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Pato Borja: “Yo creo que aquí comienza otra etapa en mi vida.”


Pato Borja. Foto Montaje Archivo Personal.



Cuando me sugirieron la tarea de entrevistar al hombre de medios ecuatoriano, Patricio Pato Borja, debo reconocer que no tenía idea de quién se trataba, pero una vez aceptada la recomendación me puse en la tarea de investigar y admirado quedé con su historia y más sorprendido aún fue muy agradable escuchar su amabilidad y exquisito tono de voz, registrados a través de la línea telefónica.


Pato Borja, como se le reconoce en los medios en Ecuador, se inició en la radio desde muy temprana edad, se hizo publicista y grandes canales de televisión como Gamavisión, TC Televisión, Ecuavisa y Teleamazonas, reconocen su talento y profesionalismo.


Gustavo Gaitán Thornee, periodista colombiano radicado en Ecuador, considera en él un gran personaje, con desbordante creatividad y mucho humor, que transformó los formatos musicales y deportivos en este país.


Recientemente Pato Borja anunció a todos sus seguidores que no volverá a la radio. Doce años alejado de los medios por diversos factores, resumen el por qué de su decisión. Para este artista de la voz, su decisión como él lo explica, no es un retiro porque no se imagina como tal y seguirá con fe, entusiasmo y muy activo desarrollando sus planes y proyectos porque como aquella frase que se le atribuye al increíble Charles Chaplin: La vida puede ser maravillosa si no tienes miedo de ella. Todo lo que se necesita es valor, imaginación…y un poco de coraje.




Por: Germán Posada



¿Quién es Pato Borja en la radio de Ecuador?

Un oyente que se hizo radiodifusor desde muy temprano. Yo creo que desde niño sentí el llamado de este oficio y lo hice mi profesión apenas pude gracias a una feliz casualidad.

Pero la radio cambió. Lamentablemente en Ecuador la radio se ha transformado en cero, por el hecho de abaratar costos los empresarios radiofónicos lo que hacen es enseñar a manejar los equipos y en un día te sueltan y te liberan la posibilidad de conducir un programa de radio y después en muy poco tiempo hablar abriendo un micrófono. Hoy es prácticamente un hooby para la mayoría de la gente que trabaja.


¿Es verdad qué se inició en la radio a la edad de 14 años y qué le pagaba a unos primos para que le dejaran poner canciones en Radio Cordillera?

Así es. Unos parientes compraron una radio y mis primos mayores comenzaron a trabajar y hay una anécdota que se quedó sembrada y es que para yo poder aprender tenía que pagarles a mis primos una cierta cantidad para que me dejaran trabajar porque era muy pequeño y ellos no confiaban en mi capacidad de resolver un tema tan delicado ya que en ese tiempo había demasiada responsabilidad con los dueños, con la audiencia. Yo era un estudiante de secundaria y no sabía absolutamente nada pero me dediqué mucho a aprender de música y a enriquecerme en cultura general.

En ese entonces lo que hacía era programar música de ocho a doce de la noche y llegué a tener problemas en la escuela porque mi rendimiento bajó, de hecho mi padre hasta me sacó de la radio.

A los quince años participé en un casting y me escogieron como la voz de Gamavisión uno de los cuatro canales más importantes al aire que tenía Ecuador en ese momento. Así comencé a trabajar en una de las estaciones más fuertes en el país. Era la única radio que cubría una cobertura a nivel nacional. Me metí a dirigirles a los muchachos que programaban y mis sugerencias terminaron siendo muy exitosas para el manejo de la radio y el dueño de la estación me ofreció ser el director de la radio cosa que para mí fue un sueño hecho realidad. Por el éxito que tuve me llamaron de un par de radios más para proponerme hacer lo mismo en otras ciudades, pero lo que no se imaginaban ellos era que era un menor de edad que aún viví con sus papás. Todo esto era bastante gracioso.



¿En qué momento considera se hizo un profesional de la radio?

A los quince como director y detrás de un micrófono a los dieciséis. Paralelamente me iba formando como publicista. A los 17 me llevaron a hacer una pasantía en Argentina y comencé mi carrera como creativo publicitario y de allí en adelante comencé a manejar mis tres frentes que eran radio, televisión y publicista. Prácticamente yo revolucioné los conceptos en mi país tanto en la radio como en publicidad.


¿Por qué Pato Borja revolucionó la radio en Ecuador?

Por dos grandes razones. Primero, el hecho de que yo estaba enamorado de la radio y segundo, hice radio desde la prospectiva del oyente. Yo era muy joven y los locutores eran demasiado formales y yo no sentía ese feeling de satisfacción en lo que yo esperaba escuchar en un programa de radio. Poco a poco fui diseñando nuevas alternativas desde el sentir de un oyente.


Usted ha manifestado haber aprendido con la radio y a la vez evolucionado con ella. ¿Cuál ha sido esa evolución de Patricio Borja con la radio?

El ser sensible con los problemas de la sociedad para la cual trabajaba. Muy respetuoso con todas aquellas necesidades que desde la comunicación había que satisfacerlas y ser solidario. Me importó muchísimo siempre la gente para la que trabajaba, que era mi público y es por eso que poco a poco nos fuimos forjando un relación que en ese tiempo era muy difícil puesto que el locutor y el conductor de televisión eran siempre lejanos al punto que se auto reconocían como unas estrellas y la gente los veía de abajo para arriba, yo en cambio llegué a proponerme como uno más.

Yo comencé a abrir mi vida en esa parte, que si puedes compartirla, y lo que fundamentalmente trataba de ser era empático con la gente para que sintiera que el medio de comunicación le pertenece y que el ejercicio de comunicarse únicamente se consolida si el receptor comienza a generar su propio feed-back.



¿Por qué se retira de la radio?

Yo he sufrido una persecución por parte de gente que ha tenido mucho poder. Y como lo mantuve en silencio y ahora lo he expuesto un poco a la opinión pública nadie se imagina lo que es en mi caso en particular doce años no poder haber trabajado en lo que tanto amé, me encantó trabajar y en lo que me hice bueno.

Tuve un par de oportunidades con ofertas laborales en el exterior. En España televisión y radio en Argentina y Estados Unidos (Los Ángeles). Pero un trastorno depresivo que me duró tres años provocado precisamente porque me quitaron mi radio en el gobierno anterior, me hizo no aceptarlas. Yo siempre mantuve la esperanza de que aquí fuera a poder recuperar mi trabajo que me costó muchos años. Esa esperanza positiva se tornó en enfermiza y no pude pasar al siguiente nivel.


Después de un año muy difícil en el que estuve enfermo de COVID-19 y un problema de peritonitis, fue mirar dos veces tan de cerca la muerte que me hizo pensar en que estaba haciendo después de tantos intentos y de pelear por volver y no haberlo conseguido. Tuve que reconocer que había perdido y la vida nos va planteando otras alternativas que yo no las veía antes y para finalizar el año concluí que se cerraba mi etapa de radiodifusor, de comunicador, contador de historias, de radio, de cerrar la página y comenzar una nueva historia. Uno tiene que ser inteligente y sensible.



Hace 4 años le pidió a través de las redes sociales ayuda al mismo presidente Lenín Moreno, ya que reclamaba el hecho de que le habían quitado unas frecuencias injustamente. ¿Qué pasó con este reclamo?

Nada. El poder político es tan corrupto como en cualquiera de nuestros países y posiblemente en la mayoría del mundo.

Yo pensé encontrar apoyo del nuevo presidente con quien en varias ocasiones me había reunido por invitación suya cuando él era vicepresidente en tiempos en los que yo era el conductor del noticiero más importante de uno de los canales de televisión más importante, toda la casta política estaba detrás de mí. Mi radio era consolidada la número 1 en sintonía a nivel nacional.

Era la nueva protesta de comunicación y me la quitaron aún teniendo una herramienta que es una acción de protección constitucional que la emite la Corte Constitucional siendo este un estado constitucional que se rige por las leyes de una constitución que como última instancia no permite que ningún reglamento vaya por encima de lo que manda la Constitución. Y por sobre ese instrumento se agarraron y nos cerraron la radio y revirtieron las frecuencias por las que yo transmitía. La persecución duró dos años en el aire y de allí en adelante yo no pude ni volver a hacer publicidad ni radio.



¿Y en estos 12 años que han transcurrido no ha podido hacer nada en los medios?

Tuve una temporada de un año en televisión haciendo un show en Gamavisión, realizando entrevistas pero lastimosamente problemas familiares me impidieron su continuidad. Hace unos cinco años en la ciudad de Ambato, logré hacer tres de radio pero le quitaron la radio a la persona con la cual había acordado mi participación.

Compré la transmisión para Ecuador del show argentino Showmatch con Marcelo Tinelli, para mi gusto el mejor programa de televisión de toda Latinoamérica, compré la temporada y renté el prime time de Gamavisión en horario de siete a nueve de la noche, pero justo llegó un levantamiento indígena a las dos semanas de estar con el programa y todo el mercado publicitario se fue al piso. Luego vino la pandemia sin anunciantes complicándose todo.

Han sido años de fracasos económicos. Yo he tenido que financiarme para poder trabajar en mi país, ahora me voy a dedicar a otras cosas.



¿Por qué resulta tan difícil tener una frecuencia de radio en Ecuador?

Siempre ha habido por llamarlo de alguna forma, digamos que una mafia, no estamos hablando de grupos criminales como la mafia Siciliana, de la Camorra, de La Cosa Nostra, pero si grupos que se adjudicaron los espacios tanto de radio como de televisión.


Yo fui un muchacho que comenzó muy temprano, que revolucionó esto en tiempos en los que ser creativo era un pecado tanto que a uno lo llaman loco. Pero los empresarios nunca me reconocieron como ellos y no pasé a ser otro empresario más, pero digamos que esto me gustó porque siempre he sido muy contestatario, me ha encantado hacer las cosas de diferente forma. Me ubiqué en una especie de limbo porque dejé de ser empleado para pasar a no ser empresario. Los empresarios que eran dueños de las frecuencias no te permitían entrar y en un momento en 1996 en la presidencia de Sixto Durán, se triplicaron las frecuencias de FM pero resulta que no nos dieron a quienes amábamos el tema de la comunicación sino que utilizaron como moneda de cambio a los políticos, estos descubrieron que con un medio de comunicación podían eternizarse en sus funciones y escalar a través del voto popular.

El gobierno central fue muy dadivoso con las frecuencias para ellos pero por su desconocimiento esto les comenzó a ser bastante complejo y con el tiempo las fueron vendiendo y el que tenía la plata se las compraba. Y fue así que comenzó un mercado negro que estaba fijado en las leyes de la especulación. Para la época lo que podía valer dos o tres mil dólares, hoy puede equivaler a un millón de dólares. Entonces para uno que no es político y menos millonario sino un artista que se ha dedicado toda su vida a servirle a la gente desde un micrófono, resulta imposible sacar una cantidad de dinero de contado ya que no hay lugar para solicitar préstamos ni nada por el estilo.


Nosotros crecimos en aquella clase media tradicional de valores en donde nos enseñaban desde chiquitos que robar es malo. Pero no ha de faltar el que sale torcido y se hace político llevándose todos los recursos de los países que nos administran tan trágicamente.


Yo amo y seguramente amaré la radio.

Pato Borja.



Su audiencia y colegas que le tienen aprecio coinciden en qué no debe retirarse porque tiene mucho que ofrecer. ¿Qué les dice?

Yo estoy agradecido fundamentalmente con mi audiencia. La gente a través de las redes me ha manifestado su cariño y fíjate que 12 años de no estar al aire constantemente te mata, te anula, te desaparece. Pero a mí la gente se me ha acercado, me ha hecho sentirme querido y útil dentro de mi paso como profesional por los medios de comunicación.

Y para los pocos colegas que han tenido la generosidad de reconocerme, solo tengo cariño para ellos.

Pero el tema económico es fundamental. Lastimosamente en mi vida tuve que hacerme empresario de los medios de comunicación a la fuerza porque fui muy explotado en mis primeros años. Me di cuenta que generaba mucho y recibía en cambio muy poco. Comencé a desarrollar negocios personales en donde invertía más de lo que ganaba pero llegó un momento en el que después de haber perdido tanto dinero he replanteado las cosas ya que vamos caminando hacia una etapa en donde ya no vamos a ser tan lucidos como ahora y la verdad sea dicha debo mucho dinero.


¿Al parecer México y España están dentro de sus planes a nivel profesional?

Voy a golpear las puertas de las personas que me llamaron en algún momento pero no me voy en plan de buscar trabajo. Voy con el propósito de invertir y sacar a adelante un par de proyectos en los que he venido trabajando desde el año pasado y todo va enfocado en tele ventas y medios digitales.


Para usted la radio es una vocación mientras que la televisión es un complemento. Por qué está en su vida primero la radio?

No me va a creer Germán, pero yo a los seis años ya estaba borrando todos casetes magnetofónicos de mis primos y cada vez que los visitábamos eso era lo que hacía. A esa edad cuando aún no tenía una grabadora, ya tenía una fascinación por descubrir el mundo de la radio.

Nunca en esos años la televisión me atrajo tanto como la radio. La fantasía, el poder que tenía en mi propia cabeza con esos sonidos que escuchaba fue lo que me tomó de la mano y me guió para hacer quién fui y para ser quién me fui reconociendo como ser humano y como profesional que han sido dos aspectos que van de la mano conviviendo sin poder prescindir el uno del otro.


¿Cómo le fue en esa faceta como empresario del espectáculo? ¿Es verdad que fue usted quién coordinó la visita de la legendaria agrupación Village People a Ecuador?

Sí, lamentablemente esto nunca se dio. Yo compré unas tres presentaciones de Village People para el Ecuador pero la persona encargada de negociar con los artistas agarraba la plata que yo le daba como anticipo y nunca pagaba a los artistas razón por la cual no vinieron. Yo hablé directamente con el representante de ellos y me explicaron las razones por las cuales jamás viajaron.

Esto fue en 2010 y por esa época al haber perdido mi radio y sin forma de difundir el evento, hice creo que por primera vez en Latinoamérica, una campaña en redes sociales y canales de cable. Nadie anunciaba en Fox ni ESPN, y yo compré los espacios para poner banners de 10 segundos con locución anunciando la llegada de la agrupación. Para aquel entonces nunca habían anunciado un evento artístico en Fox.

Pero por lo que hizo aquella persona, que judicialmente pagó por ello, no vinieron, yo me vine a enterar de lo que había sucedido, dos días antes del concierto.



¿Por qué en el colegio lo llamaban Barry White?

(Jajajaja) En realidad, no era en el colegio. Era una modelo sueca muy famosa que vivió acá en Ecuador y de la cual yo me enamoré. Yo era todavía un adolescente y cada que me la encontraba impostaba la voz y a ella le gustaba y yo me sentía en la gloria. Además yo era súper fan de Barry White a quién comencé a escuchar por intermedio de un primo (qepd). Mi voz cambió desde los quince años alcanzando este tono de tenor que tengo.


Se le reconoce como un gran melómano pero me hay géneros musicales que no le van, por ejemplo el vallenato. ¿Por qué?

¿Sabe qué a mí no me gustaba la música popular? Yo fui un bebedor tardío porque me hice bebedor social a los 24 años. Mis amigos eran bien borrachos y a ellos sí les gustaba. En una visita de un ex compañero de colegio que estaba estudiando en la universidad en los Estados Unidos le organizamos una bienvenida en una hacienda y un grupo folclórico cantó en vivo y con ellos nos fuimos a llevarles serenatas a todas nuestras novias de casa en casa y fue justamente ahí cuando descubrí la riqueza de la música popular.

Lo que yo consumía hasta mis 19 años era solo música en inglés, yo lloraba con If you leave now de Chicago, me ponía sentimental con I go crazy de Paul Davis y con Sorry Seems To Be The Hardest Word de Elton John, cosas de los 70s y que no eran cosas mías porque mi adolescencia pasa en los primeros 80s. El Disco Music fue definitivamente lo mío. El Soul, el Rhythm and blues, el Blues, fueron parte de todas las bandas sonoras de mis historias.



¿Y qué nos cuenta de su banda El Ejército de la Liberación de la Vagina?

Una linda experiencia. Tuvimos una canción que pegó en España con una letra muy divertida. Yo tenía una radio y me habían estafado mis socios y me quedé sin nada. Entonces esta fue otra depresión. Mis radios son como mis hijos.

Para tomar otro aire mi mujer y yo nos fuimos de viaje y a nuestro regreso en una mañana cualquiera estaba mirando la televisión y escuché a un cantante de música popular muy desafinado en una presentación en vivo. En ese momento me pregunté qué hacía yo quejándome porque no tenía plata cuando ese señor con tan poco talento estaba haciendo todo el dinero del mundo. Yo he vivido algunos pasajes de mi vida en Argentina y estoy muy familiarizado con la cultura del sur. Apoyándome en la influencia del Cuarteto Cordobés, me fui con mis amigos músicos para allá y grabamos un disco y le puse el título de El Ejército de la Liberación de la Vagina, para ese entonces era toda una sensación, no había una banda con un nombre tan absurdamente largo y tan absurdo de por sí (jajaja).

Recuerdo que en mis entrevistas daba explicaciones muy graciosas del por qué de ese título. Reclamaba por el feminismo. Nos presentábamos con una banda feminista, que protegía el concepto intrínseco de la virginidad sin el himen, era dar la voz a un órgano sin voz La gente disfrutaba mucho de esto. Algún día nos llamaron de España para contratar nueve presentaciones en Madrid. Le cuento que yo he animado frente a 50 mil personas en el estadio Atahualpa en Quito en la antesala de los partidos de la Selección ecuatoriana en eliminatorias y me resultaba más difícil cantar frente a mil o dos mil personas.

Hicimos 50 mil discos, tuvimos presentaciones con lleno total en Madrid y en Ecuador pero conseguí una frecuencia de radio y esto para mí era sagrado y abandoné mi carrera en la música incluso ganando más que en la radio. Yo amo y seguramente amaré la radio.



Volviendo al tema de su retiro leí que perdona hasta a sus enemigos pero no a usted mismo. ¿No está siendo demasiado fuerte con usted mismo?

Es que uno tiene que ser así. O sea, lo más difícil es perdonarse por tanto error cometido. Qué puedo decir a estas alturas, ahora que he superado tanto de mi etapa depresiva, que la estoy exponiendo y la estoy comentando porque en este proceso de autodescubrimiento he dejado de lado lo de creerme autosuficiente.

Me decía que si era el motivador de una ciudad ó de un país, era absurdo de que estuviera deprimido y esto lo deja a uno indefenso frente a una enfermedad que es como la gripe. El tema de los trastornos mentales es demasiado estigmatizado, la gente no se abre para reconocerse y la ayuda de un profesional es fundamental. Socialmente se tiende a menospreciar a quién está pasando por una depresión que es tan fuerte de llegar al punto de superar ese sentimiento de miedo y de temor por la muerte a través del suicidio.

Creo que es necesario que todos los gobiernos le presten más atención y consideren la salud mental como parte importante de las políticas de salud pública. Es tiempo de que al depresivo no le tengan compasión, lo que necesita es ayuda, solidaridad, necesita que alguien le diga: te siento mal, vamos al médico.


¿Supo de la muerte del reconocido locutor colombiano Andrés Salcedo?

Sí, qué pena! Yo era su fan. El fue mi compañero de las tardes de los sábados cuando pasaban aquí el programa llamado Telematch en los tiempos aquellos cuando en Ecuador las grandes voces eran graves e imponentes. En Andrés Salcedo escuchabas una voz lindísima. Era una voz que se adaptaba, que te generaba conciencia y que te hacía sonreír. Cuando me hice profesional lo quise localizar durante muchísimo tiempo para que identificara mis radios y nunca tuve la suerte de contactarlo. Yo no veía los partidos alemanes realmente porque me interesaran sino por escucharlo a él. Cuando me dijeron que había fallecido me entristecí. Me parece, y puedo equivocarme, pero creo que la voz de Andrés Salcedo ha sido la voz colombiana más internacional del siglo XX.

A propósito cuando escucho al periodista Tito Puccetti es como si escuchara a Andrés Salcedo, es el mismo estilo. Creo que para Tito Pucetti, Andrés Salcedo pudo haber sido esa figura a la que él quiso emular, fue ese ídolo al que todos llevamos en nuestros inicios. Su estilo no es gritón como es común en una gran mayoría de los locutores deportivos.

Que Dios tenga en la gloria a Andrés Salcedo, creo que mucho más en Colombia y mucho más en toda Latinoamérica los de mi generación pudimos escucharlo en los tiempos en los que la televisión alemana llegaba a nuestras pantallas.


¿Alguna esperanza para su audiencia de qué el Pato Borja volverá renovado en 2022?

Cuando ya sea viejito mí querido Germán. De seguro cuando esté en una playa manejando un pequeño yate voy a divertirme haciendo una o dos horas bajo esa circunstancia. En algún momento voy a hacer algo que se parezca a la radio pero sin importar cuanta gente me escuche como al principio. Si me escuchan una o dos personas, es igual.

Yo creo que aquí comienza otra etapa en mi vida. Me toca aprender a especializarme como un empresario y a ganar con mis ideas. Yo soy creativo y me voy a dedicar a eso. Creo que tengo una década para hacerlo, no para retirarme porque no soy un tipo que me imagino retirado. Es seguro que voy a encontrar una forma de divertirme trabajando y lo voy a hacer.

La comunicación no la voy a abandonar nunca. La radio sí. Ya creo que cumplí con lo que pude. Además por la calidad de lo que se está haciendo hoy en radio ya no me representa ni un reto ni un desafío. No me genera ninguna expectativa.



Muchas gracias.

Muchas gracias a ti. Gracias por el tiempo y feliz año.


Yo soy creativo y me voy a dedicar a eso.

Pato Borja. Foto Montage Archivo Personal.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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