top of page

“No me arrepiento de haber renunciado al sacerdocio”: Cristian Jaramillo

Updated: Mar 23, 2020

Cristian Jaramillo es un joven Colombiano que desde muy pequeño emprendió el camino de servicio a la Iglesia, durante su recorrido entendió que su destino no era este y decidió abandonar su deseo de convertirse en sacerdote.

Su experiencia de varios años en el Seminario, sus razones para abandonarlo, su fé en Dios, lo que piensa del Papa Francisco, de la iglesia católica y los cambios en su nueva vida, muy amablemente me los compartió  en esta entrevista.


Cristian Jaramillo. Foto Archivo Personal.



Por: Germán Posada


G.P.: ¿Por qué quiso ser sacerdote?

C.J.: La verdad es que ni ser acolito me gustaba. Mi gusto por ser sacerdote era muy vago. Realmente fue más curiosidad porque uno a los 11 años no es que tenga las cosas muy claras en la vida, tenía un primo que era sacerdote y me causaba curiosidad estar en un Seminario.

G.P.: ¿Cuando tomó la decisión de irse para el seminario?

C.J.: Cuando tenía 11 años entré al seminario menor de la Congregación Los Legionarios de Cristo  con el permiso de mis papas,  ellos no querían pero al final aceptaron y en el último grado de secundaria decidí irme al seminario mayor y fui enviado a Brasil, allí estuve durante 5 años.


G.P.: ¿Cómo fueron esos años durante el seminario?

C.J.: Básicamente consta de una primera etapa con  mucha oración y adoración, todo es muy enfocado en lo espiritual y acompañado de mucho ejercicio y deporte. Aprendemos entre otras cosas, teología, latín y griego. Luego una segunda etapa  que es el noviciado y humanidades que es cuando uno profesa los votos de pobreza, castidad y obediencia por tres años, en esta etapa hay menos oración y se realizan estudios que pueden denominarse como profanos y mundanos como lo es la historia del arte.


G.P.: ¿Cuanto le faltó para haber sido sacerdote?

C.J.: Me quedaron faltando tres años de filosofía, tres de pastoral y tres de teología. La formación en la Congregación Los Legionarios de Cristo en donde estuve es de 16 años. El objetivo allí es que el sacerdote sea una persona muy bien preparada.


G.P.: ¿Por qué renunció?

C.J.: Creo que mucha gente se enteró de lo que pasó con su fundador quien resultó ser  un pedófilo y además tenía varios hijos con varias mujeres. Además se supo que era un estafador Todo esto creo desestabilidad en el seno de la Congregación. Yo me sentía tranquilo porque en el fondo yo seguía los pasos de Cristo más no de su fundador. El Papa esta delegado para hacer una revisión al interior de esta Comunidad.  Formábamos parte de una Congregación edificada en una mentira.


G.P.: ¿Aún sigue siendo un hombre de fe? C.J.: Yo aprendí mucho. Tome todo lo positivo que pude aprendí allí. Soy creyente, creo en Dios. Tengo que aceptar que nos mintieron. En lo personal sigo siendo un hombre de fe, creo en Dios pero lastimosamente si perdí la fe por la Congregación.


G.P.: ¿Qué piensa de los muchos casos de pedofilia de los cuales son protagonistas tantos sacerdotes?

C.J.: Personalmente pienso que la iglesia está compuesta por humanos por lo cual siempre habrán fallas. Es una institución divina porque la creó Cristo pero está constituida por seres humanos. No estoy de acuerdo es que por cierta prudencia o el bien común se hayan ocultado por tanto tiempo estas anomalías. Pienso que se debería aplicar mucha justicia que es lo que ha faltado en toda su historia. Creo que es mucho más grave que un sacerdote o una persona de Dios hagan una cosa de estas siendo en la tierra un representante de Dios que debería estar dando un buen ejemplo de lo que está representando. Si esta persona quiebra ese tratado divino que hizo con Dios es muchísimo más grave. La pedofilia es un crimen que ni religioso ni persona laica puede hacer. En el caso de la religiosidad me parece que si una persona no es lo suficientemente fuerte ni emocionalmente en cuanto al sexo, como por ejemplo personas que conozco que son capaces de suplir esta necesidad ejercitando disciplinadamente su cuerpo con deporte, deberían cuestionarse y decir no a la condición de ser religioso y desistir de seguir en este camino.


G.P.: ¿Los problemas de la iglesia comienzan por sus altos Jerarcas?

C.J.: Creo que esta problemática se refleja en mayor proporción en los sacerdotes. Aunque en la alta jerarquía de la iglesia se presentan muchos errores ellos están mucho mejor preparados y mejor seleccionados. Pienso que el problema que tiene la iglesia en la actualidad es la falta de formación y que debe comenzar en los seminarios cuando al ver que una persona tiene problemas de desestabilidad emocional no forzarla para que continúe si no encausarla a otro camino porque esto no tiene nada de malo.


G.P.: ¿Los sacerdotes católicos deberían ser casados?

C.J.: Este es un tema en el que últimamente he pensado y reflexionado bastante. Pienso que no tiene que ser una pareja como tal aunque si se pudiera sería muy bueno. Desde que se fundó la iglesia el Papa Clemente V no lo aceptó y prefirió el celibato. Me parece que la iglesia debería comenzar a ser menos rígida al interior de sus congregaciones. Considero que debería enseñarse a tener un trato natural con la mujer porque muchas veces el sacerdote una vez ordenado después de una formación en el seminario en donde no se le permitió contacto alguno con una mujer, enfrentarse al sexo opuesto puede acarrear situaciones embarazosas con las consecuencias de conocimiento. Debo añadir que en la iglesia católica del rito oriental los sacerdotes se casan y no hay problema. El hecho de no poderse casar es una regla muy latino romana.


G.P.: ¿Qué piensa del Papa Francisco?

C.J.: Muy sinceramente yo diría que por fin se está haciendo un trabajo positivo en la iglesia. Es una persona humilde que está trabajando con sinceridad pero siento un gran temor al punto de hasta pensar que el pueda ser asesinado. El está en contra de la opulencia en la que viven algunos miembros de la iglesia y de las anomalías que a través del tiempo se han ido arraigando e institucionalizando a través de todos los Papas y llega un Papa sencillo, pobre, un -Francisco de Asís- que viene a gritarles todos los escándalos y a decirles “esto no es así, debemos ser sencillos, lo importante es la misericordia, el perdón, la iglesia es de los pobres, de la gente”, todo esto choca frente a una sociedad que está muy desviada de la realidad. El está tratando de demostrar que el verdadero sentido de la iglesia es que cuando la crearon era pobre, una iglesia que llegaba al corazón humano, no al dinero, que ha sido el error que se ha cometido a través de la historia desde el siglo XVI. Pienso que él tiene mucha voluntad con muchas ganas de hacer las cosas pero no lo están dejando con las mismas artimañas que se  han creado desde hace muchos años.

C.J.: Creo que los tiempos han cambiado, y los momentos donde ideas como tal pudieran llevarse a cabo han quedado atrás. Sin embargo pienso, que con la labor del actual Papa y su espíritu fresco y de reforma, puede haber entes tanto dentro como fuera de la Iglesia, que se escandalicen o quieran quitarlo del camino. Pienso pues, que si existe alguna posibilidad, sería llevado a cabo por personas cuyos intereses sean tocados por las medidas que toma el Papa actualmente.


G.P.: ¿Volvería  a la vida religiosa?

C.J.: He reflexionado si regresar a la vida religiosa y digo que no. Yo creo que no es lo que Dios me está pidiendo porque lo mejor para mi felicidad y mi estabilidad son otras cosas, no tanto el sacerdocio que aunque es muy gratificante en algunos aspectos también puede dejarte muchos vacios.


G.P.: ¿Le gustaría casarse algún día?

C.J.: Si he pensado en establecer mi propia familia. Esto no fue un motivo tan primordial para haber abandonado mi carrera de sacerdote pero siento que sería más feliz fundando mi propia familia.


G.P.: ¿Se arrepiente de haber estado en el seminario?

C.J.: No me arrepiento y estoy muy agradecido por todo lo que aprendí allí aún con los errores que ellos hayan cometido.


G.P.: ¿Lo frustra el hecho de no haber podido celebrar una misa?

C.J.: No. Debe ser muy hermoso de uno poder tener esa gracia de celebrar una eucaristía, de confesar, de salvar almas, pero no siento frustración porque cada uno tiene su misión en la vida y si esa no era la mía entonces no hay lugar a sentir frustración.


G.P.: ¿También se vive la competencia dentro de un  Seminario?

C.J.: Existen las envidias y celos. Definitivamente somos humanos y nos cuestionamos todo. La racionalidad exige y se crean toda esta clase de problemas en un recinto de fé.


G.P.: En varias partes del mundo a las iglesias las están renovando en bloques de apartamentos y viviendas. ¿Qué opina de esto?

C.J.: Esto es una crisis en donde la única culpable es la iglesia misma. Considero de que la gente está abandonando la iglesia y diría que la fe católica en general ha disminuido en el mundo, obviamente hay excepciones por ejemplo los musulmanes. Los católicos están necesitados de una iglesia renovada.


G.P.: ¿Resultó fácil o difícil su decisión de abandonar el sacerdocio?

C.J.: Mi decisión fue muy tranquila, me tomé un año para madurar mi idea antes de irme a Roma a estudiar y tuve la fortuna de contar con la sabiduría y consejos de un sacerdote que es un gran amigo y además el sostén de mi familia fué fundamental. Prácticamente esta gran decisión la tomamos juntos, en familia.


G.P.: ¿Qué tal la vida por fuera del seminario?

C.J.: Difícil. Regresar después de casi diez años fuera de la familia y retomar el estilo familiar es muy difícil al principio pero poco a poco se va uno acostumbrando.


G.P.: ¿A qué se dedica actualmente?

C.J.: Estudio comunicación y lenguajes audiovisuales. Todo el bagaje cultural que adquirí durante mi tiempo en el seminario en las áreas de arte y humanidades las estoy aplicando en mi estudio actual.


G.P.: ¿Qué se necesita para ser un buen sacerdote?

C.J.: Primero que todo coherencia con lo que está haciendo, segundo santidad, que irradie, que dé, que sea capaz de transmitir la palabra de Dios. En el sacerdocio se debe dar mucho y si no es así pues es mejor que ni se embarque en ese camino.


G.P.: ¿Qué extraña del Seminario?

C.J.: Extraño la vida en comunidad, el compartir con la gente que tenía los mismos ideales, las mismas metas, vivir en ese ambiente de hermandad. Extraño la paz y la tranquilidad comparadas a la vertiginosidad del mundo exterior.


G.P.: ¿Qué le sugiere a alguien que esté pensando en ser sacerdote?

C.J.: Le preguntaría porque quiere ser sacerdote y dependiendo de su respuesta le respondería o le sugeriría si le puede ser o no conveniente para su vida. Que se dé la oportunidad pero con un pensamiento muy libre. Lo importante es ser feliz y estar en el lugar en donde nos sintamos felices.

5 views
DSC_0086.JPG

Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

bottom of page