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Colombianos brillantes en Canadá

Updated: Sep 11, 2023


Alejandro Castro Ortegón y Juan M. David Becerra. Foto: María Sánchez.




Por: Germán Posada



Juan M. David Becerra y Alejandro Castro Ortegón, viven y trabajan en Montreal, ambos son ingenieros electrónicos. Son amables, pilosos e inteligentes y hacen parte de aquel grupo especial de jóvenes talentos colombianos, altamente calificados que deciden inmigrar y aprovechar las oportunidades laborales que otros países estratégicamente si les brindan, pues se benefician de sus conocimientos y capacidades.

"Soy de la política de que uno es de dónde creció. Nací en Bogotá, donde me quedé hasta los 7 años. Luego nos mudamos al Páramo de Sumapaz, se puede decir donde se encuentran las zonas rurales de ciudad Bolívar y Usme. Así que tengo una mezcla de pelado de ciudad con campo.", dice David. Mientras que Alejandro, prefiere ser más directo: "soy de Bogotá".


David y Alejandro trabajan para la Compañía HaiLa. Hablar inglés y francés, les ha proporcionado, evidentemente, una enorme ventaja en sus labores profesionales.

Su responsabilidad es enorme. De su trabajo y resultados, depende en gran medida, el funcionamiento de la empresa. Lograr los objetivos trazados tienen un alto nivel de exigencia y compromiso, pero pese a su deber profesional, también hay espacio para el esparcimiento, y ambos, desde tiempo atrás, encontraron entre otras maneras, divertirse y entretenerse con los Animes, siendo esta actividad, parte trascendental en su estilo de vida.


Juan M. David Becerra y Alejandro Castro Ortegón,nos comparten a través de estas líneas, parte de su vida personal y profesional, que sin lugar a dudas, los cataloga como dos colombianos ejemplares en el exterior.




Juan M. David Becerra:


"Juan M. David Becerra es un ingeniero de I+D altamente cualificado con una sólida formación en ingeniería electrónica y un impresionante historial en la resolución de problemas complejos. Doctor en Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional de Colombia. Juan M. David ha trabajado en numerosos proyectos a lo largo de su carrera, como caracterizaciones de ASIC, diseño de modelos de potencia para Backscatter IoT y creación de líneas de investigación que han dado lugar a exitosas colaboraciones en cuatro laboratorios de Canadá, Suiza y Colombia. Con una serie de prestigiosos premios en su haber, como el Young Scientist Award y la Swiss Government Excellence Scholarship. La experiencia de Juan M. David Becerra en diseño de hardware, modelado de líneas de transmisión y compatibilidad electromagnética lo distingue como un profesional de primer nivel en su campo."



¿Cómo fue su infancia? ¿Un niño extrovertido o quizás introvertido desde su inteligencia mayor, quizás, superior a otros niños?

Fui bastante feliz, mi hermano menor me hizo bastante compañía toda mi vida. Aún con el cáncer de mi madre, no me sentía triste, era más una aceptación de que la muerte era algo natural que nos podía llegar a todos. Los amigos que tenía en la escuela en ciudad Bolívar eran muy queridos. Pero cuando tenía como 6 años, mi hermano se enfermó por la polución de Bogotá ya que él no tenía un sistema inmunológico fuerte. Adicionalmente nos cambiaron de escuela a una en el barrio Santander, por lo tanto, ya no tenía a mis amigos de antes y la enfermedad de mi hermano me entristeció mucho. En quinto nos tuvimos que mudar al campo para salvar a mi hermano y nuestra madre nos dio un descanso de la escuela.


Mi hermano mejoro así que la tristeza disminuyó, pero mi madre seguía enferma. Tuve tiempo para conocer muchos amigos en la casa de una vecina muy amable que nos cuidaba cuando mis padres se iban al tratamiento que seguía mi madre. La vecina prácticamente se convirtió en una abuela para mi hermano y yo. Por esa época la interacción con otros niños era normal, era extrovertido sin ningún tipo de tratamiento especial por ser más inteligente.


Las cosas cambiaron al volver a entrar al sistema educativo. Al poco tiempo de retomar quinto me pasaron a sexto y eso se rego por el colegio como pólvora. Me empezaron a llamar 'chino genio', pero la distancia con los otros pelados del colegio vino principalmente de la diferencia de edad. Lo usual en esa época era que los niños de sexto fueran 2 o 3 años mayores que yo como mínimo. Digamos que no tenía mucho en común con ellos, así que terminé solo y eventualmente me aburrí de ir al colegio en séptimo. Esto causó que me retirara ya que sabía que podía validar cada grado con el Icfes. Afortunadamente mis padres me apoyaron, pero no había mucha gente de mi edad en la vereda en la que viví durante ese periodo de mi vida.


Eventualmente regresaría al colegio del que me retiré debido a un cambio de política relacionado al exámen de validación que presentaba lo cual me atrasó un año. Sin embargo, tuve suerte de dar con un grupo de mi edad con el cual hice bastantes estupideces. Aún preservo un par de amigos cercanos de esa época.


Ahora veo que en un principio los niños de mi edad no me trataban diferente por ser inteligente. Era estar en un ambiente escolar donde se generaba la diferencia, cosas como que un profesor los comparara conmigo al usarme como ejemplo. Obvio, había momentos donde uno decía cosas hirientes como cualquier adolescente, yo lo hacía con respecto a la inteligencia de otros, ellos con respecto a mis aptitudes deportivas o lo que se ajustara a la situación.



¿Cómo fue descubriendo su gusto por las matemáticas?

Mi madre hizo un gran esfuerzo por enseñarnos a mi hermano y a mí lo más que pudiera. Ella tenía cáncer y sintió esa presión de dejarnos preparados para la vida antes de que la suya se esfumara. Tuvimos suerte de que ella era profesora, así que tenía la fundamentación necesita para guiar nuestra curiosidad. Nos decía que algo fundamental para el aprendizaje de las matemáticas es quemar la etapa concreta. Es decir, relacionar los números con cosas que podemos tocar.


Eso me dio un gran impulso, pero realmente no noté un interés fuerte hasta una tarea que me pusieron en cuarto grado, cuando tenía 6 años. Era la primera vez que interactuaba con un computador en mi vida y nos mostraron un programa llamado logo. En la tarea nos pedían escribir los comandos para dibujar algo que quisiéramos en el cuaderno y yo decidí que una hormiga era una buena idea (la verdad me gustaba mucho los programas de animales). Creo que pase una tarde completa dibujando en mi cabeza, traduciendo esos trazos en comandos. Llene más de 3 páginas porque no paraba de adivinar detalles.


El tiempo pasó y en sexto mi madre me mostró unos libros que usaban en el bachillerato por radio y me impresionó todos los temas que explicaban de los cuales nunca había escuchado. No se trataba de raíces cuadradas o divisiones por 3 cifras. Eran transformaciones geométricas, números negativos y algebra. Se abrió un mundo nuevo ante mi. Para séptimo mi padre me mostró el algebra y la trigonometría de Baldor.


El segundo punto donde le vi mucho uso a las matemáticas fue en décimo, cuando regresé a estudiar en colegio ya que entre séptimo y décimo estudié y validé por mi cuenta. Empecé a hacerle tareas a otros de todo lo que hubiera, la verdad le tenía gusto al dinero. Rápidamente me di cuenta de que lo que menos tiempo consumía y más ganancias daba eran las matemáticas. Eso me impulsó a aprender más y afinar mis habilidades.



¿Antes de iniciarse en sus estudios universitarios tuvo alguna anécdota referente a la electrónica, trabajos o actividades al respecto, alguna creación, por qué no invención?

Bueno, no usaría una palabra tan fuerte como inventar, pero si me gustaba mucho armar maquetas y vehículos. Cuando tenía 10 años mi padre me mostró unas revistas de electrónica, que él compró para aprender, junto con eso adquirió algunos motores DC, resistencias y condensadores. Así que empecé a jugar con eso. Eventualmente empecé a combinar ambas cosas para agregar movimiento a mis maquetas, como un pozo que subiera un balde o un barco para ponerlo en la alberca.


También hice algunas mejoras para la finca. Recuerdo que en una ocasión mis padres querían abonar el terreno con caldos probióticos, que era básicamente el producto de dejar pudrir el estiércol de los animales sin aire. El problema era que eso olía hediondo y era líquido, así que tocaba echarlo en balde y llevarlo al hombro, algo que no era muy de mi gusto. Por lo tanto, me idee un sistema de riego que usaba la gravedad para sacar el líquido de las canecas donde podríamos el estiércol. Eso me ahorraba mucho esfuerzo, -pero mi madre no era fan del sistema-, según ella, era producto de mi pereza y desperdiciaba agua. Entre los problemas que tenía era que para mover el punto de riego tocaba aguantarse la bañada en estiércol porque si no tocaba reiniciar el sistema.



¿En qué momento definió qué quería estudiar era Ingeniería Electrónica?

Esto es muy chistoso. La verdad, lo escogí en el momento de llenar un formulario para aplicar a la Universidad Nacional. Yo estaba más inclinado por ingeniería de sistemas, para aquel entonces pensaba que mucha gente estudiaba eso y probablemente no sería fácil conseguir trabajo al graduarme, y que lo mejor era escoger algo que nadie estudiara pero que me llamara la atención... como electrónica. Tenía 16, así que los argumentos profundos no eran mi fuerte.


¿Pese a la manera como determinó inscribirse para estudiar ingeniería electrónica, podría referirse a alguien o algo en especial cómo fuente de inspiración en su profesión?

Diría que mi padre fue una gran influencia porque el estudió ingeniería química en la Universidad Nacional. Lastimosamente él no se pudo graduar debido a lo difícil que son las matemáticas en 'La Nacho' y por eso siempre nos infundió un profundo respeto hacia ellas. Eventualmente, él me mostraría el cálculo de Schaum para cuando estaba en once. Pese a que mi padre no tuvo éxito en aprender electrónica, si era una persona muy 'cacharrera'. Le gustaba bastante desarmar cosas, repararlas y volverlas a armar.


Otro factor que me motivo fueron los computadores, me parecían magia, podían hacer de todo y quería saber cómo utilizarlos mejor y hacer cosas similares. La verdad dañé el computador de la casa varias veces mientras aprendía cosas de este, mis padres vieron eso y me ayudaron enviándome a hacer un curso de reparación de computadores cuando tenía unos 15 años. De hecho, ellos me ayudaron aún más porque cuando mostré interés fuerte en los computadores, mi madre hizo el esfuerzo y compró uno. Gracias al curso y a la confianza de mis padres, me pude rodear de tecnología y perderle el miedo a interactuar con tarjetas electrónicas, respectivamente.


¿Antes de sus trabajos en el exterior en qué se desempeñó en Colombia?

Al principio, trabajé como contratista haciendo planos para empresas, luego trabajé como asistente docente en la Universidad Nacional mientras hacía mi maestría y doctorado. Ocasionalmente me desempeñé como consultor para MinTIC a través del extinto grupo de investigación GITUN de la Universidad Nacional.


¿Cómo comenzó su periplo profesional en el exterior?

A medida que avanzaba en mi maestría, pude experimentar el viajar a otros países a publicar resultados de mis investigaciones gracias al apoyo de La Nacho. El primer país que visité fue Ecuador y me pareció impresionante la diferencia entre Ecuador y Colombia. ¡Nunca había montado en avión y menos planeado un viaje yo solo! Eso terminó conmigo llegando a Ecuador el primer día sin reserva de hotel ni idea de que hacer. Fue inolvidable sin ninguna duda.


El siguiente año pude ir al Archipiélago de las Galápagos, donde conocí a mi esposa. Fue un lugar de ensueño, ya que siempre me gustaron los programas de animales de la National Geographic. ¡El estar allá y ver esos animales me parecía simplemente mágico!!


Al empezar el doctorado en la Nacional me hicieron saber que era necesario realizar una pasantía en el extranjero. La verdad yo tenía muchas ganas de hacerlo, pero no tenía idea de cómo y el primer año paso volando sin nada concreto que apareciera. Finalmente, tuve la oportunidad de hablar con Félix Vega, quien se convertirá en mi director de doctorado y empezamos a trabajar juntos en una idea de investigación que tenía. Fue él quien me hablo de Suiza y de la beca de excelencia del gobierno suizo. Pero esa beca requería tener el apoyo de un profesor en Suiza para ganársela. Afortunadamente Félix me contacto con su director allí y con su apoyo presentamos los papeles para la beca.


Me fui en el 2015 y duré un año y medio. En Suiza estuve un año becado. Luego pasé a hacer un proyecto con la EPFL, Montena Technology y Armassuise, que es la entidad encargada de procurar equipo para las fuerzas armadas suizas, para evaluar alternativas de escudos electromagnéticos para búnkeres.


En Canadá trabajé inicialmente con el Politécnico de Montreal en métodos para forzar pasividad en modelos de líneas de transmisión. Luego me uní a HaiLa con la visión de hacer el internet de las cosas una realidad a través del uso de backscatter compatible con WiFi.



¿Hace cuanto está en Canadá y cómo se dio que se instalara en Montreal?

Llegué en el 2018. La historia va de que terminé de escribir mi tesis alrededor de mayo del 2017 y empezamos a buscar mi novia y yo, ahora es mi esposa, para irnos a vivir juntos, algo que habíamos querido hacía mucho tiempo, pero estábamos en Europa con nuestras respectivas pasantías. Mi anhelo era encontrar algo fuera de la academia para cambiar de aires ya que el doctorado fue bastante pesado. No obstante, no tuve suerte y lentamente regresé a Colombia para aplicar a posiciones como profesor para no agotar mis ahorros que traía de Suiza. Logré conseguir trabajo en una universidad, la cual no mencionare el nombre, pero no me agradó la manera como los docentes eran tratados por la universidad y sus estudiantes. Cosas como tener que firmar una hoja al llegar y al salir para que te controlaran las horas que trabajaban, nuestra oficina era prácticamente un café internet en el primer piso, etc. Todo eso me indicaba una falta de confianza hacia sus docentes. Existían varios estudiantes cuyo nivel era extremadamente bajo para ir en semestres avanzados, pero esperaban notas maravillosas y algunos juzgaban que, si un ingeniero no ganaba 53 millones al mes, no habían sido exitosos como profesionales. Desde mi perspectiva, graduar profesionales desconectados de las exigencias de la ingeniería, encarecía aún más el valor de la electrónica y decidí no ser parte de eso. Debo mencionar que en esa universidad también había personas que querían aprender genuinamente, pero a mi parecer no recibieron la educación por la que pagaron. En fin, todo eso me hizo replantearme quedarme en Colombia. Con mi novia habíamos hablado de Canadá como una opción chévere, pero estábamos más cerca de Francia si ella tomaba un doctorado. Entonces decidimos que yo volvería a la academia como postdoc para ayudarnos a emigrar. Durante ese proceso salió el premio de joven científico de la U.R.S.I. cuya entrega era en una conferencia. Decidí venir con toda a tocar puertas. La conferencia fue en Montreal, aproveché el tiempo para reconectar con amigos de Suiza y a través de mi director de tesis pude conseguir un par de entrevistas en China y Emiratos Árabes. Mis amigos de Suiza me contactaron con un profesor del Politécnico. Luego de regresar a Colombia, mandé mi CV a los contactos que obtuve, y bueno, me llamaron de Canadá a ofrecerme una posición de postdoc. Ese día le conté a mi novia y le pedí matrimonio, porque no la iba a dejar atrás y sabía que diría que sí. La condición de la oferta era que debía sustentar mi tesis, lo cual es un proceso que es difícil de coordinar. Necesitaba expertos en mi tema y por definición, un doctorado se hace en algo que pocos entienden, por lo tanto, no había muchas personas disponibles. Uno de ellos enfermo y toco buscarle reemplazo. Todo eso complicó la sustentación, pero se logró justo a tiempo y los jurados estaban muy contentos con el trabajo que hice.



¿Cómo se dio su entrada a HaiLa?

Después de dejar el Politécnico y la academia, me uní a HaiLa como Ingeniero de Investigación y Desarrollo. HaiLa me atrajo porque mi idea era conseguir un trabajo que me gustara de verdad, algo más que un medio para ganarme la vida. Siempre quise ejercer la parte práctica de la ingeniería electrónica, ya que mis investigaciones estaban más enfocadas en métodos de simulación. Por eso busqué una empresa donde pudiera hacer realidad ese deseo.



¿Y cuáles son sus funciones allí?

Con respecto a mi área de desempeño, soy Ingeniero de Investigación y Desarrollo y dirijo parte del equipo de desarrollo. No obstante, HaiLa es una empresa pequeña, así que nuestra jerarquía es muy horizontal y no es muy relevante quien es jefe de quien. Eso es importante para empresas más grandes o tradicionales.

En HaiLa trabajamos en hacer un transmisor que no consuma energía, utilizando el mismo principio de las tarjetas de transporte público. Ellas tienen un circuito que se comunica usando la energía que provee la estación de lectura, por eso las tarjetas no traen baterías. La diferencia es que nosotros lo queremos hacer con un rango mucho mayor (al menos 2m) y usando las redes wifi ya disponibles. Me desempeño en múltiples áreas que incluyen caracterización de nuestros circuitos integrados, plantear e implementar estrategias de verificación, diseñar nuevas estrategias para hacer nuestra tecnología compatible con WiFi, modelado de consumo de potencia, desarrollo de software, etc.



Se que ha recibido premios por sus investigaciones o trabajos como el Young Scientist Award y el Swiss Government Excellence Scholarship. ¿Alguna otra distinción?

Si, pero son más de la época de escuela y colegio. En cuarto recibí una mención de honor por ser mejor estudiante del colegio Francisco de Paula Santander. En 11 fui nombrado mejor estudiante del colegio El Destino, probablemente porque tuve el mejor puntaje Icfes de ese año en el colegio.


Mi maestría tuvo tesis meritoria y en el doctorado los jurados me dieron la mención de tesis laureada. Sin embargo, no pude saber si finalmente fue hecha oficial por la universidad debido a que estaba haciendo los papeles para venir a Canadá al mismo tiempo que terminé mi doctorado.


Para mi ambos fueron los catalizadores de cambios sin precedentes en mi vida y estoy profundamente agradecido con las oportunidades que me brindaron.

Gracias al premio de Young Scientist de la U.R.S.I. tuve la oportunidad de encontrar mi trabajo en el Politécnico de Montreal.


Mientras que el de la beca de excelencia del gobierno suizo me abrió los ojos a las posibilidades que el mundo me podían ofrecer.



¿Cómo se siente ser un colombiano que forma parte de ese grupo de cerebros fugados en el exterior?

Huy eso tiene muchos matices. Por ejemplo, aunque me encanta Canadá y seguiré construyendo mi vida acá, me sabe muy amargo no haber podido hacer lo mismo en Colombia. Después de Suiza yo quería quedarme en Colombia, pero me bastó medio año para entender, que iba a necesitar dos trabajos para tener un nivel de vida decente. Obvio hay un componente de no saber cómo hacer que lo valore a uno la industria, pero también está el hecho que prácticamente no hay industria electrónica en Colombia.



¿Imposible entonces pensar en Colombia cómo país para aprovechar un potencial como el suyo y de otros profesionales con capacidades como la suya?

No es imposible, solo muy difícil. Para que otros puedan seguir el camino que encontré en Canadá se necesitaría inversión fuerte del gobierno que involucre al sector privado. Por ejemplo, las compañías que hacen circuitos integrados necesitan juntar en promedio más de 20 millones de dólares para sacar su primer producto. Luego se necesita considerar que muchas de esas iniciativas fallan, lo que se traduce en más inversión. Pero una vez una de esas compañías surge, se genera empleo y se crea reputación que atrae capital extranjero y este proceso se expande.


Por ahora el favorito de los inversionistas parece estar en software debido a que el costo tiende a ser menor antes de tener un producto.


La verdad no estoy seguro si ese sea el mejor camino para mejorar a Colombia.

Cuando volví a Colombia, solo encontré un camino, ser profesor de universidad. Debo decir que me encanta esa rama de mi profesión, pero quería probar algo diferente, quería integrarme a la industria, pero no encontré nada atractivo en el país.


Entiendo que es un fanático de Los Animes. ¿Por qué le gustan? ¿Algún preferido en especial?

Siempre me sentí atraído por buenas historias, en un principio era mi familia y en especial mi abuelo quien me las contaban. Luego fueron libros, películas y dibujos animados. En general los dibujos animados que están dirigidos a niños se basan entre la pelea del bien contra el mal, pero las series de Japón tendían a tener historias más atrayentes que el formato del monstruo de la semana. Por ejemplo, Dragon Ball Z tenía extraterrestres, androides, seres que devoraban otros para hacerse más fuertes, mientras Digimon mostraba facetas de sus personajes que en la mayoría de las series para niños no se molestaría en poner, hermanos que se querían, pero vivían separados debido al divorcio de sus padres, una chica que no comprendía el amor de su madre, un personaje que sufre la muerte de su mejor amigo, etc. Son cosas que no se encontraban en las caricaturas gringas.


Tampoco es que no me sintiera atraído hacia la animación occidental, Los Simpson eran mis favoritos. Me encantaba su sarcasmo y diálogo ocurrente. No obstante, la televisión colombiana perdió el interés en la animación y favoreció las novelas, así que durante mucho tiempo no encontré nada que llamara mi atención de forma marcada.


Al entrar a la universidad, un primo me mostro DVDs de varias series de Animes y un mundo se abrió para mí. Había historias de muchos géneros y entendí que la animación no estaba relegada solo a los niños. Amigos me recomendaron animes como Death Note y Full Metal Alchemist que me mostraron lo mucho que podía ofrecer el anime. Me encanta que sea fácil encontrar historias con un componente único que cambia sus historias. Por ejemplo, jugar con el cambio de perspectiva de en un conflicto (Attack on Titan), la discusión de justicia de Psycho Pass, el suspenso de Parasyte, la humanidad de Violette Evergarden, etc.


Tengo muchos animes preferidos, pero para la gente de mi edad recomendaría Space Brothers que tiene una historia de un ingeniero de 30 años que se queda sin trabajo y por sugerencia de su hermano, decide seguir el sueño de su infancia, ser un astronauta. Es una historia realmente emotiva.


¿Algún proyecto en especial a futuro?

Huy la verdad, no tengo respuesta para esta pregunta.



"Aunque me encanta Canadá y seguiré construyendo mi vida acá, me sabe muy amargo no haber podido hacer lo mismo en Colombia."

Juan M. David Becerra con su esposa Yury Estepa e hija. Al lado los personajes de Space Brothers. Yury Estepa personifica a Itou Serika y Juan M. David a Mutta Nanba.




Alejandro Castro Ortegón:


"Soy un ingeniero electrónico con 7 años de experiencia en el campo. He trabajado en múltiples áreas de la electrónica como diseño de sistemas digitales, testeo y automatización de equipo de laboratorio, diseño de PCB para aplicaciones IoT e implementación de aplicaciones LoRaWAN y SigFox. Además, integré funciones en sistemas de almacenamiento en la nube basado en código abierto e implementé múltiples plataformas de software usando Python/Django."



¿Me asalta la curiosidad saber cómo describe su infancia, en especial a sabiendas que su inteligencia era sobresaliente en comparación a los otros niños con los que compartía?

Desde que era pequeño me gustaba saber cómo funcionaban las cosas y cómo estas cosas facilitaban las tareas cotidianas. En adición, cuando estaba en el colegio las matemáticas me parecían un juego, por lo que las disfrutaba bastante.

En mi infancia fue un niño muy tímido, se me dificultaba expresarme con personas que no conocía.



¿Cómo percibió que lo que quería ser era ingeniero electrónico?

En primaria tuvimos una materia en la que debíamos armar cosas con dispositivos electrónicos, desde ese momento supe que quería estudiar algo que me permitiera armar cosas. En bachillerato supe que eso era la ingeniería electrónica.



¿Podíamos hablar de alguna referencia en particular o inspiración para tomar el camino de la ingeniería electrónica?

Como tal fueron una serie de eventos que me llevaron a elegir mi profesión, no una persona en particular. Las materias que veía en el colegio de tecnología y matemáticas me llevaron a tomar esta decisión. Hablé con varias personas antes de decidirme a estudiar electrónica para asegurarme de que si era lo que pensaba.



¿Antes de venir a Canadá cual fue su experiencia laboral en Colombia?

En Colombia participé en varios trabajos relacionados a ingeniería electrónica, automatización de dispositivos de redes y computación en la nube.

Desde que terminé la carrera estuve vinculado a distintas empresas como desarrollador. Trabajé programando microcontroladores, diseñando circuitos impresos, automatizando procesos, creando plataformas para dispositivos de Internet de las Cosas (IoT). Todos mis trabajos estuvieron fuertemente ligados a implementar soluciones con nuevas tecnologías.

También trabajé para una empresa chilena de forma remota desde Colombia. En esta empresa tuve la oportunidad de conocer a varias personas de Latinoamérica y de aprender sobre computación en la nube con tecnologías Open Source.



¿Y cómo se dieron las cosas para venir a trabajar en Canadá?


Mi trabajo en Canadá se dio gracias a un amigo, Juan Miguel David Becerra, fue quien me ayudó a vincularme con HaiLa. Durante poco menos de un año trabajé desde Colombia hasta que se presentó la oportunidad de migrar junto con mi esposa. Ella es ingeniera química con una maestría en mercadeo, debido a esto formó parte de HaiLa durante un tiempo realizando un estudio de mercado sobre el impacto de las baterías a nivel ecológico, energético y económico.



¿Cuál es su desempeño en HaiLa?

En HaiLa creamos nuevas formas de comunicación con ultra bajo consumo de energía apoyándonos en la infraestructura existente de WiFi, para lograrlo nuestro producto usa múltiples ramas de la electrónica, yo trabajo en la rama de electrónica digital de nuestro producto.



¿Cómo se siente trabajando para esta empresa?

Muy bien. Voy a cumplir dos años en HaiLa y el reconocimiento más grande es que la empresa haya decido traerme a mí y a mi esposa acá a Canadá.



¿Complicado pensar en Colombia en proyectos que promuevan el desarrollo de profesionales como usted?

A corto y mediano plazo, sí. Desarrollar tecnología en general es un proceso muy largo y costoso. No solo se necesitan habilidades técnicas para lograrlo, sino relaciones con empresas internacionales que estén dispuestas a invertir en un producto que viene de un país que no está muy presente en el mapa tecnológico.



Al parecer también le gustan Los Animes como a su amigo Juan David. ¿Cuáles son sus preferidos?

Así es. Desde pequeño me gustaban, Dragon Ball y Los Caballeros del Zodiaco. Hasta el día de hoy me gustan, siendo mis favoritos Full Metal Alchemist Shingetsu y Kimetsu no Yaiba.



¿Cómo se siente ser un colombiano que forma parte de ese grupo de cerebros fugados en el exterior?

Es una experiencia enriquecedora ya que he podido trabajar de la mano de varias personas de distintas nacionalidades, así mismo las actividades que realizo en el día a día me permiten aprender a profundidad temas de mi carrera que no hubiese podido aprender en Colombia.



¿Intereses profesionales en especial a futuro?

Me gustaría seguir aprendiendo de diseño de sistemas digitales. El énfasis en baja potencia me ha gustado, por lo que sería una buena adición.



"Desde que era pequeño me gustaba saber cómo funcionaban las cosas y cómo estas cosas facilitaban las tareas cotidianas."

Alejandro Castro Ortegón y su esposa Alejandra Ortiz.



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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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