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Diana Ciliberti: “El Publico es quien nos alienta a seguir haciendo canciones”

Updated: Mar 19, 2020



Diana Ciliberti. Foto Cortesía: Eduardo Rivera

Diana Ciliberti. Foto Cortesía: Eduardo Rivera


A través de su voz Diana Ciliberti conquistó el corazón de millones de colombianos cuando en el 2012 participó en el concurso televisivo “La Voz Colombia” y aunque no ganó el primer puesto, dejó una huella imborrable en aquel público que siempre la apoyó.

Luego de esta experiencia, la artista se ha dedicado a trabajar duro en su primer trabajo discográfico el cual aspira terminar en el transcurso de este año para compartirlo a todos quienes se sientan tocados con su energía, que se conecten con sus canciones y las acojan con entusiasmo, como ella mismo lo expresa.

A través de esta entrevista Diana Ciliberti quiso compartirle un trozo de su vida a todos sus seguidores.

Por Germán Posada

G.P.: ¿De qué parte de Colombia es?

D.C.: Soy de Cúcuta, capital del departamento del Norte de Santander.

G.P.: ¿De dónde es su apellido?

D.C.: Soy colombo-italiana. Mi apellido viene de Italia gracias a mi abuelo Francesco Ciliberti que siendo un joven trabajador huía de la segunda guerra mundial y encontró en Cúcuta el amor de su vida: mi abuela Olga. El gobierno italiano me otorgó la ciudadanía por consanguinidad.

G.P.: ¿Tiene estudios?

D.C.: Estudié diseño industrial en la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga pero no terminé.

G.P.: ¿Por qué tanta pasión por cantar?

D.C.: Yo estoy convencida que cada uno viene con un propósito en la vida, y que para cumplir ese propósito te mandan a este planeta con unos dones o talentos específicos. Nuestra responsabilidad como seres humanos es ser fiel a nuestras habilidades. Por ejemplo, en mi casa nadie es músico ni saben de música, pero eso no impidió que descubriera mi capacidad para el canto. Al no contar con la influencia o el estímulo musical de un familiar, desde muy niña fui descubriendo mi pasión por la música a través del instinto y del amor por aquellas canciones que escuchaba en la radio. Todo lo que tuviera que ver con tonos, ritmos y canto era motivo de atracción por aquella fuerza especial que nos habla desde el corazón.

G.P.: ¿Cuál fue su primer concurso importante en ganar, cómo lo recuerda, con cuál canción ganó?

D.C.: De niña no participé en muchos concursos porque como te cuento, en casa nadie sabía que tenía ese talento. Pero sí recuerdo un concurso muy especial por diferentes razones. Lo organizaron los salesianos y participé con ‘Cruz de Navajas’ de Mecano. Era la primera vez que ganaba y recibía el reconocimiento por algo que es tan mío, tan íntimo y tan personal. Recuerdo que tenía como 14 años y que mi papá fue a verme. Fue la primera vez que él supo que yo cantaba. Vi la publicidad en algún lado y me inscribí. Cuando terminé de cantar, me bajé de la tarima molesta porque había estado muy nerviosa y no había cantado como siempre lo hacía y me quería ir de ahí. Pero unos amigos que me habían acompañado me insistieron en que me quedara, que estaban seguros que iba a ganar. La sorpresa fue muy grande cuando me nombraron como la ganadora. Recuerdo que todo el público ya había dejado de aplaudir y mi papito era el único de pié que seguía aplaudiendo. Fue muy lindo, no te imaginas la alegría, son momentos muy especiales.

Diana Ciliberti. Foto Cortesía: Eduardo Rivera.

Diana Ciliberti. Foto Cortesía: Eduardo Rivera.


G.P.: Al parecer se alejó un tiempo la música. ¿Por qué?

D.C.: Fue un momento personal muy difícil. Tenía 18 años y cursaba último año del colegio. Para esa época el sello Sony Music estaba organizando ‘Colombia Suena Bien’, un concurso musical a nivel nacional entre todos los colegios del país. Yo gané las respectivas eliminatorias y me llevaron a la final televisada en los estudios de Caracol en Bogotá. El premio era la producción y promoción de un CD y la grabación del respectivo video clip. Participé con una canción compuesta por mí. Luego de presentarme lo siguiente que recuerdo es estar detrás del escenario saltando de alegría porque había ganado el concurso. Pero entonces pasaron los meses. Yo ya estaba establecida en Bogotá y me la pasaba todo el tiempo escribiendo canciones, pero en Sony nadie me atendía ni me daban razón por el premio. Luego de diez meses las deudas ya me llegaban hasta el cuello. Desesperada fui y exigí que me atendieran. Me dijeron que Sony en ese momento estaba desarrollando a otros artistas y que no había presupuesto para lo mío. Yo sólo pregunté por el tiempo y los gastos en los que había incurrido. Me entregaron un cheque por $800.000 y me hicieron firmar un documento. Para ese momento yo sólo quería pagar mis deudas y olvidarme de todo. Me sentí muy culpable y que no era lo suficiente buena para una carrera musical. La decepción fue tan grande que contraje un tipo de rechazo a todo lo que tuviera que ver con la música.

G.P.: ¿A qué se dedicó durante ese tiempo?

D.C.: Fue cuando me admitieron en la UIS para diseño industrial; pero de todas las cosas en el mundo, eso definitivamente no era lo mío. Entonces me fui a Estados Unidos a estudiar inglés y allí, gracias a que me la pasaba patinando me ofrecieron un trabajo repartiendo volantes por South Beach – Miami. Siempre he sido buena con los patines, así que para ese momento aquel era el mejor trabajo del mundo: hacía deporte, me bronceaba, hacía amigos y además ¡me pagaban! Luego de seis meses regresé a Colombia a encontrarme con el amor de toda mi vida. Decidimos hacer una vida juntos. Nos establecimos en Bucaramanga y comenzamos un negocio con la ayuda de sus papás. Fue un tiempo de mucha maduración, reflexión personal y riqueza espiritual. Podría resumirlo como la experiencia que deslizó un velo que cubría mis ojos. Lo hermoso de esto fue que, mientras descubría un nuevo mundo, maduraba como mujer junto a mi esposo y educaba a mis hijos. Crecimos como familia, como personas, como padres y como pareja. Pero lo más importante fue que gracias a esa nueva forma de ver la vida conseguí hacer las paces conmigo misma.

G.P.: ¿Por qué volvió a la música?

D.C.: En aquella época entendí muchas cosas, una de ellas fue que no era culpable por aquella decepción, que cantar no era un peso que debía cargar sobre mi espalda y que al contrario, era una linda virtud y una bendición con la cual tenía una responsabilidad. Concluí entonces que si estoy viviendo esta experiencia de vida, iba a hacer las cosas más interesantes y decidí dar ese pasó hacia esta aventura que es la música. Desde entonces he podido disfrutar de este talento entregando un mensaje de optimismo para que cada persona se impulse a superar sus miedos, frustraciones y a ser cada vez mejores seres humanos.



G.P.: ¿Qué le inspira el gusto por el rock?

D.C.: El rock es más un estilo de vida y refleja esa rebeldía de mi personalidad que no es otra cosa que la necesidad de hallar respuestas a mis cuestionamientos sobre la familia, la educación, la política, el sistema, la ciencia, las religiones, etc. En algunas situaciones eso suele complicar un poco las cosas, pero he aprendido que lo mejor es encausar toda esa energía y darle un uso constructivo. Sin embargo, personalmente nunca me he encasillado con nada, me considero amante de la música, del arte, de la estética y de la vida en general.

G.P.: ¿A quién admira en este género musical?

D.C.: Me gustan mucho los clásicos como: The Beatles, Queen, Stevie Wonder, Janis Joplin, Bob Marley. También algo de Richie Kotzen y Blind Melon. Pero en general me gusta el buen blues y el R&B clásico.

G.P.: ¿Cuánto la apoya su esposo y qué dicen sus hijos de su amor por la música?

G.P.: Mi esposo es mi mano derecha total. Nada de esto existiría si no fuera por su compromiso. Él es un amante de todo lo que hago, él es quien me motiva a seguir y me ayuda con todo. Lo mismo pasa con mis hijos. Todos somos muy unidos y vivimos una misma realidad. Cuando mi hijo mayor tenía como 5-6 años, un día me dijo: “¿Mami, tú por qué haces ese trabajo?, tú no cuadras con eso, ¡tú eres una rockera y deberías estar trabajando como rockera!” Mi hijo es todo un personaje.

G.P.: ¿Qué la motivó a participar en “La Voz Colombia”?

D.C.: Era la primera vez que se hacía el programa y te confieso que yo era contraria a ese tipo de exposición. Los realities siempre me han parecido una forma morbosa de mostrar a las personas y por ello me negué a la invitación inicial que hicieron desde el canal. Pero luego me llamó un amigo, un gran músico de trayectoria nacional y me contó que estaban buscando cantantes para esta nueva producción. Me explicó que era un nuevo formato, que había sido creado en Holanda y que en USA era todo un éxito, etc. Entonces busqué videos en YouTube y vi que el nivel de los concursantes era muy alto y que el formato era muy respetuoso. Es decir, no era aquel programa donde pasaban gente que no sabía cantar sólo para irrespetarlos y burlarse de ellos. En este programa la música era lo principal y le daban la importancia que se merecía. Entonces me dije: siempre es mejor hacer que no hacer.

G.P.: ¿Una vez allí participando cómo se sintió?

D.C.: Fue una experiencia muy linda. También llena de muchas emociones y nuevos aprendizajes en lo que respecta al campo profesional.

G.P.: ¿Por qué eligió a Carlos Vives como tu entrenador?

D.C.: Ya sabíamos quienes iban a ser los entrenadores y los dos de más trayectoria e importancia eran Vives y Montaner. Mi opción era escoger a cualquiera de ellos dos y la decisión final la pensaba dejar para el día de mi presentación frente a ellos. En mi audición a ciegas salí al escenario tocando la guitarra y logré que los cuatro entrenadores se voltearan, eso significaba que podía escoger a cualquiera de ellos. Entonces mientras los cuatro hacían su papel y me daban razones para irme con su respectivo equipo, sentí que la energía de Carlos era la más especial. Él tiene esa mirada de niño pícaro y entonces reconocí en esos ojos al creador de ‘La Tele’, que a su vez dio pié para el ‘Siguiente Programa’, de sus épocas de roquero y del sonido de ‘La Tierra del Olvido’ que me parece el mejor disco de su carrera. Y así entonces me fui con él.

Diana Ciliberti y Carlos Vives. Foto Cortesía: Eduardo Rivera.

Diana Ciliberti y Carlos Vives. Foto Cortesía: Eduardo Rivera.


G.P.: ¿Creyo en algún momento que podías ganar?

D.C.: Claro que sí. Aunque todos son excelentes cantantes, yo puse mi fe en aquellos aspectos que me hacen diferente como lo es el color de mi voz, mi estilo de cantar y en mi imagen como artista. Lo que no tuve en cuenta y me tomó por sorpresa fue que para ganar no sólo se necesitaba ser un buen artista sino ganarse a la gran mayoría del público a través de temas ajenos a la música y que están fuera de mi control.

G.P.: ¿Se sintió respaldada por el público?

D.C.: Sí, fue lo mejor de aquella experiencia. La gente fue muy especial conmigo, sentí mucho cariño y respaldo de todos los que me enviaban sus mensajes y sus votos. Pienso que el porcentaje del público que me respaldó fue aquel que se conectó con la artista.

G.P.: ¿Fue muy duro haber salido?

D.C.: Sabes que no tanto. Además de la ‘Audición a Ciegas’ y ‘Las Batallas’, yo realicé un total de siete ‘Shows en Vivo’ y desde la segunda noche de los ‘shows’ entendí que el programa se alimentaba de las historias personales de los participantes, que eso les daba rating a los productores y les daba popularidad a los concursantes. El asunto fue que yo no vivía un drama para contar y nunca me he sentido cómoda ventilando mis intimidades, y no lo iba a hacer en televisión. Tampoco soy capaz de fingir algo que no siento y eso me alejó de la vista de la producción. La naturaleza de estos programas te empuja a que dramatices tu situación debido a que es el tipo de libreto que manejan los realities. Tu deber es jugar un papel y es mejor cuando no eres consciente de ello. Yo me daba cuenta de todo y así fue imposible darles el tipo de material que necesitaban. Por esas razones, cuando salí del programa el golpe fue más llevadero.

G.P.: Después de esta experiencia ¿qué sigue para Diana Ciliberti?

La vida es una aventura, y para el artista yo creo que lo es un poco más. Todo el año pasado estuve concentrada en el estudio de grabación y en estos momentos estoy terminando un proceso creativo que ha sido muy enriquecedor. Con el músico Daniel Rivera producimos diez canciones que harán parte de mi primera producción musical como intérprete y compositora. ¡Imagínate no más!, agarré todo ese material que viene desde aquella época en que firmé con Sony y junto con otros temas más recientes, hicimos esta selección de canciones que estoy segura la gente va a recibir con mucho cariño.



D.C.: ¿Qué puede adelantarnos de este proyecto?

Que no te imaginas el trabajo que hay detrás de la producción de una sola canción. Es un proceso en el que intervienen muchos detalles que deben fusionarse para lograr un sonido perfectamente estructurado e uniforme, con el único fin de poder tocar el alma del público a través de la magia de una composición musical.

G.P.: ¿Qué espera de su primer trabajo musical?

D.C.: Bueno, para mí el público juega un papel importantísimo en la vida de cualquier artista, ustedes son los que nos mantienen trabajando, nos alientan a seguir haciendo canciones y a cantarlas sobre un escenario. Con las actuales reglas de juego de la industria musical, el público tiene la oportunidad de escuchar propuestas más honestas que expresan la visión real del artista, y eso es lo que he hecho con esta producción: es un entorno de melodías y letras que reflejan mi universo interior. El objetivo de hacer esto no es otro que compartirlas con todos aquellos que se sientan tocados por esta energía, que se conecten con las canciones y las acojan con mucho entusiasmo.

G.P.: Al parecer le apasiona viajar. ¿Sueña haciendo giras musicales por el mundo?

D.C.: Yo creo que no hay día que pase que mi mente no proyecte ese momento. Quiero girar por todo el mundo y con mi familia. Amo conocer personas, culturas, tradiciones y lugares; vivir experiencias nuevas, probar nuevos sabores y reír mucho. Amo compartir con las personas y respirar el mundo. Amo todo eso con inmensa locura.

G.P.: ¿Cómo se siente en estos momentos de su vida?

D.C.: Me siento muy afortunada por tener la familia que tengo y eso me hace muy feliz y agradecida. Sin embargo, en lo profesional los artistas vivimos caminando como sobre el filo de una navaja, eso hace imposible evitar sentirse en constante riesgo. Pero en general, mirando hacia atrás me doy cuenta de cómo cada cosa que hecho en la vida me ha traído hasta este preciso momento y eso me hace sentir muy agradecida.

G.P.: ¿Qué quiere decirle a los colombianos en el mundo?

D.C.: Que los admiro por dejar atrás sus miedos y salir en busca de sus sueños.


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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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