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A la memoria del Maestro Rafael Escalona


Recientemente con motivo a los once años de haber fallecido el Maestro Rafael Escalona, un grupo de artistas le rindieron un homenaje a través de un concierto virtual llamado ‘Escalona por siempre’. El concierto fue realizado por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y la Fundación Rafael Calixto Escalona Martínez.

En noviembre de 2007 yo le realicé una entrevista al Maestro Rafael Escalona. Pese a que su estado de salud estaba bastante desmejorado tuvo la amabilidad y la cortesía de disponer para mí un espacio de tiempo y atender mi llamado telefónico desde la ciudad de Montreal. La transcripción de la conversación no fue fácil, dado su débil estado de salud, algunas palabras fueron muy difíciles de descifrar.

Para la época esta entrevista fue publicada en los portales ‘Conexión Colombia’ y ‘Músicas del Mundo’ de los cuales fui corresponsal. Años después (2013), fue publicada de nuevo en el portal Panorama Cultural.

Como un tributo a la memoria del Maestro Rafael Escalona, ahora yo se las presento de nuevo desde mi propia página web.


Maestro Rafael Escalona.


Por: Germán Posada



G.P.: ¿Maestro qué significó para usted recibir el Premio Aplauso a las Bellas Artes?

R.E.: Sí, tuve la oportunidad de estar con mis amigos en el Teatro Colón muy bien rodeado con un grupo de muchachos, de caballeros que me han precedido y que también han colaborado para que el vallenato este representado cultural y folclóricamente dentro del mundo, prueba de ello fue el Grammy que me dieron el año pasado. Yo no toco ningún instrumento, no tengo orquesta, yo solamente canto con mis amigos en noches de parranda…yo no vivo de la música, yo soy algodonero, ganadero de la Costa Norte de Colombia y desde niño me gustan los trabajos. Yo compongo vallenatos desde un estilo diferente, especie de crónicas musicales como el señor que se estrelló en el carro o el campesino que se cayó del caballo y se partió la “pata”.


G.P.: ¿Cómo se siente al ser reconocido como el más célebre autor vallenato?

R.E.: Bueno, indudablemente que sería demasiado humilde si le dijera que no lo merezco. Entre todas las proporciones humanas sobresale alguien sobre otros, por ejemplo en las bellas artes o las profesiones comunes. A veces hay personas que nos da por ser más necias que otras para insistir, otras más virtuosas, otras más estudiosas y de pronto en alguna de esas consideraciones estoy yo. Puede ser en las más necias, las más insistentes.


G.P.: ¿Cómo se sintió al recibir El Grammy honorífico a su trayectoria como compositor?

R.E.: Bueno, mi querido amigo, yo puedo hacerlo sin petulancias, porque yo no soy artista. Mi bandera es como he sido, yo me inicié en el algodón, en la agricultura mecanizada en mi tierra, como se dice he sido un ‘tahúr de la tierra’. No hago las cosas por encargo, sino cuando me llama la atención y las hago con cariño, tanto en la parte musical como en la parte narrativa. Por eso, mis canciones son como le dije al principio, son crónicas musicales. Es más bonita la narrativa en prosa que hasta la misma canción. Lógicamente, no soy franciscano y es muy grato decirle que me sentí muy orgulloso pero, sobre todo, y creo que mis amigos me lo creen –porque tienen que creerlo– me pasa como ciertas mujeres, que por orgullosas y creídas que sean, para qué van a ser indiferentes si son bonitas.


G.P: ¿Qué opina de los artistas vallenatos de la Nueva Ola?

R.E.: Sí, es muy buena su pregunta. Yo llamo esto evolución-revolución propia del siglo de la juventud, eso es explicable. Estos muchachos ya tienen un modo de pensar diferente. El Vallenato no es rock and roll, el rock and roll es otra cosa. Los muchachos hacen esto para ponerse al día. Un niño por ejemplo como mi hijo de quince años no puede pensar como yo, ni el hijo suyo, ni el del vecino. Ellos están con su “brincoleo”, como decimos. Con todas las cosas, las innovaciones que trae la época y que trae la juventud, están saliendo muchachos muy buenos, ya tenemos figuras sobresalientes y no solamente en esta música si no en otras como Shakira, como Juanes y otros más, y me parece que todo esto es bueno, todo es cultura.


G.P: ¿Cuál es el aporte que ha dado Carlos Vives al vallenato?

R.E.: Bueno la cosa es reciproca, a Carlos Vives lo hizo el vallenato. Carlos cantaba baladas. Cuando se iba a hacer la telenovela “Escalona” yo le exigí a Caracol que escogiera un muchacho que hablara con nosotros, un muchacho provinciano que supiera cantar vallenatos. A mí me tocó hacer la escogencia y lógicamente cuando lo vi le pregunté qué cuántos vallenatos se sabía y me dijo que todos. ¿Y eso por qué? porque mi papá y mis tíos parrandeaban en Valledupar con la música de usted, con el “Viejo Morales”, con el “Viejo Zuleta”, con todos estos personajes significativos de nuestro folclor. Carlos tenía una muy buena voz, mucha simpatía, mucha juventud y las empresas musicales aprovecharon y esta novela fue todo un éxito en América. Me imagino con mucha razón que cantando baladas no hubiera llegado a donde llegó y por eso su éxito sigue siendo el vallenato, en otros aires quizás no hubiese tenido ese éxito como con el vallenato.




G.P: ¿Cómo nació esa magia para componer canciones?

R.E.: Yo creo que todos los seres humanos recibimos influencias. Yo tuve un papá muy ilustrado. Coronel del ejército de Colombia. Mi mamá estudió en Europa, hablaba tres idiomas. Alguna vez le pregunté a mi papá por ese milagro y él me respondió: “Los santos no hacen milagros, los milagros los hacen los curas”. Mi mamá fue sobrina del primer Obispo de Colombia, el Obispo Calderón. Mi papá me hablaba de los Griegos, los Romanos, entre otros y yo me fui “ranchando” y dije que yo también podía hacer cosas como esas, no las hice como esas...pero creo que las he imitado.


G.P.: ¿Cómo describe al ex presidente López Michelsen?

R.E.: En el aspecto político no soy yo quien lo debe analizar ya que no soy político. El tenía tierras por allá por mi tierra. Yo comenzaba con mis inquietudes folclóricas, nos acercamos en el Primer Festival Vallenato que fue una obra de él, de Consuelo Araujo y de mi persona. Fui su secretario privado, en su presidencia me nombró embajador consular en Panamá y siempre tuvimos una permanente compenetración y nos acompañábamos a parrandas musicales. Jamás estuve echando discursos. No le pedí ni regalos, ni carros, ni millones, pero sí le hice una canción que quedó como el himno de su Campaña que se llamó “López el pollo”, tanto así que donde quiera que él iba en las plazas públicas llevaba un pollo o un gallo en sus brazos y eso me complace porque fue en sí, un reconocimiento de las multitudes para con él. “López el pollo, el gallo que Colombia necesita”.


G.P.: ¿Maestro, es verdad que colecciona navajas?

R.E.: Sí, me gustan mucho. Cuando fui cónsul en la época presidencial de mi gran amigo, el ex presidente López Michelsen, tuve la oportunidad de recolectar varias navajas de diferentes países. Es un “hobby” como todos, me siento muy orgulloso de todas mis navajas.


G.P.: Maestro compártanos uno de esos piropos para enamorar mujeres..

R.E.: Los costeños somos muy claros, muy directos y muy espontáneos. El tipo del interior dice por ejemplo “Su mercesita, parece una virgencita, que linda estas”, también se puede adular a una muchacha diciendo, “Oye negra pero como te has puesto de buena”, en mis canciones aunque echo mentiras, hablo de esto, por ejemplo como en “El medallón que usaba un pirata”, “La perla más bonita del fondo del mar”, “La quinta del Presidente Ospina Pérez en Medellín”, “Las nubes rosadas escritas en el cielo”, “Las estrellas más bonitas”, “Los arcos Iris” y otros más. Y cuando pasa una muchacha también le digo: “Carajo sí que está buena”… si me tuerce los ojos y sigue, me quedo esperando y veo que entonces -sobre el hombro- me mira, digo… la cosa está buena. (Risas…)


G.P.: ¿Tiene un whisky preferido?

R.E.: Yo fui muy poco tomador. A mí nadie me ha visto borracho cuando he entrado en la noche. Nunca tuve la costumbre de tomar en la noche. Siempre lo hacía en la mañana después de las ocho, luego del desayuno en vez de jugo de naranja un trago de whisky hasta las cuatro de la tarde. Mi especialidad el Sello Rojo.


G.P.: Maestro, muchas gracias por su tiempo.

R.E.: Quedo a sus órdenes y estaré completamente a su disposición.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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