué opina? 

 

Para empezar, tengo una hija a la que le gusta el reguetón. Ella vive en Baltimore y no conoce a Colombia. Llegó siendo prácticamente una bebé a Estados Unidos. Pese a esto, me atrevería a decir que es la más latina de mis tres hijos. A mi hija, tengo que reconocerlo, la conquistó el reguetón. A los otros muchachos yo me encargué de meterles en la cabeza música como la de Led Zeppelin, Rolling Stones, Black Sabbath, Queen y otros, pero con mi hija me quedé corto y ella adora a Karol G y a un señor que se llama Bad Bunny.

 

Mi pensamiento del reguetón es el mismo. Para mí, eso no es música, no son letras, pero yo no me voy a poner a discutir con mi hija si eso es bueno o si es malo. Simplemente le sigo la corriente y al final terminé reconociéndole que el último disco del Bad Bunny tiene valores porque le rinde homenaje a la música de Salsa de Puerto Rico.

 

 

¿Qué diferencia haría de la manera de hacer radio entre Colombia y los Estados Unidos?

 

Yo trabajé en mi vida casi toda profesional la mayor parte en Caracol y mi paso breve por RCN. En aquella época cuando yo trabajaba y vivía en Colombia, obviamente era mucho más fácil trabajar la radio y lograr un éxito cuando usted tiene por detrás un gran respaldo de Compañías grandes como Caracol o RCN, donde hay gente que hace marketing, que maneja la pauta y hay un grupo de vendedores. En aquel tiempo Caracol y RCN manejaban prácticamente el mercado, por ende, todos los clientes querían estar en una o en la otra, o en las dos.

 

En los Estados Unidos el asunto es mucho más difícil porque la radio es fundamentalmente local. En aquellos tiempos cuando yo empecé en Caracol 1260, era una emisora de 10 kilovatios, luego a mediados de 2000, la aumentaron a 50 KW. El punto es que era muy difícil que Caracol invirtiera mucho dinero para hacerle competencia a las cadenas de radio que existen en Estados Unidos. Por citarle un ejemplo, una Cadena como Clear Channel, hoy en día iHeartMedia, tiene en Estados Unidos alrededor de 1700 emisoras y en Miami 6. Dos en AM y el resto en FM.

 

Nosotros en comparación éramos una islita muy pequeña con muy pocos recursos y así y todo logramos salir adelante. El problema sucedió cuando llegó Prisa porque los pocos recursos que había los eliminaron y al final terminó todo como ya se sabe.

 

Prisa nunca tuvo una puesta seria en Estados Unidos y nunca entendieron en mi humilde opinión, cómo se hacía radio en Estados Unidos y pretendieron importar de España sus formatos como Hoy por Hoy o la La Ventana, y estaban convencidos de que iban a pegar en Miami y lamentablemente la gente de la ciudad no tiene nada que ver con los oyentes en España y América Latina.

Aunque sean latinos se acostumbran a otro modo de vida y además aquí la radio se escucha fundamentalmente es en el carro. Si en el primetime de la mañana o en el de la tarde no hay un producto bueno se está muerto sencillamente.

 

En conclusión, es más difícil hacer radio triunfadora en Estados Unidos que en Colombia. 

 

 

¿Qué ha significado en su vida haberse convertido al judaísmo?                 

 

Yo creo que esa es una pregunta muy personal como lo he respondido en otras ocasiones. El tema de la religión o de las creencias debe ser un tema privado. Y yo creo que esa es una de las cosas que ha contribuido al enrarecimiento y a la polarización que tenemos aquí en Estados Unidos y en Colombia, donde pensamos que la religión debe tener un papel preponderante en la sociedad y que un lado de la religión le puede imponer la religión a los otros.

 

Yo me quedo con el judaísmo en donde he encontrado un espacio de justicia social, donde se respetan las minorías. Yo asisto a una sinagoga donde mi rabina principal es una mujer, donde quién oficia la liturgia es una cantora, donde se hacen bodas gais con respeto y compromiso. En el judaísmo he encontrado una manera de aproximarme a la sociedad que me gusta mucho porque es incluyente y diversa.

 

Debo decir que el judaísmo no es perfecto. Una cosa es ser judío y otra cosa es ser israelí. Yo amo a Israel porque es un país lindo, precioso, porque además es donde los judíos tenemos nuestra atadura, donde ha ocurrido la historia de 5 mil años. Amo a Israel como pueblo y al país como un país de gente normal. Pero no estoy de acuerdo con cosas como las que hace Benyamin Netanyahou, o el estado de Israel como ente político. La gente infortunadamente tiende a pensar que somos lo mismo todos los judíos que el estado de Israel y es por eso por lo que pasan las cosas, que ojalá algún día tengan un cambio. Que nos vean distinto, no como una amenaza. Somos muy pocos. Somos 15 millones de judíos en el mundo de los cuales 9 millones y medio viven allá.

 

El judaísmo es un estilo de vida, una actitud de vida y no se basa ni en creencias, milagros ni cosas sobrenaturales, es una manera de vivir la vida y la Torá que es nuestro libro en donde esta condensada la sabiduría desde hace 5 mil años es nuestro manual de vida.             

 

Me he dado cuenta de su buena amistad con Alejandro (Q.E.P.D.) y Andrés Nieto Molina, los hijos de Julio Nieto Bernal, leyenda de la radio colombiana. ¿Qué tanto afecto la muerte de Alejandro Nieto Molina para la radio?

 

Alejandro Nieto y yo somos contemporáneos en la radio colombiana. Lo que yo hacía en la VP de Producción de Caracol, lo hacia el en RCN.

Su fuerte era ese, aunque comenzó frente al micrófono, pero rápida y astutamente comprendió que su camino era el de ejecutivo.

 

Me lo encontré en la vida en muchas instancias. En Prisa cuando lo nombraron Director de Contenidos y yo estaba en Caracol Miami. Luego de haber pasado por la dirección General de la SER ya su mirada iba más allá de Colombia.

 

Sin duda, sus ideas hubieran revitalizado a Univisión Radio y a la radio en español en USA. Buen tipo, buen amigo. Así como su padre Don Julio Nieto Bernal con quien también tuve una bonita amistad.

 

Andrés, si le heredó a su padre el animal de radio. Para mí ha sido el mejor DJ de Colombia, por encima de reconocidas figuras en ese campo. Además, dueño de una voz preciosa y muy comercial.

 

 

¿Por qué insiste en que la industria de la radio está languideciendo?

 

No. Yo voy más lejos. La radio murió. Por una razón sencilla Germán. La radio se murió el día que un señor que se llamaba Steve Jobs se paró en un pódium en Apple, sacó del bolsillo una cajita y dijo que en esta cajita había recopiladas unas dos mil de canciones. Esa cajita era el iPod y con él murió la radio y la musical.

 

La radio musical tenía dos problemas grandes. Uno, era que obedecía a la dictadura del programador. O sea, si al programador no le gustaba la canción X, pero le gustaba la canción Y, nos ponía durante todo el día, la canción Y.

Y resulta que muchas veces la canción X, era mejor que la canción Y.

 

Luego aparecieron unos funcionarios que, representando a las disqueras, pero más a los artistas, comenzaron a pagarle al programador para que pusiera en sus listas de la emisora la canción Y, veinticinco veces al día, y desapareciera la canción X, porque no era por la que le estaban pagando. Esto es lo que conoce como la famosa Payola. Cuando aparecen aparatos como el iPod o el iPhone o plataformas como Spotify y demás, se puede escuchar la música que uno quiera y a cualquier hora, uno se convierte en el programador de su propia música.

 

Lo mismo ocurrió con la televisión cuando comenzaron a llenarlo de una cosa que se llamaba realitys donde el presupuesto para su realización no es alto, además las telenovelas y películas de policías y ladrones pasaron de moda. Cuando aparecen el streaming nos damos cuenta de que hay otras cosas en el mundo, otros cines, otras miradas, y nunca más optamos por la televisión abierta.

 

En la parte de la radio hablada, la radio comenzó a llenarse primero de brujos y más brujos. Después de programas pagados para hablar de un producto para que la gente comprara pendejadas. Luego los que hacían los noticieros en su gran mayoría se dedicaron a hacer una especie de relaciones públicas de negocios y políticos, que sabemos, que les pagaban por debajo.

 

Es de conocimiento de gente muy importante que anunciaba la construcción de un edificio en equis ciudad (porque le estaban pagando). Tiempo después la noticia de que el edifico estaba en quiebra total y al señor al que le habían pagado para que lo anunciara nunca más volvió a hablar del tema.

 

La radio se acabó por eso. Por física falta de contenidos. De gente que se prepare para hacer radio. La radio musical está llena de un grupo de guacarnacos que tienen unas voces horripilantes hablando tonterías y apostando a ver quién es el más grosero y ordinario.

 

En Estados Unidos siempre existía una radio que se escuchaba en el carro y ya nadie la escucha. En Colombia un país que todavía tiene limitantes en donde una buena parte de su población no puede pagar internet ilimitado, todavía le quedan unos estertores de vida a la radio. Y el podcast, no es radio porque pierde lo más importante que hace a la radio que es en vivo, en directo e instantánea.                        

 

 

¿Para usted entonces no aplica aquello de que la radio está mutando a otras maneras como consecuencia de las nuevas tecnologías?

 

No. Habrá otra clase de cosas. La radio es instantánea, local y en vivo. Todo lo que sea grabado o atemporal, no es radio. 

 

 

¿No cree que esté siendo bastante radical con sus opiniones sobre el futuro de la radio cuando hay quienes creen y se siguen ilusionando con ser parte de esta industria?

 

Hombre Germán, yo no creo que pueda tener argumentos para cambiar mi pensamiento y las señales están ahí. Si la gente no las quiere ver, ya es complicado, pero empecemos por el final de los tiempos.

 

Hoy ya hay estaciones de radio absolutamente completas donde no hay la mínima intervención de un ser humano. Donde simplemente han programado la inteligencia artificial para que combine la música, pero además tiene unas voces sintéticas que uno difícilmente las podría distinguir de las voces naturales. Quizás hace unos años sonaban todavía robóticas pero las voces sintéticas de hoy en la radio podrían pasar perfectamente como las de los seres humanos haciendo el papel de DJ, leen las noticias, el informe del tiempo y el informe del tráfico, todo esto vigilado por un técnico.

 

Más atrás, la radio ha perdido lo que era su auténtica y real fortaleza. En vivo. Cada vez la radio es menos en vivo, menos inmediata y raramente hace un servicio a la comunidad y ni que decir de los que hablan por la radio. Los que se enfrentan al micrófono. Pareciese que la competencia fuera quien es el más ordinario, más rústico, más grosero, más ignorante y quien el menos informado, porque las cosas que uno oye hoy día en la radio son lamentablemente para llorar, para sufrir.

 

La verdad, yo sí sigo pensando que la radio es un tema que ya trascendió o que cumplió un ciclo y que ya no tiene mayor futuro. Y finalmente, la cereza del pastel. La radio al menos en Estados Unidos que es en donde yo vivo hace casi 30 años perdió su papel preponderante que era en el carro. De manera que la radio, repito, está en sus estertores finales, pero para mí yo ya la considero muerta.

 

Finalmente, la radio la asesinaron sus propios dueños. Si quienes la hacen, no la respetan porque no respetan a sus oyentes, los dueños de las estaciones de radio fueron los que finalmente le pusieron la puntilla al ataúd porque para ellos la radio se convirtió en un simple y llano negocio en el cual no hay que invertir un peso, en el que hay que contratar los 'talentos más baratos del mercado', y donde no hay que arriesgar absolutamente un dólar, un centavo, en hacer una promoción, un servicio a la comunidad en nada. Los dueños de la radio que usualmente son los ejecutivos que nunca en su vida han hecho radio o que jamás se han sentado frente a un micrófono o una consola, toman las decisiones para destruir lo que otros que si conocían construyeron durante muchos años.                

 

 

¿En ese orden de ideas que fue la radio para Carlos Cataño Martínez?

 

La radio fue una cosa muy linda de la que viví muchos años y que era muy divertida de hacer. Donde conocí gente muy valiosa, donde se le hizo algún tipo de servicio social a la gente que nos escuchaba, acompañándola y alegrándola. La radio tuvo un momento importantísimo y fue muy buena pero ya es una bonita historia y hay que tenerla ahí para el recuerdo.        

 

 

Muchas gracias.

Muchas gracias por tener ese detalle de acordarse de algo que haya hecho alguna vez en la vida en estos negocios. Es gratificante que de alguna manera lo recuerden a uno y le reconozcan cosas. Uno tiene su vanidad también.    

 

 

"La verdad, yo sí sigo pensando que la radio es un tema que ya trascendió o que cumplió un ciclo y que ya no tiene mayor futuro." 
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Carlos Cataño Martínez en compañía de los hermanos Alejandro (Q.E.P.D.) y Andrés Nieto Molina. Florida, 2013. 

 

 

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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