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Alfonso Salamanca Llach: “Yo no me voy a ir de Boyacá”


Alfonso Salamanca Llach. Foto: SIE7DIAS Boyacá.



Boyacá es un departamento que tiene mucha historia, así lo dice, Alfonso Salamanca Llach, un hombre experimentado en las lides de la política y fuertemente comprometido con el deporte.


Lo que hace más llamativa esta frase, es que dentro de esta fecunda historia que encierra el departamento de Boyacá, el nombre de Alfonso Salamanca Llach, ya se encuentra inscrito como uno de sus más insignes ciudadanos gracias a sus aportes en materia administrativa, social y deportiva, pero más aún, habiendo sido nombrado en su momento, como el primer gobernador de su departamento escogido popularmente.


El deporte ha sido parte fundamental en su vida, no solamente por sus habilidades y proezas como atleta profesional, sino por su férrea y determinada contribución a engrandecer la historia del ciclismo colombiano, tanto en territorio nacional como internacional.


En las memorias de Boyacá, quedará por siempre grabado el nombre de Alfonso Salamanca Llach, un hombre que desde niño aprendió de su padre que con disciplina se llegaba lejos en la vida.


Después de muchas faenas concluidas, quedan atrás aquellos años mozos de remarcables competencias deportivas y de contiendas políticas, unas de gran satisfacción y otras, quizás un poco menos. Hoy, con los aciertos y desaciertos que la experiencia de la vida deja, Alfonso Salamanca Llach, se regocija plácidamente en su aposento, con el sosiego que brinda la labor cumplida.





Por: Germán Posada.



¿Su apellido Llach, cuál es su origen?

Es catalán. Mi madre era catalana, cartagenera de Indias.



Hijo de un capitán de la Armada colombiana. ¿Cómo recuerda a su señor padre, cómo fue la educación con él?

Mi padre era de Sogamoso e hizo parte de los fundadores de la Armada Inglesa cuando esta llegó a Colombia por allá en los años 30. Un grupo del ejército en el que estaba mi padre pasó a la Armada, entre ellos el almirante Lemaitre y el almirante Piedrahita, uno de los quíntuples en la época en la que se remplazó al General Rojas Pinilla. Ellos fueron compañeros de mi padre, aunque él era un poco más antiguo. Mi padre llegó al grado más alto que había en aquella época cuando se retiró.


Mi padre se distinguió por ser un hombre serio, fuerte y disciplinado. Fue agregado naval en Estados Unidos en Washington y embajador en Argentina.



¿Qué fue lo más satisfactorio de su vida como deportista?

Mis participaciones en Esquí acuático y en hockey sobre patines. Haber hecho posible siendo ejecutivo de gobierno, la construcción del velódromo, el patinódromo y la piscina olímpica en Duitama de la que han salido varios campeones suramericanos.


Durante mi gobernación fui promotor de la plaza de toros en Duitama que se le dio el nombre de Cesar Rincón, en su momento, número uno en el mundo de la tauromaquia. Yo soy de los que opina que es en vida como deben hacerse los homenajes a las personas. Un homenaje, por ejemplo, es llamar con sus nombres a lugares o eventos que recuerden sus logros importantes y trascendentales.



Tengo entendido de que usted era un célebre deportista en su colegio Salesiano en Duitama, especialmente por unas acrobacias que hacía en unas ruedas. ¿Nos cuenta acerca de esto?

Mi hermano mayor y yo estudiábamos en el Colegio Andino alemán en Bogotá. Fuimos educados muy disciplinadamente y yo toda mi vida he estado inmiscuido con el deporte.


Luego cuando nos trajeron al colegio Salesiano de Duitama, allí había un cura alemán conocido como el cura Moser. Este cura había traído los famosos aros Round Roder, un deporte de origen alemán, en donde uno se metía a dar vueltas. Eran sencillos y dobles. Yo los manejaba con mucha facilidad y los curas salesianos me llevaron de gira a varias partes de Suramérica para hacer demostraciones de cómo se manejaban. Esto era toda una sensación en aquella época de juventud.


Fui selección Colombia de hockey sobre patines y también gimnasta. Luego me dediqué al Esquí acuático y fui campeón nacional varias veces como también a nivel internacional. En este deporte también fue figura Andrés Botero y antiguo director nacional de Coldeportes.



Uno de sus hijos, ha representado a Colombia en la Copa Davis. ¿Sigue activo?

Todos mis hijos son deportistas. El mayor de ellos es Alfonso Enrique, fue ciclista y compitió con el equipo Kelme. El segundo, se llama José Felipe y compitió en triatlón.


El tercero y al cual usted se refiere es Carlos Andrés, y efectivamente compitió entre otros eventos en la Copa Davis y en el U.S Open. Fue campeón juvenil del Roland Garros junto a Alejandro Falla quién actualmente es el capitán del equipo de Colombia y mi hijo es el director deportivo.


Yo les inculqué el deporte porque los hombres tenemos que ser íntegros, no solo sumar y escribir. Debemos estar alejados de las cosas que nos dañan.



¿Es cierto que tiene estudios en el exterior, en Iowa State University, y especialización en London School of Economics?

Yo soy economista y lo que usted menciona en su pregunta es cierto.

Estudié en Bogotá en la Universidad de los Andes, La Salle. Después me dediqué a las finanzas. Trabajé para la Superintendencia Bancaria y el Banco de la República. Posteriormente fundé una corporación de ahorro y vivienda llamada Colmena del grupo social de Los Jesuitas. En esta corporación estuve varios años como economista siendo vicepresidente de sucursales y agencias para luego retirarme y dedicarme a hacer política para la época, con Luis Carlos Galán, mi gran amigo de juventud.


Luis Carlos Galán era un soñador y juntos queríamos cambiar el país. Junto a otros grandes personajes de Colombia, creamos el Nuevo Liberalismo. Es sabido que, si a él no lo hubieran asesinado, habría llegado a ser presidente de Colombia.



Usted fue representante a la Cámara de Representantes e intentó ser Senador de la República, pero no lo logró. ¿Qué pasó?

Ejerciendo la política fui gerente de la Beneficencia y Lotería de Boyacá, gerente de la Licorera de Boyacá y fui concejal y diputado del Nuevo Liberalismo, además representante a la Cámara. Luego quise ser senador, pero no fue posible. Colombia atravesaba por serias dificultades de índole político y la verdad no insistí mucho en esta tarea.


Llegué al Congreso de la República en el 86. Cuando asesinaron a Galán yo ejercía como congresista y con la llegada de Cesar Gaviria a la presidencia revocaron el Congreso creando la nueva constitución del 91. Mientras tanto yo me lancé a la gobernación de Boyacá siendo el primer gobernador por elección popular.



Primer Gobernador de Boyacá elegido popularmente. ¿La gente lo estima bastante?

Esto fue en aquella época en donde los partidos Liberal y Conservador eran los más tradicionales. Boyacá era un departamento netamente conservador y mi filiación era liberal pero la gente me conocía por todas las actividades que había desarrollado en el sector privado y con el deporte.


Mi experiencia en el ramo ejecutivo me ayudó mucho y logramos organizar el departamento que fue el paso más interesante ya que como es de conocimiento general, los departamentos del país venían de ser manejados a través de vaivenes políticos y manzanillezcos”.



¿Cuáles fueron sus logros más importantes como gobernador?


Conocí mucho mi región y le dimos buen rumbo porque hicimos todas las reformas necesarias administrativas y financieras para que marcharan sus diferentes departamentos. Logramos la nivelación en el sector de la salud.


Las personas obtenían su empleo por su hoja de vida y no por nexos políticos.

Mi trabajo fue el de un gerente de una empresa que se encargó de organizar el departamento.



Su esposa Nohora Caicedo lideró obras sociales en Boyacá como la Operación Sonrisa Internacional beneficiando a niños. ¿Nos recuerda a su esposa?

Ella siempre se dedicó al servicio social. Era muy dedicada y de mucho temperamento para ayudar a la sociedad. Trajo por primera vez la Operación Sonrisa a Colombia siendo sedes Boyacá y Manizales. Fue un trabajo realizado gratuitamente por médicos que venían de Estados Unidos y el hospital de Duitama era el centro de operaciones. En Boyacá se operaron cerca de 1.600 niños. Fue algo muy atractivo y llamativo que después se propagó en todo el país.


Esto ayudó mucho a crear conciencia social. En Boyacá, por ejemplo, existía la creencia de que un niño con labio leporino era un castigo del demonio al punto que escondían a estos niños, incluso los amarraban sin dejarlos salir. Se hizo un trabajo muy juicioso sociológicamente para sacar a estos niños y poderlos operar. Definitivamente fue una labor muy linda.


También se trabajó mucho en la parte del analfabetismo, mucho aprendieron a leer y especialmente se ayudó a mucha gente del campo que tenían dificultades para escuchar. Esto fue un trabajo conjunto con algunas universidades de Colombia entre ellas, la Universidad de la Salle.


Mi esposa fue muy condecorada por sus labores sociales.



A mi departamento lo quiero mucho. Boyacá es un departamento que tiene mucha historia.


Un Velódromo que lleva su nombre Alfonso Salamanca Llach. ¿Supongo es motivo de orgullo?

Si, muy satisfecho. Yo hice ese velódromo porque Boyacá es un departamento netamente ciclístico. Las ligas de ciclismo y federaciones empujaron para que esto se lograra.



Protagonista con Miguel Ángel Bermúdez de Mundiales de ciclismo con la Federación de Ciclismo colombiana.

Así es. Con Miguel Ángel Bermúdez, hicimos los mundiales de ciclismo en Boyacá. Desde que yo estaba en el Congreso empezamos a idear la manera de poder hacerlo, pero en reiteradas ocasiones nos negaban su ejecución. Finalmente, Miguel Ángel logró a través de Coldeportes llegar al gobierno nacional y yo ejerciendo como gobernador de Boyacá, logramos que nos asignaran la sede en el año 95.


Esto fue un lobby que tuvimos que hacer a nivel mundial. Aprovechamos los eventos importantes que ya habíamos logrado como los Panamericanos precisamente en el Velódromo Alfonso Salamanca Llach. Habíamos logrado un gran cúmulo de experiencia para poder demostrar a nivel mundial que podíamos hacerlo y la ayuda del alcalde de Duitama de aquella época fue muy importante.


No fue fácil, porque para esos mundiales de ciclismo había otros países que competían para realizarlos y nosotros lo logramos frente a competidores como Seúl y Mónaco. Todo esto son logros sociales a través del deporte, área que siempre me ha fascinado.


¿Y qué era lo que pasaba cuando presidía la Federación de Ciclismo el General Marcos Arámbula Durán?

El General Marcos Arámbula Durán fue un tipo muy importante en el área del ciclismo, pero se requerían cambios generacionales. Él se hacía elegir mucho pero no tenía muchos ciclistas. Nosotros logramos unir zonas prospera del ciclismo como Cundinamarca, Antioquia, los Santanderes y Boyacá. Conformamos una asamblea general y así se hizo una federación disidente que la encabezó Miguel Ángel Bermúdez obligando prácticamente el retiro del general y se dio el inicio a la conquista de Europa con nuestros ciclistas, inicialmente con el patrocinio de Pilas Varta y luego con Café de Colombia.


Ciclistas como Lucho Herrera y Fabio Parra, entre otros corredores, abrieron el camino en Europa para que actualmente otros deportistas se destaquen con todos sus logros.



Como todo en la vida hay momentos de satisfacción y sinsabores. ¿En la política cómo le ha ido, ha tenido sinsabores?

Mi mayor satisfacción fue haber sido el primer gobernador de Boyacá elegido popularmente. Obviamente no todo es color de rosas y como usted bien lo dice también hay sinsabores y la política no es la excepción.


En la parte económica y financiera siempre tuve éxitos. Luego me metí en política y ahí se encuentran muchos contradictores, pero esto siempre hay que mirarlo con el objetivo de hacer bien las cosas.



¿De aquella época a la actual cómo analiza el momento que se vive con ciclistas colombianos de renombre en el exterior?

Todo ha evolucionado. Nosotros éramos muy empíricos cuando iniciamos, pero posteriormente trajimos instructores de Europa que enseñaron a través de las escuelas de ciclismo a desarrollar ese talento nato del ciclista colombiano. Se comenzó el proceso para que nuestros deportistas aprendieran a comer bien, a buscar el biotipo del ciclista que cumpliera con ciertos requerimientos para esta clase de competición. Hoy todo es muy distinto en comparación en nuestros inicios hace 30 años.



Dada su experiencia en materia de política sería interesante conocer su opinión de lo que es tener actualmente por primera vez en la historia de Colombia a un presidente de izquierda.

Muy difícil. La democracia es la democracia. Lógicamente uno aspira a que todo el mundo salga adelante y ojalá que al nuevo presidente le vaya bien. No es fácil gobernar un país como Colombia porque en mi opinión es que los gobernantes llegan a hacer las cosas bien, pero la idiosincrasia y los regímenes hay que observarlos para analizar en donde han fracasado. Corrupción hay en todas partes del mundo y la corrupción no tiene color político.


Este tema me recuerda una frase que alguien dijo: prefiero una democracia imperfecta a una tiranía perfecta.


En la democracia todo el mundo puede pensar. La educación debe comenzar desde niño con un gran ejemplo de moral, pero lamentablemente por culpa de algunos profesores, los muchachos se inclinan por malos pasos que poco contribuyen a una buena sociedad. La solución no es la izquierda ni la derecha. El asunto es buscar ayudar a toda la humanidad y en nuestro caso a Colombia y la buena educación es clave para la solución.


Vemos como los regímenes de izquierda en el mundo han fracasado. La unión de repúblicas socialistas soviéticas hoy en día, Rusia, son capitalistas. China por más que sea comunista no puede negar que es comunista-capitalista y somos testigos de las tragedias que han vivido países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, entre otros países de Suramérica, con sus políticas cerradas de izquierda.



¿Qué significa para usted su Boyacá del alma, su Duitama?

A mi departamento lo quiero mucho. Boyacá es un departamento que tiene mucha historia. Usted como colombiano sabe muy bien que aquí se gestó la libertad de América y vivimos orgullosos por el patriotismo que sentimos. El haber sido gobernador de nuestro departamento es un honor muy grande para mí.



¿Ya retirado del mundo ejecutivo y político como es su día a día?

Yo no me voy a ir de Boyacá. Vivo feliz en mi departamento y en mi casa antigua, pero con todas las reformas que se requieren. Aquí viene mucha gente y me dedico a atender a mis amigos, leo de todo y escucho música, tengo una colección de más de dos mil acetatos, todo tipo de música me fascina. También atiendo consultas de mucha gente que confían en mi por mi experiencia y por mi edad.



Muchas gracias.

Encantado de hablar contigo y muchas gracias por tenerme en cuenta para esta entrevista.


Los hombres tenemos que ser íntegros, no solo saber sumar y escribir. Debemos estar alejados de las cosas que nos dañan.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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