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Wbeimar Muñoz Ceballos: “Mi mejor época en la radio es la actual”

Updated: Mar 16, 2020

A Wbeimar Muñoz Ceballos lo conocí hace más de tres décadas cuando aún afloraba aquella época de la juventud. Por esos días en mis estudios de bachillerato fungía como profesor de español y literatura el popular locutor, abogado y político antioqueño, Santiago Martínez, más conocido como “El Santy Martínez”.

Recuerdo que con él emprendimos la tarea de analizar la obra, “La Divina Comedia” de  Dante Alighieri, y fue también el quién propuso un día la visita a nuestra sala de clases del ilustre personaje. Hablar en detalle de esa tertulia sería casi que una hipérbole pero entre el asombro que nos causaba estar sentados escuchando a semejante personalidad si recuerdo muy bien que el objetivo de su presencia era el de inculcarnos el gusto y el amor por la lectura.

A estas alturas y después de tantos años vuelvo a encontrarlo pero esta vez a través de la distancia, desde la cual sus palabras siguen desprendiendo ese sentimiento poético frente a la vida y el cual yo plasmo a través de esta entrevista.

Por: Germán Posada


G.P.: Trabajar mucho siendo un niño lo forjó a ser el hombre disciplinado y exitoso que ahora es. ¿Siente un vacío de no haber podido jugar como debía cuando era un niño?

W.M.C.: Indudablemente, trabajar  en  la niñez,  representa  una  disciplina  prolongada  en el tiempo.  A  veces  añoro   esa  época,  pensando  que  en  otras circunstancias pude haber participado de los juegos con otros chiquillos, pero no hay vacío, porque cuando no se puede…no se puede y eso hay que entenderlo tarde que temprano.

G.P.: ¿Qué figura de la locución lo motivó más a ser narrador deportivo, su profesor Roberto Otálvaro o Carlos Arturo Rueda C?

W.M.C.: Roberto  Otálvaro  despertó  mi  curiosidad  y  quien  me causó asombro fue Carlos Arturo Rueda. Uno me indicó donde estaba el espejo y el otro, sin saberlo, me invitó a mirarme en él.

G.P.: ¿Qué lo incentivaba tanto a leer desde niño?

W.M.C.: Cuando  tenía  10  años,   una prima odontóloga,  me  prestó  el  libro “Fouché” de Stefan  Sweig.  Cualquier  día  que  lo  llevé  al colegio  y  lo estaba  leyendo  en  un  recreo,  un  profesor  me preguntó  por  el contenido  de  la obra  y  yo  le hice  un  resumen.   Me  felicitó  y  me dijo  que nunca  abandonara  los libros  si quería  llegar lejos.  Un  consejo  que llevo  cosido  al  alma.

G.P.: Ese atraco del que fue víctima en algún momento de su vida de alguna manera lo hizo convertirse en comentarista de alto nivel. ¿Que tanto le cambió esta experiencia en su vida?

W.M.C.: En el atraco recibí un apretón  tan fuerte en la garganta, que me hundió  la “manzana  de  Adán” y  me  atrofió  el  músculo  cricoaritenoideo  que es  el tensor  de  las cuerdas vocales.   Quedé  totalmente  afónico  durante  muchos meses y me  vi  obligado a un  largo  trabajo  de  rehabilitación  de  la voz.   Cambiar  la profesión  de  narrador  a comentarista,  es  algo que todavía  le agradezco  a  los atracadores.

G.P.: ¿Aspira cumplir los 120 años?

W.M.C.: Siempre  he  visualizado  mi  longevidad  hasta  los  104  años, pero  con  los  avances  de la ciencia, no  descarto  prolongarla  hasta  los  120,  siempre  y  cuando  esté  con  vitalidad  física  y  mental.

G.P.: Dicen que es muy obsesivo y perfeccionista. ¿Se equivocan?

W.M.C.: Sí.   Soy  obsesivo  y  busco la  perfección, aunque  ésta  última  es  muy  difícil de  abrazar.

G.P.: ¿Cuál ha sido su mejor época en la radio?

W.M.C.: Mi  mejor  época  en  la  radio  es  la actual,   por madurez  y  responsabilidad.

G.P.: ¿Club Atlético Nacional o Independiente Medellín?

W.M.C.: Nunca  he  sido  un  hincha  enfermizo, pero  el  equipo de mis simpatías es Cúcuta Deportivo.   Lamentablemente hace  mucho  tiempo  navega  más  en  las  aguas de  la segunda  división  que  en  las de la primera.

G.P.: ¿En su profesión que opina al hablar de retiro?

W.M.C.: Nunca  menciono  la  palabra  retiro.  Prefiero  hablar  de descanso, para dedicarme a  los viajes, los  libros y  la música,  sin proponer  por ahora  una  fecha determinada.

G.P.: ¿En cuál de las dos áreas se ha sentido sintió más cómodo narrador o comentarista?

W.M.C.: Me  siento  más  cómodo  como  comentarista.  Además  mi  voz  cambió  de tesitura, porque perdí  los agudos  del  relator.  Pasé  de  tenor  a  barítono.

“No  soy  un  letrado,  sino  un  buen  lector  que  ama la vida.”

Wbeimar Muñoz Ceballos


G.P.: ¿Cómo recuerda al Gran Edgar Perea?

W.M.C.: Edgar  Perea  fue  mi  hermano  durante  cuatro  décadas.  Un  personaje  inolvidable, con un corazón  más  largo y ancho  que  cualquier  estadio  del  mundo.

G.P.: ¿Se perdió el respeto por hacer la buena radio que usted siempre ha pregonado o son los cambios en las nuevas generaciones?

W.M.C.: Antes  había  más respeto  por  el  oyente, pero  uno  debe  entender  que  las sociedades cambian.  Hoy  en  día  interesa más  el  “ráting”  que  los  valores humanos.

G.P.: ¿Cuáles son sus palabras para Andrés Escobar y el Palomo Usuriaga?

W.M.C.: Andrés  Escobar  representó  al   buen  futbolista  y  al  señorío.    Palomo Usuriaga  fue un  niño grande  y  díscolo  cuyo  recuerdo   se diluye  con  la  misma  velocidad  con  la que  buscó  los arcos  adversarios.

G.P.: ¿Qué quizo decir cuando mencionó que no conocía bobos que no fueran bohemios?

W.M.C.: Lo  que  dije  alguna vez   “no  conozco  pensadores    que  no  sean  bohemios”,  era  una  referencia  especial  a  la  tropa  del  ayer.   “Antes, el poeta y el novelista eran sinónimos de bohemia. No me imagino a Baudelaire,Verlaine, Rimbaud, Wilde, Hemingway o Poe, compartiendo con bobos en sus tertulias. Y si alguno se coló, nadie supo su nombre.”

G.P.: ¿Cuál sería el mejor homenaje en vida que podrían hacerle a su carrera profesional en los medios?

W.M.C.: No  aspiro a más homenajes.  Basta  con los que me hicieron generosamente algunas universidades  como  la UPB  y   Autónoma del Caribe.

G.P.: ¿A quién agradece especialmente por su formación radial?

W.M.C.: En particular tuve dos maestros : Jaime Tobón de la Roche y Miguel Zapata Restrepo, pero  sigo  aprendiendo  de  mis  compañeros  de  profesión  y  de  los  oyentes.

G.P.: Considerado como el periodista deportivo más ilustrado del país. ¿Qué opina al respecto?

W.M.C.: Esa   consideración  es  absurda.   No  soy  un  letrado,  sino  un  buen  lector  que  ama la vida.  Una   persona  que  sigue  sin  entender   cómo  millones de seres,  pasan  de  la cuna  al sepulcro,  sin  un  solo estremecimiento.

G.P.: Es muy importante para usted no acostarse un solo día de su vida sin aprender algo nuevo. ¿Hoy por ejemplo que aprendió?

W.M.C.: Hoy  viendo  en  un  semáforo  a  unos  niños  que  alargaban  sus  manos  mendicantes, volví a pensar  que  en  el  mundo  habrá  esperanza,  mientras  no  perdamos  la sensibilidad.

G.P.: Muy amable por su valioso tiempo.

W.M.C.: Dios  le  pague por ésta nota.  Reciba un fuerte abrazo…y  hasta que  tenga  la oportunidad  de  dárselo  personalmente.   Saludos.

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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