Horacio Nigro Geolkiewsky.
Escuchar radio es sensacional pero apasionarse por ella es maravilloso. Tal es el caso del uruguayo Horacio Nigro Geolkiewsky, quién nos cuenta en esta entrevista como comenzó su afición con la onda corta y como poco a poco su pasión por ella, lo llevó a límites indescriptibles en este mundo mágico que hacen de él un referente sin igual en la historia de este tipo de radiodifusión.
Horacio Nigro nos comparte además detalles sobre el DXismo y de la paulatina desaparición de emisoras en onda corta como Radio Nederland.
Por: Germán Posada
G.P.: Qué es el DXismo?
H.N.: Muchas veces se define al hobby del DX con la vieja y equivocada versión de que es una “sigla” (“D, de distancia; X, de incógnita”). O diciendo que es una abreviatura.
“DX es distancia”. Definición de DX y sus variantes, que fue incluida en la revista RADEX de marzo, 1931. ¡Tampoco es una abreviatura! En verdad DX es un acrónimo, no una sigla. Por ejemplo, wx es tiempo meteorológico, rx receptor, mx significa música, etc. sin ser abreviatura de nada. Es un vicio que se mantiene quizá desde las épocas del “Espacio DXista”, y ha sido traído una y otra vez por muchos colegas en ésta afición. DX es “Distancia”, contacto radial a distancia, simplemente. Sin acudir al término “incógnita”. Así que un DXista es un radioescucha (o radioaficionado, que también lo es aunque trasmite), que tiene como afición escuchar (o trabajar) emisoras distantes. Resulta que en los tiempos en que los contactos telefónicos se hacían por medio de estaciones de conexión manuales, las numerosas telefonistas tenían ante sí un gran número de entradas en las cuales insertar plugs manualmente. Para reconocer los lugares geográficos a conectar se ponían cartelitos. Un cartel particular decía “DX” y lo que significaba era “Distance Exchange”, o sea Conexión a Distancia. Porqué la X? Porque en inglés la X se pronuncia EX y la palabra Exchange se puede abreviar como Xchange.
G.P.: Cómo comienza su afición por la onda corta? H.N.: Con un receptor National Panasonic T-801B que estaba en casa de la abuela, procuré captar la VOA, y finalmente pude encontrarla en la banda de 25m. En ese momento (1969 o 1970) me había encontrado con el mundo de la Onda Corta, pero aún no anotaba nada ordenada y sistemáticamente. El interés se disipó transitoriamente. Hasta que un receptor se incorporó al ámbito familiar, siempre en casa de la abuela. Mi madre adquirió un Philips de mesa, de gabinete color celeste, con dos bandas OM y OC. El modelo: un B2K45U, de 4 válvulas. El tiempo pasaba y no me llamó la atención. Comencé cursos de técnico en Radio y TV en la Asociación Uruguaya ORT con mi amigo Mario. Y también me hice socio de la Biblioteca “Artigas Washington”. Atraído por los libros de Electrónica y Radio, encontré un ejemplar de “How to Listen to the World”, edición1971.
How to Listen to the World, edición 1971. Publicado por Jens M. Frost, del World Radio TV Handbook en Dinamarca, anualmente desde 1950 hasta 1974. En inglés, contenía artículos escritos por radio hobbistas y personalidades de la radio. En él me llamó vivamente la atención la serie de fotos tomadas a pantallas de TV, con captaciones a distancia de canales de TV, en EE.UU. Fenómeno que había ya experimentado, cuando los canales de TV de Buenos Aires llegaban por horas a Montevideo, haciéndonos sumergir en renovadas experiencias como telespectadores. Los avisos de “Raid”, “Freskyta”, “Quilmes Imperial”, se grabaron en la memoria. Los “Titanes en el Ring”, llenaban las mañanas domingueras en el Barrio de “La Teja”, cuando había propagación.
Captación en Montevideo de Canal 13, Buenos Aires.
Del “How to Listen to the World 1971″, un artículo que me llamó mucho más la atención fue uno dedicado a las emisoras clandestinas. Él me decidió a iniciarme en el nuevo hobby. Lo recuerdo aún hoy día. Me dije, esto debe ser apasionante, voy a hacer de la radio de Onda Corta mi hobby. Coincidentemente, comencé a ordenar más prolijamente la anotación de mis escuchas, las que registraba en hojas de cuaderno y en las que incluía la hora local uruguaya, la frecuencia aproximada, en MegaHertz, la emisora, el programa y las condiciones en que eran recibidas la emisora (mala, buena, regular, excelente). Esto ocurría en junio de 1973.
Primeras anotaciones informales de captaciones en la Onda Corta
Así llegó el 8 de setiembre de 1973. Había decidido que esa noche, me iba a encerrar en el cuarto con el Philips, a anotar ordenadamente lo que iría escuchando. Comencé por la VOA, anoté su programa, la hora y las condiciones de recepción. La frecuencia no era exacta. Incluso con el grabador registré por 10 minutos el audio. Era el comienzo de un detalle de escucha. Luego siguieron La Voz de la OEA, Radio Pekin, con la que quedé maravillado por la distancia -hasta que no demoré en percatarme que esa radioemisora pululaba por el dial. Siguieron Radio Suecia, la BBC (a la que hacía rato deseaba ubicar y que no podía encontrar por ninguna parte, para poder escuchar las famosas campanadas del Big Ben), la ORTF (París), Radio Paz y Progreso, desde la URSS, Radio México, Radio Habana, KGEI, desde San Francisco, EE.UU, Radio Moscú y Radio Trasmundial desde las Antillas Holandesas. Todo esto en una sóla jornada, desde las 23:55 GMT hasta las 03:10 GMT, es decir casi cuatro horas de escucha. Esa primera noche me fui muy contento y entusiasmado a la cama.
National Panasonic T-801-B. Fotografiado en la Feria de Tristán narvaja en Montevideo.
National Panasonic T-801-B. Fotografiado en la Feria de Tristán narvaja en Montevideo. Fué mi primer receptor. Con él me incorporé al fascinante mundo de las Ondas Cortas.
El Philips B2K 45 U. Con él escuché muchas emisoras en Onda Media, de Argentina, con sensación local. También mis primeros DX. Sordo en 60 metros. En mi caso, el gabinete era de color verde clarito. Fotografiado en la Feria de Tristan Narvaja, en Montevideo, en diciembre de 2012. Al día siguiente, domingo 9 de setiembre de 1973, me di cuenta que podía agregar una antena. En ese primer momento fue una “colilla” de tres metros de longitud escaleras arriba hacia la azotea. La mejora fue notoria, alimentando mi entusiasmo. Llegué con ese cuaderno a anotar 36 “cazas”. El viernes de la semana siguiente pude escuchar a Radio Nederland, con su programa “Espacio DX-ista”, conducido por Jorge Valdés. Constatación de que no estaba sólo en el mundo del DX. También “La Estación de la Alegría”, con Tom Meyer.
Redacté también la primera carta que fue a HCJB, en Quito, Ecuador, la cual me contestó algunos días después con lo que le había solicitado, es decir, un Horario de Programas y algunos folletos religiosos, que no pedí y un banderín, que pedí y no me llegó. Empecé a escribir a las emisoras, pero su respuesta demoraba. Me decidí a escribir un informe de escucha a XERMX, Radio México. Pero me di cuenta luego que la frecuencia no era muy correcta y ni siquiera había sacado detalles de esa recepción. No me contestó en ese momento. Pero mi programa favorito empezaba a ser “Espacio DX-ista“. Lo decía Jorge Valdés, uruguayo como yo: “Hoy es viernes… día del Espacio DXista de Radio Nederland”.
Y para mí era una cita ineludible. La portentosa señal de RNW desde Bonaire (que al principio entendía como “Donaire”, hasta que fui al mapa a desaznarme), y el carrillón de su señal de apertura, (el “Merck Toch Hoe Sterck”, del carrillón del Ayuntamiento de Breda) llenarían el cuarto de radio por muchos años, décadas, más. Hasta es hoy en día el ringtone de mi celular.
G.P.: ¿Hace cuanto se dedica a su blog? H.N.: El blog la galenadel sur lo comencé el 12 de agosto de 2011. En él he ido desgranando, como el título lo dice, mis aventuras, encuentros con el hobby que ha ganado uno de mis intereses: la radio. Los aspectos históricos y actuales de la radioescucha, y el Diexismo, que me apasionan desde 1973. Y por qué la galena?… bueno, pues un humilde homenaje a los pioneros radiómanos que se iban en excursión a buscar el mineral “galena” (“la piedra de la radio”), allí por las Sierras de Minas, Departamento de Lavalleja en mi Uruguay, para tratar de sintonizar las emisiones de radio en sus receptores construidos artesanalmente.
G.P.: ¿También participó en un programa radial. Cuál fue su historia? H.N.: Cuando nuestro DX Club maduró, luego de quince años de funcionamiento, en el grupo nos animamos a presentar un piloto ante la radio estatal CX26. Fue aceptado y de allí comenzó una fecunda trayectoria, no sin algún tropiezo personal. Por diferencias personales lo dejé al poco tiempo. También el Club dejó de funcionar. “Radioactividades”, por CX26, continúa emitiéndose ininterrumpidamente desde 1989. Ha ganado premios y reconocimientos en la prensa y figura hoy como un programa de buena receptividad por la calidad de sus contenidos, que rememoran personajes e historias de la radio. Lo continúan dos de los antiguos integrantes que le dieron inicio. De su punto de partida con un horario de emisión de media hora a la medianoche del domingo, hoy tiene dos horas, sábados y domingos, con repeticiones en las madrugadas del fin de semana.
G.P.: ¿Cual fué esa anécdota en la cual escuchó con amigos radioaficionados una primera emisión en FM?
H.N.: Eso fue en los ochenta, cuando un compañero de club de radioescucha y DXismo, en una de las reuniones semanales hizo escuchar el audio de una emisora de Puerto Rico: Radio Líder 99, en la Isla de Culebra, Puerto Rico. Nos maravillamos ante tal hazaña auditiva, pues la señal de una emisora de FM se propaga a corta distancia, nominalmente. Pero aprendimos el fenómeno que lo hizo posible: la propagación Transecuatorial. Aplaudimos de pie aquél DX, y pronto otro de los compañeros, mantuvo el interés y logró captar muchas emisoras del Caribe. También se dieron oportunidades de escucha de señales distantes de FM por el otro medio de propagación: el salto por Capa Esporádica. Recibió emisoras de Chile, tras la Cordillera de los Andes, y obtuvo respuesta de ellas a los informes de recepción que enviaba.
G.P.: Ha manifestado haber sentido en algún momento de su vida desinterés por la radio. ¿Por qué?
H.N.: En alguna ocasión, la llamita del entusiasmo pudo perder fuerza. Fue cuando contraje matrimonio. Mi cabeza estaba en otra en aquél entonces. Al mismo tiempo nuestro Club se había desbandado. Pero a la larga, proseguí, de alguna manera con el interés. Por muchas razones: colegas del exterior que nos visitaban y requerían información sobre la actividad de las emisoras que emitían en onda corta desde el Uruguay, enviando informaciones también a otros medios de difusión del hobby, realizados por otras agrupaciones internacionales. También me comprometí con el World Radio TV Handbook a mantener actualizada la página de Uruguay, en esta publicación anual que es un directorio de todas las emisoras del mundo.
G.P.: ¿Sigue escuchando programas en onda corta? H.N.: No. Con el advenimiento de la radio por internet, y alguna falla técnica en mis receptores que no siempre fueron fáciles de reparar, y fundamentalmente con el ruido interferente que encastró progresivamente la recepción en mi hogar, la costumbre fue dejando de lado a la escucha de las emisoras internacionales a través de mi Smartphone y gracias al WiFi. Asimismo, la desaparición paulatina de emisoras consideradas buena “caza”, y también el cierre de muchas de las grandes, las internacionales, fueron la causa de haber dejado la práctica efectiva del DX. De todas maneras, con receptores portátiles, no pierdo la ocasión en localidades favorables (el campo o la playa), durante las vacaciones, de intentar alguna escucha interesante.
G.P.: ¿Cual es el momento actual de la radio en su país? H.N.: La radiodifusión nacional sigue con los esquemas habituales: el dial de Montevideo tiene una emisora separada de la otra por 40 KHz, así que hay siempre una opción de escuchar algún programa noticioso, cultural o musical. La FM ha ganado la audiencia juvenil, y no hay mucha variedad para elegir. No forma parte de mi gusto musical la mayoría de sus programaciones. Siempre me interesó más la Talk-Radio.
G.P.: ¿Cómo ha tomado la que le ha pasado a la onda corta en el mundo? Y en especial el caso de Radio Nederland?
H.N.: Radio Nederland fue mi favorita. Su cierre fue de una leyenda. Era la radioemisora más popular, la que llegaba fuerte como local todos los días, con la cuota justa de información, cultura e entretenimiento. Es una pena que, no sólo desapareció su señal en la Onda Corta. Todo el plantel de notables periodistas que la sostenía, quedó reducida a una mínima expresión, que produce por Internet para una audiencia específica, que no es la universal. También la BBC siguió el mismo camino. Y otras son un pálido reflejo de lo que dieron en la plataforma por radio de HF. Es el cruel saldo que el progreso de las comunicaciones ha marcado. Hoy consideradas sumamente onerosas y que no justifican el gasto de mantenimiento de los potentes trasmisores que le servían de vehículo, han dejado brutalmente una audiencia que se caracterizó fundamentalmente por su fidelidad, amparada en la calidad periodística que les caracterizaba. Hoy en día la información está al alcance de la mano, mucho más fácil y universalmente (en forma gradual y progresiva el teléfono inteligente y la PC instalada en la casa, es hoy aquél receptor que abría las ventanas al mundo. Sin interferencias, con calidad notable de sonido. Pero con tal diversificación de opciones que hay hoy, es difícil lograr una fidelidad de oyente como la que alcanzaron aquellas. De todas maneras, inicio mi jornada con la audición diaria del noticiero de la Radio Francia Internacional, y me voy a dormir con Radio Nacional de España. Ambos son ejemplos de excelente nivel y proporcionan lo que la Onda Corta nos dio: una perspectiva global al mundo de las noticias y la cultura.
Horacio Nigro en sus inicios (1975) junto a su portátil Panasonic de 8 transistores.
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