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Andrés Tamayo: "Para mí la radio es compañía y tiene magia."

Writer's picture: German PosadaGerman Posada

Andrés Tamayo. Foto: Blu Radio.



Prácticamente sin proponérselo, el antioqueño Andrés Tamayo, resultó metido en una cabina de radio. Su talento para imitar las voces de otras personas le proporcionó esta gran oportunidad en su vida y a partir de ese momento, su experiencia de vida ha transcurrido en medio de micrófonos y cámaras, haciendo reír a los demás.

 

Atrás quedaron sus proyectos universitarios porque su destino era otro y hoy después de varias décadas de continuo trabajo en radio y televisión, el reconocido imitador se ha tomado una pausa, luego del cese de sus actividades profesionales, para reflexionar sobre su vida y su futuro.

 

Sus padres fueron su motor de vida. En su papá encontró el apoyo incondicional a su carrera como hombre de medios y de su mamá heredó el legado de la espiritualidad, de las buenas palabras y acciones. Ayudar al prójimo forma parte integral de este artista, que a través de sus palabras ha encontrado una manera distinta, de cómo ofrecerles a otros, una oportunidad de vida.

 

Su recorrido en los medios comenzó en la legendaria emisora paisa Veracruz Estéreo hasta sus más recientes actuaciones en el programa Voz Populi de Blu Radio. Montones de colombianos hemos disfrutado de su gran talento tanto en territorio nacional como en el exterior y su carisma y profesionalismo describen a carta cabal el buen nombre que ha forjado.

 

"La gente sentía un poquito de su patria a través de mí y en sus deseos de abrazarme, yo sentía que se las brindaba.", concluye el gran Andrés Tamayo, quién ha cumplido en su vida.  

  

 

 

Por: Germán Posada

 

 

¿Ya había hecho algo de radio o empezó directamente en Veracruz Estéreo?

 

Arranqué en Veracruz Estéreo en 1990 a través de una invitación que me hizo mi amigo, Juan Gonzalo Velásquez. Él trabajaba en la parte comercial de la emisora, vendía la pauta y además imitaba voces como la del Tino Asprilla y la del Chicho Serna. La gente de Veracruz Estéreo me invitó para que iniciara montando un personaje y empecé con ‘El Chiney'. A las seis de la mañana madrugaba al Morning Show a lo que coloquialmente decimos en Medellín a ‘mamar gallo‘.  

 

Veracruz Estéreo fuer mi kínder. Fue mi iniciar en una carrera. Estamos hablando de 33 años atrás.    

 

 

Tengo entendido de que antes de ir a Veracruz Estéreo estudió en la universidad, pero no siguió. ¿Se ha arrepentido de no haber seguido con sus estudios?

 

No, para nada. La verdad, es que en la emisora me puso mi Dios. Eso como que iba a ser lo mío. Obviamente si venía trabajando digamos que de manera involuntaria. En época de estudiante a mí me gustaba mucho imitar a los amigos, compañeros de colegio, algunos políticos y analizaba mucho los movimientos de las personas, como caminaban, los dejes, las muletillas, y todo esto simplemente por mamarle gallo a la gente y finalmente esto se convirtió en mi trabajo, mi experiencia de vida, mi carrera. No tenía idea de que yo iba a terminar siendo un imitador de profesión.

 

Empecé a estudiar Mercadotecnia y lo único que aprendí fue a imitar a los cinco profesores que tenía y salí por un volado en el primer semestre. Así constaté que estudiar no era lo mío y mi papá lo sabía. Mi papá siempre tuvo confianza en mí y éramos muy buenos amigos. Me acompañaba en todo. Cuando empecé a hacer los pinitos en Veracruz Estéreo él también se dio cuenta de que ese era mi camino y me animaba para que diera rienda suelta a mi creatividad.

 

 

 

¿Cuánto tiempo trabajó en Veracruz Estéreo y cómo define su experiencia en esta inolvidable emisora?

 

Haber llegado a Veracruz Estéreo fue un gran regalo de Dios porque para uno comenzar en la emisora que era la número 1, era algo impensable. Recordemos que Veracruz Estéreo fue número 1 por 16 años.

 

Comenzar la mañana alegrándole la vida a las personas con música y personajes divertidos en la mejor emisora juvenil de Colombia era de mucha satisfacción. A los oyentes les encantaba mi personaje ‘El Chiney' y eso era toda una experiencia nueva que se acomodaba a mi vida.

 

Era sentarme detrás de un micrófono a pasar muy bueno con la gente que estaba a mi alrededor. Tengo un enorme agradecimiento con Carlos Alberto Ríos, Donnie Miranda, doña Soraya, la gerente, el negro Caro, Vicky Tru, mejor dicho, con todo el elenco.  

 

Llegar a Veracruz Estéreo no era trabajar. Era sentarme a pasar rico con amigos y a que me pagaran. Con ellos estuve dos años y medio.        

 

 

 

¿De quién considera en su familia que usted heredó su talento para imitar?

 

Mi papá si tenía impregnada en sus venas la parte artística. Era un músico empírico, mamagallista, muy alegre pero no imitaba. Mis otros dos hermanos son personas muy serias.

 

Después de mi experiencia en Veracruz Estéreo, se me volvió algo de mucha responsabilidad que sentía que debía estudiar. Luego estuve en RCN alternando al lado de humoristas como Los Marinillos, Tola y Maruja, Vargasvil y Luz Amparo, cuando recién habían montado el elenco de La Zaranda, que, por cierto, fue un éxito en 35 emisoras a nivel nacional, con presencia en Nueva York y en Miami.

 

Había que perfeccionar la voz de tal manera que la gente diera por sentado que era el personaje que estaban escuchando. No se podía salir a improvisar. Era clave pulir las voces. El reto era perfeccionarlas.     

 

 

 

¿Y cómo fue su experiencia en La Banda Francotiradores?

 

En un principio fue muy duro, muy difícil. Por la ausencia de Vargasvil empecé a hacer muchas voces siguiendo las pautas del libretista de Francotiradores.

 

Una vez nos fuimos a hacer un show en el cierre de un congreso de médicos en un hotel en Bogotá y en medio de mi ingenuidad el libretista había llevado a tres personas de mucho poder en el Canal RCN, dos de ellos eran Juan Esteban Sanpedro y Francisco Bohórquez. Terminado el espectáculo, se dirigieron al camerino en donde yo me estaba cambiando para felicitarme por mis imitaciones, como yo no los conocía, les agradecí pensando que eran médicos, pero ellos me explicaron que formaban parte de RCN y que habían ido a verme y que de paso me contrataban para La Banda Francotiradores.

 

Eso me causó una emoción muy grande y al mismo tiempo mucho susto porque lo que yo había hecho allí era prácticamente improvisar como actor porque solo tenía ciertas nociones de actuación que había aprendido en la Escuela Efraín Arce Aragón y ser contratado para un programa de opinión en televisión siempre daba susto, pero la verdad sea dicha, recibí mucha colaboración por parte del canal.          

 

 

Tengo entendido de que el propio expresidente Álvaro Uribe Vélez le gusta como usted lo imita. ¿Estoy en lo cierto?

 

No se equivoca. Esto es algo que me halaga y que me ha impulsado a seguir trabajando cada vez mejor. El personaje de Álvaro Uribe Vélez me dio mucho y se lo he manifestado a él personalmente. Sentí el amor de mucha gente y esto ha sido el mejor pago. Gracias a mi dedicación este personaje me abrió muchas puertas. Me conocí toda Colombia representándolo, obviamente hacía otros personajes.      

 

     

¿Y cómo ha asimilado la fama, su popularidad?

 

Mi papá me decía que me había metido en un tema que era de fama y de muchas otras cosas que no son muy buenas. Me decía jocosamente de manejar bien la situación porque si bien podía ser famoso también iba a seguir siendo el mismo huevón con los mismos siete metros de intestino llenos de la misma mierda.

 

El llamado era a no creerme más que nadie ni a mirar por encima de nadie. Todo esto me ayudó mucho y me aterrizó y pude tomar mi profesión como un personaje público, así como lo debe hacer un buen profesional con responsabilidad en cualquier área.   

 

 

¿Ha estado en alguna situación delicada porque a lo mejor a alguien no le ha gustado como usted lo imita?

 

En alguna ocasión en un -expo show de RCN- con el senador Carlos Moreno de Caro. Yo lo imitaba y ese día él era invitado. Sentado a mi lado me preguntó que quién era el 'mariquita' que lo imitaba. Muy asustado le respondí que era yo y él me respondió diciéndome que tenía que hablar mucho más de él, porque las cosas tenían que cambiar'. De esta manera yo me relaje porque entendí que lo que él pretendía era que yo hablara mucho más con su personaje para aumentar su exposición pública.  

 

Digamos que si viví una situación de riesgo en un centro comercial en Medellín con simpatizantes de la izquierda colombiana. Yo estaba trabajando para Blu Radio en donde hice muy popular el personaje de Álvaro Uribe Vélez. Estando en un almacén entraron dos hombres y una mujer y uno de los tipos empezó a lanzar improperios contra la gente del Centro Democrático refiriéndose a mí. Yo permanecí tranquilo y alguien del almacén trataba de calmarlo, pero él insistía hablándome más fuerte al punto que tuve que encararlo invitándolo a que se calmara y explicarle que yo era un imitador, que no pertenecía a ese partido político, que lo que hacía era divertir a la gente y no pelear con ella y me fui del almacén. Por fortuna no salí agredido físicamente.           

 

 

¿Quién o quiénes han sido su inspiración?

 

Admiro a Vargasvil, al médico Camilo Cifuentes, a Tola y Maruja, también a Gonzalo Valderrama.  Tuve muchos maestros a quienes les fui aprendiendo en este mundo en donde la televisión era más compleja.   

 

 

Me pareció muy interesante el proyecto 'Tutores de la Felicidad'. ¿Ha seguido con él? ¿Qué logros han alcanzado?

 

 

Este proyecto nació a raíz de la muerte de Tuto Barrios un amigo que se suicidó. Tuto se le apareció en un sueño a una amiga en común diciéndole que ayudáramos a los amigos porque a él nadie lo había ayudado cuando vivió un momento de depresión muy fuerte. Esto dio pie a reunirnos 15 amigos a trabajar por los amigos.  

 

Esta ha sido una de las cosas más bonitas que he hecho en la vida y lo sigo haciendo, no a nombre de 'Tutores de la Felicidad', sino a título personal ya que se me dificulta dado que no vivo en Medellín epicentro de la cadena de ayuda la cual tomo una gran fuerza con cientos de miles de seguidores. El Canal Televid nos ofreció un espacio en donde hicimos programas de testimonios algo muy importante para solucionar esta problemática.

 

Yo soy un gran enamorado de Dios y es increíble como en el día a día me pone pruebas con gente necesitada de ayuda. Siempre que voy a hablar con la gente me encomiendo a Dios para que me de las herramientas que necesito para ayudarles y esto funciona como control remoto desde el cielo. Ahora que recientemente me he quedado sin trabajo es algo que tengo pendiente de volver a retomar, no con el nombre de 'Tutores de la Felicidad' sino con otro que ya tengo pensado para montar un nuevo proyecto aquí en El Retiro, municipio en donde estoy viviendo. La idea es contar historias para salvar vidas y voy a trabajar para materializar este sueño.                  

 

 

¿O sea que aparte de hacer reír a la gente también es una especie de sanador?

 

Le cuento que la casa de mi mamá fue una casa de oración. A ella llegaba mucha gente a pedirle oración, alguna con cáncer. Dios hizo muchas cosas a través de mi mamá. Fueron unos 30 años que mi mamá prestó ese servicio en su finca en La Ceja. Yo tengo interiormente una responsabilidad y un don en donde sé que Dios a través de la palabra me guía a mi para ayudarle a muchas personas.

 

El humor va quedando un poco de un lado y por otro van llegando estas cosas que yo las disfruto mucho. De hecho, yo quise estudiar sicología, pero como era tan inquieto y mamagallista, no me lo tomé en serio, pero si aprendí mucho de la sicología a través de unos seminarios en donde les colaboraba a psicólogos.    

 

 

¿Cuál es la voz que más le ha costado imitar?

 

Me costó la de Horacio Serpa. Él tenía un vibrato. Alguna vez me lo encontré en un aeropuerto y me preguntó cuando era que yo lo iba a imitar y le respondí que cuando él fuera presidente.

 

 

¿Cuánto le puede tardar lograr la voz de un personaje?

 

Cuando comencé a estudiar la voz del presidente Álvaro Uribe Vélez me demoré un mes. Fue un trabajo arduo y minucioso para cogerle todos sus matices. Fue una gran exigencia, pero muy bacana a la vez. Recuerdo que 'Pucheros' que en esa época era mi jefe me sugirió estudiar a Horacio Serpa pero yo tenía la intuición de que era Uribe quien iba a ganar y me concentré en su personaje y finalmente fue él quien ganó.

 

 

"Uno metido en una cabina de radio no dimensiona lo que pasa afuera con el poder de la radio." 

Andrés Tamayo acompañado del humorista Alvaro Lemmon.

 

 

Como su experiencia ha sido en radio y televisión, entonces la pregunta obligada. ¿En cuál de las dos se siente más cómodo?

 

En la radio. El tema de la radio me apasiona más que el de la televisión. Cuando se trabaja en televisión uno queda demasiado expuesto y por razones políticas te pueden volver nada en dos minutos.                            

 

Cuando comencé en el 96 en RCN fue como entrar en las grandes ligas y para mí el primer reto fue crear un personaje ya que Vargasvil tenía acaparados todas las imitaciones de lo políticos, pero a la semana monté a ‘Guerrillermo'. Este fue un personaje muy importante. Para la época la guerrilla estaba muy fuerte en Colombia.

 

Recuerdo que la idea nació mientras estaba conduciendo mi Fiat, me estacioné y comencé a anotar en mi libreta de apuntes el nombre del personaje y a recrear ideas que se me venían a la mente. Luego se lo presente a Vargasvil, Pucheros y a Los Marinillos y les encantó. En el 98 Vargasvil salió de la Zaranda y yo estaba en capacidad de realizar muchas de las imitaciones que él hacía. Hice aproximadamente 35 personajes en RCN. 

    

 

 

Ahora me dijo que no estaba trabajando. ¿Qué pasó con ‘Voz Populi' en Blu Radio?

 

Aprovecho para decir que, fue Tito López quién me llevo para Blu Radio hace 12 años y medio. Yo a Tito lo admiro mucho. Que tipo para saber de radio.

 

La compañía me dijo que mi contrato terminaba el 20 de diciembre, fue una sorpresa de la manera como fui informado, pero era algo que interiormente yo también estaba anhelando. Yo venía pidiendo un cambio y me encomendé a Dios. La verdad es que estaba muy aburrido porque no me sentía realmente parte del equipo. No estaba en la mesa de trabajo directamente como estaban todos en Bogotá. Desde mi casa me conectaba a través de una cámara y me gozaba el programa, pero a veces mis libretos no eran tenidos en cuenta por mi jefe y me iban relegando. Al terminar la emisión a veces mi reflexión era como si no hubiera hecho nada. Todo esto me aburrió mucho.

 

Internamente le pedía a Dios que me enviara una señal porque lo que necesitaba era dar frutos, resultados, sentirme útil y sinceramente me sentía inutilizado. Dicho y hecho, Dios me oyó y el 20 de diciembre del año pasado me sacaron a través de una llamada de una abogada.   

 

 

¿Y cómo se ha sentido?

 

No he sentido angustia. Voy despacio esperando a que el agua que está turbia se aclare para saber que camino coger y listo.

 

Mientras estaba haciendo radio en Blu Radio paralelamente estaba trabajando el negocio de la venta de propiedad raíz acá en el oriente antioqueño y he prendido bastante en estos últimos cuatro años. Y mi proyecto social sigue en pie.

 

La radio sigue siendo una pasión y si resultan proyectos interesantes que sean para imitar creo que no me negaría, pero también soy muy consciente de que a una edad como la mía con casi 60 años la voz no va a ser la misma para esta clase de trabajos. En cambio, en lo social sería algo muy distinto y lo cual haría con mucho más gusto todavía.

 

 

¿Apoyaría a alguno de sus hijos en caso de que quisiera también imitar?

 

Si, por supuesto. Mi hijo menor desde muy pequeño mostró ser muy creativo y está precisamente explotando toda su creatividad por el lado de la animación a través de su carrera que es el Diseño Interactivo. Es muy buen estudiante y va muy bien. Cuando era niño, él me seguía a mi cuando le hacía voces de dibujos animados y me respondía tratando también de imitar. Él tiene su chispa y si en algún momento quisiera ensayar en este terreno con gusto lo apoyaría.                

 

 

Usted como imitador, comediante, locutor, humorista. ¿Cómo define a Colombia?

 

Una colcha de retazos tremenda de donde hay mucho para sacar y en nuestro caso para los humoristas sí que cierto. Aquí hay materia prima todos los días lo que genera herramientas para nuestro trabajo. Los políticos son los que más nos dan material a nosotros para poder trabajar el día a día con las noticias. La verdad, es dan mucha papaya.

 

Colombia no es un país como Suiza en donde todo es tan plano. Allá no hay noticias, mientras que acá abundan para hacer una mezcla entre realidad y ficción, con los personajes que la protagonizan.       

 

 

Su trabajo es quizás burlarse haciendo reír con el acontecer del país en materia política. ¿En sus momentos de asueto, de reposo, siente nostalgia, tristeza, frustración de esa malsana politiquería que corroe a Colombia?

 

Claro que sí. Pena ajena es lo que le da a uno. Da mucha tristeza. Nosotros nos gozamos la realidad del país, pero si le da a uno muy duro ver tantas cosas que nos pasan y seguir igual o cada día peor. Es triste ver cómo se roban el país, como hacen lo que les da la gana, mejor dicho, como se pasan al pueblo por la galleta y le da a uno impotencia.

 

 

¿Alguien le ha dicho que ustedes con sus imitaciones son una especie de representación de tantos que quisiéramos refregarles a los políticos sus malas acciones?

 

¡Claro que sí! Referente a esto una fiel oyente de Voz Populi, una caleña que vive en nueva York, estaba viviendo un episodio de depresión muy duro y nos decía que el escucharnos a nosotros de esa manera tan divertida, de la manera como le mostrábamos al país como era el comportamiento de los políticos, la habíamos sacado a ella de ese marasmo, de ese momento tan difícil a través de la risa y el humor, que nos agradecía inmensamente.

 

Ella nos escribía por las redes sociales diciéndonos que éramos unos berracos porque de parte de todos los colombianos, les cantábamos a los políticos sus verdades con música y una pizca de humor.            

 

 

¿Con toda esa experiencia de estar en radio, cómo analiza la radio de hoy en comparación a la que usted escuchó más pequeño?

 

Así es 17 años en RCN y 12 años y medio en Caracol Televisión y Blu Radio.

 

Para mí es importante la radio del pasado como la de ahora. Ha habido una evolución, claro que sí. A mí me tocó disfrutar los episodios de Montecristo que los escuchaba al medio día con mi papá y yo era feliz. Ese tipo de radio novela en donde escuchábamos todo tipo de efectos especiales, de imaginarse los personajes, era muy bonito. Hoy el tema de la imaginación quedó atrás porque la radio para no perder vigencia hizo un matrimonio con el video que es en lo que hay que estar para que la radio no muera.

 

En contenido ahora está en el teléfono celular. Ya la televisión no es tan popular como antes. Ahora tenemos la ventaja de escoger nuestros propios contenidos.

 

Lo que hizo por ejemplo Blu Radio con Youtube de darle imagen a la radio es mágico, pero al mismo tiempo hay que hacerlo demasiado bien para que tenga la aceptación y pueda hacerse viral en las redes sociales.

 

Antes si uno se perdía un programa no podía escucharlo después. No quedaba nada grabado. Era la inmediatez en vivo y esto tenía su magia. Me parece que nosotros vivimos una época de mucho talento en donde pululaban artistas en los 70 y 80 que hacían música muy bien realizada mientras que la de hoy es música de consola.  

 

 

 

¿A usted que es un hombre que hace reír y brinda felicidad a los otros, qué lo hace sentir triste?

 

La mentira. El engaño. Me da tristeza la desigualdad. Como un gobierno juega con el pueblo. Cuando ya uno trabaja en esto y ve promesas que no cumplen, las cosas que dicen y no pasan eso me golpea. Me da duro.  

 

 

 

¿Qué piensa del futuro de la radio?

 

Para mí la radio es compañía y tiene magia. No es lo mismo ir a un podcast y oír lo que yo quiera y cuando quiera. La inmediatez es magia. Contenidos hay muchos y en donde buscarlos, pero la inmediatez de la radio no tiene comparación.

 

Le voy a contar una anécdota muy bonita que me pasó. Hace unos 8 años, un día fui a recoger a uno de mis hijos a un edificio en el Poblado. Cuando llegué, el portero del edificio me miro como dando muestras de que me conocía y me saludo por mi apellido Tamayo.

 

Muy amable conmigo me dijo si le permitía dos minutos para decirme algo y saliéndose de la portería se acercó a mi carro para darme las gracias de todo corazón porque él había estado secuestrado 9 años por la guerrilla y me decía que yo no me imaginaba la compañía que había sido para él, cuando los dejaban escuchar La Zaranda por la tarde y yo con mis personajes de Guerrillermo, Álvaro Uribe y de Carlos Castaño, lo había hecho reír en los años más difíciles de su vida.  

 

Yo me puse a llorar, me bajé del carro y le di un abrazo. Era un expolicía que había estado encerrado, privado de su libertad en una jaula de alambre de púa. Con el testimonio de vida de ese señor se pagó la boleta de mi trabajo.

 

Eso es lo que logra la radio. Acompañar al que está pasando un momento difícil. Al que está en la soledad. Uno metido en una cabina de radio no dimensiona lo que pasa afuera con el poder de la radio.  

 

 

¿Qué le ha dejado todo este mundo que nunca soñó y en el que ya hizo un nombre?

 

Me ha dejado mucho cariño y el amor de la gente. Cuando hacía teatro y estar al frente de mil quinientas o dos mil personas y poder divertir a tanta gente es muy valioso. La gente sentía un poquito de su patria a través de mí y en sus deseos de abrazarme, yo sentía que se las brindaba.

 

 

Muchas gracias.

 

A usted muchas gracias por llamarme.  

  

 

"El personaje de Álvaro Uribe Vélez me dio mucho. Gracias a mi dedicación este personaje me abrió muchas puertas."

Andrés Tamayo acompañado del expresidente Alvaro Uribe Vélez.

 

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Germán Posada es natural de la ciudad de Medellín (Antioquia). Estudió Locución para Radio y Televisión en el Instituto Metropolitano de Educación (I.M.E). 
  
En Medellín colaboró en el programa Buenos Días Antioquia transmitido por la Cadena Colmundo Radio y participó en la animación y programación del programa Mirador Comunitario a través del Sistema Radial K (Armony Records). Ambos bajo la conducción y dirección del Periodista antioqueño Carlos Ariel Espejo Marín (q.e.p.d). 

 

Desde el 2001 reside en la ciudad de Montreal en donde ha participado en la realización y animación de los programas radiales Escuchando América Latina  (CKUT 90.3 FM), Onda Latina (CFMB 1280 am) y La Cantina (CFMB 1280). 
  

 

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