William Giraldo Ceballos.
El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) ha elegido por unanimidad en tres ocasiones como su presidente, al periodista William Giraldo Ceballos, y él, gustoso, ha aceptado este gran desafío.
Medio siglo suma su caminar en las lides del periodismo, profesión que, según su opinión, ya no goza de ese pedestal que siempre lo ha clasificado en el cuarto poder por su nivel de influencia frente a los diversos acontecimientos sociales y políticos del mundo.
La libertad de prensa en Colombia es un tema que para este experimentado abogado y periodista cobra una considerable importancia al punto de considerarla, “relativa en su accionar”, y deplora vehementemente el interés que en ello han ejercido los grandes conglomerados económicos.
Para William Giraldo Ceballos el periodismo atraviesa una etapa trascendental en su evolución en medio de las crecientes transformaciones tecnológicas y el uso globalizado de las redes sociales, razón por la cual, admite la importancia de estar frecuentemente actualizándose a través del conocimiento, pero insiste, en que finalmente el ganador seguirá siendo el periodismo puro, el cuál sigue sumando mártires en la búsqueda de la veracidad.
Por: Germán Posada
¿Cuántos años dedicado al periodismo?
Teniendo en cuenta que ahora seguimos con una página en internet llamada Revista Corrientes, son más de 50 años.
¿Sus comienzos fueron de manera empírica, acaso estudio periodismo en el transcurso de su carrera?
Si, empírico. Pero tal vez con los mejores profesores de su tiempo en cuanto a radio periodismo para formar reporteros y buenos redactores de noticias: Antonio Pardo García en Todelar, Yolían Londoño, en La Voz de Bogotá, Timoleón Gómez y Yamid Amat en Caracol.
Si mencionara los nombres de todos mis maestros, ocuparíamos todo el espacio que me da Germán, pero no se pueden dejar de lado las enseñanzas y valores éticos impartidos a lo largo de los años por, por ejemplo, Jorge “Topolino” Zuluaga que en aquellos tiempos era redactor judicial y elaboraba libretos especializados en la materia para Todelar.
Todos mis compañeros de la redacción de Caracol de los años 70, sin excepción alguna, fueron mis maestros. Con ellos no solo hice carrera como redactor y como reportero, sino que tuve las enseñanzas y correcciones de jefes de redacción de tan altas calidades humanas y profesionales como Álvaro Pardo García, Daladier Osorio y Arnaldo Valencia Conto.
El aprendizaje del periodismo continúo en la televisión de la mano de Alfonso Morillo Ricaurte y Efraim Marín Aristizábal, director y jefe de redacción respetivamente del Noticiero Cinevisión.
En Vanguardia Liberal de Bucaramanga, brevemente, y posteriormente en La República y El Espacio, tuve también maestros-compañeros con quienes aprendía otros géneros del periodismo bajo la tutela de personajes como Rodrigo Ospina Hernández, Hernando Reyes y Carlos Uribe.
El de antes era un periodismo de vocación con el talento pulido y acentuado con el avance progresivo en el cubrimiento de distintas fuentes de información, el talante, la perspicacia y si se quiere la malicia en la búsqueda de la información que pudiera ser noticia.
Personajes del medio coincide en que estudiar periodismo es casi que una pérdida de tiempo, ya que es un oficio no una profesión. Julio Sánchez Cristo es una de estas personas. ¿En su caso qué opina?
Ante la evolución tecnológica, no creo que estudiar periodismo sea una pérdida de tiempo. Por el contrario, las facultades universitarias no solo están en condiciones de enseñar la mejor aplicación de las herramientas de comunicación del presente, sino de fortalecer los conocimientos académicos de sus estudiantes para la investigación y redacción de noticias en materias tales como la redacción, la expresión total, la ciencia política, la economía, la geografía, el derecho, etc. Y por encima de todo la lectura.
Lo que pasa también es que a los recién egresados de las facultades de comunicación se les quiere ver de trabajando de entrada con la madurez y conocimiento que solo dan los éxitos y fracasos que labran la experiencia de los años en cualquiera otra profesión u oficio.
La esencia del periodismo es la reportería. El manejo del lenguaje, la capacidad para improvisar ante un micrófono o ante una cámara de televisión, la recolección de datos sobre los hechos, los personajes y hasta la ubicación del lugar en donde se origina la noticia van sumando a la experiencia y eso no se logra de la noche a la mañana.
¿Quién es Antonio Pardo García en el periodismo de Colombia?
Nada menos que el maestro del radio periodismo colombiano. Fue el pionero del periodismo radial cuando fundó en Caracol, bajo la tutela de don Fernando Londoño Henao la primera sala de redacción con proyección nacional alimentada con noticias recogidas en la calle por un grupo de periodistas jóvenes e inquietos que posteriormente se destacaron individualmente en la dirección de otros medios o descollaron en diarios, revistas o en la televisión.
Manuel Prado, Elkin Mesa, Rodrigo Pareja, Javier Baena y Jaime Villamil, entre otros, fueron los primeros reporteros que con aparatosas grabadoras recogieron en las calles, en los despachos de ministros, magistrados y congresistas los testimonios de la gente, la explicación de medidas y de leyes que el país quería conocer en el momento, en el mismo día.
Hasta 1957 los acontecimientos nacionales, los eventos deportivos y de entretenimiento, solo eran noticia al día siguiente de haber ocurrido.
Antonio Pardo García llevó la esencia del periodismo y la sintetizó en noticias de rápida y fácil comprensión a los oyentes mediante normas de redacción simples, pero rigurosas en el uso del lenguaje para garantizar la neutralidad informativa sin adjetivos y sin gerundios.
Si puede llamarse así, el “Manual” de estilo de la redacción elaborado por ese maestro de maestros, no ocupaba una cuartilla.
De la mano de Pardo García, los noticieros de la radio dejaron de ser la “tijera press” con la cual se hacían los llamados “Radio periódicos”. Los locutores tomaban las noticias de los diarios, sin darles crédito y sin importarles cuánto estuvieran ya desactualizadas por la evolución de los hechos.
Cuando el Círculo de Periodistas de Bogotá le otorgó el premio “Guillermo Cano” al mérito periodístico, lo hizo también porque fue el inquieto pionero y planificador de muchas otras realizaciones y creaciones para la radio no solo en Caracol, sino en RCN y en Todelar.
En Caracol, RCN y Todelar Pardo García hizo gala no solo de la reportería que ejercía aun siendo el director de los espacios informativos, sino de su creatividad de programas y lemas que identificaron las cadenas con las voces de los mejores locutores de Colombia:
“Ultima Hora Caracol, el primero con las últimas”, Caracol, la gran compañía. “Noticiero Todelar de Colombia: Nos oyen y nos creen”. “RCN, la radio de Colombia”.
El nombre de don Antonio Pardo García está escrito en mayúsculas en la historia periodística de la radiodifusión colombiana.
¿Y quién fue German Castro Caycedo?
El más grande cronista del país en el siglo XX. Sus historias en el Diario El Tiempo eran testimoniales. No había en sus crónicas ficción ni figuras creadas por la fantasía del cronista, era la narrativa pura y llana del testigo de acontecimientos, hechos, realidades o historias investigadas a fondo por él.
En algunas conversaciones con los socios del CPB dejó en claro que para él la crónica no podía tener matices que la adornaran o fantasías imaginarias de escritor para fabricar escenas en el relato de los hechos.
Sus narraciones incluían los testimonios de cada historia recogida en sus búsquedas de acontecimientos de interés público en cualquier lugar de Colombia o del mundo.
La crónica escrita por el periodista es una suma de verdades. Cada fragmento, cada renglón o cada idea completa expresada en el relato, debe ser un trozo de la verdad”.
Germán Castro Caycedo escogió la crónica como el género que le permitía desarrollar más ampliamente su minucioso trabajo investigativo con el acopio de datos, incluso referencias históricas y testimonios de la ocurrencia de los hechos de una manera periodística. Así lo hizo no solo en El Tiempo, sino en la televisión como “Enviado Especial” y en sus más de treinta libros de crónicas.
Tal vez en el pasado periodístico de Colombia hubo otros cronistas, pero de nuestros tiempos con la rigurosidad de la verdad, Germán Castro Caycedo.
¿Qué tanto ha cambiado el periodismo en Colombia desde sus inicios en los sesentas hasta el día de hoy?
Mucho y positivamente. Hoy hay más libertad de prensa y de opinión en cada vez en más medios y particularmente en los alternativos que nacieron o renacieron en el mundo virtual. Hay periodistas mejor preparados en la actualidad.
El de antes era un periodismo bien escrito y bien hablado. Pero fueron muchos los sacrificios en vidas y en despidos de periodistas por atreverse a investigar, a denunciar la corrupción de miembros de la clase dirigente política y empresarial, las injusticias sociales, las torturas y desapariciones de los líderes de izquierda o los atropellos a la ciudadanía, los abusos económicos y las estafas. Eso lleva a creer que el de antes era mejor periodismo, pero ahora ha avanzado mucho y se ha profesionalizado más. Tiene mejores bases académicas.
Lamentablemente los lunares de la autocensura, la desinformación, la manipulación política y hasta las falsas noticias prevalecen en algunos de los medios tradicionales que sobreviven hoy en manos de conglomerados económicos y empresariales.
La Silla Vacía, Kienyke, Las2orillas, los Danieles y el renacimiento de Cambio en el mundo virtual de hoy son el bálsamo que alivia la sed por esa libertad de prensa que siempre anhela un país que se asoma a una democracia aún imperfecta.
¿En cuantas ocasiones ha ejercido como presidente del CPB y cuáles considera fueron los logros más sobresalientes durante su gestión?
En tres ocasiones fui elegido por la Asamblea General del CPB.
Solo un logro importante, pero gracias al respaldo de esa misma asamblea, para adelantar las gestiones legales correspondientes, fue el rescate de lo que quedaba del patrimonio económico del Círculo, que estaba al borde de ser liquidado por los acreedores mediante el remate judicial de su sede de la calle 26.
Ninguna gestión se hizo a solas por el presidente. En esa tarea estuvieron presentes de cerca ex presidentes del CPB como María Teresa Herrán, Javier Ayala, Fernando Barrero, José Salgar, Gustavo Castro Caycedo, Oscar Alarcón y socios valiosos como Guillermo Pérez, Nohora Parra, Carlos Piñeros y Arturo Menéndez, entre otros. El detalle jurídico de acuerdos y conciliaciones económicas estuvo apoyado y revisado por el asesor jurídico Leonardo Mejía y la gestión de inversión y consolidación de activos con el desprendido asesoramiento del doctor Luis Guillermo Soto, ex presidente de Davivienda.
El patrimonio histórico del CPB como la más antigua agremiación periodística del país lo habían rescatado antes Patricia Lara, Roberto Posada “D’artagnan”, Jaime Horta y César Mauricio Velásquez que tuvieron el respaldo unánime de las nutridas asambleas que se celebraron con la asistencia de los más representativos socios del entonces Círculo de Periodistas de Bogotá en asambleas realizadas en el auditorio principal de la Universidad de Los Libertadores con el auspicio del entonces decano de comunicaciones Fernando Barrero.
“El de antes era un periodismo bien escrito y bien hablado.”
Gabriel Ortiz, Belisario Betancourt, Juan Manuel Santos, William Giraldo Ceballos y Maria Elvira Arango.
¿Qué considera ha sido lo más gratificante de ser periodista?
Haber compartido el trabajo, las enseñanzas, angustias, la competencia noticiosa con los colegas de otros medios, las alegrías, las tristezas y hasta las dificultades con los compañeros de las salas de redacción de Caracol, El Espacio, Cinevisión, el Grupo Radial Colombiano, Ecopetrol y el Noticiero CM&.
Muchas satisfacciones personales por la labor cumplida, pero también frustraciones por lo que no se pudo hacer, por los desaciertos en algunos cubrimientos informativos, por las entrevistas que se frustraron o los trabajos que no nos publicaron por unas y hasta obvias razones.
¿Y lo que más le ha decepcionado?
El rumbo que tomó el CPB. Perdió el norte. Se fueron los periodistas que contaron las historias del país de la mitad y hasta el final del siglo XX. Hoy muy pocos son periodistas activos en los medios.
Es necesario dejar en claro que los cambios de propiedad de los medios de comunicación modificaron la vocación periodística por la producción de resultados económicos, razón por la cual organizaciones gremiales de carácter intelectual y académico como el CPB no convocan el interés de sus directivos.
En este mes se celebra en Colombia el día del abogado y el día del periodista, usted que también es abogado celebra al doble; ¿qué tanto le ha servido la fusión de estas dos profesiones en su vida?
Es un complemento extraordinario y lo mismo ocurre con otros colegas que primero fueron periodistas y después economistas, médicos o politólogos sin abandonar la vocación periodística. Otros, por el contrario, han llegado de otras profesiones a hacer sus aportes de conocimientos con la vocación que tenían dormida para comunicar.
Por esa razón los periodistas egresados de las facultades de comunicación social que adoptan una segunda profesión o maestrías en ciencias políticas, económicas o sociales, hacen notable el buen periodismo colombiano que se refleja en medios nacionales e internacionales.
Hace cinco años en una entrega de los premios CPB usted en su alocución dijo que “la prensa ya no era el cuarto poder porque había sido reemplazada por el poder financiero que la compró”. ¿En este orden de ideas cuál es el estado de salud del periodismo en nuestro país?
Es necesario separar el periodismo que hacen los periodistas del contenido informativo de los medios.
Como dije antes, los periodistas están cada vez mejor preparados para ejercer este oficio o profesión. Otra cosa es que los medios hayan caído en manos empresariales, conglomerados económicos o empresariales en Colombia y en todo el mundo como consecuencia de fenómenos financieros ligados a las necesidades del desarrollo tecnológico y a la compra de los equipos con el producto de costosos créditos.
En varios casos, aquí y en otras latitudes, las deudas de los medios tradicionales se pagaron al sector financiero con acciones o se vendieron a buen precio para no incumplir los compromisos crediticios y dejar algo de utilidades a propietarios que durante largos años trabajaron en la consolidación y el buen nombre de sus empresas periodísticas.
Los políticos no tenían la plata, pero sus padrinos sí y pusieron los medios al servicio de las causas que les interesan y, de paso concentraron en sus manos la pauta comercial de sus empresas y de las empresas de sus amigos dejando en la indigencia a decenas de medios regionales y locales en donde la escasa pauta proviene del sector público y, en algunos casos, bajo condicionamiento político.
Enrique Santos, decepcionado por el decaimiento del periodismo en los medios cooptados por el poder económico llamó la atención hace uno o dos años respecto a la pérdida de estatus del periodista que, según sus palabras “ya no representa lo que era antes y hoy gana menos que hace diez años” y habría que agregarle la desaparición del control social y político que ejercía el periodismo en aquellos medios.
Hace poco Gabriel Ortiz, ex propietario y ex director del Noticiero Nacional de televisión comentaba que a los jóvenes que están ingresando hoy a los medios les están pagando el mismo salario de entrada que él le ofrecía a sus nuevos reporteros hace 25 años.
En ese orden de ideas, como usted señala en la pregunta, el estado de salud del periodismo en materia laboral y salarial en nuestro país está en cuidados intensivos y tiende a agravarse.
Lo bueno, en cambio, es que la ciudadanía está financiando de su bolsillo y con espontáneas suscripciones la vida de medios independientes como Noticias Uno, Los Danieles y ahora Cambio-Colombia y eso es sano para tener un periodismo sano, libre y controversial.
La facilidad que ahora brindan las redes sociales para que la gente se entere rápidamente de una noticia es enorme, pero también se crea mucha confusión a la hora de determinar si la información es creíble. ¿En qué están aportando positivamente y en qué no, las redes sociales al periodismo actual?
Las redes sociales llegaron para quedarse y aquellos medios periodísticos virtuales en los que se ejerce el periodismo puro, el tradicional que verifica los hechos antes de darlos a conocer van a ganar masivamente lectores como ya lo están haciendo los medios independientes y los tradicionales que trabajan con sus ediciones impresas y virtuales como El Espectador en Colombia, The New York Times, The Post en Estados Unidos o El País de España que se ha convertido en un diario global para sus lectores españoles y latinoamericanos particularmente.
El ganador seguirá siendo el periodismo puro.
¿Qué le ha significado junto al periodista Orlando Cadavid Correa estar bajo la dirección de la Revista Corrientes?
Una muy grata experiencia. Nos comprometimos a divulgar la opinión de todas las corrientes políticas que quisieran expresarse a través de este medio y lo están haciendo varios colegas y líderes sociales o empresariales, algunas veces políticos, pero con el debido respeto y sin estridencias sectarias.
Tenemos aportes informativos y académicos de aquí y de allá. Esta publicación es sin ningún ánimo de lucro, por eso publicamos lo que consideramos de interés público y le damos el crédito, incluso con el logo símbolo del medio en la publicación de opiniones o artículos de interés para los lectores.
Los gastos para el sostenimiento de la revista van por nuestra cuenta.
Su experiencia en periodismo abarca la escritura, la radio, la televisión y los medios electrónicos. ¿Si hiciera una escogencia que modalidad elegiría?
Todas son buenas, pero ahora es necesario actualizarse permanentemente para no quedar atrás como lo exige la rabiosa velocidad de la tecnología que le está quitando tiempo a la irrenunciable lectura y a la investigación de los temas.
Con la masiva producción periodística que exigen estos tiempos nuevos, los medios van a tener que armar equipos pares para que se releven mientras se investiga y se cubren las noticias.
Ahora, por lo visto en los grandes medios, la información tiene el enfoque de varios periodistas que hacen un equipo para la recopilación de los datos, su procesamiento como hecho o noticia, la investigación y el análisis especializado de alguno de sus miembros para presentar una conclusión que dará el titular a la publicación del artículo.
Eso es aplicable a cualquiera de las modalidades de periodismo si se cuenta con los recursos humanos y económicos.
La frase del periodista polonés Ryszard Kapuscinski para ser un buen periodista hay que ser ante todo una buena persona ha sido muy reconocida en el mundo, pero no en todos los casos quiere decir que un buen profesional en cualquier área sea necesariamente buena gente. ¿En el periodismo que tanto considera que aplique esta frase?
Tal vez quiso decir que el periodista debe ser una persona integra en sus valores morales y en su ética periodística para ser un buen periodista, como lo fue él.
Periodistas con esos valores abundan en nuestro medio, pero no son vistos como buenas personas por políticos, contratistas del Estado, magistrados de las altas cortes, jueces y miembros de la clase dirigente que han sido derribados de sus pedestales por las investigaciones con las cuales el periodismo ejerce el control político, fiscal y social en los medios que aún defienden la libertad de prensa y la ciudadanía confía en ellos.
¿A quién le dedica la fecha en especial del periodismo en nuestro país?
A los colegas que mantienen en alto los valores del oficio y a la memoria de aquellos que murieron buscando la verdad.
Le agradezco por su valioso tiempo.
Gracias.
“Ante la evolución tecnológica, no creo que estudiar periodismo sea una pérdida de tiempo.”
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